Los días transcurrieron despacio, en una molesta incertidumbre. Hasta que llegaron las noticias de Roca Casterly, todo pareció suspendido en el tiempo, cada uno de vosotros aguardando algún otro importante suceso.
Ninguno de vuestros guardias, ningún rastreador o explorador, volvió de su partida con noticias o sorpresas. Incluso parecía que los bandidos habían reducido su actividad - por supuesto esto fue simplemente fruto de vuestro sentimiento, pues bandidos y otra calaña seguía abundando por la región y más de uno cayó durante las batidas de vuestros hombres -. Parecía como si vuestro enemigo, creyéndose superior, hubiera optado por ignorar vuestros movimientos y se estuviera centrando en otros asuntos de mayor importancia.
Pero días más tarde, un cuervo dio dos vueltas en torno a la torre de Costadorada, para luego acceder por la ventana de las pajareras. El mensaje se extendió como la pólvora por la residencia de los Áuryn, e inmediatamente fue remitido a los Nakken.
El fallecido Lannister, heraldo de Lord Tywin, estaba transmitiendo por todas las Tierras de Occidente el mensaje de que un gran torneo se preparaba en las afueras de Lannisport. Se esperaba que todos los caballeros al servicio del estandarte carmesí se presentaba, pues se ofrecían suculentas recompensas para todos los campeones, y resultaría un escenario ideal para establecer relaciones diplomáticas de cara al verano, que según los sabios de Antigua iba a ser largo. Al parecer, alguien había querido que los Áuryn no recibieran dicha invitación, y no pudieran estar presentes en el torneo.
Dejasteis a un lado todos los planes, y una vez más tuvisteis que actuar contra el tiempo, y ante algo inesperado. Debíais decidir quién viajaba al torneo, y quién permanecía en las tierras para mantener la seguridad y evitar más sorpresas. En un momento de debilidad, debíais dividir fuerzas para evitar dejar abandonado uno de los terrenos del combate. No era una decisión sencilla, y cada uno de los Áuryn y Nakken debe escoger en cual de los dos campos de batalla será de mayor utilidad.
Los que permanezcan en Costadorada y Torremar se ocuparán de la seguridad y gestión de las tierras y vigilarán las fronteras para prevenir una emboscada en vuestras propias tierras. Aquellos que decidan partir a Lannisport podrán participar en el torneo para traer reconocimiento a los Áuryn y tratarán de localizar al enemigo, que sin duda estará presente en la capital.
Los Nakken, que unos días antes abandonaran Costadorada, se han visto forzados a volver para decidir junto a sus compañeros Áuryn la mejor estrategia posible en estos momentos. El jaleo estos días es exagerado, mucho mayor al acostumbrado en las reuniones trimestrales. Los caballos se agitan en las cuadras; y junto a los canes, inquietos en las perreras mantienen ocupado todo el día a Dart. Los criados van y vienen como hormigas enloquecidas en reconstruir su madriguera tras una inundación. Preparan los carruajes, llevan víveres de un lugar a otro, y acumulan pilas de listones de madera para las atalayas que vigilarán vuestra frontera. Nadie permanece ocioso, e incluso los nobles se ven estresados por lo repentino de la decisión. El torneo comienza en diez días, y aunque Rickard ya ha avisado con un cuervo a Lord Tywin, si no os ponéis en camino hoy mismo no llegaréis a tiempo para el comienzo del campeonato.