Partida Rol por web

- Esto ha sido muy fácil - dice sonriendo Lancel -. Me he quedado con ganas de encontrarme con algún rival a nuestra altura.

Se acerca hasta el hombre que ha dejado inconsciente un momento antes y se lo carga al hombro.

- Será mejor que volvamos cuanto antes a Torremar. Allí nos ocuparemos de sacar todo lo que sepan a estos malnacidos.

Aguarda hasta que vosotros dos estéis listos, y comenzáis a desandar el camino hasta la mina. Tras varias horas de recorrer subterráneos, caminos, campo y dos enfrentamientos, el cansancio va haciendo mella en vosotros, y cuando llegáis a Roca Caída descubrís agradecidos que el caballo de Lancel se encuentra tranquilo, paciendo a un lado del camino, como si nada hubiese ocurrido a su alrededor.

- ¡Je! Pequeño diablo, pensaba que te habría perdido - dice con cariño a su corcel. Kim también parece agradecido de no haber perdido uno de los mejores caballos Nakken -. Ven aquí, tenemos algo de carga para ti.

Cuando llega hasta el caballo descarga al hombre que llevaba al hombro, y luego os ayuda a cargar a los otros dos y atarlos para que no se caigan de la grupa del animal.

- ¡Volvamos a casa, compañeros! Estoy deseando disfrutar del calor de nuestro hogar y de una buena cerveza.

Siguiendo tus órdenes, mientras volvéis hacia Roca Caída Kim se concentra en ocultar vuestras huellas y la de sus dos canes. Parece que hace un buen trabajo, pues hace desaparecer los restos de huellas, ramas partidas y borra los restos de ramas rotas y marcas que han dejado los tres hombres a caer. Esto le supone un cansancio extra, y para cuando llegáis a Roca Caída esta casi exhausto. El trayecto hacia Torremar se le antoja eterno, y se le ve ansioso por llegar para poder echarse en su cama hasta la hora de la cena.