Partida Rol por web

Blair se marchó en el momento que Farnad entró dentro del establecimiento. No le apetecía socializar y más con un druida, ¿pero se le podía reprochar algo?, hasta ahora estaba haciendo todo lo que le estaban encomendando. Ella podía bastarse de si misma para pelear, luchar y hacer lo que se propusiera, no dependía de nadie o al menos no le gustaba admitirlo.

Astrid por su parte hizo una mueca ante tus palabras.-Bueno…divertidas tampoco. Farnad me salvó cuando me metí en una cueva, estaba tratando de cazar yethees.-Explicó.-Pero llegó, me habló algo de que era una princesa elegida y que iban a venir a por mi, así que tuve que acceder y acompañarle.-Relató.

-Luego enfermé en el pantano y Blair me curó junto a Farnad…entonces…¿tu también eres una princesa o algo así?

La última pregunta de Astrid hacia Blair marcó el momento en que Farnad salió acompañado de un hombrecillo que debía de ser el posadero. El caballero iba ataviado con una túnica que le dejaba parte del pecho y brazos al descubierto. Se le veía bastante “poderoso” en aquel momento.

-Muy bien muchacho, hay que ir a la plaza…-Dijo pensando en sus propios asuntos mientras amontonaba un par de cajas de madera cuyo contenido tintineó al dejarlo en el suelo. Luego se giró y miró a Atelie y Astrid con el ceño fruncido.

-¿Tu no tenías el pelo negro y un sombrero hace unos minutos?.-Gruñó mirando a Atelie, posiblemente confundiéndola con Blair.-Como sea…¿vais a venir también a la ceremonia, verdad?

- ¿Yo, princesa? - se ríe ella y niega con la cabeza. - No, no, soy solo una humilde druida de un pequeño pueblo. No soy nadie importante. - responde con una pequeña sonrisa. - Me alegro que posea buenos guardianes, lady Astrid. - ella intenta ser educada, como puede.

Cuando sale el hombrecillo, Atelie parpadea. - Me temo que nunca he tenido el cabello negro, señor. - responde con una sonrisa divertida. - Excepto aquella vez que intenté colarme por una chimenea, durante las festividades de invierno~ - se ríe. - Sí, asistiré a la ceremonia.

Al llegar, Farnad se queda algo extrañado al escuchar a Atelie responder que no era una princesa... quizás Astrid estuvo preguntando sobre su pasado mientras estaba preparándose... - Si fuese una princesa, debería haber aparecido algún símbolo en alguna parte de su cuerpo, al igual que con vos y Blair... - dijo dando un extra de información al respecto...

- Ya estoy listo... solo tenemos que esperar a que de comienzo todo... - dijo de forma breve el caballero mientras el posadero torpemente confundía a Atelie con Blair... lo cual le hizo algo de gracia... pero apenas tuvo tiempo para perder, puesto que debían dirigirse a la plaza rápidamente... - ¿Debemos llevar algo hasta allí? - preguntó Farnad señalando a las cajas que habían subido...

- ¡Pues ahora que lo dices...! - se cubre la boca con sorpresa cuando Farand menciona lo de las marcas. - No me suena tener ninguna marca especial~ - concluye con una risilla alegre. Tiene un aire bastante risueño, y casi siempre mantiene una media sonrisa juguetona, como si hubiese jugado alguna travesura y le hiciese gracia.

Ella está dispuesta a acompañarles al festival, por supuesto, y ayudar en lo que haga falta~

El hombre os observó con una mezcla de temor y curiosidad, posiblemente por si os cargabais el festival, pero terminó carraspeando.-Muy bien, pues hay que empezar a subir, las damas estarán ya preparadas junto a sus palanquines.-Comentó frotándose las manos y negando respecto a subir algo.

-No es necesario, he sacado las cajas aquí por la celebración, luego todo el pueblo se pondrá a celebrarlo y al menos aquí ya tengo la bebida fuera.-En el rostro del posadero se dibujó una amplia sonrisa.-Todo saldrá según el plan, así que esfuérzate en ganar muchacho.-Aunque no había un patrón claro para ser el ganador…más allá de subir a una chica arriba del templo y que fuera elegida como princesa.

Así que tras decidir que Atelie no podía ser una princesa, los cuatro comenzasteis a emprender la marcha hacia la plaza bajo el templo.  

- Así que... ¿Aún no se sabe quien será la princesa? ¿Va a ser elegida? - se frota el mentón Atelie, curiosa. Va caminando con el grupo en la dirección indicada.

- Y tu tienes que ganar algo, veo... Hmm... ¡Quizás pueda ayudar! Podría ofrecerte alguna pócima tonificante. -

Todos comenzamos a subir hacia la plaza donde daría comienzo el festival... - De acuerdo... - respondió brevemente mientras miraba a Astrid y asentía para seguir según el plan... Luego empezó a buscar con la mirada a Blair... que parecía seguir enfadada por la inclusión de Atelie en el plan...

Luego fue la pequeña druida la que comentó algún detalle y se dispuso a ayudar... - No... no se sabe... sospechamos que debido a la natura del lugar, la princesa es aquella de las candidatas que gane... - dijo con cierta dudas... ya que aquello no era más que una conjetura...

Poco después de pensar un poco respondió a la segunda pregunta de Atelie... - No creo que sea necesario... el tabernero ya me ofreció un sake especial que fortalece, quizás usar ambas al mismo tiempo no sea bueno, pero agradezco la ayuda... Es mejor que te centres en proteger a Astrid y... - hizo una pequeña pausa para suspirar con cierta incertidumbre... - ...y a Blair también... si se deja...

Luego se acercó a Astrid y la susurró: - Sé que sabes defenderte bien... pero si adviertes peligro, no dudes en hacérmelo saber...

- Señor, sí señor~ - responde Atelie con una alegre sonrisa.

- Me quedaré con el grupo y vigilaré que nadie la rapte. Y que ninguna druida malvada se aproveche de cierta bruja pantanosa en vuestra ausencia, caballero~ -

Y eso último lo dice mirando a Blair y moviendo sus dedos, jugando a ser malvada y tenebrosa. La risilla alegre que se le escapa luego rompe la ilusión.

Ya empezabais a tener un plan en marcha…o bueno, al menos se le explicó a la pequeña druida a quien tenía que defender y proteger y es que las princesas eran la prioridad en una situación así.

Farnad por su parte se preocupó por Astrid, la cual asintió con suavidad.-Si, estaré atenta.-Dijo con suavidad. Astrid a pesar de no ir armada en aquel momento estaba más que lista, dispuesta a machacar a quien fuera con sus puños o patadas mortales.

Aún así, los cuatro terminasteis por llegar a la plaza antes de la interminable escalera que daba al templo. Ahí habían tres palanquines y chicas ataviadas con ropas blancas y puras. Una que parecía ser una monja, otra una atractiva y despampanante rubia y finalmente una chica recatada de cabellos marrones.

La verdad es que la despampanante belleza rubia destacaba mucho sobre las demás, principalmente porque se la veía muy vivaracha y segura de si misma, lo cual levantaba ciertas sospechas, luego estaba la chica de pelo marrón, la cual estaba distraída mirando su palanquín y finalmente la monja, la cual parecía estar rezando.

  -Ya hemos llegado chaval.-Dijo el posadero con una sonrisa de oreja a oreja.-¿Que bellezas, eh?, no todos los días se ven chicas así de guapas en las montañas. 

El caballero afirmó cuando Astrid mostró su acuerdo con el plan... todo parecía ir bien... pero no podía evitar ver similitudes con el festival de Shanteen y como todo empezó a ir cuesta abajo en el peor momento... deberían estar atentos hasta que estuvieran seguros de estar a salvo... y no pudo evitar sonreír cuando escuchó a Atelie tramando como molestar a Blair... en parte la estaba bien empleado, parecía haber encontrado la horma de su zapato...

Luego por fin llegaron a la plaza vieron por fin a las tres candidatas... que a pesar de su distintos aspectos... era complicado saber cual sería realmente la princesa del lugar, aunque eran tal y como Blair describió... el posadero se mostraba especialmente orgulloso de ellas... - Sí, supongo que si... - dijo no prestando demasiada atención y acercándose hacia los palanquines, puesto que suponía que era ese el momento en el que las doncellas debían escoger a su porteador... - Alla vamos... - dijo casi para si mismo... luego se giró e hizo un gesto asintiendo, a modo de confirmación de que todos se prepararan para seguir el plan...

Atelie se fija con curiosidad en las chicas y sus palenquines. Cualquiera de las tres podría ser una princesa, ¡vaya! ¿Y qué tocará para Atelie, qué debería hacer allí? ... Realmente no lo tiene muy claro, pero tampoco le preocupa mucho. Sabe que el destino la guiará a donde tiene que estar, y a hacer lo que debe hacer.

- Bueno. Supongo me que quedaré por aquí, echando un ojo~ No prometo quedarme quieta, eso sí. -  se ríe y se decide a observar el evento, de momento.

Farnad fue directo a por los palanquines, tomando un lugar y esperando que iniciara la ceremonia, al igual que Atelie se puso a curiosear.

Un par de monjes aparecieron y no tardaron en encender incienso y un par de antorchas al pie de la enorme escalinata, tras eso empezó a resonar un gong y un cántico fantasmagórico comenzó a salir del propio templo que se encontraba allá arriba.

Tras eso uno de los más ancianos del pueblo se puso frente a los palanquines y sus porteadores.

-Hoy es un día de júbilo, un día especial…hoy celebramos un ritual que traerá prosperidad a nuestro pueblo y a las tierras que nos rodean. Este festival es nuestra tradición y decidirá si prosperaremos.-Dijo en voz alta para que todos escucharais.-Vosotros.-Dijo señalando a los porteadores.-Sois quienes llevarán a las elegidas al monasterio, actuad con fuerza, vosotros protegeréis a las damas y las llevaréis a un lugar seguro. Ese es su destino y este vuestro cometido.-Anunció.

-Ahora…damas, escoged a vuestros porteadores.

La rubia, no dudó en abrazarse al brazo de uno de los porteadores más fornidos. Farnad podía recordar verla hablando con un muchacho el día que subió a investigar el templo, aunque no les prestó demasiada atención. La castaña terminó decantándose por un joven de ojos verdes y fuertes brazos y…la monja decidió escoger a Farnad.

-¿Ya habéis aceptado al señor y salvador en vuestro corazón?.-Le preguntó con una agradable sonrisa mientras le tendía una mano.  

Una suave risilla se escapa de entre los labios de Atelie. Se cubre la boca, divertida.

- Oh~ Vaya honor, Sir Farnad. ¡Muy buena suerte!

- Estaré atenta por aquí. - sugiere, ofreciéndose a proteger a las princesas mientras Farnad está ocupado haciendo quien sabe qué.

El caballero apenas hizo caso a la ceremonia... pues su atención estaba centrada en otras cosas... como descubrir si ya había demonios infiltrados, o el como huirían de allí en caso de ponerse las cosas muy feas... su atención solo volvió cuando el pregonero se dirigió a los porteadores... "Sí, sí... ya sabemos como van estos rituales..." pensó Farnad hastiado de la falsa creencia de que ofreciendo muchachas virginales se podría cambiar el destino de un pueblo...

Entonces llegó el momento de la verdad... la muchacha rubia al elegir a aquel muchacho, Farnad cayó en la cuenta de que los había visto ya juntos antes... lo cual le hizo dudar de las posibilidades de que aquella muchacha fuese la elegida... "Si las buscan vírgenes para el Rey Demonio, esa no tiene mucha pinta de serlo" pensó recordando el comportamiento ligeramente libertino de la muchacha...

Y fue la monja la que se acercó a él para elegirlo, entonando una plegaria al acercarse... - Claro, además es posible que necesitemos de su ayuda... - dijo de forma seca el caballero pensando para sus adentros a cual de todos los dioses se referiría la muchacha... - Es mejor que vayas preparándote, el camino será movidito... - Farnad tendió la mano a la muchacha para ayudarla a subir al palanquín... - ¿Cómo debo dirigirme hacia vos? - el caballero no pudo evitar usar su habitual formalidad al hablar a la muchacha, lo cual podría suponer que la joven descubriera que no era nativo de allí...

Luego escuchó a Atelie hacer aquel pequeño comentario, ante lo cual solo miró hacia donde estaban y asintió con la cabeza...

La mujer sonrió ante las palabras de Farnad mientras la ayudaba a subirse al.palanquin.-¿Mi ayuda?, Oh estimado hermano...me temo que no tengo fuerza para ayudarte a llevar el palanquín.-Rio entre dientes, obviamente no comprendía a que se refería el caballero...pero pronto lo descubriría.

Ante su pregunta de cómo podía dirigirse a ella, la muchacha sonrió.-Con hermana estará bien. No te preocupes por tutearme.

Tras eso finalmente se acomodó y ... empezó la marcha.

La verdad es que aquellas procesión era cuanto menos extraña unos hombretones fuertes llevando a cuestas a chicas subidas en palanquines mientras les seguían una muchedumbre que apostaba y hablaban entre ellos sobre cuál sería la "elegida".

A medida que subías, notaste algo extraño en ti ... cómo un picazón en la zona donde se encontraba tu tatuaje, ¿Significaría problemas o era un aviso?