Truvio y Asher se acercan a la casa de la baronesa, que no esta muy lejos del templo mientras los primeros rayos del sol iluminan la mañana.
Mientras se acercan a la casa pueden observar que hay mucha mas guardia de la habitual en el barrio noble. Incluso pueden ver a lo lejos una pequeña concentración de curiosos en torno a un incendio. Arde lo que esa noche era la casa de Geroldich.
No es por nada, pero estoy leyendo esto sin estar presente...
Asher avanzaba a buen paso, abriendo la marcha de la reducida comitiva de dos personas. No le hacía ninguna graia tener que dar la cara delante de aquella señora, a quien consideraba más una incompetente que una madre a la que hubira que informar de nada. Sin embargo, procuraría cumplir lo que se esperaba de él... tan rápido como fuese posible.
Pasando de largo de la pantomima inventada por el gobernador, para nada alejada de la que a él mismo se le había ocurrido anteriormente, se dirigió directamente hacia la vivienda de la señora. Podía parecer una medida injusta, pero no era él quien tenía que juzgarlo. Servía a un señor a quien creía adecuado y obedecer órdenes tenía sus consecuencias; de eso no cabía duda.
Ya he vuelto de los madriles. Anda que vaya momento para mandarme en cabeza... XD.
Truvio camina en silencio junto a Asher, sin prestar atención al incendio, meditando la manera de enfrentarse a la más que problable ira de una madre enfadada. Las iras de los nobles suelen ser impredecibles, las iras de las mujeres también. ¿Cómo tratar la ira de una mujer noble?
Llegáis sin problemas a la casa de la baronesa. Llamáis a la puerta. El mayordomo os reconoce:
- Espero que traigan buenas noticias. La señora esta muy preocupada con el incendio. Ahora mismo voy a avisarla.
Os introduce en una salita de espera muy decorada. Con muebles muy rococós y unas sillas con grandes cojines.
- La señora les recibirá en breve.
Antonio: Lo se. No tengo nada claro que sea necesariamente malo ;). Aunque si lo preferís se cambia en un momento.
-Saludos señora. Su hija está sana y salva y encaminada a reunirse con su padre en la menor brevedad, lejos de las nefastas influencias que ha probado tener sobre ella la ciudad. Estoy seguro de que os encantará reuniros en el castillo con ella y con su marido, para discutir los pormenores de tan lamentables sucesos.- dijo Asher sin un ápice de piedad -[B]Aun así, la principal razón de esta visita es informaros de que vuestra hija está bien, está protegida y se recupera lenta pero adecuadamente de los traumas sufridos.
Obviamente Asher no es un orador.
La baronesa entra en la habitación y escucha a Asher.
- Esta Iresha bien!!!- grita, mostrándose fuera de si - ¿Puedo verla?, ¿donde esta?.
- Por favor llevenme junto a la niña - suplica.
-La muchacha está sana y salva. Podrá verla, si sus protectores lo creen adecuado, pero se la llevará de regreso con su padre después. Si usted desea acompañarnos a la fortaleza, se la escoltará igualmente.- decidió Asher, tal y como le pareció más indicado.
- Entonces, ¿me acompañareis a verla?
- Iresha está camino del reencuentro con su padre, escoltada por nuestros compañeros. La acompañaremos a usted y podrá venir al castillo si así lo desea también.
En el tono más respetuoso que encuentra, pero a la vez de manera firme.
Supongo que tendrá que prepararse, la esperaremos hasta después de comer, no mas, pues el barón también está deseando ver a su hija.
- De acuerdo. Os esperare en la puerta de la ciudad tras el mediodía - parece completamente derrotada. - Por los dioses que mas queráis, no os retraséis: me moriría - añade en tono desesperado.
Entiendo que si no decís nada en 24 horas volvéis al templo con los demás.
- Bien, preparémonos también nosotros para el viaje. A ver si podemos hacer llegar un mensaje a nuestros compañeros para que nos esperen un poco más y llegar al castillo todos juntos. Señora, nos vemos tras el almuerzo.
Y dicho esto Truvio abandona el castillo
Volvemos al templo.Pero vigilando que no nos sigan.
No sé exactamente porque, pero me da la impresión de que la baronesa querrá hacer algo raro. Igual es solo amor de madre y yo un paranoico.
Una vez alejado de la inquietante madre de Iresha, Asher se descargó a modo con Truvio, mostrándole sus inquietudes:
-No me fío de esta arpía. Creo que algo trama y que no es nada bueno. Ya hemos visto lo que le ha pasado a la niña bajo su tutela; por lo que a mí respecta, podría incluso estar involucrada en todo el asunto de alguna manera. Tendremos quye tratar muy bien el asunto de dicha reunión; no me gusta. Vayamos con todos y tratémoslo allí.- respondió el explorador, avanzando con presteza mientras, evidentemente, vigilaba en derredr y daba un buen rodeo para llegar a su destino.
Yo tampoco me fío nada, la verdad. Está demasiado en su papel y sin embargo ¿no ha querido venir ahora mismo? Madre desnaturalizada...
En ese caso de vuelta al templo ;).