Partida Rol por web

Regreso al Hogar.

Regreso al Hogar.

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30/09/2021, 00:45
Director

—¿Y quién dice que vaya a quedarme aquí esperando a que me asesinen? —contestó Allanah a Cyriack —. Tengo mis propios recursos. Entiendo que tú, como hombre de la iglesia, tienes los tuyos. Entre ellos aliarte con súcubos. ¿Tan pronto vendes tus principios? ¿Tanto te asusta este lugar que pactarías con el diablo para salir de aquí? Yo me niego —hizo un gesto tajante con la mano, como si cortase algo —. ¿Qué escondes Cyriak? ¿Es que sabes de que va todo esto Cyriak?  Si has encontrado un pasaje secreto, puede que haya más. Trataré de buscar uno que me lleve hacia arriba, que es hacía donde debemos ir. No voy a hundirme más en esta… — mierda, quiso decir, pero poseía unos modales refinados que hicieron de dique —…causa.

Había odio en su mirada, visceral, ardiente como un incendio descontrolado. Las palabras de Cyriak habían hecho diana, o bien la mujer era temperamental de por sí. Al momento volvió a encontrar su compostura de corte.

—Temo que ahí abajo sería más un estorbo que una ayuda —terció Jafhar ante la última prerrogativa del inquisidor —. Soy un hombre acostumbrado a la civilización y aunque he viajado por tierras peligrosas, la aventura no me sienta bien. Trataremos de ser útiles aquí arriba.

Kelgar tuvo que buscar bastante entre los escombros y los restos de cuerpos para encontrar un escudo que no estuviera totalmente en ruinas. Terminó por encontrar uno de madera y metal, antaño un círculo perfecto, ahora una estrella dentada. Aguantaría un golpe o dos, a lo sumo. Inphie no tuvo suerte. Las armas que encontraban estaban melladas, quebradas, partidas o defectuosas. No encontró una espada sólida o un hacha con buen mango, cualquiera que tomaba entre sus manos se le antojaba débil. Ninguna aguantaría un golpe, ni en la defensa ni en el ataque. El metal estaba oxidado, doblado, mordido, la madera estaba húmeda, podrida y era quebradiza. Basura, restos, ruinas.

Jim necesitaba saber que harían en el caso de que la criatura pájaro volviera a por ellos. Concretamente a por él. Le preguntó directamente  a Jafhar cuál era su plan.

—Aún no ha vuelto, tenemos otras líneas de acción. Como ha dicho la señorita, puede que haya más pasajes ocultos. Podemos inspeccionar el lugar en profundidad y esperar la vuelta del diablillo.

Colocó su mano sobre uno de sus hombros, le miró a los ojos. Allí solo había calma, ninguna duda. Todo era certeza, seguridad.

—Algo se nos ocurrirá, Jim. Siempre hay una llama para iluminar la oscuridad. ¿No crees?

Cécil volvió a tomar la palabra con la misma facilidad que un ser vivo respiraba. Era sus pulmones, su forma de contacto con el exterior. Todo era nuevo y reluciente para él. Si Jafhar era más diplomático, siempre tratando los puntos de forma asertiva, buscando finalizar una conversación en la que podía verse enr0edado, Allanah era todo lo contrario. Jafhar rehuía una confrontación verbal, se apartaba de él. Con Allanah no se necesitaba mucho para encontrarla, y sus simples palabras encendieron su mecha.

—No crees nada, fragmentado. Tu mente es el espejo que tu creador ha pulido. Tu voz es la voz de tu creador, no la tuya. Y claro que me subestimas. Debes de pensar que eres un “hombre”, y los hombres siempre lo hacen —dijo sin dignarse a mirarle si quiera.

Jafhar, en esta ocasión, si tuvo que elaborar una respuesta más clara. No para enfrentar a Cécil, sino para no perder a Jim.

—¿Cree que las armas o la magia han sido un factor clave para sobrevivir a nuestro primer encuentro con nuestro carcelero? Yo no he visto nada de violencia —le mostró las manos, como quien señala que el agua estaba húmeda —. Un guerrero siempre pensará que la espada es la mejor formar de enfrentar los problemas, usted seguramente prefiera la palabra. Es un poco obtuso pensar que no hay alternativas. Abajo podría haber algo que solo las espadas puedan detener, aquí arriba ya hemos evitado el peligro una vez sin usar la fuerza. Y volveremos a hacerlo —levantó el dedo para mantener la posesión de la palabra —. De hecho, de todos los presentes, señor Steadman, yo soy el único que puede proteger al joven Jim.

Ni un fisura, ni una duda, solo certeza con la contundencia de un martillo. Solo los locos hablaban así, negando el peligro, las variables y variantes, los enemigos formidables. Jafhar, como un buen ajedrecista, parecía perder un peón tras otro, pero no importaba, en su cabeza todo formaba parte de una estrategia elaborada tan firme que no hacía tambalear su convicción.

El rey habló, pero ya se encontraba lejos del hogar. El grupo se escindió. Bajarían. Kelgar al frente, Cécil siguiéndole. Tras él  Ilia y Yakshini. Cyriak e Inphie cerraban la marcha. Les quemaba estar atrapados, la palabra prisionero galopaba dentro de sus cabezas. Ellos crearían su propio destino.

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30/09/2021, 00:46
Director

—Bueno, nos hemos quedado solos —dijo Jafhar, maestro en señalar lo evidente.

—Un demonio y dos inquisidores no es compañía para nadie, menos aún para un niño —terció Allanah, acercándose a los demás —. Sir Joric, ¿Sois en verdad rey de Edrinor? Si es así y dado que ya nada importa porque todo ha sido consumido hasta sus cimientos, ¿Qué lleva a un hombre a permitir en su reino la existencia de un grupo de asesinos y torturadores como la inquisición? ¿Por qué mantener en nómina a un grupo de sabuesos sin escrúpulos como ellos? Es detestable.

Silencio incómodo. Era una buena acusación. El nombre de Uther no había tenido la repercusión que había esperado. Los monarcas, a pesar de estar en boca de todos, eran personajes invisibles en la vida de la mayoría de personas.

—No mentí cuando afirmé que soy el único que puede proteger a Jim —no había arrogancia en su voz, solo certeza inmaculada —. Nuestro carcelero recitó sus acertijos y solo mostró interés en uno de ellos. Es evidente que tales adivinanzas no pueden desgranarse si no existe un mínimo de confianza entre nosotros, pero todos hemos sido capaces de identificar la nuestra ¿Verdad? —volvió a arrodillarse ante Jim para mirarle a la cara —. Yo soy aquel que ese carcelero anda buscando, por lo que de aparecer, yo me marcharé con él. En última instancia, claro. Creo que aún podemos agotar otras opciones.

—Un eco que no muere —recitó Allanah —. ¿Tiene entonces sentido para ti?

—Sí, pero no lo explicaré. Todos tenemos nuestros secretos, ¿No es cierto?

La mujer no respondió, quedando pensativa. Sus ojos pasaron al rey, al hombre del desierto y luego a Jim. Miró su antorcha durante unos momentos.

—Sí, creo que todos tenemos nuestros secretos.

—Sabemos el vuestro, majestad. Como dije, los nombres tienen poder. Creo que no era el momento, pero lo será sin duda. Vuestro nombre tiene fuerza, pero hay que buscar el entorno adecuado —miró a un lado, luego a otro —. Voy a inspeccionar este lugar. Ehm, majestad, creo que hablo en nombre de todos si decidimos que el bastón de mando sea suyo. Necesitamos alguien que lleve el timón —miró a Jim primero, para ver si estaba de acuerdo, luego a Allanah.

—La confianza se gana con algo más que esgrimiendo un nombre y una corona deslucida —dijo la mujer con rostro torcido.

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30/09/2021, 00:49
Director

El hedor surgía de las paredes igual que si hubieran emparedado un centenar de cadáveres tras ellas. Un líquido bilioso y transparente resbalaba sobre la roca. Babas, mocos, algo repulsivo y gelatinoso. El olor era vomitivo. Kelgar había visitado campos de batalla días después de que todo estuviera decidido, cuando los cuervos ya empezaban a cebarse con los ojos de los caídos y las botas y dientes de oro habían desaparecido a manos de los más avaros. Era cuando los cadáveres empezaban a pudriese. Si la batalla había sido en un pantano, emanaba de ellos un hedor mohoso tan atroz que quemaba las fosas nasales. El olor era similar.

La pareja de inquisidores evocó un recuerdo común cuando, siguiendo la pista de un hereje que decía servir a las fuerzas del Infierno, encontraron un osario repleto de sus víctimas. De algunas solo quedaban los huesos blancos y mondados, de otras aún había carne turgente y pálida. El olor de los cuerpos se había concentrado formando una nube de gas verdoso. Al abrir la puerta de aquel espanto una bofetada de aire caliente pútrido les golpeó la cara y les hizo retroceder, asqueados tanto a nivel mental como físico.

Era el hedor de la muerte, tan familiar como un perfume.

Yakshini, la delicada flor de un reino oscuro, no se sentía cómoda sumergiéndose en aquel hedor. El aroma evocaba muerte, carne en mal estado, enfermedad y penuria. En los calabozos de su palacio el aroma era más dulzón y estaba aderezado con los gritos de dolor y las súplicas llorosas de los cautivos.

Ilia no estaba acostumbrada. Su nariz, más sensible que la de los demás, empezó a arderle. Salivó, tratando de borrar el hedor que se colaba hasta su garganta. Intentó contener su estómago, pero no pudo. Apenas habían descendido unos pocos escalones cuando vomitó el contenido de su estómago; una bilis amarillenta y ridícula que quedó como impronta en uno de los pasillos.

Cécil era el único que parecía ser inmune a aquel olor.

El círculo de luz que formaban las antorchas menguaba a cada paso. El aceite de las mismas debía estar consumiéndose, aunque el ojo experto y supersticioso hubiera dicho que la oscuridad estaba ganando presencia, como si quisiera cercarlos con sus propias manos. Kelgar estaba listo para entrar en combate. Su daga parecía un juguete pequeño en su enorme mano, pero podía ser tan letal con ella como con su espadón. A su lado, ligeramente retrasado, se encontraba Cécil quien aseguraba que no había nadie agazapado en las sombras. La oscuridad, para él, carecía de misterio, no así esa paredes que supuraban el líquido gelatinoso.

 

Terminaron los escalones tras un tenso descenso. La gruta era más amplía ahora. Una caverna, por lo que parecía, con sus columnas naturales esparcidas por aquí y por allá, con sus oquedades en las paredes y sus simas en el suelo. Un terreno abrupto e irregular por el que caminar a oscuras no era buena idea. La oscuridad era total. Las antorchas que habían traído parecían irrisorias, como navegar en alta mar con una barquita fabricada con palos y cuerdas.

La baba seguía deslizándose por las paredes formando charcos en el suelo. El hedor era más soportable abajo. El techo era elevado y volvían a tener espacio. Suficiente para blandir las armas largas. No percibieron ninguna corriente de aire.

El silencio era total para todos salvo por el lento correr de esas sustancia que se deslizaba sin fin. Ilia escuchó algo más; un martilleo. O algo similar. Era complicado de explicar. Escuchaba un sonido intermitente y azaroso, de metal golpeando la roca. Empezó a oír otras cosas. Gruñidos en la lejanía de bestias terribles y numerosas. Agresivas en ocasiones, en otras, parecían ser lastimadas, estaban asustadas. Y una voz poderosa, aún más lejos, de un hombre, que reía, insultaba y bramaba, pero no logró captar sus palabras. Terminaba la escena con un ruido intenso, el mismo ruido que provocaría el siseo de un bloque de hielo al ser arrojado a las entrañas de un volcán.

La caverna ofrecía muchos caminos. Ilia les indicó que, de frente, encontrarían la fuente del sonido que estaba escuchando. Ella tenía buen oído, calculó que tardarían al menos diez minutos en alcanzar su origen, si es que la cueva y sus ecos no le estaban jugando una mala pasada. Cécil inspeccionó visualmente el lugar, no vio nada ni nadie, salvo esas columnas naturales cubiertas por la empalagosa sustancia.

A izquierda y derecha se abrían más posibilidades, todos ellas envueltos en sombras y silencio. Y el goteo, claro. Ahora era más ominoso, más sucio. Una masa viscosa deslizándose constantemente. Era como estar dentro del estómago de una bestia.

 

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30/09/2021, 17:39
Jraxas el Mancillador
Sólo para el director

El diablillo empezó con la ejecución de su plan, sin duda le llevaría mucho tiempo, pero dada la magia de aquel lugar no es que tuviera demasiadas opciones de explorar. Cuando apenas había empezado se vio sorprendido por el pajarraco que los había encarcelado, en aquella ocasión fue mucho más expresivo y sin duda dijo cosas muy reveladoras sobre sí mismo  y sobre su amo.

Jraxas se hizo visible, ya que aunque no le viese estaba claro que podía detectarle. Además aquella criatura había revelado que ella misma había sido capturada en aquel lugar, y aunque parecía muy confusa podían percibirse ciertos anhelos e inquietudes sobre su situación.

La cuestión no es que vas a hacer tú conmigo, sino que puedo hacer yo por ti, porque dime, ¿Cómo eran tus alas?— El diablillo se acercó a su carcelero para revolotear a su alrededor y poder examinarlo más concienzudamente. —No sé si aún tienes un alma, eres un espíritu o quizás alguna de esas gemas contenga tu consciencia. Pero si queda algo de tu antiguo ser y encontramos un cuerpo adecuado, uno con unas bonitas alas, quizás podríamos hacer una transferencia.

El diablillo intentaba ganar tiempo, intentaba ganarse la confianza de su carcelero, pero la curiosidad que sentía por él era real. Hacía mucho tiempo que no se encontraba con una magia desconocida, una magia tan diferente a todo lo que había visto hasta el momento y sin duda le encantaría aprender más acerca de ella.

Pero claro, necesitaría conocer más sobre como acabaste así, sobra la magia que se usó para ello, ¿qué puedes contarme sobre tu amo y sobre este lugar? No te pido que rompas ningún juramento ni traiciones a tu amo, se lo que es ser esclavo de alguien poderoso, pero cualquier cosa que puedas contarme podría ayudar a que volvieses a surcar los aires ¿Qué me dices, charlamos un rato?

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30/09/2021, 18:15
Jim

Jim dudaba. Se veía en sus ojos huidizos, en sus frecuentes cambios de postura, en sus manos metidas en los bolsillos buscando aplacar el nervioso baile de sus dedos.  Desconfiaba de la supuesta protección que podían brindarle los adultos, como si supiese a ciencia cierta que ser más grande o más fuerte no suponía diferencia alguna frente a los horribles seres que les habían "salvado" de la quema.   

Exceptuando Cécil Steadman, al menos en apariencia, todos eran simplemente carne.

Por eso, inicialmente, fue al cibernético abogado a quien prestó más atención, deseando fiarse de él, de sus ojos esmeralda, su modulada voz y de los secretos que parecía ocultar, pero sonrió tristemente cuando éste apoyó su decisión de bajar, cuando se ofreció a cuidar de él durante el descenso a las profundidades.  Ver a los arrogantes guerreros, bárbaros e inquisidores por igual, dudar y rebuscar entre los restos torcidos de los que ya habían sido derrotados hizo que su confianza en ellos se desvaneciera; evaporada como una gota de esperanzada agua frente a la abrasadora evidencia de su debilidad como protectores.

La renovada confianza que mostró Jafhar le hizo querer quedarse, de momento.  No se le había pasado por alto tampoco, por muy niño que fuese, que el razonable hombre era al que el carcelero había tildado de interesante

Vale, Jafhar.  Me quedaré contigo —intentó no parecer demasiado contento, otra vez haciéndose el duro, sin poder ocultar el alivio que mostraba.  Tanto la ardiente y hermosa mujer como el carismático sabio, le hacían sentir, de algún modo, en casa.  

No eran exactamente como lo había sido su familia, creía estar razonablemente seguro de ello.  Pero de entre todos los que había conocido desde el incendio, eran lo más parecido que había encontrado a su idea de una. 

Sonrió tímido a Allanah, como si le hubiese pillado haciendo una travesura. Había notado su mirada deslizarse por encima de Joric, de sí mismo y de su antorcha. Le devolvió una mirada similar, sus azules ojos bailaron sobre su cabello, sus manos y sus labios, huyendo del pronunciado escote, sin atreverse a poner su mirada ahí.  No fuese a a pillarle.

¿Esa cara gigante de piedra habla? —preguntó a Sir Joric, sin la deferencia con la que un Rey debería estar acostumbrado a ser tratado. —¿Como lo sabes? —preguntó mientras se acercaba a ella y tocaba la legamosa superficie.  —¿Qué tiene que ver con el fuego, la llama que lo ha quemado todo? — añadió sin mirar en dirección al monarca. Su atención centrada en los orificios de la nariz de la cruda nariz. —¿Es de antes? ¿De antes, de otra llamarada anterior a ésta?

- Tiradas (2)

Tirada oculta

Motivo: Sentir magia sobre Allanah

Tirada: 1d100

Dificultad: 95-

Resultado: 31 (Exito) [31]

Tirada oculta

Motivo: Ver lo oculto. Sobre la cara de piedra

Tirada: 1d100

Dificultad: 75-

Resultado: 15 (Exito) [15]

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30/09/2021, 23:06
Kelgar Stalsson

Contestó a Inphie cuando dijo haber conocido al Padre Lerwig, contento por tal coincidencia.
¡¿En serio?! ¡Era un gran hombre, vaya si lo era! De no ser por él… hoy no estaría aquí. Me alegro de que le hubieras conocido. dijo, sonriendo ante el recuerdo de su salvador aquella noche en la horca de la plaza de un remoto pueblo al que había ido a saquear.

Volviendo a la realidad, notó la presencia de aquella cosa, porque claramente no parecía humano. Parecía uno de esos golems, pero se movía con la facilidad de un humano.
Sin duda, era una construcción formidable.
Enarcó una ceja ante sus burlonas palabras, además de aquella risa, y aunque la tentación de aplastarle la cabeza por listillo estaba ahí, simplemente lo dejó estar; necesitaban todos los efectivos posibles.

Por fin comenzaron el descenso, descubriendo que el hedor era cada vez más insoportable. De hecho no le sorprendió que Ilia echara la pota, puesto que a él aguantar eso también se le hacía duro.
Pero estaba curtido en ese tipo de “fragancias”…
¿Estás bien? preguntó a Ilia, mirándola de reojo.

Siguieron avanzando y Kelgar se fijó preocupado en aquella cosa viscosa que cada vez más se acumulaba en el suelo. No sabía qué era, y eso aún lo preocupaba más. Por lo menos ahora estaban en una gruta suficientemente grande como para poder usar su espadón, así que se guardó su daga y el escudo y cambió de arma.

Ilia dijo algo sobre unos ruidos de gritos que el norteño no había escuchado ni por asomo, pero asumió que sería cosa de sus sentidos “sirénicos” y que realmente había alguien gritando por allí abajo; quizás otra mazmorra.
El caso era que cada vez las antorchas servían para menos y ante esa oscuridad Kelgar empezaba a ponerse nervioso, más aún cuando esa cosa viscosa aumentaba en extensión.
La grasa rara esta… ¿nos está siguiendo? Mejor avancemos deprisa… dijo, puesto que no parecía capaz de correr precisamente.

Oye Cecil, ¿tú ves algo? Esta mierda de catacumbas parecen engullirse las antorchas. Dime qué ves, yo te cubro. le dijo al golem graciosillo, esperando que se dejara de tonterías y le guiara.

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01/10/2021, 19:50
Director

El único aire que había en el lugar era el que producían sus alas. Jraxas había surcados muchos cielos, la mayoría humanos, pero también alguno mágico y unos pocos abisales. En todos ellos había corrientes de aire. Allí era todo estático, no una sola brisa. Una sensación extraña, como si el único que estuviera vivo fuera él.

—Mis alas —puede que si Jraxas hubiera elegido otro tema, hubiera sido capturado. Como buen conocer de la debilidad ajena sabía en qué herida hurgar con su garra —. Plumas, hermosas, fuertes, suaves. El color de la corona del sol, del fuego primigenio, de los océanos vírgenes. El paraíso en un único ser.

Su voz se quebró. Era inexpresivo, su máscara impedía ver como su rostro debía estar retorciéndose de dolor. La memoria podía ser un verdugo peor que el látigo y el péndulo.

—No puedes deshacer lo que Él ha hecho, tú poder no va más allá de ti.

La gema azul salió volando hacia Jraxas, lo rodeó varias veces y luego regreso. El carcelero habló para sí mismo igual que había hecho durante su primer encuentro.

—Mucho potencial, escaso poder. Un maestro mundo y un alumno sordo, un callejón sin salida con garras y una sonrisa llena de dientes —volvío a fijar su mirada hueca en él —. No hay alma. Tú también careces de ella. Yo, como tú, poseía otra cosa. El alma son los retazos de la divinidad otorgada a los hombres. Yo era…otra cosa. No puedes armarme…no con esas manos tan afiladas.

Silencio salvo por el aleteo del demonio. Las gemas daban círculos alrededor de la criatura, lentamente. El topacio había dejado de brillar, la esmeralda nunca había dejado de hacerlo.

—No volveré a volar. La magia del Amo es poderosa. Él puede crear. Pero para crear, necesita materia prima. Moldea tu ser como el barro. Cuerpo, espíritu, magia, ki, mente, consciencia. A varios niveles, unos que no puedes comprender, otros que no sabes ni que existen. Lo cambia todo, el mismo mundo es moldeado para girar alrededor de su nueva creación. Dónde otros solo tienen un suspiro llamado vida para controlar un don él tiene el tiempo por castigo —alzó su mano de dedos afilada hacia él, acusándole —. ¿Qué puedes tú contra aquel que ha vencido a la muerte? ¿Qué puedes tú contra el Inmortal?

Desafío, rabia, ira. Y debajo, tristeza y una gota de ¿Esperanza?

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01/10/2021, 19:44
Yakshini Krasue

La reacción de Cécil cuando se enteró de que el gusano ese es un rey no me sorprendió en lo mas mínimo, era de esperar de una persona como el, pero no puedo negar que me sentí ofendida cuando me dio la espalda con tanta facilidad. Bueno, imagino que no pasara mucho tiempo hasta que volvamos a coincidir en otra conversación, aun así, simplemente no pude evitar dedicarle una pequeña mirada de decepción. Arrodillándose de esa manera ante un gusano, parece que es un hombre con pocos limites en lo que respecta a lo que esta dispuesto a hacer para ganarse el favor de alguien.

Cuando el grupo pareció organizarse para intentar explorar lo que habia bajando por las escaleras misteriosas que encontró el inquisidor decidí que bajar era la mejor opción. Nadie tiene idea de que hay allá abajo pero tampoco es como si hubiese algo en esta habitación, si quiero llegar a escapar de este lugar, quedarme en esta habitación no es la opción correcta. Así que cuando el grupo se separó en dos, yo me uní a los que iban a bajar por las escaleras, por mas que no me gustase de caminar junto a los gusanos inquisidores.

El olor hizo que me retractara de mi decisión por un momento. Tengo que aceptar que este hedor es mucho inclusive para mi. Mi primer impulso fue dar media vuelta y regresar a la “celda”, pero soporté mis impulsos con firmeza por el objetivo inminente que tenia que cumplir, así que comencé el descenso por las escaleras junto a otros Gusanos, Cécil y la sirena, quien no tardó en vomitar cuando apenas estábamos comenzando a decender. Al ver la patética figura de la sirena vomitando así de fácil por solo el olor no pude evitar expresar mi desagrado en voz alta.

- Oh, que patético. -Dije con una cara llena de asco- Si eres así de frágil me alegro de que tu dueño se rehusara a venderte, así no tengo nada que ver contigo. Das lastima.

El humano intentando consolar a la sirena es igual o hasta mas patético que la sirena en mi opinión. Cada vez que veo este tipo de escenas entre estos campesinos me siento enferma de solo ver sus figuras , pero, por desgracia, no puedo hacer nada por evitarlo, lo cual solo hace que toda esta situación sea infinitamente peor de lo que ya es. Por ahora intentaré ignorar toda esta escena de mal gusto y concentrarme en salir viva de aquí, aunque no se por cuanto tiempo pueda soportar estar rodeada de Gusanos como estos.

Cuando por fin llegamos a lo que parecía ser el final de las escaleras y el paisaje no se ve para nada prometedor. Parece que en vez de estar encerrados en una mazmorra de algún castillo, estamos encerrados en una caverna, esa sustancia viscosa esta por todas partes y, por lo que dice la Sirena, no estamos solos.

- Deberíamos evitar acercarnos a ese ruido. Lo ultimo que queremos es que nuestros captores nos descubran fuera de nuestras celdas. El destino de los prisioneros que son encontrados mientras intentaban escapar siempre es el peor de todos. -Hablé mientras recordaba lo que le hacíamos a los prisioneros en casa para castigarlos por intentar escapar- Podríamos volver a dividirnos para explorar tanto los caminos de la izquierda como los de la derecha, pero eso solo nos complicaría mas todo. Decidamos un camino entre los dos y exploremos ese… Maese Steadman, -Dije mientras me paraba junto a Cécil y comenzaba a escudriñar en la oscuridad con mi propia vista. ¿cual opina usted que es una buena opción para explorar?

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01/10/2021, 22:03
Jraxas el Mancillador
Sólo para el director

Asintió ante las palabras del hombre pájaro, como buen esclavo había sido aleccionado a conciencia, pero el caparazón de su lealtad había empezado a resquebrajarse y la duda empezaba a asoma.

¿Qué puedo hacer yo? Pues no lo sé aun, pero yo también soy inmortal y diría que tú también. Así que tenemos mucho tiempo para averiguarlo, y una cosa sí que se, con tiempo y conocimiento se puede conseguir casi cualquier cosa.

El diablillo sabía que si podía poner de su parte a aquel enemigo, su libertad estaría mucho más cerca, pero debía medir sus palabras con sumo cuidado.

Tiempo tenemos, me falta el conocimiento, el conocimiento específico al menos. Tu amo es todopoderoso aquí, pero ¿y fuera de este lugar? Cualquier cosa que puedas contarme sobre tu amo o sobre este lugar podría ayudar a que recuperes tus alas. Que debían de ser unas alas preciosas por cierto, por como las has descrito me recuerdan a ciertas aves que habitaban las junglas tropicales del mundo del que vengo, porque ya no estamos en ese mundo ¿verdad?

Debía medir sus palabras, pero tenía que sacarle información, tenía que ganarse su confianza y solo podía conseguirlo haciéndole dudar.

¿Sabes cuál es la diferencia entre un diablo y un demonio? Pues la diferencia es que los diablos cumplen su palabra y yo soy un diablo, por eso no puedo prometerte que te devolveré tus preciosas alas, pero sí que haré todo lo que pueda para que vuelvas a surcar los aires, en libertad— Puso un especial énfasis n aquellas dos últimas palabras. —Por cierto, no tendrá tu amo una biblioteca o algo así, lo mismo allí tiene información de cómo revertir el proceso.

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04/10/2021, 01:27
Uther Brannagan

Uther obtenía otra pequeña victoria. Tal vez así, con triunfos minúsculos lograría construir algo lo suficientemente sólido como para hacer frente a lo que adivinaba un gran adversario. Esta vez la apuesta había sido respecto a Jafhar, y a Allanah. No había sido, no obstante, lo que esperaba. El rey sospechaba que alguno entre ellos podía ser un infiltrado, y todavía sostenía la posibilidad, pero lo que había soltado un poco la lengua del hombre del desierto había sido la ausencia de quienes consideraba compañeros inadmisibles.

La revelación de que él era "el eco que no muere" era valiosa, aún si no explicaba el significado de la frase.

- Soy el rey -contestó con calma, aún viendo los cráneos, y separando aquellos que podían servir de cuencos. No sabía si les darían de comer y beber, y ya pensaba en la desagradable posibilidad de beber de los cráneos y comer aquella carne que había caído de la nada. 

Miró a Jafhar a los ojos y le respondió.

- Imagina que naciste príncipe. Tu padre muere y te conviertes en rey. ¿Has creado el reino? ¿Puedes hacer y deshacer a tu antojo? ¿Has ganado amigos? ¿A qué costo? ¿Todos están de acuerdo con tus decisiones? Y con los que no, ¿qué haces?

No podía estar seguro de si era una pregunta con trampa, si creía en sus propias palabras o quería ver si él realmente pensaba de una u otra manera, pero también había desarrollado cierta sutileza para contestar y a la vez que nadie pudiese decir que había dicho una cosa o la otra. Esperaba que hubiera quedado claro, aquel parecía ser un hombre inteligente, pero nunca se sabía de que lado estaba.

- Creo que era el momento -replicó luego. Si mantenía mi identidad oculta, no podría lograr unidad entre el grupo de prisioneros -se sinceró. O si la lograba, se rompería como un cristal, al saber que estaba mintiendo. Tuve que elegir. Todas son elecciones. Lo que debemos averiguar es el nombre del emisario de los cristales. Si lo recuerdas, Jim, parece que Jafhar sabría que hacer con él. 

Luego respondió la pregunta de Jim.

- Estoy convencido de que habla, lo que no sé es como hacer que lo haga. Antes creí haber visto un sutil movimiento en ella, cuando los demás estaban atentos a otras cosas. Iba caminando hacia el rostro, se plantó frente a él. No creo que sea de antes, de hecho no conocía las historias de que el mundo había acabado antes. La historia de Karmak me la contó un amigo. No recuerdo mucho más de ella, esperaba que me la contara el rostro.

- Gracias por la confianza, a ambos -dijo a Jafhar y Jim. Allanah, espero ganar la vuestra, y vos la mía. Aún no habeis dado nada. Es entendible, no confiais en nadie, vuestro mundo se ha quebrado y os encontrais con gente que no conoceis de nada. ¿Sois lo suficientemente sabia o poderosa para salir de aquí, o al menos enfrentarse a lo que sea, sin ayuda de nadie? Aún si así fuera, ¿lo harías? No pediré nada que no querais dar, pero si os lo pido. Os pido ayuda. Sin duda serias una aliada invaluable.

- Si quereis que organice, lo haré. Jim, Jafhar, ved si podeis lograr que el rostro responda. Allanah, si queréis, podéis acompañarme a buscar en las paredes, signos de otro pasadizo, o algún tipo de escritura. Si hubo otros prisioneros antes que nosotros, tal vez alguno haya sido lo suficientemente precavido de registrar algún tipo de información. Si no, pues lo haremos nosotros para quien venga luego. Tenemos algo de información bastante fidedigna para ayudar a otros si fallamos. 

- Tiradas (2)

Motivo: percepcion

Tirada: 1d100

Dificultad: 50-

Resultado: 85 (Fracaso) [85]

Motivo: liderazgo

Tirada: 1d100

Dificultad: 90-

Resultado: 7 (Exito) [7]

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04/10/2021, 09:26
Cécil Steadman

Hasta entonces, Cécil había avanzado en un sospechoso y sepulcral silencio. Su armazón no crujía como la osamenta de un esqueleto humano. El androide se limitó a avanzar impávido tras Mr. Stallson, analizando el entorno y estudiando las bifurcaciones cuando llegaron a la encrucijada. Lady Ilia, la sirenita, había sufrido un acceso estomacal al interactuar con lo que para Cécil podía imaginarse como un penetrante y repulsivo hedor. Aquello no dejaba de ser una inmensa tumba en la que parecían haber encontrado un amargo y grotesco final infinidad de almas.

Puedo ver a la perfección en la oscuridad, Mr. Stallson. Por supuesto que le guiaré en la penumbra. La mera duda me ofende leve mas terriblemente. ¿Cree usted que sería capaz de abandonarle aquí, en la más absoluta oscuridad y en una traicionera soledad? Por favor, no conteste. —replicó el androide en un tono sereno al tiempo que mostraba la palma de la mano a su nuevo mejor amigo, analizando el camino que serpenteaba al frente y los que se perdían en el silencio a la izquierda y a la derecha. —Como bien argumenta Lady Yakshini, separarnos llegado a este punto parece poco razonable. Nuestra fuerza se halla, paradigmáticamente, en el número. Estos pasillos son estrechos. Todo adversario que nos salga al paso no podrá hacer gala de una teórica superioridad numérica.

Cécil señaló la espada de Kelgar.

Espada. Más bien la loncha de acero.

Por llamarla de algún modo.

Su acero nos da una ventaja importante, Mr. Stallson. Diría que es un arma pensada para derribar caballería pesada. Un destacamento entero, a decir verdad. Si Mr. Voareck y Lady Lightborn tienen a bien, sugeriría formar un... —PAUSA DRAMÁTICA. —Tridente ofensivo.

¿¡UN TRIDENTE OFENSIVO!?

¿¡PERO QUÉ CLASE DE REVOLUCIÓN TÁCTICA ERA ESTA!?

¿Han escuchado hablar del pick n' roll? Mr. Stallson tiene la complexión, apostura y aroma necesarias para atraer las miradas enemigas en primer lugar. En cambio, ustedes dos, mis queridos paladines, aúnan la sutileza de un escalpelo con la cólera divina. Serían flanqueadores excelentes. Lady Yakshini, Lady Ilia y servidor ayudaremos desde la retaguardia. Si vamos a trabajar como un equipo, debemos conocer nuestras capacidades para aumentar nuestra... sinergia.

El androide comprendería una sana dosis de desconfianza entre los allí presentes, así que tomó la iniciativa.

Permítanme ser el primero en abrir el corazón al resto. Puedo explorar uno de los caminos sin sufrir daño alguno. Puede ser el central, si queremos saber a qué nos enfrentamos. Puede ser la bifurcación hacia la derecha. O bien, puede ser la que queda a la izquierda.

>> Siguiendo la excelente lógica de Lady Yakshini, el camino central podría a buen seguro resultar peligroso para nuestros intereses comunes. En cambio, los otros dos carecen, de momento, de todo indicio que nos permita realizar una elección fundamentada. Lady Ilia, vos tenéis un excelente oído. ¿Podéis alcanzar a escuchar algo proveniente del camino que se pierde hacia el este? —inquirió Cécil mientras analizaba la materia oscura que manaba por la estructura subterránea.

- Tiradas (1)

Tirada oculta

Motivo: Analizar sustancia viscosa - ¿Sé qué es?

Tirada: 1d100

Dificultad: 70-

Resultado: 92 (Fracaso) [92]

Notas de juego

Pauso la entrada aquí, que tengo que resolver una duda con Rag.

En cuanto me la resuelva edito y añado una cosita que os va a gustar ^^

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04/10/2021, 12:07
Inphie Lightborn

La población civil siempre había sido caótica y a menudo un estorbo más que una ayuda y esta vez no era la excepción. Varios miembros del grupo decidieron permanecer a la espera de el Señor sabe qué en la sala que habían despertado y además algunos se mostraban soberbios y confiados. Daba igual, los que claramente eran los guerreros más hábiles habían decidido descender a lo desconocido con ella y así habría menos factores de los que preocuparse si la situación se torcía. Lo único que le carcomía era dejar al niño allí. Trató, sin éxito, de no pensar en ello.

Inphie llevaba tanto tiempo viviendo en el templo que casi había olvidado por completo la sensación de caminar por territorio hostil y desconocido. No era un sentimiento que echase de menos, pero en parte le hizo sentir algo de nostalgia.

El grupo apenas era capaz de mantener una formación sencilla durante el escaso recorrido de las escaleras. Intentó no mostrarse demasiado firme con los “civiles” pero mantenía un tono autoritario. -Échalo todo, ponte en pie y no te pares- le dijo a Illia cuando su estómago expulsó la poca bilis que tenía. -Y tú mantén la boca cerrada- le gruñó a la súcubo cuando ésta mostró su desdén hacia la joven. Aunque había aceptado no combatir contra los demonios mientras tuviesen un objetivo común, no dejaba de mostrarse hostil y recelosa hacia ellos y las palabras de Allannah sobre esta curiosa alianza no habían hecho más que irritarla.

Al llegar a la sima respiró aliviada, aunque el hedor del lugar no permitió que se sintiese reconfortada. Illia señaló el origen de un ruido que para Inphie era imperceptible. Su instinto de cazadora le exigía dirigirse hacia el origen del mismo, pero en estos momentos ella y su grupo eran las presas. Esta situación se sentía… antinatural. Intentó ver fútilmente por las posibles salidas y la antorcha que portaba parecía no querer colaborar.

-Si puedes ver, indícanos si alguno de los caminos parece ascender a la superficie- le dijo a Cécil. Luego escuchó su plan y opinó sobre el mismo -Está bien, permanezcamos juntos y evitemos el origen del ruido; pero teniendo en cuenta que lo dejaremos atrás, uno de nosotros dos debería ir en la retaguardia por si nos detectan y siguen nuestros pasos- Dijo refiriéndose a Cyriack y a sí misma. En parte quería evitar que los rodeasen, pero en mayor parte no quería darle la espalda a la súcubo.

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04/10/2021, 15:38
Ilia

Aquello era putrefacto y el hedor acabó haciendo que vomitara bilis pues no había nada dentro de su estómago. Miró bastante mal a la diablesa por su comentario y aunque deseaba responderle prefirió no hacerlo pues pronto escuchó algo que la alarmaría lo suficiente. Los hizo parar a todos para explicar lo que estaba escuchando y cuantas personas o seres creía que se encontraban allí además de el tiempo que tardarían en encontrarse y de qué dirección venía todo. Odiaba hablar tanto así que a pesar de que de nuevo, quería increpar a la diablesa, por el momento volvió a quedarse callada. 

-Si calláis... Y dejáis de hablar podré escuchar. Su mayor problema era el martilleo constante que suponía tener megáfonos andantes a su lado. Para ella un susurro era un grito de los suaves, estar aguantando tal grado de conversación a su alrededor realmente la mareaba ya ni hablar del hedor... Todo era más sencillo bajo agua. 

Se centró entonces, cerrando los ojos para poder tener más clara la situación actual. Sentía la respiración de cada miembro del grupo, los alaridos y risas además de otros, provinientes de aquel lugar al que ninguno deseaba ir como era natural y... Del camino que habían deseado ir escuchaba....

- Tiradas (1)

Motivo: Escuchar

Tirada: 1d100

Dificultad: 75-

Resultado: 75 (Exito) [75]

Notas de juego

Diosss no sé si decir qué suerte o qué mala suerte. Está en esa fina línea ya que es un éxito por los pelos xD....

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04/10/2021, 19:32
Yakshini Krasue
Sólo para el director
- Tiradas (1)

Motivo: Ver en la oscuridad

Tirada: 1d100

Dificultad: 75-

Resultado: 80(+50)=130 (Fracaso) [80]

Notas de juego

Se me había olvidado la tirada en el ultimo mensaje XD De todas maneras la falle...

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05/10/2021, 00:56
Director

El terreno de la caverna era firme, ni ascendía ni descendía. Se mantenía en un plano. Izquierda o derecha no revelaron nada, ni ante el oído de Ilia ni ante la escrutadora mirada de Steadman. El único sonido relevante era el goteo incesante de aquella sustancia pegajosa y en apariencia transparente deslizándose por la superfice de forma lenta pero inexorable. El techo, las paredes, las columnas de roca y parte del suelo estaban impregnadas por la sustancia, la cual parecía llenar la caverna.

Ilia consiguió algo que parecía imposible, acallar al señor Steadman. El silencio reinó durante unos momentos. La muchacha afinó su oído pero no logró captar algo más allá de lo que ya había captado. La voz del hombre, el martilleo, gruñidos. Estaba segura que de poder acercarse un poco más, podría obtener más información. Pero para ello debían internarse en la oscuridad.

Notas de juego

Os avanzo un poco de información para que podáis decidir mejor, no es el turno.

https://static.wikia.nocookie.net/pokemon-rol-ffl/... Os dejo esta foto para que os hagáis una idea de como es la caverna,;es amplia, no tiene túneles o grutas, pero si columnas naturales que unen el techo con el suelo. No hay ningún tipo de luz. El suelo es irregular, hay alguna sima, pero Steadman puede guiaros para no caer en ellas.

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06/10/2021, 00:45
Director

Jraxas no portaba una gran espada, su aguijón no podía traspasar el metal más duro. Su lengua, sin embargo, podía hacer más daño y conseguirle más éxitos que cualquier otra arma. Midió sus palabras, envenenando el aire con sus intenciones, ocultando su motivación, tratando de engañar con la mentira, de convencer con la promesa, de utilizar la tristeza que podía sentir en ese ser, su alma rota y quebrada, en beneficio propio. Sin saberlo, no había forma de que pudiera entender bajo el yugo de quien había caído, cometió un error que derrumbó todas sus expectativas.

—Mi único consuelo es saber que no soy inmortal, que mi tiempo llegará y ya no tendré que lamentar más ser algo que no soy —masculló, la voz hueca, el timbre apagado y moribundo.

Algo hervía dentro de él. Jraxas percibió el cambio de tono, sutil, de alma en pena a amenaza en potencia.

—La diferencia entre un demonio y un diablo es el color de vuestra sangre al ser reventados entre el yunque y el martillo. Inmortal dices, ¿Y si cortase tu cabeza acaso vivirías? ¿Y si uno a uno fuera arrancando cada hueso de tu cuerpo, cada órgano, como uvas en su parra, vivirías?

El zafiro volvió a volar, esta vez con furibunda rapidez, rodeando al diablillo, revoloteando a su alrededor. Regreso con su amo, quien masculló unas palabras.

—Una menudencia, una insignificancia. ¿Eres más que lo que mi Ojo puede captar? —la máscara ocultaba una sonrisa; triunfo y desprecio aunados en una mueca grotesca —. Mi amo es Inmortal, aquí y en cualquier tierra. Su poder ha sido refinado con el paso de los años. No tiene igual. Su vida, hueca como nuestra existencia, carece de sentido para él sin un compañero. Se sabe que hay al menos dos más como él. Dos Inmortales. Ese es su afán, esa es su búsqueda. Por eso, rastrea los mundos, toma y prueba. La mayoría perecen, unos pocos vivimos para servirle. ¿Eres tú acaso uno de los que busca? Lo dudo, pero tus palabras te encadenan a la prisión. Tu afirmación es tu sentencia. No irás más lejos.

La amatista se salió del círculo por primera vez. Se acercó a Jraxas y trazó un círculo delante de él. El plano se abrió, mostrando una imagen dentro del círculo; la mazmorra.

—Entra. Te buscaré en su debido momento. Y no vuelvas a escapar o romperé tus preciosas alas…

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06/10/2021, 00:46
Director

—Si no puedes gobernar en tu propio reino ¿De qué te sirve ser rey? ¿De qué sirve tu figura si tienes más cadenas que cualquier ladrón? Al menos un villano no rinde cuentas a nadie—dijo Allanah, nada convencida por la respuesta del rey*.

El rey volvió a insistir, su tono era cadencioso, medido, como una buena carrera a lomos de un caballo. Las palabras podían domarse para llegar a sitios que en apariencia eran inalcanzables.

—¿Mi ayuda? ¿Y a qué precio me venderéis más tarde, mi señor?

Fue la única respuesta de Allanah.

Sir Joric organizó a los presentes. Jafhar y Jim podían tratar de despertar al rostro, él y la mujer buscarían más pasadizos. El erudito se colocó delante del rostro de piedra con gesto intrigante.

—Si quisiéramos despertar a alguien que duerme profundamente ¿Cómo lo haríamos Jim? No debería ser más complicado que eso ¿No crees? Un sueño profundo, de muchos días. Si gritamos ¿Se enfadará? Yo me enfadaría. Igual que si alguien me tirase un cubo de agua fría. Me despertaría, claro, pero no de buen humor. Bueno, Jim, ¿Tú que dices?

Mientras ellos divagaban, el rey y la doncella se alejaron, sin salir de su campo de visión, en búsqueda de otros pasajes, palancas y puertas secretas.

Notas de juego

*En tu turno pones que responder a Jafhar, pero es Allanah quien hace las preguntas incómodas al rey. Os mantengo juntos la escena, os véis y podéis hablaros a voces. También podéis hablar en secreto con vuestro compañero, mediante susurros.

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06/10/2021, 00:46
Director

Notas de juego

No hay magia en Allanah, ni un ápice.

Ver lo oculto: no hay mucho que ver, porque lo que se ve, es lo que hay. El rostro está vivo y duerme.

A pesar de su habilidad, su inspección no rebeló nada más. Él podía sentir otras realidades, entender el mundo de otra manera, percibir la existencia en más de una forma. Lo que tenía delante de él era algo, alguien, excepcional, único.

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06/10/2021, 00:47
Director

—Mi madre poseía ciertos conocimientos. Nada de magia. Sabía cómo mezclar los ingredientes que cualquiera puede encontrar en el bosque. Ayudaba a las mujeres a tener un parto fácil, a otras, a ser fértiles cuando su interior ya estaba muerto. A las más jóvenes las ayudaba con sus dolores más íntimos —dijo Allanah sin mirarle, estaba palpando una fisura. Para ser una dama de corte no le importaba ensuciarse las manos, aunque era evidente que le asqueaba estar sucia —. Ayudaba a la gente. No pedía más que la voluntad. Algunos la traían comida, otros eran tan pobres que solo tenían palabras. Era la única persona bondadosa que he conocido en mi vida.

Se detuvo unos momentos, inspeccionó la pared, nada. Se quitó una telaraña de entre los dedos.

—Yo tenía cinco años cuando la inquisición la quemó en la hoguera. Brujería dijeron. Compartía su cama con los demonios, envenenaba la mente de las jóvenes. Mentiras, patrañas. La quemaron en la plaza del pueblo, delante de todos aquellos a los que había ayudado. Nadie salió en su defensa. Ni una mano se alzó, ni un grito. Nadie.

Debería haberla encontrado llorando, con los puños en tensión o el rostro lívido, pero Allanah había rumiado muchas veces esa historia. Su corazón era una piedra yerma.

—Por eso no voy a confiar en ti, y tú harías bien en no confiar en nadie. La vida en palacio es una cosa, pero la vida fuera de sus muros es cruel y despiadada. En palacio hay ciertas normas, el juego de las casas, conspiraciones, alianzas. Un tablero de ajedrez. Fuera de sus muros solo hay un mundo salvaje —pasó a la siguiente pared, ninguno había encontrado nada —. Nadie es inocente, todos esconden secretos. ¿Cree que sus nuevos vasallos son diferentes? Hay un patrón en todos nosotros. No somos precisamente gente mundana. Diablos, inquisidores, un fragmentado. Tú eres rey. El niño no es normal, si es que es un niño. Y el otro hombre esconde algo. Aún no sé el qué, pero dudo que su altruismo sea tan sincero como parece.

Desdeñó seguir investigando una pared más abrupta que las demás, era casi impracticable y un charco burbujeante de lodo verde se encontraba flotando delante de ella.

—Sé bien que el precio que se paga por tener un corazón altruista es un lugar en la estaca y yesca seca para arder con facilidad.

 

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06/10/2021, 15:07
Uther Brannagan

- ¿De que me sirve ser rey? -preguntó con mesura ante la réplica de Allanah, pero casi para si mismo. Pues no lo sé. ¿De qué sirve ser soldado? ¿O comerciante, o ayudante de cuadras? No lo sé tampoco. Tengo cadenas, si, pero te aseguro que he intentado ser lo más justo posible. No por nada elegí el apodo. Podría haberme rendido a los placeres que estaban a mi alcance y dejar las decisiones a otros. Por no hacerlo me he ganado más enemigos de los que quisiera. ¿Sabes que cuando era joven dirigí los ejércitos de mi padre? Combatimos contra los norteños. Idealista como era en aquel entonces, lo hice en primera linea. No era nada malo, abatí a muchos. Más de diez. Los ojos del rey ya no miraban a la mujer, miraban al pasado. No mucho tiempo después nos aliamos a ellos, los "convertimos". Compartí comida y bebida con los compañeros de quienes había matado.

Suspiró, no queriendo entrar en detalles.

- Todos somos peones de alguien -sentenció. Hoy lo somos de nuestros carceleros. Mañana, no lo sabemos. ¿Que nos queda? Sobrevivir, si es nos queda fuego dentro. Hizo una pausa.

- No os venderé. Si vuelve el emisario, volveré a ofrecerme. Y no es por ser un mártir. Os aseguro que no quiero morir. Pero si que quiero hacer las cosas bien. Tal como lo veo, este grupo, con sus manzanas podridas y todo, son lo que queda de mi reino. Si veo que se comete una falta grave, actuaré en consecuencia. Aún no ha sucedido. Si erro, ayudadme, os tendré en cuenta.