Partida Rol por web

Helen dedica una media sonrisa al noble.

Tengo una misión mucho más específica. Si teneis algo que esconder de la Corona, seguramente lo haya descubierto ya por otros medios.

Helen se levanta, dedica una reverencia como es costumbre y se retira.

Marcus se levanta y hace una reverencia al grupo. Al momento aparecen unos criados que acompañanan a los héroes fuera del castillo.

El grupo abandona el castillo, y tras pequeño paseo por el monumental barrio noble, se adentra en el barrio gremial de Durbenford.

La mayoría de los negocios del barrio son pequeños aserraderos dedicados a procesar la madera que viene del Wyld Wood. El barrio presenta un aspecto sencillo pero muy bullicioso. A estas horas de la tarde el trafico de personas y carretas cargadas con todo tipo de mercancías es muy abundante. Como era de esperar la madera es la mercancía que se ve en la mayoría de los vehículos, ya sean troncos en brutos o convertidos en tablones u otros subproductos. Las calles presentan un aspecto poco cuidado, el suelo esta sucio, muchos edificios están cubiertos por las enredaderas que plagan la ciudad, y la iluminación es escasa.

Helen lleva al grupo a uno de los abundantes establecimientos de comidas de la zona, donde tras unas bromas se une a un grupo de obreros de un aserradero cercano que se encuentran merendando. Tras un rato de conversación intrascendente, Helen saca el tema de los ataques, los hombres se muestran preocupados:

- Los ataques de las criaturas del bosque son parte del trabajo de leñador. Pero se han vuelto mucho mas numerosos. La madera que llega a Durbenford esta bajando a niveles similares a los anteriores, quizá incluso más bajos.

- Y cada vez hay menos leñadores. A este paso Udare e Hijos no tendrán quien quiera trabajar para ellos. Va a ser un desastre. Nunca habíamos trabajado menos. Vamos hacia al desastre.

Cuando intenta llevar la conversación sobre los leñadores el grupo ríe:

- Los leñadores nunca vienen aquí. Cuando están en la ciudad no salen de los burdeles. - ríen todos - Si quieres ver leñadores vete al barrio pobre, allí se gastan sus buenas ganancias en los pocos días libres que tienen.

- No creo que tengáis problema en que os cuentes algún ataque. Muchos han presenciado ataques, desgraciadamente son muy comunes últimamente.

Un par de carreteros indican al grupo la dirección de Udare e Hijos, aunque les advierten:

- No suele haber nadie allí. Siempre están comprando y vendiendo madera o empresas madereras. Es más fácil encontrar a sus agentes en los campamentos que en la ciudad.

La oficina de Udare e Hijos es una pequeña casa bastante anodina pegada a un gran almacén. Ni la casa ni el almacén tienen ventanas, solamente una gran puerta de madera que permanece cerrada.

...

toc-toc

...

Un viandante se acerca al grupo:

- No suele haber nadie aquí. Solo abren el almacén cuando reciben algún cargamento importante de madera.

- ¿Sabría entonces decirnos usted dónde encontrarlos? Podríamos ser de su interés.

Al escuchar la referencia a los campamentos, Truvio añade:

¿Por dónde quedan y cómo reconocemos a sus agentes?