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Casa Áuryn de Costadorada

Reino: Tierras de Occidente

Escudo: Uróboros verde y rojo sobre campo dorado

Lema: "Más Brillante que las Estrellas"

• Historia:

La Casa Áuryn fue creada en tiempos de la conquista de Poniente por Aegon, cuando se descubrieron nuevas vetas de oro y plata en la costa de la Bahía del Hierro. Loren de la Roca, gobernante de Roca Casterly durante aquel suceso, ordenó a uno de sus hacendados colonizar la exigua franja de tierra entre la costa y las montañas que escondían tan fabuloso tesoro metalífero y crear así una nueva Casa menor que pudiera defender sus recursos. Ser Lancel "el de los cabellos de oro" (llamado así por su larguísima melena del color del oro más bruñido), adaptó su apodo para darle nombre a esta nueva Casa: Áuryn. El esfuerzo para crear una colonia estable fue duro, y no se terminaría hasta que el nieto de Lancel Áuryn, Kevon, asumiera el liderazgo de la Casa, empresa vista además con buenos ojos por la Casa Targaryen una vez la conquista de Poniente estuvo asegurada. Se estableció un puerto junto a la escarpada costa, justo debajo del impresionante acantilado sobre el que se levantó la Fortaleza Áurea. Una pequeña aldea surtiría de mano de obra para las fabulosas minas, subsistiendo la población a su vez de la pesca (no muy abundante aunque suficiente para las necesidades de la comunidad). Fue una época de penurias y esfuerzos. Plebeyos y nobles aunaron fuerzas para colonizar la tierra. Como símbolo de este esfuerzo supremo por doblegar la estéril tierra hasta hacerla manar oro y plata, Kevon Áuryn diseñó el escudo por el que sería conocida la Casa: una serpiente roja y verde que muerde su propia cola (antiguo icono valyrio que simboliza el principio de una gran obra y su consumación) sobre un rutilante campo dorado (que muestra la riqueza de la Casa).

Cuando llegó la Rebelión de Fuegoscuro y los Siete Reinos entraron en una guerra civil que amenazaba con asolar todo Poniente, las Tierras de Occidente se mantuvieron firmes al rey Daeron II Targaryen, legítimo gobernante del Trono de Hierro. Aún así, el caos en que vieron envueltas las cercanas Tierras de los Ríos y los ataques relámpago del ejército de Fuegoscuro, que caían como halcones asolando población tras población en un vano esfuerzo de conseguir dinero y pertrechos, tocó muy de cerca a la Casa Áuryn. Costadorada está tan cerca de las Tierras de los Ríos y es tan rica en oro que Lord Lyonel Áuryn, señor de la Casa en aquellos momentos, se vio en la tesitura de mantener sus escasos efectivos dentro de sus fronteras para defenderse de rebeldes y piratas por igual o lanzar un ataque preventivo hacia el este para así disponer de un colchón de tierra que sirviera de protección. Su decisión final, atacar, reportó a la Casa Áuryn nuevas tierras más fértiles, aunque el precio en sangre fue muy elevado: gran parte de las tropas perecieron en la contienda. Pero el peor golpe vino de manos de la muerte del heredero de la Casa, que pereció en combate singular contra el dirigente de la Casa atacada (Lord Ferdinand Nakken, de la Casa Nakken de Torremar). En vista de que ahora poseía demasiada tierra y muy pocas tropas con las que defenderla, Lord Lyonel llegó a un acuerdo con Gregor Nakken, heredero de Lord Ferdinand: le casaría con su hija a cambio de la lealtad de su Casa a Costadorada y la retirada del ejército. Sin ejército y con las tropas Áuryn en sus tierras, Gregor aceptó. La Casa Nakken de Torremar, antaño súbditos de la Casa Mallister de Varamar, quedaba bajo el escudo dorado de la Casa Áuryn. Tal suceso pasó tan desapercibido debido a la propia Rebelión de Fuegoscuro que, una vez finalizada ésta y al comprobarse que el conflicto Áuryn-Nakken se había saldado con un acuerdo matrimonial legal (si bien bajo presión), se asumió que el "cambio de manos" era definitivo. La Casa Nakken ha sido un banderizo leal desde entonces, y ha suministrado comida en abundancia a sus señores (quienes, por supuesto, pagan por ello: se dice que los Lannister siempre pagan sus deudas, no importa cuánto tiempo pase... en cambio los Áuryn las saldan al contado y en el acto).

La suerte de la Casa creció y disminuyó con el tiempo, manteniéndose siempre como Casa Menor más o menos independiente aunque nominalmente bajo el estandarte de la Casa Lefford del Colmillo Dorado. Su fortuna se fue acrecentando poco a poco, pero incluso a pesar de la ayuda de la Casa Nakken, su difícil situación geográfica impidió que floreciera en todo su esplendor. El trabajo de minería y la vigilancia de sus recursos ante piratas de las Islas del Hierro o forajidos de los Ríos (o incluso de las propias Montañas Occidentales), se tragó mucho esfuerzo humano y monetario. Su situación siempre fue precaria, pero las recompensas eran tan altas que los señores Áuryn consideraban que bien valían el esfuerzo.

La Rebelión de Robert Baratheon poco significó para los Áuryn. Aparte de entregar oro para pertrechos a sus señores Lefford (y, por supuesto, Lannister) y asegurarse a través de sus banderizos Nakken que los Tully de Aguasdulces (aliados con los Stark y los Baratheon) no les vieran como objetivo, la guerra no les causó problema alguno... en principio. Porque tras la destrucción de la Casa Targaryen y la Usurpación del Trono de Hierro por Robert I Baratheon, Poniente estaba tan debilitado que Balon Greyjoy decidió que era el momento de sacudirse el yugo impuesto sobre los Hijos del Hierro hacía tanto tiempo. En una serie de ataques fulgurantes, los potentes barcos de los isleños asolaron las poblaciones vecinas... y Costadorada era uno de los objetivos más suculentos y obvios. La Casa Áuryn, mal preparada para tan brutales ataques, vio asolada su tierra: la antaño orgullosa Fortaleza Áurea fue asolada, dejando en pie poco más que la Torre del Homenaje y algunos tramos de muralla. La aldea de Costadorada y su población fue diezmada, muchos de sus hijos asesinados y sus hijas violadas y raptadas. El ejército desbandado y su pequeña flota defensiva hundida en el fondo marino. Lo único que resistió fue la fuente de riqueza de la Casa: las minas, tierra adentro, no pueden llevarse en un barco. Aunque el oro y la plata ya extraídos y almacenados fueron robados, por suerte para la Casa Áuryn (y frustración para los piratas), el envío mensual al Colmillo Dorado acababa de realizarse. Así que en vez de oro y plata en abundancia, los piratas se llevaron vidas y sangre. Sus banderizos Nakken no sufrieron mucha mejor suerte, dejando decenas de hombres sin hogar y jóvenes que se hicieron a las montañas, subsistiendo del pillaje ocasional. Los supervivientes del ataque (Áuryn y Nakken por igual) fueron de los primeros en asaltar las murallas de Pyke tras el contragolpe organizado por el rey Robert I Baratheon. Algunas de las hijas de Costadorada y Torremar fueron rescatadas, pero las heridas siguen frescas y queda mucho por reconstruir.

Tal vez en un irónico giro del Destino, el símbolo de la Casa se ha vuelto contra ellos. De nuevo han de reconstruir una tierra indómita que no quiere ser colonizada, reviviendo los difíciles tiempos de Lancel Áuryn, el fundador de la Casa. Las recompensas de tal empresa siempre son elevadas, pero el precio sigue siendo alto.

Casa Nakken de Torremar

Reino: Tierras de Occidente

Escudo: Torre y Sol sobre campo sinople

Lema: "¡Alumbramos, oteamos, defendemos!"

• Historia:

Gregor Nakken fue el elegido para tomar las tierras de la familia Seatower cuando su linea quedó extincta tras repetidos ataques de las Islas del Hierro. Gregor era un noble temperamental que vivió hasta su último día obsesionado con dejarle un legado provechoso a su hijo. Sin embargo Galbraith Nakken fue el polo opuesto de su padre, un joven de espíritu juerguista que gustaba demasiado de torneos y de extravagancias, si bien su reconocimiento en la corte permitió a la familia ganar un mínimo grado de prestigio también vació las arcas que su padre había tardado tantos años en llenar. Viendo que la familia podía acabar en la ruina hizo que su primogénito, Vill, estudiase con los maestres mientras que él se llevaba al segundo consigo a los torneos. El despecho de Vill le llevó a que cuando abdicaron sobre él el título de señor de Torremar dejase de prestar atención a su vez a su hijo, quien incentivado por su madre tomó los mismos pasos del abuelo Galbraith. Así se creó una curiosa tradición en la que una parte de la familia vivía obsesionada con los números mientras la otra dilapidaba los tesoros familiares y obtenía reconocimiento para su casa.

Todo esto llegó a su fin con las ansias de conquista del bisabuelo del actual señor de Torramar, Ferdinand Nakken, quien en su juventud quiso aprovechar los turbulentos tiempos de la era de los Fuegoscuro para expandir sus territorios y riquezas, y así lo habrían lamentado todos sus vecinos si las cosas no se hubiesen torcido al final. Ahora eran vasallos de los Áuryn. Pero no todo era malo, pese a derrotado Ferdinand fue todavía capaz de ganar una última batalla si bien no militar sí para su casa. Como si de un castigo para él se tratase envió a su hijo a ejercer como espada juramentada para los Áuryn, lo cual salvaría a las arcas de su hogar de su derroche y serían estos quienes se ocupasen de enderezarlo. Este compromiso se mantiene hasta el día de hoy y todo primogénito Nakken pasa varios años en la corte Áuryn, aprendiendo a respetar a su casa señorial y dando un respiro a sus padres.

No hara más de dos años las Islas del Hierro plagaron una vez más el mar con sus velas y Romal, incapaz de sacar hombres de sus vacías tierras, tuvo que recurrir a mercenarios, criminales y salvajes. Fue entonces que conoció al que habría querido que fuese el báculo de su vejez en lugar de su ociosa hija, Rándamar Corzo. Aquel salvaje cogió a su menudo y desorganizado ejército y lo convirtió en una herramienta efectiva que combatió junto a las fuerzas Áuryn hasta expulsar a los Hombres de Hierro.

Para cuando los Greyjoy abandonaron sus costas sus pueblos estaban en llamas, su castillo en ruinas y no quedaba apenas ganado o cultivo intacto... pero las gentes y el oro se salvaron.

Romal estaba encantado para el final de la campaña pero Rándamar, al ver la alegría del anciano, le maldijo con que su vida no sería ni un día más largo que la del primer aldeano de Torremar que muriese desde ese día. Le espetó que el oro había turbado su mente y la todos sus antepasados, ya fuera para atesorarlo o derrocharlo y que ni todas las arcas del mundo le comprarían un lugar en el más allá una vez El Desconocido viniese a por él.

Rándamar Corzo desapareció aquella noche pero su impronta vive con el anciano a día de hoy.

Su antaño hermoso castillo no es ahora más que ruinas y las pocas fuerzas que le quedan ahora campan en sus pueblos y en el Faro de Torremar que da la imagen a su escudo. Romal Nakken ha trasladado su hogar a uno de sus mayores pueblos, Pizarra, donde vive dedicado al bienestar de sus gentes quienes le ven como un hombre santo y también encuentra tiempo para la fe y para ejercer de padre como ningún otro Nakken había hecho antes, escribiendo a su hija acerca de su recién redescubierto amor por ella y por las gentes de su tierra. Todo esto ha supuesto un terrible disgusto para su hijo, Hakon, quien desde la corte Áuryn no puede esperar a que su padre muera para tomar el poder y castigar al salvaje Rándamar por hechizarle. Día tras día malmete para que el señor de los Áuryn deponga a su vasallo, acusando a su propio padre de ser víctima de un espantoso sortilegio.

Recursos y posesiones de la Casa Áuryn

Recursos:

• Tierras:
  • Total: 22
  • Invertido: 22
• Defensa:
  • Total: 16
  • Invertido: 10
• Población:
  • Total: 21
  • Vicisitud: +1
• Ley:
  • Total: 12
  • Vicisitud: -5
• Poder:
  • Total: 32
  • Invertido: 30
• Influencia:
  • Total: 36
  • Invertido: 30
• Fortuna:
  • Total: 52
  • Invertido: 50

Posesiones:

• Tierras:
  • Montañas con costa y aldea.
    • Estructura defensiva: Torre
    • Dos minas
    • Puerto
    • Maestre: Maestre Nymos
• Tropas:
  • Guarnición/Ingenieros veteranos con 4 escorpiones.
  • Mercenarios veteranos.
• Herederos:
  • Primogénito: Sean Áuryn
  • Segundo hijo: Loren Áuryn

Recursos y Posesiones de la Casa Nakken

Recursos:

• Tierras:
  • Total: 25
  • Invertido: 24
• Defensa:
  • Total: 11
  • Invertido: 10
• Población:
  • Total: 14
  • Vicisitud: +0
• Ley:
  • Total: 10
  • Vicisitud: -10
• Poder:
  • Total: 14
  • Invertido: 13
• Influencia:
  • Total: 30
  • Invertido: 30
• Fortuna:
  • Total: 50
  • Invertido: 40

Posesiones:

• Tierras:
  • Colinas con aldea (Pizarra).
    • Estructura defensiva: Torre (Torremar).
    • Mina
  • Colinas
    • Mina (2)
• Tropas:
  • Guarnición veterana
  • Criminales veteranos
• Herederos:
  • Primogénita: Geneve Nakken
  • Primogénito: Hakon Nakken

Miembros de la Casa Áuryn

Líder: Rickard Áuryn

Rickard Áuryn es un líder carismático y muy válido, pero al que le ha tocado vivir una época de agitación. Ha tenido que cargar con duras decisiones, y vivir momentos de vacas flacas, lo que ha debilitado su casa hasta la casi extinción. Su corte, antaño rica y poderosa, está ahora reducida a un torreón y una pequeña aldea, donde la mayoría de las casas yacen como restos de lo que fueron, al igual que los Áuryn.

Los años y las duras campañas le han hecho envejecer más rápido de lo que hubiera querido, y largas arrugas cruzan su rostro, a pesar de que no pasa de los 50 años. De su cabellera, antaño rubia y gloriosa, no queda más que una escueta mata de mechones blancos allá donde el pelo se resiste a caer. Sus ojos, sin embargo, siguen conservando la chispa de ingenio y agudeza que le ha caracterizado siempre. En sus malos momentos es un hombre taciturno, pero cuando ha de mostrar fuerza, sigue siendo un líder fuerte y capaz, obsesionado con recuperar el poder del que años atrás gozaban los hombres de Costadorada, y que ponía a los Áuryn a la altura de los Crakehall o incluso los Brax.

Suele ir acompañado de su mayordomo, Leo, que le ha mostrade ser el hombre más leal que ha conocido. Es muy reservado a la hora de mostrar sus sentimientos, y sólo su esposa y Leo pueden afirmar que tiene un profundo corazón. Para el resto de la gente parece frío y calculador, metódico, y estricto con las leyes.

Señora: Dianne Payne

Dianne es una mujer que irradia calma. Junto a su marido, parecen el blanco y el negro. Rickard muestra el lado duro e imponente que debe dar un líder, mientras que Dianne es todo dulzura. Amable con cualquier persona, es muy difícil no confiar en ella. Y una vez lo haces, descubres que no es una persona traicionera, y que puedes acudir a ella para casi cualquier cosa. Los hombres y mujeres que visitan la Corte de los Áuryn, no llegan a comprender qué es lo que ha visto en su frío esposo, aunque los que viven allí comprenden que hacen una pareja excelente, y que la conjunción de ambos es lo único que mantiene a los Áuryn unidos en estos momentos tan duros.

De cabellos largos y rizados, de color azabache, llama la atención en una tierra donde el rubio predomina sobre los otros colores, y el castaño se considera un tono oscuro. Sus ojos, sin embargo, son de un verde oliva muy llamativo, y tan profundos que se sienten insondables. Antaño fue una mujer muy hermosa, y aún hoy sigue conservando parte de esa belleza, aunque ya aparezcan las marcas de la edad en su rostro. Siempre viste con tonos claros, preferiblemenete verdes y amarillos, aunque en las galas formales suele lucir colores rojos y amarillos, en honor a sus líderes Lannister por un lado,y al oro de los Áuryn por otro.

Primogénito: Sean Áuryn

Sean es un hombre pulcro y elegante. De porte similar a su padre, altivo, frío y calculador, está obsesionado con alzar a los Áuryn hasta una posición digna de ellos. Reprocha a su padre algunas decisiones, si bien las que él propone son en ocasiones casi tiránicas. Con los años se ha vuelto más taimado, y parece que la educación y la edad han ayudado a que vaya desarrollando un carácter más acorde con lo que se espera de un buen líder y no de un caudillo sin escrúpulos.

Aunque no tan atractivo como su hermano menor, los rasgos característicos de los Lannister están presentes en sus facciones. Sin embargo, su afición por las justas le ha dejado un par de feas cicatrices, pero ha mostrado ser un buen luchador, y se ha granjeado varias amistades en los distintos torneos en que ha participado.

Sean no ve llegar el día en que tome el control de los Áuryn, y bajo su mano firme los lleve por el buen camino. Su padre sólo espera que no tome el mando demasiado pronto, pues considera que aún tiene muchas cosas que aprender sobre la gestión de recursos y el trato con el pueblo.

Heredero: Loren Áuryn

La sangre Lannister que corre por las venas de los Áuryn se remonta hasta los tiempos de su fundación, pero todos cuantos conocen al segundo hijo de Lord Áuryn coinciden en que fluye espesa por sus venas. Pues tanto el aspecto como el carácter del delgado y apuesto joven recuerdan a los Señores de la Roca.

Poco más que un adolescente malcriado y casquivano antes de la rebelión de los Greyjoy, las experiencias sufridas durante la misma le hicieron madurar rápidamente. Tras estar encerrado en una mazmorra en Pyke, su comportamiento se ha vuelto más serio y responsable. Ahora pocos reconocen en él al voluntarioso e ingenioso joven decidido a recuperar el prestigio de su casa; si bien es cierto que, para exasperación de su señor padre y desesperación de su espada juramentada, continúa siendo igual de casquivano.

Maestro de Armas: Agen Abyss

Alto, fibroso, ágil. Sus rasgos más evidentes son su pelo plateado y sus ojos del color de la amatista, así como su tez pálida y su rostro enjuto y autoritario... rasgos que le definen claramente como alguien de sangre valyria pura.

Maneja con mucha soltura la espada, y tiene un mente rápida y bien dada a las cuestiones tácticas. Le gusta nadar y a menudo pasa horas en la bahía frente a Costadorada.

Por lo que dicen, antes era cordial y amistoso, muy dado a las bromas entre la tropa de la Casa Áuryn. Pero desde el ataque de los piratas y la muerte de su padre, Varyen, su ánimo se ha vuelto oscuro y melancólico. De una forma u otra, Agen Abyss es una persona honorable, al que no le gusta mentir y que cumple su palabra.

Viste de tonos oscuros, normalmente negros con algún toque morado, y en batalla usa la antigua armadura de escamas de su padre, que hizo entintar de negro hace poco (dicen que debido a la muerte de éste). Es dueño de la espada de su extinta familia, una hermosísima pieza de oscuro acero valyrio que tiene por nombre Colmillo Marino.

Es posible que su sobrenombre de "el Dragón Negro", provenga de todo ello (aspecto, carácter y vestimenta).

Maestre: Maestre Nymos

Nymos es un hombre de mediana edad, entre 35 y 40 años. Bastante alto y desgarbado, parece moverse siempre de forma algo torpe. Sería una persona anodina, que pasaría desapercibida en cualquier sitio si no fuera por su rostro.

Una hirsuta barba cubre casi toda su cara, ocultando solo en parte su tez oscura. Pero lo que más llama la atención son sus ojos. Oscuros y grandes, se mueven vivazmente de un sitio a otro, procurando no perder detalle de nada de lo que ocurre a su alrededor. Su penetrante mirada no oculta una aguda inteligencia.

Su ingenio también se hace notar en las conversaciones. Pese a su natural cinismo, es una persona bastante carismática, capaz de razonar sus opiniones para demostrar que tiene razón. La cadena de maestre que lleva colgada al cuello le sirve también para añadir el argumento de autoridad a su discurso. Sin embargo, es tremendamente cabezota y si se le mete una idea entre ceja y ceja es complicado hacerle cambiar de opinión.

Mayordomo: Leo Bradden

Leo Bradden es un hombre de pelo largo y blanco. Su avanzada edad se puede ver en todos sus rasgos, su cuerpo arrugado y huesudo, su debilidad y su calvicie. Pero sus ojos reflejan sabiduría. Mucha más que la de ningún otro en el castillo. Ha permanecido en su puesto durante casi 30 años, viviendo con tres señores distintos y cumpliendo siempre con su función.

Casi siempre viste con una túnica gastada y grisácea, la cual dice que le trae buena suerte. Nunca dedica una mala cara, salvo a aquellos que ofenden o no tratan a su señor de forma adecuada. Y siempre, siempre parece meditabundo, como si estuviera analizando todo lo que observa. Quizá sea debido a que trata de memorizar cada detalle, puesto que goza de una memoria prodigiosa, como demuestra cada vez que tiene que dar información.

Es un hombre leal y servicial, y de un talento innato para la administración. Gracias a su habilidad, podría ser el administrador de casas mucho mayores, pero por motivos que ha mantenido siempre ocultos, ha permanecido fiel durante toda su vida a la casa Áuryn.

Espada Juramentada: Ser Lyonel Áuryn

Fuerte, diligente, noble. Estos son los tres rasgos distintivos de Ser Lyonel, que con 40 años a sus espaldas lleva ya 25 sirviendo con su espada a su primo y señor Rickard Áuryn. De apariencia delgada, ha mostrado una agudeza sin igual en el campo de batalla, y una habilidad encomiable para dirigir los regimientos de los Áuryn.

Siempre amable, aunque de pocas palabras, Ser Lyonel Áuryn ha permanecido siempre junto a su primo y señor para dar consejo militar. Su golpe más duro lo recibió el pasado año, cuando su esposa fue violada y asesinada por los Hijos del Hierro en la primera incursión que estos hicieron a Costadorada. Desde entonces, se ha vuelto aún más reservado que antes, y evita hablar de la reciente guerra en la medida de lo posible para no reavivar el dolor.

Fue nombrado caballero años atrás, pero tras las recientes batallas con los Greyjoy, que se saldaron con unas bajas mucho menores de lo que podrían haber sido gracias a la habilidad de Lyonel, su señor le ha prometido tierras que gestionar una vez reconstruyan sus posesiones. Tras la pérdida de la flota Áuryn, Rickard le encomendó la tarea de reconstruir los barcos, para lo que debe esperar a recuperar los recursos de los que antaño gozó la casa.

Espada Juramentada: Owen Lannister

Owen es una reciente incorporación a la casa Áuryn. Ha sido enviado por el propio Lord Tywin Lannister, para hacer de enlace entre ambas casas, en un interés del señor de Roca Casterly de devolver la seguridad y estabilidad a la región de Costadorada. Tras la guerra contra los Hijos del Hierro, Ser Owen juró lealtad a Rickard Áuryn, y al poco tiempo asumió el control de las patrullas que rondan las tierras que rodean la Torre Áurea.

Owen Lannister es un joven responsable, que lleva a cabo su función con eficacia. Pero tiene un feo defecto: es demasiado dado a las fiestas de la corte y a las mujeres (tanto nobles como prostitutas), lo que en ocasiones trae algún que otro problema a su señor. Hasta el momento, Rickard no le ha castigado por sus excesos, en primer lugar porque nunca han limitado su eficiencia en su trabajo, y en segundo lugar, porque al haber sido enviado por el propio Tywin, teme que el señor de la Roca pueda sentirse agraviado si el hombre que él mismo ha enviado para ayudar a los Áuryn es despreciado. Aún así, Owen sabe que si acaba agotando la paciencia de su señor nada le salvará de su castigo, por lo que se esfuerza continuamente en cumplir las órdenes de Rickard Áuryn al pie de la letra.

Espada Juramentada: Roland Nieve

Hijo natural del antiguo señor de la Atalaya de Aguasgrises y hermano menor de su heredero, lord Howland Reed. Tras la rebelión de los Grejyoy pasó a estar al servicio de la casa Auryn, convirtiendose en la espada juramentada del menor de sus hijos, Loren.

Al igual que la mayoria de los lacustres Roland es delgado y fibroso, de pelo negro como alas de cuervo y ojos oscuros y penetrantes. Persona callada y algo melancólica para sus años se trata de un hábil guerrero de probada lealdad y rectitud.

Dama: Mia Áuryn

Mia es una joven hermosa y vivaracha. De larga melena rubia y ojos azules, atrae numerosas miradas allá donde va, tanto por su físico como por su comportamiento alegre. Su rostro posee facciones delicadas, con la excepción de su nariz achatada, recibida por parte de madre.

Sobrina de Rickard Áuryn por parte de padre, Mia se crió en Roca Casterly bajo la supervisión de Ser Kevan Lannister. No contaba ni tres años cuando se trasladó allí junto a su madre, tras la muerte de su padre Bronn Áuryn, que cayó en combate frente a los Hijos del Hierro defendiendo Costadorada de los continuos saqueos. Allí aprendió las labores y modales de una dama, pero además se empapó de los entresijos de la Corte. Aprendió a ser discreta y observadora, y a aprovechar las ocasiones. Durante años analizó el comportamiento de cortesanos y cortesanas, y sabe como aprovechar las debilidades de los demás para beneficio propio.

Regresó a Costadorada en cuanto cumplió la mayoría de edad, y ha permanecido junto a su tío en los buenos y malos momentos. En esta época de dificultades, su jovialidad es muy apreciada, y no goza de pocos pretendientes, aunque aún no se ha pronunciado a favor de ninguno.

Maestro de cuadras y caza: Dart Colina

Dart es un joven adiestrador que lleva en la casa Áuryn tan solo 4 años. Hijo bastardo de padre desconocido, ha vivido desde hace años en la aldea de los Áuryn, y gracias a sus dotes de adiestramiento fue reclutado por Rickard años atrás para hacerse cargo de las caballerizas y perreras, al igual que para ayudar al actual maestre con los cuervos. Sin embargo, resultó ser de mucha más utilidad, pues Dart Colina poseía también una habilidad natural para la caza, dado que se ha dedicado a vivir gracias a su propia supervivencia durante su juventud. Una vez descubierta su dote, su señor le otorgó también el puesto de Maestro de Caza, y Dart personalmente dirige la mayoría de partidas, al igual que a los sabuesos.

Es un hombre de mediana estatura, de unos 20 años, con barba rala y cabello castaño, que siempre lleva muy recortado. Generalmente tiene un aspecto algo desharrapado, puesto que pasa casi todo el día entre los animales de los Áuryn, pero cuando sale de caza o hay una reunión importante se viste de forma cuidadosa, y aunque con ropas de criado, goza de una muy buena apariencia.

Mercenaria: Nerea Wells

Nerea es una mujer dorniense alta y fibrosa. Más alta que muchos hombres, de hecho, su metro ochenta llama la atención bastante. Normalmente el pelo azabache recogido en una trenza que le llega hasta debajo del trasero. Toda ella es bastante estilizada, y eso sumado a su altura y a la agilidad de sus movimientos le da un aspecto sinuoso y sibilino, como de serpiente.

Es relativamente joven, unas dos décadas de edad; y siempre suele llevar enroscada en algún brazo o en el cuello una serpiente larga y estilizada que responde al nombre de Lyw.

Cuando va a combatir suele llevar una armadura ligera que no entorpezca sus movimientos. El resto del tiempo viste ropa cómoda y holgada, típica de su país.

Es amable, cortés y educada; sabe cuándo ser divertida y encantadora y cuándo cerrar la boca. Aún así, no habla demasiado de si misma. Además, tiene una lengua viperina propia de una sierpe, aunque pocas veces está de mal humor. Es una mujer satisfecha de la vida y que no busca más que lo que ya tiene. Se podría decir que ha encontrado la paz en el estilo de vida que lleva.

Mercenario: Roger Desmond

Roger es un mercenario de unos 30-35 años, bastante alto, de barba descuidada y cabello corto castaño. Pero posiblemente, el rasgo más favorecido y distintivo de Roger son sus ojos, del color del oro bruñido.

Musculoso y sencillo, nunca ha buscado demasiados problemas... salvo en el combate. Adora luchar, y se alzó rápido como líder del grupo de los Guardianes de Costaudáz, uno de los más reputados grupos de mercenarios de las Tierras de Occidente. En la batalla se mueve de forma veloz y letal, y pocos hombres osan enfrentarse a él en combate singular.

Suele vestir con ropas sencillas, acompañando a su carácter. Sin embargo, no se debe uno dejar engañar por la apariencia, pues Roger no se ha coronado como líder de una tropa sólo por su habilidad en el combate cerrado. Gusta de las cortes y las comodidades de éstas, y aunque no se entromete en los entresijos del juego de poder, le gusta relacionarse con los nobles (y sobre todo con las damas de la corte). 

Actualmente se encuentra al servicio de los Áuryn, protegiendo las yermas tierras y dando caza en su tiempo libre (junto con sus compañeros de batalla) a los bandidos que asolan las tierras de Costadorada.

Miembros de la Casa Nakken

Líder: Romal Nakken

Romal Nakken es un anciano venerable. Antaño un hombre altivo que pagaba sus impuestos con orgullo pero que también atesoraba una gran fortuna. Ahora tiene reputación de hombre santo y sus facciones se han suavizado mucho, por la misma magia por la cual su pelo ha encanecido hasta un blanco níveo. Sigue siendo un noble adinerado pero sus ropajes, pese a ricos, parecen más los de un septón. Su aspecto entrañable está en armonía con el de su pequeña hija Geneve, una preciosa niña fruto de los últimos años de su añorada Lady Narania.

Ambas figuras contrastan mucho con las de su guardia y su castellano, hombres cubiertos de terribles cicatrices tras la todavía reciente campaña contra las Islas del Hierro.

Actualmente, Romal reside en la aldea Pizarra, en lugar de en Torremar, y sus allegados han comprobado cómo se ha vuelto cada vez más humilde con el paso de los meses desde la rebelión de Balon Greyjoy.

Primogénito: Hakon Nakken

El heredero de los Nakken es aún un chaval, de unos 14 años, que vive como pupilo con los Áuryn. De ojos azulados y cabello corto y rubio, el joven Hakon ha aprendido durante su infancia todo lo que un heredero debe saber. Pero nunca fue suficiente para su padre, que aún tiene en mente a su primer hijo, muerto en combate, y a lo largo de los años ha espetado a Hakon que nunca llegará a ser como él. Esto ha hecho que el primogénito de los Nakken desarrolle con la edad desprecio por su padre, que sólo el amor que le profesa por sus lazos de sangre consigue mantener a raya.

Sin embargo, tras la rebelión Greyjoy las cosas han cambiado. Su padre se comporta de forma extraña desde que terminó la guerra y un salvaje, según dice su progenitor, le maldijo. El comportamiento del señor de los Nakken, que ha decidido trasladar su residencia a la aldea Pizarra, junto a los campesinos, disgusta a Hakon, al igual que el súbito amor que ahora le profesa a través de las cartas que le envía a Costadorada. Hakkon cree que su padre está acusando la vejez, y que ya no se encuentra en condiciones de gobernar. Esto ha despertado sentimientos encontrados, y los que están junto a él han comprobado cómo el carácter de Hakon se ha ido agriando poco a poco con el paso de los meses.

Primogénita: Geneve Nakken

Geneve es una muchacha dulce de 15 años, cabellos trigueños, gran belleza y atractivo y voz conciliadora. Sus insondables ojos azules son tan cálidos como enigmáticos; y su boquita grana, el anhelo (y quizá la perdición) de muchos.

Tras la muerte de su madre, que pereció en las labores del parto de su tercer hijo vivo, el temperamento de Geneve se hizo voluble y caprichoso. Su padre toleraba la nueva actitud díscola de su hija hasta que el primero de sus vástagos también murió después de un largo padecimiento que ningún maestre logró curar. Geneve entonces, entristecida y reprimida, fue disciplinándose poco a poco hasta convertirse en la apacible y obediente doncella que hoy día es. Si bien nadie puede dejar de reparar en su carácter, que a veces se revela bajo el halo de mansedumbre.

Geneve nunca pasa desapercibida a nadie a pesar de que, como buena doncella, pase el día bordando. Su conversación suele ser tranquilizadora para aquellos que buscan consejo. Jamás haría algo que perjudicara a su familia... a no ser que más tarde esto le reportara un beneficio mayor (a la familia, por supuesto).

Maestro de Armas: Lancen Crakehall

Lancel es un hombre recio, duro y curtido, que ha servido a los Nakken desde hace ya muchos años. Su cuerpo está surcado por numerosas cicatrices, y las luce todas ellas con orgullo. Rondando los 40 años, su mayor disfrute en la vida es acabar con los hombres de las Islas del Hierro, y no duda en acudir a cada batalla. Su corto cabello castaño oscuro suele estar siempre enredado, producto del sudor de los continuos entrenamientos, y sus ropas, aunque ricas, no son de la calidad que correspondería a un hombre al servicio de una casa con tanto dinero. Pero a Lancel eso no le importa, al igual de lo que puedan decir de él. Y es este factor el que le hace tan querido en Torremar, su devoción por su deber y su indiferencia respecto a las críticas. Los nobles que visitan Torremar no opinan igual, y creen que es más parecido a los norteños que a los Lannister.

La mayor parte del día lo pasa en el exterior entrenando junto a su hijo, y curtiendo a los soldados de Torremar y no suele perder el tiempo con intrigas, las cuales no le interesan en absoluto. Solamente cuando se nombra a los piratas Greyjoy parece mostrar interés por las conversaciones de la corte.

Mayordomo: Fred Dymon

Oportunista, aprovechado, dicen de él. Fred prefiere definirse como perspicaz y sabio, aunque no niega lo que otros opinan. Aunque lleva varios años sirviendo a la Casa Nakken, obtuvo su actual puesto tras la muerte del anterior mayordomo, que pereció cuando los Greyjoy lanzaron sus ofensivas sobre Torremar, y desde entonces, Romal sabe que acertó al nombrarle mayordomo. Desde entonces las cuentas de los Nakken nunca han fallado, y parece que Fred tiene la habilidad para extraer el doble de oro del existente de las minas de las colinas que rodean Torremar.

A sus menos de 30 años ya es un hombre prometedor, y espera vivir muchos más como administrador de las tierras de los Nakken, pues este puesto le ha otorgado todo lo que su posición antes le negaba. Ahora tiene un buen sueldo, que le permite yacer con las mujeres que su poco agraciado físico le impedía obtener antes, y además se siente cómodo gestionando y administrando haciendas, pues consideraba que su talento se estaba desperdiciando como un simple criado. Razón no le falta, pues su habilidad está siendo ahora de buen uso para Romal, que puede delegar en él casi todas las funciones de contabilidad y administración de las tierras Nakken.

Maestro de Cuadras y caza: Kim Duncan

Kim es un apuesto hombre, de cabellos castaños, brillantes y rizados. Sus ojos irradian felicidad y amor, y pocas son las mujeres que pueden resistirse a sus encantos. El nombre de Kim es bien conocido entre las damas de la aldea de Pizarra, y las cortesanas intercambian susurros cada vez que cruza Torremar. Su conocida promiscuidad, sin embargo, ha hecho que ninguna mujer le ha querido tomar como esposo, y a sus casi 30 años sigue soltero y sin familia. Kim nunca ha considerado eso un problema, y a aquellos que le espetan que cuándo sentará la cabeza, suele responder con una sonrisa que refleja muy bien la importancia que otorga él a la familia.

A pesar de pasar gran parte del día con caballos y perros, cuando acaba su labor viste de forma exquisita para ser un criado, lo que no suscita en la gente la pregunta de por qué posee tales ropas, y su comportamiento en Torremar es más digno de un caballero que de un criado.

Cuando era algo más joven fue escudero del difunto William Nakken, y una vez el joven heredero murió, permaneció en Torremar para ocuparse de la caza y los caballos. Fue Kim quien trajo al moribundo hijo de Romal Nakken, y cuando el Desconocido se llevó al joven primogénito de la Casa, derramó más lagrimas por su amigo que el propio padre de William.

Todavía sigue soñando con las aventuras que vivió junto a Will, y anhela poder partir un día en busca de gloria. Mientras tanto, cumple fielmente su cometido, y mantiene a los perros bien entrenados y a los caballos lustrosos y cuidados.

Espada Juramentada: Dyn Mallister

Dyn Mallister ha permanecido junto a Romal desde que muy joven fue nombrado caballero. Y eso no ha cambiado cuando su señor decidiera trasladar su hogar a Pizarra, donde Dyn le ha acompañado. Se ha convertido en su guardia personal, y vela por la seguridad del señor Nakken. Y en 15 años de servicio, Romal nunca ha corrido peligro de muerte mientras Dyn permaneciera a su lado.

A pesar de que ha acumulado varias cicatrices, de la que destaca una fea marca producto de un corte profundo a un centimetro escaso del ojo, Dyn es un hombre atractivo, cuyo cuerpo fibroso y castaños y sedosos cabellos atrae las miradas de las mujeres, tanto jóvenes como no tan jóvenes. Y es que a sus más de 30 años sigue conservando el porte juvenil y alegre que ha encandilado a tantas damas.

Sin embargo, su deber es lo primero, y cuando su señor le dijo que se mudaría a Pizarra, donde pocas cortes se celebrarían, Dyn dio preferencia a la seguridad de su benefactor que a su vida personal.

Espada Juramentada: Ser Desmond Lefford

Desmond es un hombre de entre 40 y 50 años, que juró lealtad a los Nakken tras pasar su juventud como pupilo de Romal Nakken. Antaño fue uno de los mejores luchadores de las Tierras de Occidente, y salió invicto en numerosos torneos. Hoy día, a pesar de los años, sigue siendo un gran guerrero que sirve fielmente en Torremar, custodiando la costa y dirigiendo a los guardias encargados de vigilar los caminos.

A pesar de las arrugas que empiezan a surcar su rostro, se encuentra todavía en forma, y sus brazos y piernas siguen mostrando los músculos del guerrero consumado. Sus ojos marrones han visto caer bajo su espada a cientos de Greyjoy, y su diestra sigue conservando la habilidad de antaño.
Anda firme y siempre bien vestido, aunque su cabello castaño claro, largo, rizado y algo desaliñado, no acompaña al resto de su cuidado aspecto. Aunque educado, es algo rudo al hablar, y no suele perder la compostura por mucho que se le incite a ello.

Dama: Brianna Crakehall

Brianna Crakehall, esposa del Maestro de Armas de los Nakken, es una mujer baja y regordeta, de unos 35 años y carácter pacífico. Siempre está cerca de su marido, y aunque parece tranquila, su mente está siempre en continuo funcionamiento. Nadie sabe cómo, pero cualquier rumor de la corte acaba llegando a ella, y aquellos con los que tiene más trato saben que es peligroso confiarle un secreto, pues le es difícil guardarlo. A pesar de esa fea manía, es una mujer carismática, con la que es fácil entablar amistad, una relación que además resulta provechosa gracias a toda la información que puede llegar a dar.

Suele vestir prendas verdes holgadas, y camina con una gracia peculiar, contoneando de forma singular su cuerpo, haciendo que parezca que su ropa danza a su alrededor. Con este movimiento es capaz llamar la atención de la gente, aunque haya perdido el atractivo de su juventud y, tras dos partos, su figura. Por supuesto, su voz, fuerte y llamativa, le ayuda también a ser el centro de atención en una conversación.