Partida Rol por web

El enviado sale de la habitación, pocos segundos después Helen y Asher lo persiguen.

Tras esperar unas horas Helen y Asher vuelven a la habitación.

[PNJtizada]

- Hemos seguido al hombre hasta el barrio pobre. Miraba hacia atrás muy a menudo, y parecía que temía que le siguiéramos, pero creo que no nos descubrió. Se dirigió hacia una especie de posada o casa de citas sin nombre, justo antes de llegar dos grupos de personas salieron de la posada y empezaron a luchar en medio de la calle. El hombre que seguíamos se encontró en medio de la refriega y lanzo una cuchillada rápida a uno de los matones, que cayó al suelo mal herido. Al hacerlo se encontro metido en la pelea. La situación fue muy confusa y liosa, pero al final uno de los grupos venció y capturó a nuestro hombre. Se lo llevaron a una casa del barrio malo.

Todo eso huele muy mal. Si de verdad fuera el emisario del príncipe habría ido a avisarle, no a un barrio pobre... Por otra parte - dice tras una breve pausa-, si el falso emisario llevaba las marcas, es probable que el auténtico haya pasado a mejor vida.

Creo que deberíamos acudir directamente al príncipe- sentencia el eladrin-. Aunque claro, quizá Helen sepa qué hacer.

- También podríamos informarnos de quienes son los que le capturaron y según lo que sea, entrar en la casa y volver a hablar con el falso emisario para sonsacarle dónde está el verdadero. Probablemente estando en una situación desesperada será algo más colaborativo.

Yo preferiría no correr riesgos innecesarios hasta que hallamos entregado en Nanok. Al menos siempre que haya otra forma de entregarlo sin necesidad del contactar con emisario.

- No. Le salvaremos y demostraremos así que SI somos profesionales. - Helen parece herida en su orgullo propio. - No va a venirme un matón de tercera a decirme que no sé hacer mi trabajo. - Masculla entre dientes.

Se recoge el pelo en un moño.

- Saldremos ahora mismo y les tomaremos por sorpresa. Que el emisario (sea falso o no) crea que no tenemos el Nanok nos beneficia. No pensarán que lo tenemos, al menos en un primer momento. De todas formas, esta posada ya no es segura para nosotros. Hay que salvarle y cambiar de guarida.

Helen se encamina hacia la puerta y se para, duditativa.

- Por supuesto, lo que quería decir era que iré a salvarle y que estaría encantada de que me acompañaseis. En cualquier caso, si decidis no hacerlo, alguno debería ir a avisar al Barón de los movimientos de los orcos. - Helen les mira, esperando una respuesta.

Como he dicho en otras ocasiones. El Barón te tiene en gran estima y te seguiré. Creo que es una buena estrategia. Además, necesitarás ayuda, no queremos que se extravíe el nanok.

- Yo me uno, sin ejercicio físico el hambre se me acaba y se me empochan los bollos.

Yo también iré, aunque no me parece buena idea. Todo sea por los bollitos de Eyskhan.

[PNJtizado]

- No pienso dejar el Nanok aqui solo en manos de la bruja. Os seguire.

El grupo sigue a Asher y a Helen mientras se internan por los barrios mas pobres de la ciudad hasta un edificio de piedra, rodeado por chozas miserables que se apiñan a su lado. La suciedad y la plaga de enredaderas compiten por tapar la fachada del edificio. Apenas una o dos ventanas de la docena que da a vuestra calle conservan intactos los cristales, el resto esta cerrada con recias contras.

La puerta del local esta cerrada y dos tipos grandes, con la cara y el cuerpo llenos de cicatrices hacen guardia en ella. Varios parroquianos entran y salen en el local en el rato que el grupo tarda en alcanzar la casa. Cada vez que los matones abren la puerta se puede oír un bullicio de música y conversaciones en voz alta.

- Eso es una taberna, entramos a tomar algo?

Yo tengo sed.

- Podríamos intentar entrar, aunque creo que nuestras ropas delatarán que no somos clientela habitual. Por una vez propongo buscar una entrada alternativa.