Partida Rol por web

—Si no confiases en él no lucharías a su lado, ni espalda contra espada como ya habéis hecho. Tampoco hubieses dejado pasar cuando nos atacó por estar bajo el influjo de geas, hechizado por ese pulpo nasal de la secta del Kraken— se burló la gnoma a pesar de las circunstancias— pero podemos fingir que no te fías

Tassae observó como dejaban el cuerpo de Izztyl en el altar, pensando en que responder a la drow, no porque no conociese las habilidades de su compañero, sino porque no estaba segura de a que se refería, del mismo modo que no creía que el problema que les fuese a poner fuese económico. O exclusivamente económico.

—¿Para la misión, dices? Bueno. En primer lugar, habla y entiende el gigante. Nos hemos encontrado ya con varios textos, y como comprenderá es una habilidad de la que no podemos prescindir— aunque le gustaba alardear, Tassae no se molestó en aclarar que ella también podía entenderlo. Era lo bastante espabilada como para saber había momentos en los que era mejor hacerse la tonta. Y además, eran mejor dos traductores que uno, sobre todo con un idioma tan endiablado como aquel.—Además, es un gran luchador y es nuestro curandero. Nunca nos ha dejado tirados, aunque ha habido momentos en los que le hubiese venido mejor. Ni siquiera estando hechizado y siendo controlado llegó a vendernos. En el momento de la verdad, se puso de nuestro lado. 

» Si le traéis de vuelta y logramos parar esta crisis, la gente sabrá que él ha participado. Hay gente aquí fuera que os odia, recela de vosotros y os teme, solo por rumores, historias y supersticiones. Que Izztyl vuelva y nos ayude puede cambiar eso. A él le miraran diferente y hará darse cuenta a la gente de que no sois "la masa drow", sino personas. Simpáticas y antipáticas, buenas o malas. No va a cambiar todo de la noche a la mañana, no soy tan ingenua de creer eso, pero puede haber pasos. Y grandes. Y sí, como dice Ajo, es el único que queda vivo de su círculo, lo que le convierte en el último, pero también en el primero. ¿No te da esperanza que un drow que haya ayudado a parar el conflicto monte su círculo? Puede hacer mucho bien, atraer a gente de los dos mundos... ¿No crees?

La gnoma miró a sus compañeros y a pesar de que ya estaba con la lengua seca, no pudo evitar añadir algo más mientras se rascaba las escamas del cuello.

—Y eso sin contar con que es el único de estos con un poco de sentido común... Bueno, vale, también más que yo, lo reconozco. En realidad es eso. Nos...— Tassae miró el cuerpo de Izztyl y luego a Ajo y Thöras. Una leve sonrisa apareció en su cara— Nos controlamos los unos a los otros. Nos complementamos y somos mejores personas precisamente por ello. Como diría Izztyl, nos equilibramos.

—Tassae y Ajo lo han explicado perfectamente. Lo necesitamos no solo por la cantidad de cosas increíbles que es capaz de hacer (como atraer y convertirse en toda clase de animales fabulosos, o hacer que nos volvamos sigilosos como gatos, o conseguir que broten espinas del suelo...). Lo necesitamos por cómo hace que seamos nosotros cuando estamos con él.

»Siempre está en primera línea dando la cara por nosotros, incluso cuando sabe que no es lo más prudente porque él es así, un auténtico amigo y un valiente. Un ejemplo para todos de que un drow puede ser más que un estereotipo, puede ser un héroe. ¿Quién conocería a la Compañía de los Buscatrufas si no fuera porque somos "esos tipos que van por ahí con un drow"? Pues sí, y a mucha honra. Yo no sería quien soy si no fuera por él, literalmente.

La mujer drow se acercó a Izztyl y miró detrás suyo haciendo con un gesto para que se relajaran el par de figuras que había en las sombras.

— Necesitaremos algo mas de luz aquí. — una de las figuras, otro drow, salió de entre las sombras y se acercó a unas cadenas que había en el lateral de la estancia, empezó a tirar de ellas. Poco a poco una especie de techo móvil no demasiado grande empezó a moverse lateralmente, dejando justo entrar la luz de la luna, ampliada por algún tipo de lente, sobre Izztyl.

Acarició la mejilla de vuestro amigo y revisó las heridas que se podían observar superficialmente.

— Veamos que tiene que decir ahora él.

Acto seguido murmuró unas palabras de un encantamiento. El cadáver del aventurero tuvo un espasmo por un momento y su boca se abrió para emitir un exhalo pronunciado. A partir de aquí empezó a hablar en Drow.

— Nin, ¿tesso uns'aa ele usstan zhal'la o'goth dos nesst?

— ¿Zhah ol seke vel'bol dosst abbilen telanthus bauth dos tluin natha bwael ilythiiri?

— ¿Orn dos tlu udossta sea'an p'luin dos xun dosst juss'a?

— Nin, ¿tesso uns'aa ele usstan zhal'la o'goth dos nesst?

— ¿Zhah ol seke vel'bol dosst abbilen telanthus bauth dos tluin natha bwael ilythiiri?

— ¿Orn dos tlu udossta sea'an p'luin dos xun dosst juss'a?

 La traducción sería:

Hablas con una Suma Sacerdotisa de Eilistraee. Es verdad lo que dicen tus amigos acerca de que eres un drow renegado? Cuentame, porqué debería resucitarte? Serás nuestro paladín, nuestro héroe una vez termines tu misión?

El extraño magnetismo se vuelve un repentino tirón y en la oscuridad oigo su voz.

¿He conseguido mantener la consciencia de mi ser? ¿Es ese el juicio de mis ancestros?

Mi voz sale directa de las entrañas y mi lengua silva lentamente las respuestas del intrincado lenguaje drow.

- Tylz’tleh zhahus lil' qu'ellaril. Tylz’tleh zhah nau mzild. Nin er'griff izztyl, lil' o'dad.

- Natha sel quarth z'klaen tlu beldro. Lil' quarth h'ros tlu elggen.

- Lil' i'sav orn zirn nindyn vel'uss inbal zirn ol lueth quorin nindyn vel'uss nezmuth't

Phaere resopló y luego miró a sus compañeros como si de alguna manera buscase en ellos alguna respuesta. Luego alzó la vista para encontrarse con la vuestra.

— Para hacer lo que pedís, necesitamos usar un componente... algo muy especial que trajimos de muy lejos.. de allá donde venimos. Un componente que se fundirá con el cuerpo del drow y lo traerá de nuevo a la vida. Pero para ello tendréis que reunir 2000 piezas de oro y volver cuando tengáis ese dinero.

Luego torció la sonrisa.

— O por 10 monedas de oro podemos oficiar una sepultura digna de alguien como él y rezar para que Eilistraee se apiade de él y no lo mande con su madre la Reina Araña.

La primera sorpresa para la gnoma fue ver aquella maravillosa lente que ampliaba la luz de la luna. Le recordaba en cierto modo a los telescopios que había en el estudio de Thelos Dihe pero modificados de alguna ingeniosa forma. La segunda fue oír hablar al drow. El ver hablar a Izztyl más que tranquilizante fue estremecedor. El drow estaba claramente muerto y aún así estaba hablando, como si se tratase de un truco barato de magia... Solo que no era ningún truco. Nadie estaba moviendo mágicamente sus labios y aquella era su voz. 

—No necesitamos volver con ello, podemos pagar ya— Tassae no parecía dispuesta a regatear, no con cosas como aquella. ¿Por una bolsa de contención o una poción? Bien, podía ponerse muy pesada. Por algo como esto, era otro cantar... especialmente porque lo iban a tener complicado para encontrar a otro que se prestase a aquello. La curiosidad le hizo mirar de nuevo a la drow— Por cierto, ¿qué componente es?

La Sacerdotisa miró a su compañero drow y asintieron ambos sin decirse nada. Este se fue hacia otro cuarto que había al fondo de la estancia y al cabo de un rato volvió con una bolsa de cuero negra que tenía algo dentro.

— Ya lo verás. Entonces podemos empezar con el ritual ahora mismo, supongo que no tendréis tiempo que perder y nosotros tampoco.

Luego miró al hueco en el techo y sonrió, parecía el destino. Hoy había luna llena, la influencia de su diosa era mas fuerte y pronunciada que nunca. Durante la siguiente media hora se dedicaron a preparar aquel templo escondido para el ritual: encendieron incienso y unas velas de luz tenue. Pusieron una fina sábana encima del cadáver de Izztyl. Phaere se bebió un extraño líquido que había en un cuenco. Luego los dos drows se quedaron cerca del altar, pero a una distancia prudencial. Os indicaron que hicierais lo mismo.

El ritual empezó. La luz de la luna caía directa sobre el cuerpo de Izztyl gracias a aquel ingenioso mecanismo de la lente. Phaere empezó a entonar una especie de cántico en idioma drow y en cada uno de los últimos sonidos de cada frase, los otros dos tipos repetían al unisono con una voz mas grave.

A partir de la segunda estrofa pudisteis empezar a notar como se crispaba el ambiente, como se erizaban vuestros pelos y como la sabana que cubría a Izztyl empezaba a vibrar. El cántico empezaba a ser mas alto y con mas ritmo.

En ese momento una de las figuras sacó lo que había dentro de aquella bolsa oscura, parecía un trozo arrancado de una armadura ligera, de un metal oscuro en el cual se podía ver un gran diamante negro engarzado en lo que parecía una araña, donde sus ocho patas parecían agarrar aquella piedra preciosa. Manchas de sangre reseca adornaban aquella pieza, que parecía desgarrada de su antiguo portador.

Pusieron aquel objeto encima de Izztyl.

En la parte final de aquel cántico, donde la voz de la Sacerdotisa eran casi gritos, puso ambas manos encima del torso del cadáver en el altar y sus manos brillaron con una luz azulada parecida a la que emitía la luna en aquel lugar. El artefacto brilló de la misma manera y por un momento cegó de luz toda la estancia.

— Ka dos phuul reading nindol nindel mii'n dos phuul ruzzo'iso!!

Rápidamente uno de los drow se acercó a tiempo para recoger el cuerpo sin energía de Phaere pues parecía que se había desmayado.

Izztyl estaba de nuevo entre vosotros.

Ajo había empezado a contar 10 monedas de oro cuando la drow dijo los costes. Miró extrañado a Tassae cuando se apresuró a asegurar que tenían el dinero. Parecía que no se refería a las 10 monedas. Las volvió a guardar quedándose en silencio durante el ritual.

Cuando la drow pareció desmayarse acudió a cogerla antes de que cayera. Su instinto había actuado antes que su cerebro, pero el otro drow fue más rápido, así que le dejó a él encargarse.

Miró serio a Izztyl.

- Venga, Musgo, que ya se ha acabado la siestecita. Dale las gracias a estos señores tan amables y la señorita que te ha traído de vuelta. – le dijo cabeceando en dirección a los drows y la clériga – Si quieres te podemos dejar un rato con ellos para hablar del hogar mientras nosotros hacemos unas compras antes de ponernos en marcha.

Mis ojos se abren con las pupilas vibrando de miedo. Miro a un lado y al otro ¡Drows!

La luz de la luna me deslumbra y tengo que entornar la mirada hacia...

- ¿Ajo?

Lo aparto de enmedio de un manotazo e intento ponerme en pié.

- He vuelto.

Un estallido de recuerdos vuelven a mi cabeza: los lanza largas, la reina guh y los golpes de los gigantes.

Me mareo y trastabillo. Busco con la mano apoyo en algún lado y vuelvo a sentarme confundido.

Levanto la mirada con el ceño funcido, y me dirijo muy serio a mis compañeros.

- Os dije que no era buena idea subir a ese comedor.

Sonrío ante el manotazo de Musgo que siento como el manotazo de un niño o de Tassae. Cuando lo veo trastabillar lo agarro sin delicadeza y lo ayudo a sentarse donde estaba tumbado hace un minuto.

- Fue una idea cojonuda. Matamos a los gigantes, salvamos a Aguas Profundas y podríamos haber aprovechado para que Reidoth te trajera como un dragón verde, como hizo con Thöras – se encogió de hombros – Yo a eso lo habría llamado una jugada redonda, pero la lagartijilla tenía prisa por traerte de vuelta. Bah, recupérate y luego seguimos con el viaje. La próxima vez mantente más cerca de mí. Es mejor si me dejas a mí lo de recibir golpes y tu te encargas de curarme. – le explicó tranquilamente – Por cierto, estamos en Aguas Profundas, no te vayas a confundir. No hemos bajado hasta la Infraoscuridad para traerte de vuelta.*

Tassae controló el impulso de saltar sobre su compañero al ver que se tambaleaba... hasta que se sentó de nuevo, momento en el cual aprovechó para darle un breve abrazo, sin importarle que le apartase de un empujón, como había hecho con Ajo. La gnoma parecía haberse quitado un gran peso de encima. Siempre lo pasaba mal en aquellas situaciones donde caía un compañero, aunque solo estuviese inconsciente unas horas, pero lo cierto era que aquella era en la que más cerca habían estado de morir todos.

—Ya me he encargado de dejárselo bien claro durante la vuelta a Waterdeep— replicó, aunque cualquiera que la conociese sabía que sus compañeros habrían tenido que soportar una buena turra, para algunos más dolorosa que dar dinero. — y espero que para la próxima escuchen, aunque lo dudo. Lo importante es que estás vivo. Si no fuese por Thöras no lo contábamos ninguno.

No hay muchas cosas que me den miedo después de todo lo que he visto. Las gárgolas no me resultan muy simpáticas y ver a un gigante levantando una piedra hace que me tiemblen un poco las rodillas, lo reconozco, pero cuando veo que la sacerdotisa drow se pone a hablar con el cadáver de Izztyl y éste la responde, me llevo el susto de mi vida.

Miro a mis compañeros sin saber muy bien qué pensar. Estaba muerto, ¿o no? Y si es que no, ¿cómo carajo hemos podido creer que lo estaba? Y si es que sí, ¿qué demonios estamos viendo? ¿Pretende la dama drow alzarlo como alguna clase de no-muerto o algo así? La verdad es que yo no tengo ni la más remota idea y saco una cuerta mi espada de su vaina, pero tanto Tassae como Ajo parecen tranquilos y confiados.

Ajo, ¡confiado, rodeado de drows! Cada vez estoy más seguro de que lo han hechizado como cuando estuvimos en casa de los Margaster en Silverymoon. Retrocedo unos cuantos pasos, hasta asegurarme de que tengo la espalda cubierta por una pared y a los tres drows en mi campo de visión y de tiro. Todos hacen cosas extrañas pero, por el momento, nada que resulte abiertamente hostil.

Nos piden dos mil piezas de oro y Ajo no enloquece. Definitivamente lo tienen hechizado, pero suspiro aliviado. Estoy de acuerdo con Tassae, pidan lo que pidan es poco si de verdad pueden devolvernos a nuestro archidruida.

Así pues, asisto al ritual conteniendo el aliento, temiendo que Izztyl vuelva a nosotros como un muerto viviente o peor aún, que no se levante siquiera. Pero la magia drow funciona y nuestro amigo regresa a la vida en toda su negritud. Espero unos segundos para asegurarme de que es realmente él y no un espíritu maligno dentro de su cuerpo pero mis dudas se disipan cuando comienza a reconocernos y a recriminarnos nuestra tozudez.

—¡Eres realmente tú, has vuelto! —exclamo estúpidamente, redundando en lo que él acaba de decir, aliviado y feliz. Tan feliz que no dudaría en ponerme a bailar con la sacerdotisa drow si no fuera porque ha escogido oportunamente desamayarse en este preciso momento—. Perdóname, tenías toda la razón, era una idea espantosa y peligrosísima. Os prometo a Tassae y a ti que la próxima vez que me digáis que haga algo, lo haré sin hacer preguntas, ¿de acuerdo? Pero os lo advierto, es un comodín de un solo uso, no os hagáis ilusiones.

»De todos modos, es verdad también lo que dice Ajo, conseguimos algo increíble. Nosotros cuatro solos matamos a una docena de orcos Muchasflechas, incluido su líder, seis u ocho osgos y al menos otros tantos goblins, cuatro ogros y cerca de quince gigantes de las colinas, además de ese bicho asqueroso que tenían como mascota. ¡Y todo eso en un rato! No puedo imaginarme que yo hubiera conseguido protagonizar una masacre semejante ni con toda la Milicia de Aguas Profundas a mi lado. Lo que hicimos en los Goldenfields lo conseguimos porque juntos somos imparables. ¡Porque Ajo trincha ejércitos con la habilidad un matarife experto, porque tú eres capaz de combatir de igual a igual hasta a tres gigantes a la vez sin amilanarte y porque Tassae es en sí misma una unidad completa de artillería, está en todas partes haciendo explotar por los aires a la mitad de nuestros enemigos!

»Es cierto que esta vez nos hemos llevado un buen susto. Es cierto también que no es el primero que nos llevamos. Pero no perdamos de vista que lo que estamos haciendo lo estudiarán algún día los niños de toda la Costa de la Espada en sus libros de historia.

Con mis compañeros fuera de escena, era hora de hacer las cosas en modo drow.

Ese Rashid me caía bien. De donde fuera que viniera, tenía una forma de actuar muy parecida a la de mi raza y empatizaba con su afán por adquirir animales exóticos sin caer en esas estúpidas creencias de tratar a las especies inferiores como iguales.

Una lástima que hubiera que envenenarle antes de escapar de su cuarto.

Mr. Rashid era un esclavista pero tampoco era idiota, pues sabía que en el Norte no era bien vista esa práctica. Al abandonar tus compañeros la estancia empezó a martirizar a sus tres esclavos, que sabían lo que se les venía encima. Su intento fallido de atraparte y contenerte les iba a costar una paliza.

Era curioso como funcionaba la mente, pues cualquiera de esos tres tipos era muchísimo mas corpulento y fuerte que su amo, pero en ningún momento ni una chispa de rebeldía asomaba en su rostro, a pesar de ser fustigado y apaleado.

Tras esto, mandó a uno de ellos a comprar una jaula grande para pájaros, para poderte encerrar. Otro se quedó contigo reteniendote para que no te pudieras volver a escapar y causarle mas problemas a su amo.

El último se metió en los baños calientes junto a su amo, para complacer todas sus perversiones.

Lo del esclavismo es nuevo en estas tierras, pero tampoco es algo que me sorprenda. Quizás por eso el tipo me resultaba familiar. En fin... descanso un ratito mientras estos se entretienen y me dejan agarrado por uno de los esclavos.

Me mantengo docil y acicalo mi plumaje sin levantar sospechas a la espera que el tipo con quien me he quedado se relaje.

Espero el momento oportuno y de repente los ojos se me empiezan a hinchar como si fueran pelotas de tenis, desaparecen mis plumas a medida que mis patas aumentan de tamaño y una viscosidad comienza a envolverme.

Cuando mi pico se abre, ya no es un pico si no la boca de un gran sapo gigante cuya lengua se dispara como una saeta al tiempo que me abalanzo sobre el tipo con intención de tragárlo de un bocado.

Ajenos a todo, en su éxtasis sexual, Mr Rashid y su esclavo predilecto no se dieron cuenta que el otro miembro de la consorte del calishita había sido devorado por un sapo gigante. Podías escuchar pequeños gritos ahogados y tapados por la dura membrana, del esclavo que moría asfixiado y desintegrado por los jugos gástricos de la aberración en la que te habías transformado.

Uno menos.

Aún quedaban dos sujetos que estaban entre la libertad y tu cautiverio. Incluso un tercero si no te dabas prisa en abandonar el lugar, aunque quizá preferirías no dejar ninguna victima viva.

Dependía de ti.

Habíamos hecho un trabajo demasiado limpio para rajarle el cuello descuidadamente a esos dos en la bañera.Y como dije, me había caído bien el esclavista.

La raíz decidiría si era lo suficientemente fuerte para merecer seguir existiendo.

Las extremidades del sapo toman de nuevo la forma esvelta de drow y con un susurro las sombras se concentran bajo mis pies* mientras me dirijo diligente a la habitación donde había algunas bebidas. Saco un pequeño frasco de entre los pliegues de mi capa y vierto su contenido en la botella mejor adornada que encuentre en el cuarto.

Sin perder tiempo, me ajusto bien la capa y salgo por la puerta como si nada.

~ tras los eventos en la Gran Dama ~