Partida Rol por web

Ves como las figuras empiezan a seguirte a traves de la niebla, pero decides dar el todo por el todo y empiezas a meter tus pies en el agua cenagosa, el cadaver de tu compañero sigue ahi donde lo dejastes encaramado en la orilla. El lago tendra unos 200 metros y te toca nadar unos 100 y no sabes si sumergirte, cuando ya llevas unos pasos y estas con medio cuerpo dentro te das cuenta de que algo ha rozado tu pierna, y ves algo grande y blanco en el interior del lago moviendose...

-Ay!!!- aunque no tenía intenciones de delatar mi posición en el lago, algo rozó mi pierna y no pude evitar saltar del susto. Una cosa blancuzca y enorme se deslizaba en aquellas aguas infectas y acababa de topar conmigo. Tranquila Tiff, tu quédate quieta hasta que pase, luego avanzas. Aunque intentaba tranquilizarme mentalmente, mi respiración se iba acelerando cada vez más y mi corazón comenzaba a latir fuertemente.

Cerré los ojos unos momentos para centrarme y volví a abrirlos siendo yo. No iban a derrotarme tan facilmente. La ira volvió a crecer en mi interior y eso me dio la fortaleza que necesitaba para continuar. Mientras siguiera haciendo pie, seguiría internándome en aquellas aguas frías y tenebrosas; cuando ya no tuviera opción, comenzaría a nadar, siempre con la cabeza por encima de la superficie, pero no me rendiría. Si el doctor quería acabar conmigo, tendría que mandar algo mucho más fuerte.

La criatura pasa de largo y sientes el alivio recorriendo tu cuerpo, aunque el frio glacial del lago no hace que sea muy apetecible nadar en sus aguas. En tanto puedes ver como las estatuas se reunen en la orilla poco a poco como si fueran un peloton de destacamento, te fijas en sus arcabuces y pistolas, recuerdas que hasta hace poco has escuchado las explosiones de polvora y has visto reventar las cabezas de los turistas. ¿Se estaran preparando para hacer un tiro al pato contigo?

La cosa viscosa que me había rozado se alejó sin haberse percatado de mi presencia. En ese momento creí que empezaba a tener algo de suerte. Sin embargo, tuve muy poco tiempo para relajarme. Al mirar hacia la orilla, las estatuas se estaban congregando, todas mirando hacia donde me encontraba yo. No sabía si serían capaces de internarse en el lago, Lo más probable es que no, porque quedarían sepultadas en sus profundidades. Pero nada de ello impedía que pudieran dispararme desde la orilla. Después de todo, estando aún con medio cuerpo sobre la superficie, era un blanco relativamente fácil.

Maldición! tengo que apresurarme, debo sumergirme aún más! Pero el recuerdo del tacto del ser que había pasado cerca mío hacía nada más que unos instantes me paralizó de miedo. Debo moverme! Debo nadar de una buena puta vez o seré un colador en menos de lo que canta un gallo!

La granizada de balas empieza a silbar sobre tu cabeza, estrellandose en el agua con un sonido silbante, acercandose cada vez más, pero entonces escuchas una explosión, al girarte ves que una de las criaturas se ha quedado sin arma pues le ha reventado ante sus narices dejando a las otras estupefactas, dejandote unos segundos para poder seguir nadando, todavia te queda un pequeño tramo hasta llegar y al ritmo que nada es fácil que llegues sin percances.

Mientras me movía como podía, siempre intentando alcanzar el centro del lago, las balas comenzaron a pasar por sobre mi cabeza, algunas muy lejos, otras demasiado cerca como para hacerme desear que una me diera de lleno y aquella pesadilla acabara de una buena vez. Pero yo era Tiffany Sanders. No iba a rendirme así como así. No podía dejar que me mataran de aquella forma, por la espalda, como unos cobardes. No. Era una simple y llana cuestión de orgullo.

Gracias a que has ido todos los dias tu ratito a la piscina para despejarte del dia, ahora se notan tus esfuerzos, no has necesitado más que esa distración para adentrarte hasta el mismisimo centro del lago, antes de que vuelvas a escuchar una descarga de munición, con otra explosión, al parecer estas teniendo muuucha suerte, puede que algún lugar alguien si vele por tí. Miras hacia abajo y no ves nada, solo oscuridad completa, deberias entrar a ciegas para ver si hay algo.

Al parecer la adrenalina estaba jugando a mi favor. Mientras sentía que las balas pasaban por encima de mi cabeza impactando cerca pero sin llegar a rozarme, fui adentrándome en el lago, buscando su maldito centro. Poco a poco los sonidos de disparos comenzaron a quedar atrás, y la oscuridad y la quietud de la noche me fueron envolviendo.

Avanzaba por aquella masa de agua fría escuchando solo mis jadeos y el sonido del líquido al desplazarse con mis brazadas. La situación me ponía los pelos de punta.

Cuando creí encontrarme en la mitad, miré hacia todos lados, en busca de una señal, pero no había nada. Solo frío y oscuridad. Maldición! y ahora qué? Di algunas vueltas en círculos pequeños, nadando despacio, intentando captar algo, pero era imposible. La negrura de aquellas aguas me impedían ver si había algo bajo la superficie.

Supongo que tendré que sumergirme a ciegas... y cruzar los dedos por poder hallar algo en lo que pueda aguantar la respiración... si no... ya no sé que hacer.

Resignada al no ver otra alternativa posible, junté aire y metí la cabeza en el agua, esperando hallar algo de una buena vez.

d20 al canto señorita ^^

Te sumerges con facilidad hacia el fondo tras recoger una buena bocanada de aire, deben ser unos cuantos metros nada más, pero se te hace como si fuera el oceano que no puedes ver hasta donde llegara el fondo, entonces te das cuenta de las figuras blancas aunque están cubiertas de ropas de empresa, todos negros e impolutos, sus cuerpos se acercan como si fuesen nutrias dispuestas a coger un pez, cuando uno de ellos levanta su rostro hacia a tí lo reconoces del trabajo... A veces habias pensado que el trabajo es como un tanque de pirañas, pero esto es demasiado.

Al sumergirme en aquellas aguas oscuras no esperaba encontrar nada... no creía que la poca luz que llegaba del exterior me permitiera ver nada. Así fue en un principio, pero al poco rato mis ojos de alguna manera se habían adaptado a aquella mortecina penumbra y poco a poco comenzaba a orientarme.

Regulando la cantidad de aire que contenían mis pulmones me fui sumergiendo más y más en busca del fondo del lago. No era demasiado profundo pero a mi se me antojó una eternidad. Cuando por fin lo divisé comencé a mirar a mi alrededor pero no encontraba nada, hasta que los vi.

Aquellas figuras que me habían rondado, blancas y desagradables iban vestidas de Armani y Pierre Cardin. Eran todos yuppies, salidos de alguna película bizarra, nadando como si fueran animales acuáticos en busca de su alimento.

Pero mi asombro no acabó allí. Aunque quise evitar el encuentro, uno se me vino a la cara. Tenía la cara de Robbins! Presa de la impresión, dejé escapar el aire restante. Si me quedaba allí, moriría por asfixia.

A toda velocidad, di media vuelta y subí hasta la superficie donde inhalé una buena bocanada de aire e intenté tranquilizarme.

-Son todas ilusiones Tiff... no te olvides que quien te puso aquí gusta de jugar con tu mente de manera sádica... no dejes que te venza, tu puedes derrotarlo...- escucharme, aunque más no fuera en susurros me devolvió la poca cordura que aún conservaba. Junté coraje, volví a llenar los pulmones y me sumergí otra vez. En esta oportunidad, no dejaría de buscar ni aunque Petersen mismo se me apareciera.

Los recien llegados te intentan atrapar con sus caras palidas y ojos de besugo, sus manos como garras intentando no dejarte llegar al centro del lago. Puede que ellos se muevan como pirañas, pero tú eres bastante más rapida, te adentras hacia el fondo dejandoles a unos metros más alla, casi puedes oir sus aullidos de furia aunque puede que sea solamente tu mente otra vez jugandote una mala pasada. Tus ojos te duelen y tus oidos parece que van a estallarte ante el cambio de presión y la rapidez con la que vas descendiendo, pero al final llegas al fondo del lago, alli puedes ver un montón de monedas, latas y cosas de basura como un espejo que no sabes muy bien que hace alli en el fondo, seguramente haya sido la gente que las ha tirado en el interior para deshacerse de ellas, al fin al cabo no hay nada mejor como el fondo de un lago para olvidarte de las cosas.

Tanto esfuerzo para esto? me dije al alcanzar el fondo del lago. Basura, sólo podía ver basura en el fondo del lago. Para colmo, la frente me latía debido al esfuerzo de escapar de aquellas cosas y la presurización demasiado acelerada; temía que en algún momento la cabeza me fuera a estallar.

Frustrada, pero no por eso menos decidida, comencé a escarbar, examinando los objetos que habían por allí. Algunas monedas, viejas y olvidadas, latas, un espejo... alguno de ellos tendría la clave?. Como pude fui examinándolos mientras revolvía en el fondo, en busca de alguna otra pista que pudiera estar enterrada. Si allí no aparecía lo que necesitaba, no sabía donde más buscarlo.

Rápido Tiff... no te queda mucho tiempo... vamos mujer!

Notas como se acercan esas cosas hacia ti y como sus manos gomosas se cierran sobre tus tobillos cuando de repente, coges el espejo, quizás en un reflejo, quizás por pura suerte, pero al cogerlo notas como todo se disuelve y solo te encuentras tú en medio del agua aterida de frio en el fondo y notando como el aire de tus pulmones se va escapando, pero con solo levantar la cabeza sales del fondo, pues en la realidad el lago solo tiene de profundidad un metro 20 centimetros, en el exterior te encuentras con las estatuas en su posición y sin nadie a la vista, pues los turistas han desaparecido, tampoco quieres averiguar hacia donde se lo llevarón esas criaturas.

En un momento dado luchaba por mi vida, intentando no ahogarme y zafarme de aquellas cosas blancas que me sujetaban y tiraban de mi, y al siguiente tenía la cabeza fuera del agua, mientras chapoteaba en apenas un charco. Todo había sido un engaño para mi mente y de alguna forma aquello que había tomado del fondo del lago había roto el hechizo.

Respiré hondo e intenté tranquilizarme. El frío comenzaba a calarme y mi ropa pesaba toneladas por el agua pero allí estaba, fuera del lago, viva y con lo que parecía la siguiente pista para salir de aquel pueblo del infierno. Aguantando el temblor de mis manos, inspeccioné el espejo en busca de algo que lo hiciera especial. Al mirarlo por ambos lados pude ver la imagen que proyectaba. Ya no parecía una decidida ejecutiva dispuesta a comerse el mundo. Ahora solo parecía una patética mujer empapada y sucia, colapsada por el miedo, al borde de una crisis de identidad. No maldito... no me quitarás mi personalidad!

Cansada de autocompadecerme, guardé el espejo en el bolso y volví a mi vehículo. Ahora debía regresar a la posada para terminar de descifrar el rompecabezas y huir de allí de una vez por todas.

Al mirarte en el espejo notas como hay algo arrastrandose por tu pelo, como si fuesen gusanos, debajo de tus cabellos al fijarte en tu cuello tambien notas que hay algo debajo de tu carne, por supuesto al tocartelo no notas nada, ¿Será otro juego mental del maldito titiritero del pueblo o en verdad tienes cosas en tu cuerpo? Prefieres no pensarlo mucho e ir directa hacia la posada, a pesar de cuando habias llegado notas como el sol esta a punto de ponerse, el tiempo vuelve a hacer de las suyas en este lugar.