Facundo pudo comprobar con verdadero pavor como las cortinas y la escalinata por la que todos habían subido a esta habitación había desapareciudo. Todo a su alrededor era pared acolchada, como no tartaron los demás en notar también al seguir la mirada del locutor.
- ¿Una mano? ¿Aiuda? Sí, podría dicirse que es algo así. Y no. Io os estoy aiudando a vosotros en rialidad. No, yo no he crieado esta situación. Es... accidental. Piero, si no lográis abandoniarla, tendréis problemas más graves que explicarme por qué tuve que morir allí en ese lugar infecto, por qué mi alma despiertó sola en mitad del campo. Ricuerdo haber estado acechiando a la bruja Henar, ¿sí? Y luego, estoy muerto y todos los demás, vivos. Sí, quiero ayiudaros. Pero me gustiaría empezar por explicar esto.-
Sin prestarle demasiada atención a las palabras del ¿finado?, el locutor se acerca a las paredes y comienza a palpar el acolchado, intentando encontrar una salida de la habitación donde parecen haber sido encerrados
- Pero si subimos por aquí - se lo escucha murmurar asustado mientras sus manos golpean el acolchado, intentando detectar algun sonido "a hueco" tras el mismo - Lo unico que nos faltaba. Encerrados en algo que parece un loquero con un muerto que dice que nos quiere ayudar - agrega antes de pellizcarse con fuerza en uno de sus brazos, desesperado por "despertarse"
Facundo no recuerda nada, andaba por allí, aullándole a la luna (e intentando comerse a sus compañeros ;-)
Si hacen falta tiradas +6 a percepción y +2 a registrar (o +1 a Arquitectura), tu dirás
Se voltea y ve como su salida despareció haciendo un gesto mostrando los dientes, vuelve a mirar al viejo.
-Bueno Viejo, ¿que tenemos que tener en cuenta para salir de acá?
Y una medio sonríe cómplice se le dibuja.
La inspección de Matute no logra encontrar resquicio alguno por el que salir de allí, que no fuera al menos a través de la puerta. Sin embargo, sí que detecta algo curioso que comparte con sus compañeros. Un olor. Un olor extraño: una mezcla de gasoil, metal caliente y carne quemada. Incluso un ruido lejano, como el crepitar de la nafta prendida sobre madera, plástico... o carne.
- Siempre me parieciste un chico listo, Diego. Di alguna maniera, como un pupilo, un alma que pudiera alimientarse de mi sabiduría... Bueno, eso quidó atrás. Ahora, lo importante: sí, hay una manera de salir de aquí, piero no será fácil. Y puede que el resultado no os guste. Ahora, debo marcharme un poco. Tengo cosas que prieparar.-
La cabeza de vuestro sabio particular se aparta de los barrotes, desapareciendo, y casi a la vez, escucháis la cerradura chasquear, como quedando abierta.
Abre la puerta tranquilo de su seguridad física inminente sabiendo que el viejo no los iba a meter justo en la boca del lobo al pasar de habitación.
Pero aun así mira a los lados antes de sacar el resto de su cuerpo.
Facundo vuelve a mirar a su alrededor, asustado, antes de seguir los pasos de Diego. Si bien este ultimo no es santo de su devoción, lo cierto es que lo considera lo suficientemente demente como para sacarse de encima a cualquier ser que intente impedirles el paso
Dentro de su mente se mezclan las sensaciones. Nafta. Fuego. Muertos y resucitados. Y Miedo. mucho miedo que cada vez le cuesta más disimular
- Quien nos encerró? - pregunta tratando de contener su desesperación - Y como? Y que se está quemando? Y como vamos a salir de acá? - insiste tratando de parecer seguro de si mismo... y sin conseguirlo
Cita:
generalmente la confusión es al revés, nombrando al PJ en vez de a quien lo lleva, esto es la primera vez que lo veo!
El pasillo al que se sale tras abrir la puerta Diego. El eco de las incómodas preguntas de Facundo se extiende por un pasillo que viaja a derecha e izquierda y que en ambas direcciones acaba doblando, la una hacia su derecha, la otra a su izquierda. Ernesto se adelanta ahora y toma por un momento el timón del asunto, viendo que por allá, a pesar de lo esperable, no se ve al viejo Dvorak por parte alguna.
- Hagamos lo siguiente: Diego y Facundo, tomen aquel ramal. Josep, Enrique y yo seguiremos en la otra dirección. Son ustedes los más ágiles y los más capaces de nosotros de evitar un peligro si hiciera falta.- en este momento algunos ojos en el grupo tiemblan al dudar si aquello era una valoración sincera o una forma de darles ánimos - Así que en cuanto vean cualquier novedad más adelante, dense la vuelta y vengan corriendo a avisarnos. ¿Entendieron? Nada de heroicidades. Debemos cubrir el mayor terreno posible entre todos, pero sin dejarnos a nadie en el camno. Andando.-
Así, incómodamente separados, Facundo y Diego, los Lemmon y Mathau, "La extraña pareja" de este grupo, se alejan por el pasillo en dirección siniestra.
generalmente la confusión es al revés, nombrando al PJ en vez de a quien lo lleva, esto es la primera vez que lo veo!
Ay, me hago viejo... :D
Lamento el separaros a la fuerza, pero así irá todo más fluido (está claro que los demás personajes no contamos con ellos) y ya queda poco para poder acabar.
El pasillo sigue una docena de metros, sin dejar puertas a lado alguno. Extraño hospital psiquiátrico, el que se permite solo una celda por planta. Hablando de plantas, tras doblar la esquina, Diego y Facundo se encuentran con un tramo de escaleras estrechas, con bastante pendiente, alfombradas con moqueta verde pálido. Al final de las escaleras hay una puerta metálica, pintada de blanco, con una manija sencilla para abrirla, sin cerradura.
- Y la pregunta es... subes y abres o volvemos con el jefe? - pregunta Facundo, obviando totalmente la alternativa de ser el quien corra el riesgo de abrir la puerta blanca.
Repentinamente mira su diestra y observa que empuña la cuchilla que hace apenas unos minutos ("Parecen horas" se plantea) tomó de la cocina. Por un momento piensa en darsela a su compañero para tentarlo a que continúe abriendo la marcha, pero su natural sentido de supervivencia le hacen descartar esa alternativa por lo que lo aferra con mayor fuerza... y probablemente aún menos eficacia que antes de mirarla.
Sus ojos, sin embargo, miran a su alrededor, buscando algún trozo de material que le permitan, si resulta necesario, usarlo como cuña. El locutor tiene claro que si lo que descubren tras la puerta los obliga a huir, debe asegurarse de que nadie la abra despues de que ellos la cierren a sus espaldas. "En el peor de los casos tengo el cuchillo, pero mejor mantenerlo en la mano" se plantea no muy seguro de para que lo puede llegar a utilizar. Sin embargo le brinda una sensación de seguridad, Y en la locura que los rodea, de humos, olores, crepitares y habitaciones imposibles, esa sensación es lo único que lo mantiene cuerdo... o algo parecido.
Cita:
Y a mi que me queda? Según tu ficha eres del 74. Yo soy del 66, o sea, un poco "menos joven" que tu (nunca "más viejo", con "menos joven" no parece tan malo ;-)
Ok a la separación: supongo que es lo mejor. Eso si, asegurate que los malos estén del otro lado...
Pregunta, la escalera "vuelve a subir" (entendiendo que ya subimos una vez... aunque la primer escalera haya desaparecido)?
Otra pregunta: alguna piedrita, trozo de baranda, algo que sirva como cuña para que cuando cerremos la puerta ante lo que nos vaya a perseguir (¿hay alguna duda?) a "eso" le cueste abrirla y nos de un poco de margen?
Facundo, mira alrededor sin ver nada que pudiera servir para su propósito... hasta que se fija en la alfombra. Sí, doblándola sobre sí misma y encajándola bajo la jamba, podría usarse como cuña que sostuviera la puerta una vez se abriese.
Y a mi que me queda? Según tu ficha eres del 74. Yo soy del 66, o sea, un poco "menos joven" que tu (nunca "más viejo", con "menos joven" no parece tan malo ;-)
Tienes razón, me quejo de vicio. En realidad siempre ha sido así de despistado. :)
Pregunta, la escalera "vuelve a subir" (entendiendo que ya subimos una vez... aunque la primer escalera haya desaparecido)?
No, perdón, no lo aclaré en el post: la escalera BAJA.
Entendido lo de la alfombra, espero a Diego para que el abra la puerta
-Que paja volver a buscarlo por una puerta y esperar a que Ernesto haga todo su show sobre protector hasta abrirla.
Dice mientras se arrima y apoya la oreja en la puerta tratando de escuchar algo del otro lado antes de abrirla con cauetal.
Perdón por la tardanza, carnavales y feriado largo :P
Si no escucho nada, la abro.
Nada más pegar la oreja a la puerta, lo que nota Diego es calor. No tanto que queme, no tanto que fuese a doler si se tocase con la piel desnuda, pero sí un claro indicativo de que al otro lado la temperatura era bastante superior.
Sin embargo, del otro lado sí que le llegaban voces. Un hombre y una mujer hablan entre ellos. El sonido se escucha distorsionado, como si la puerta fuera gruesa y al otro lado hubiera bastante ruido.
- ¿Cómo dices? - dice ella.
- Que nos traigas hielo. Jajaja. No, es una broma. Vete atrás, que nos vamos.- responde él.
Me auto-cito:
Cita:
Despues de todo el valiente es él, yo me ocupo de asegurar la vuelta atrás ;-)
Diego le hace un ademan con la mano a Facundo para que se no haga ruido mientras escucha la conversación... Luego de un rato de no escuchar nada, comprueba que la puerta no tenga puesta la llave, girando el pomo de forma lenta y empujando la puerta milímetros.
*Luego con la base de la porra que sobre sale de mi puño golpe la puerta como tocando para que me atiendan y vuelvo a pegar el oído en el silencio mas absoluto.
Tiene cerradura para poder ver a trabes de ellas?
Presupongo que la puerta se abre para el otro lado y esta abierta :P
Mi idea es que si se acercan y tratan de abrir la puerta (la curiosidad humana no tiene limites... confía Diego) se la pateo para darle de lleno en la cara :P
Para su propia sorpresa, Facu opta por no discutir con su compañero, respetando sus señas. Sin embargo, mientras el cámara parece dispuesto a abrir la puerta por sorpresa, el locutor se prepara para asegurarse que la misma pueda ser bloqueada, si es que resultase necesario.
En silencio da un par de tirones a la alfombra y utiliza su cuchilla para cortar un pequeño trozo. Dobla la punta del mismo y se prepara para insertar la extraña cuña que ha fabricado bajo la puerta y así dejarla cerrada, o abierta, según resulte necesario. Con el estremo de la alfombra enrollado, en una mano y su cuchilla de cocina en la otra, se mantiene al costado de la abertura, sin ánimo de interponerse en las acciones de Diego.
Diego abre la puerta con cuidado y da los planeados golpes, como si llamase, mientras Facundo a su espalda raja la alfombra y la coloca a la manera deseada. Unos pasos se acercan a la puerta, inconfundiblemente tacones de mujer. Por fin la puerta comienza a moverse y Diego se dispone a...
No puedo evitar pensar que se trata de Diego y de que quizá cambie de plan si escucha tacones femeninos. Pero si le plan sigue adelante tal cual (Diego es también un tipo duro, después de todo), dímelo y le pegamos con la puerta a la señora que se acerca...
Cita:
Es un tipo pragmático y de mente abierta, si algo es amenazante no importa su edad, color de piel, genero, ni religión :P
Dale para adelante Cala :D
El golpe de Diego con la puerta no tiene piedad con quien está al otro lado. Se escucha un grito de mujer y la caida en el suelo. Por suerte, cuando la puerta se abre del todo, comprueban que la azafata que ha sido golpeada ha caido sobre la mullida moqueta que alfombra el suelo de la cabina de pasajeros. Muchos de estos os miran ahora con una mezcla de miedo, asombro y curiosidad.
No tanto miedo y asombro como el vuestro cuando constatáis que estáis encerrados en el cuarto de baño de un avión, que no hay escaleras a vuestra espalda... y que a la azafata le faltan los ojos en las cuencas oculares.
Una tirada de Miedo, evidentemente. 2d6+Voluntad a dificultad 13.
- Qué? Cómo? Porqué? - en la voz de Facu se traslució el pánico que estaba sintiendo antes de abalanzarse contra la extraña azafata sin ojos e intentar clavarle el trozo de alfombra que llevaba en su mano izquierda.
Totalmente alterado, el locutor ni siquiera fue capaz de darse cuenta que la verdadera arma la portaba en la diestra y continuó su ridiculo simulacro de apuñalamiento pese a que la alfombra arrollada no tenia ni cuerpo ni volumen ni el filo como para resultar peligrosa para nadie
- Muere! Muere! Muere! - se lo escuchaba murmurar mientras movia su zurda repetitivamente, buscando el clavar la alfombra en el pecho de la azafata mientras cerraba los ojos, reacio a mirar las cuencas oculares vacías de la aeromoza
Motivo: Miedo
Tirada: 2d6
Dificultad: 13+
Resultado: 2(+5)=7 (Fracaso)
No me dio tiempo a "trabar" la puerta abierta? Supongo que aparecimos en el baño sin siquiera pasar por la puerta, así que asumo que no :-(
Veamos... un 2 en un 2d6... Facu está "cagado en las patas"
Nosotros dos más la azafata, los tres en el cuarto de baño de un avión, creo que estamos un poco apretados... aunque el volumen y el espacio, viendo lo que nos está pasando, no creo que sea algo para tomar en cuenta.
A ver si te gusta la reacción ante ese fallo en la tirada de miedo ;-)