Partida Rol por web

Diego lo mira algo fastidiado, mientras se tapa se da media vuelta en la cama y aspira entre dientes por el punzón de dolor al apoyarse sobre la herida cosida y vuelve a cambiar de lado.

-Buenos puntos... desde esa ventana, ¿a cuantos metros del piso estamos?

Por la ventana se observa, además de dos plantas, la presente y otra, hasta el suelo, el paisaje montañoso de Bariloche, por lo que esta parte de la historia parece encajar. Cierto es, ambos lo constatan inspirados por las palabras de Facundo, que lo ocurrido era demasiado real, pero, ¿entonces?

Entonces una voz a la entrada de la puerta, que de nuevo se ha abierto y cerrado sin sonar por las delicadas manos del doctor Santaló.

-Ya estoy de vuelta. ¿Cómo están? Pude averiguar algo sobre su amigo Ernesto, pero no son buenas noticias. Está vivo, pero en coma, no he podido hablar con él, pero le he enviado un mensaje, espero que lo entienda. Les veo muy activos. ¿No estarán pensando en irse? Como médico, no se lo aconsejo...-

- No! Claro que no! - La mentira surgió natural y espontanea en la voz del locutor. Acostumbrado a mostrarse en cámara con el rostro que fuera necesario en función de las noticias sobre las que le tocase hablar, no tenía inconvenientes en presentar en su cara una expresión acorde a las circunstancias.

Y en este momento las circunstancias le decían que no confiara en nadie. Por lo menos hasta entender que era lo que estaba pasando

- En coma? Uf! Seguro? El accidente debe haber sido realmente serio - Facu se sienta en su cama y mira con curiosidad al médico antes de preguntar como al pasar - Creeis que estando en coma realmente podrá recibir ese mensaje?... Y entenderlo?... porque no creo que pueda contestarlo? - comenta mirando al facultativo a los ojos, en busca de algún destello que denote que los intenta engañar

Diego intenta levantarse de la cama con algo de aspaviento al escuchar que Ernesto que esta en coma, hasta que el dolor le recuerda que no esta para hacer boludeces... así que intenta levantarse con calma.
Una vez que sale de la cama, arrastrando un poco los pies y con pasos cortos, se pone frente al doctor.

-Podemos verlo?... y le advierto que puedo llegar a ser muy rompe bolas cuando la gente me dique que no

- Doy fé - no puede menos que acotar Facundo ante las palabras de su compañero

- Bueno, tampoco se lo recomiendo en su estado, aunque sea un paseo no muy largo, pero tampoco es que yo pueda hacer nada por impedirlo. Si quieren les puedo guiar, creo que sabré encontrar el camino de vuelta. Al final, todos los hospitales se parecen un poco. -

El hombre se levanta con soberbio silencio y se acerca a la puerta haciendo ademán de escuchar, como si quisiera descubrir el paso de algún empleado que pudiera pillarles in fraganti. Satisfecho, os hace un gesto, invitándoos a salir al pasillo.

- Quizás sea lo mejor que descansemos un poco - Repentinamente el Locutor cambia de opinión - En mi caso no se si podré caminar demasiado - añade antes de volver a sentarse en la cama

- Y si está en coma no es que podamos hacer demasiado - intenta justificarse antes de mirar a mirar a Diego y abrir la palma de su mano y moverla hacia abajo con los dedos extendidos, de forma tal que su cuerpo le oculte el movimiento al Doctor Santaló

- Quizás más tarde, o mañana podamos visitarlo y averiguar su estado - insiste - pero creo que, por ahora, lo mejor es que descansemos y nos recuperemos de nuestras heridas -

Cuando el doctor se vote a mirar a Facundo Diego hace lo mismo, mientras va escuchando la propuesta de Facundo.
Diego acerca su mano a su vientre como para que el doctor no pueda mirar que hace con ella, y con sus manos hace como si agarrara una bola*.

-Vos decís Facundo? Que esperemos un poco?... heee puede ser, no es mala idea ir mejor mañana...

Diego suena muy poco convincente aunque lo intenta. Se voltea para volver a mirar al doctor.

-Creo que voy a seguir las recomendaciones de mi "amigo" doctor.

El buen doctor se encoje de hombros. -Como prefieran. Yo tampoco tengo otra cosa que hacer. No me moveré de acá, del hospital, digo, por un tiempo. Aprovecho y voy a ver a mi esposa. Se acordarán de ella, alta, hermosa, iba sentada delante de ustedes en el avión. Preferiría no pasar más rato lejos de ella, no le tengo mucha confianza al doctor Frantisek, la verdad, no pareciera un experto y creo que ya está mayor. Que descansen.-

Saluda con la mano y se dirije a la puerta.

Facundo se encontraba dispuesto a dejar salir al médico e investigar por su cuenta cuando escuchó el nombre del médico que, supuestamente, estaba a cargo de la atención - Frantisek ? - preguntó sorprendido - No es que el médico era Ud? -

El locutor permaneció atento a la respuesta tratando de recordar si en el avión había prestado atención a la mujer alta y hermosa que nombraba Santaló - Por cierto, como sabe que estaba delante de nosotros? - no pudo menos que preguntar cada vez más perdido

Diego se queda mirando al doctor, esperando que satisfaga las dudas de Facundo, con una mirada neutra mientras en su mente grita.
-La puta madre que lo pario, seguimos soñando!

-Yo soy médico, pero no trabajo acá, claro. Frantisek es el nombre del jefe de planta, o eso me dijo. ¿Cómo no voy a saber que mi mujer estaba delante de ustedes si yo estaba sentado junto a ella? Creo que les hace falta descansar de verdad.-

En efecto, recordáis muy bien a la mujer de Sanataló. En efecto, estaba sentada junto a un hombre de pelo cano que podría ser muy bien este, por la espalda. Nunca le llegásteis a ver la cara.

La constatación de que algo no está en su lugar hace que de repente todo tome un aspecto nuevo. ¿Acaso han disminuido su brillo las luces? ¿Suena una música de ascensor al fondo, como si en el hospital hubieran puesto sonido ambiente? Santaló, ¿siempre ha llevado esa camisa roja, no era de otro color?

- Yo... lo siento, esto es muy confuso - contesta Facundo, realmente confundido - Deben haber sido los golpes - aclara sin siquiera recordar si hubo golpes o no

- Ahora que lo dices, creo que te recuerdo - agrega - Aunque también recuerdo al viejo Frantisek en el avión - acota - solo que allí no era médico era... no sé... ya no sé que estoy pensando - murmura antes de exclamar tratando de convencerse a si mismo - Pero que digo, si era otro avión... y Frantisek ya falleció! -

-Cómo... ¿ya falleció? ¿Dice antes de el vuelo a Bariloche? Eso podría explicar alguna cosa. Hasta ahora, todo al que he visto por acá me recordaba a alguien del vuelo. Ustedes en especial por estar sentados cerca mío. Pero el doctor... o lo que sea Frantisek no. Podía ser coincidencia, claro, podía estar sentado al fondo. Pero si me dicen esto... Si Frantisek estaba fallecido antes del accidente y tras el accidente hemos aparecido aquí con él... ¿Quién era ese Frantisek, entonces? ¿Alguien importante para ustedes?-

Diego se pasa la mano por la cara fastidiado, vuelve con pasos lentos pero contundentes a un lado de su cama y toma la percha de suero.

-Bueno doctor, podemos llegar a admitir que usted se encuentra en la misma situación o al menos es parte de esta fantasía al igual que notros.
Ayudémonos entre todos, llévanos a donde esta Frantisek

Con la percha blandiéndose suavemente entre sus manos

Facu se sorprende de que su comentario, que en otro momento hubiese sido desafortunado, haya dado resultado. O por lo menos que el Dr. Santaló lo acepte por válido. Aunque es consciente de que él, en su lugar, no estaría tan dispuesto a creer algo como lo que acaba de decir. De hecho no mucha gente lo estaría. Y probablemente los médicos menos que nadie

- Si, sería bueno que nos lleve - asiente a las palabras de su compañero antes de preguntar, como al pasar - Por cierto, Doctor... cual es su especialidad? -

El doctor asiente, algo absorto, con un aire de culpabilidad en el rostro. Pareciera haber preferido estar callado, pero obedece sin más. -Creo que era por aquí... Ah, qué hijo de pelotudo que soy, ¿cómo no me dí cuenta antes? De verdad que lamento haberme andado con tantos rodeos con ustedes. Pensé que estaban al tanto de dónde estábamos...-

Santalo os hace recorrer un par de pasillos hasta llegar a unas escaleras y os indica hacia arriba. -Solo hay que subir un piso. ¿Especialidad? Soy pediatra. La verdad, mi mujer, bueno, por entonces estábamos de novios, quería que yo hiciese cirugía. Pero... no sé, se fue dando.- Os abre la puerta que sale al pasillo de la planta superior. Sigue habiendo una extraña y algo incómoda ausencia de personal por todas partes, amén de un silencio sepulcral. Alguna tos de una habitación, el frotar de las sábanas al removerse alguien en el lecho... Hacia el final de la ruta, por fin, una puerta con un sencillo cartel: "Director general".

- Bueno, si este es un loquero, no creo que el "locólogo" se disfrace de pediatra - le comenta Facu a Diego en voz baja antes de seguir los pasos de su guía

- Al tanto de que? - pregunta poco seguro del significado de las palabras de Santaló - y donde se supone que está la gente? - sigue preguntando sin saber si continuar o simplemente dar la vuelta y salir corriendo. Sin embargo, esperando escuchar las respuestas sigue con el pediatra hasta llegar a su destino.

Al ver el cartel mira a Diego y con un florido ademán de su brazo le ofrece pasar al frente, para que se ocupe de la apertura de la puerta - O mejor nos vamos? - le pregunta dudando - Como viene la mano no creo que sirva de mucho, mejor terminar con esto de una vez -

-Pues... ya habrán visto que este lugar no es normal. Acá no tenemos tiempo ni espacio físicos en el sentido ortodoxo de la palabra. Es más, el lugar, de alguna manera, lo creamos nosotros con nuestro pensamiento. El problema es que a partir de un determinado punto, pareciera que el señor Frantisek tuviera algo más que decir sobre todo. Sobre cualquier cosa. Como si este sitio donde estamos lo rigiera él. El resto de pasajeros están en sus habitaciones, dormidos. Ustedes fueron los primeros que... No sé, sentí que andaban por despertarse, por eso les estaba esperando en su habitación.-