Partida Rol por web

El Profesor se ríe... mucho. Le entra un ataque de risa incontrolable que le obliga a ponerse las manos en el estómago. Es tan... extraño... ver al señor Parsons riéndose, que hasta él mismo se sorprende.

- Puede pensar lo que quiera, señor Mendels. ¿Qué diferencia hay? Hoy es el día de la Purga, nadie va a juzgar mis actos... -le dice con una sonrisita y un perverso brillo en los ojos. - En cualquier caso, no miento. Fue usted quien acabó con la vida de su padre.

Después de golpearle con el bate, el Profesor se queda mirando el resistente bate con cierta admiración.

- Pues no es ningún palito de madera, no. ¿Cómo puede ser que no llegara a matarme después de golpearme con esto? -le pregunta, riéndose de su captivo. - Y usted que está tan orgulloso de su fuerza... debe ser que YO soy más resistente de lo que parezco, ¿eh?

El Profesor sigue parloteando sin responder a Kenny, hasta que finalmente decide hacerle un poco de caso antes de acabar con todo.

- Oh, veo que aún no lo ha entendido... ¿Qué es lo que quiero de usted, señor Mendels? Lo único que quiero son dos cosas: que no moleste en mis clases y enseñarle una lección.

El Profesor se dirige hacia la plancha, la agarra y se acerca a Kenny sin dejar de parlotear:

- Verá... esta es una importante enseñanza, algo que deberían haberle explicado cuando era todavía un niño, algo que sus padres deberían haberle inculcado al volverse un adolescente y algo que usted parece haber olvidado. Escuche bien: "todo acto tiene su consecuencia y siempre habrá un pez más grande y fuerte". ¿Qué quiere decir eso? Si lo adivina, pasaremos a la pregunta final. Si no... bueno, dígame, ¿cuál es su perfil favorito? Ya sabe, el lado de su cara que le gusta más en las fotografías...

Todos los purgadores, o casi todos, conocen la Feria de la carne. Una gran explanda tematizada para poder pasar este dia tan señalado de forma diferente. Incluso con la familia si se quiere. Hay que pasar por la taquilla primero donde se exponen a un lado las reglas. Desde lejos ya habiais percibido aquella musiquilla de circo solo que ésta suena algo más tétrica.

Toda la feria está bien custodiada por guardias de seguridad uniformados con pistolas eléctricas y porras extensibles, ambas con seguro antirobo en la funda. Hay una entrada lateral pero a ella solo acceden los Purgadores que llevan la "mercancia". Dos tipos vestidos con polos rojos y vaqueros se encargan de recepcionarla

Muchos purgadores hacen una ordenada fila y entre ellos destaca un grupo. no por sus caretas o vestimentas (una de ellas va vestida de novia), sino por el hecho de ir los tres juntos con tres personas ensagrentadas y golpeadas, una de ellas con un camisón casi transparente y descalza.

  Cada uno llevaba una presa como podia. Con el susto metido en el cuerpo y los golpes recibidos, al verdad es que se mostraban bastante dociles aunque gimoteaban y suplicaban pensando que aquello podría despertar vuestro lado benévolo.

Uno de los seguratas reconoció a Candy y le dió conversación mientras rellenaba el papeleo. No era vuestro turno, pero al parecer allí los favoritismos no se criticaban. Nadie rechistó.

Visteis llegar a dos tipos llevando a un tercero atado y amordazado. En cuanto John posó los ojos sobre el tipo maniatado lo reconoció. Era un poli. Uno que le habia dado mucho por culo en un pasado.

Kenny no consigue responderte en el momento por el dolor del golpe con el bate, siseando entre dientes y dirigiéndote una mirada de odio. Sin embargo, esa mirada cambia a una de total incredulidad al oír eso de no molestar en clase. 

- ¿Estás de co...? 

Antes de que pueda terminar, ve cómo coges la plancha y abre los ojos como platos, intentando retroceder en el sofá. Del esfuerzo y la torpeza de estar atado, termina dando una pequeña patada contra el suelo y suelta otro grito de dolor por la pierna. Aún jadeando, sigue intentando moverse hasta el borde del sofá hasta que llegas con la plancha. 

- ¡Vale! ¡Vale, no hace falta todo esto! ¡En serio! - chilla nervioso - Prometo no molestar ni ponerte más motes... ¡Incluso convenceré a los chicos de que presten atención o algo! - por un momento su mirada se desvía hacia otro de los cuerpos del suelo, reconociéndolo como uno de sus compañeros - ¡Y-y ya pillo lo que quieres decir! ¿Quieres que lo diga? ¡Felicidades, eres el más fuerte, eres el pez más grande! ¡Eres el profesor y nosotros los alumnos y tendríamos que r-respetarte y no faltar...! ¡N-no hace falta llegar a esto!

Aunque el discurso no sea el mejor de la historia, está claro que el chico está desesperado y puedes ver perfectamente el miedo en sus ojos. Te teme y por ende te respeta.

¿Qué tipo de problemas me causó? ¿O va a mi criterio? :)

Nunca había venido, esperaba un aparcamiento sordido y una actifidad furtiva, no un festival, pero se le olvidaba que era la noche qu eera y que hoy todo era legal salvo que fueras un alto funcionario del gobierno.

Normalmente Sommerfield hubiera mirado con disgusto aquello, pero hoy Kevin estaba mas a flor de piel que nunca así que hubo un par de risillas.
Sonrió a los dos conocidos[1] que vio con un gesto de cabeza y un cabeceo de la cabeza, mientras empujaba al hombre que estaba esposado.
- Bueno Hay que reconocer que es como los tiempos en la comisaría. - Dijo Kevin con un humor negro ácido. - ¿Nos ponemos a la cola? - Preguntó al reo encañonando lo y sujetándolo por el amarre de las muñecas sin ninguna delicadeza - Te dije que no te haría nada, no dirás que no cumplo mis promesas. - Rió con un leve toque histérico.

Miró a K y preguntó

 - ¿A la cola verdad? - Al hablar con él parecía más calmado, aunque no se fiaba de nadie de los que estaban allí ni de que ese mamón que tenían capturado no tratara nada así que estaba alerta.

El Profesor se detiene justo antes de quemar la cara de Kenny con la plancha.

— Hmm... veo que ya lo entiende, señor Mendels. Y, a la vez, está totalmente equivocado. Lo que yo quiero enseñarle hoy con todo esto, es que las consecuencias de sus... ataques de rebeldía durante clase, nos ha llevado a tener un conflicto. Conflicto que usted ha intentado solucionar hoy matándome... pero le salió mal, ¿verdad? Dígame: ¿era necesario abrirme la cabeza con el bate de béisbol? ¿Eh?

Sin embargo, el Profesor se aparta y deja la plancha sobre un montón de ropa sucia que hay por ahí. Silbando, se acerca a la cocina y abre todas las válvulas de gas de los fogones, dejando únicamente encendido el fogón que calienta la sartén con aceite.

— Bueno, señor Mendels. Aunque a usted no le importe, tengo una agenda bien apretada y el caso es que ya hace tiempo que le di por perdido. No por suplicar ahora por su vida, pensará que creo que puede llegar a ser un buen estudiante, ¿verdad? De donde no hay... —niega con la cabeza y se encoge de hombros. — Pero no le mataré. Ya que su madre me pidió que no le hiciera ningún daño, permitiré que se salve... si puede. Pero yo me daría prisa... en cinco minutos esta habitación saltará por los aires.

— Espero verle la semana que viene en clase, señor Mendels.

Dejándole atado de pies y manos, el Profesor se dirige a la ventana por la que ha entrado y se dispone a irse por donde ha venido, dejando que se acumule el gas y que explote. Si el joven señor Mendels se salva o muere, dependerá de sus capacidades para sobrevivir.

Dejo el cuerpo junto con los demás para que se los lleven, mirando con curiosidad a Candy hablar con el segurata y despues a John. Está claro que su amiguita se conoce bien todo esto... Pero como no soy yo la que se meta en su relacion, prefiero no preguntarle nada y me quedo mirando a los dos hombres que llegan también a la cola con otra presa. Vaya bombón para esta noche... Ey espera, yo le conozco. 

- Ooooye tú eres el tipo del bar, verdad? - le sonrío al guapo de los dos - Me alegra ver que no has muerto todavia. Tu también vienes mucho por aquí? Eres uno de esos Cazadores? - le pregunto, sin alejarme demasiado de la fila ni de John. 

Kenny contiene la respiración, mirando nerviosamente tu cara y los agujeros humeantes de la plancha a centímetros de la suya. Cuando terminas de hablar, parece que va a negar con la cabeza pero se contiene al darse cuenta otra vez de la cercanía de la plancha. 

- N-no... ¡Me puse nervioso y...! - parece atragantarse por sus propias mentiras un instante antes de balbucear casi llorando - ¡L-lo siento! ¡No era necesario para nada! ¡Lo siento!

Kenny suelta el aire al ver cómo la plancha se aparta de su cara y por su gesto, no extrañaría nada que se hubiese orinado encima. Mira con una ligera preocupación el montón de ropa que empieza a humear bajo la plancha caliente, pero al poco parece aún más preocupado por lo que estás haciendo con los fuegos. Se queda en silencio, bastante temeroso por interrumpirte cuando no debe, pero sigue echando miradas nerviosas a la cocina. 

- ¿Mi madre? Pensaba que estaba... - su mirada se dirige hacia el cuerpo de su padre, con gesto casi extrañado - Espera, ¡¿qué?! ¡¿Cómo que va a explotar?!

Kenny se intenta levantar pero tropieza nuevamente con un grito de dolor por la pierna. Con esos gritos y alguna que otra amenaza, vuelves a bajar las escaleras hasta encontrarte en la calle más o menos vacía. Sigues teniendo una buena noche por delante...

- Es mi primera vez y no entiendo como no he venido antes ¿Te lo puedes creer? - Reconoció él con cierto entusiasmo al caballero que llevaba encañonado y estaba esposado. Sonrió con un gesto exultante.  

- ¿Encontrasteis a vuestra presa? - Se interesó cambiando de tema algo incomodo cambiando de tono e incluso de lenguaje corporal, como si el gesto anterior hubiera sido un desliz. - Y habéis encontrado más amigos, es mejor tener amigos que dinero. - Dijo con una sonrisa educada.

John asintió con la cabeza a las palabras de Wendy. Candy conocería el lugar y habría que preparar un plan. Esos lugares frecuentados por ricachones seguramente contarían con seguridad y normalmente se accedería mediante invitación…

Ya iba dándole vueltas a varias opciones cuando vio acercarse al tipo que estaba anteriormente en el bar de Jessie. Devolvió el saludo levantando la mano.

Pero lo que le sorprendió fue el ver a quien llevaba atado para entregar. Aquél tipo le había dado problemas anteriormente, aunque por razones varias, sobretodo el pensar en otros objetivos, ya se había olvidado de él y de la cuenta que tenía pendiente: A saber, un tiro en la nuca, por ejemplo…

Por lo visto, los tipos que lo llevaban también debían ser polis a juzgar por sus comentarios. Las horas extras les iban a salir rentables. Y era curioso que fueran precisamente polis los que llevaran a aquél despojo a la Feria.

De todas formas, bien estaba lo que bien acaba, y aquél tipejo recibiría su merecido.

Le entraron ganas de acercarse y regodearse de su destino, pero en aquél entonces, John no llevaba la máscara y ahora no le hubiera reconocido, lo que habría devaluado el efecto. Aún así, sintió curiosidad, aprovechando que se había iniciado la conversación. -Algo hemos encontrado, pero la noche todavía es joven - replicó, y acto seguido señaló al prisionero - ¿Así que os estrenais con éste, en la Feria o en La Purga en general? -

- Ambas - Fue su respuesta - ¿O no? el año pasado tuvimos los trailers de este momento. ¿Eso cuenta? - Preguntó al prisionero con un trasfondo de rabia y la voz contenida para no gritar. Su mirada, la forma en que se tensó cuando se refería a él, estaba claro que lo odiaba profundamente.
- Si lo pensamos bien la respuesta quizá sea: "solo sea en la feria". - Concluyó con una sonrisa forzada fruto de un esfuerzo de contener la violencia.

- Pero como dice usted, la noche es joven y una vez pruebas, necesitas repetir. - Añadió esa frase con una cadencia digna de un anuncio de la radio. No perdía a su presa de vista, a su lado iba un tipo silencioso, que se había parado a su lado[1] y con ese gesto daba la sensación de ir juntos.
 

El Profesor baja por las escaleras de incendio después de cerrar la ventana y se esconde en una esquina mientras espera a que el gas se acumule y explote.

Mientras, se entretiene buscando entre los contactos del teléfono de Kenny a su amigo, el señor Quinn, para enviarle un vídeo donde se ve cómo le rompe la pierna con el bate seguido de un mensaje de texto "Ya vais un poco tarde".

Al guardar el móvil de Kenny en su bolsillo, el Profesor advierte el papel arrugado de la invitación a la Puja en Times Square. A pesar de que al principio le parecía algo grotesco recibir una invitación a Purgar gente que no se lo merece, ahora... es como si haber purgado (aunque en realidad lo ha dejado en manos del destino y la suerte) a Kenny hubiese despertado una bestia en su interior.

Así que tras esperar a que la casa de los Mendels explote, el Profesor oculta su rostro tras la máscara de Dalí y empieza a correr hacia Times Square, a pesar de que sabe que está lejos y que sería mejor robar un vehículo. Por desgracia, no tiene nociones sobre puentear un coche.

- Yo tampoco lo conocía pero es una Feria yparece divertido. Si lo llego a saber vengo antes. -respondo al guapo con una sonrisa, poniéndome un dedo en los labios con gesto enigmatico - Tengo una buena pista de donde puede estar... Y si, supongo que al final he encontrado buenas compañías. - termino mirando a John orgullosa. Aunque no es lo que te esperas cuando te rajan las ruedas del coche. 

Miro con curiosidad al tipo que lleva atado y luego a el. Eso de querer repetir... No se si me sorprende mucho. Y con quien iba a acabar después de Tony? Si solo hay uno en mi corazón, para que más? Bueno, si alguno se intenta pasar de la ralla conmigo pues si pero... Después vuelvo a mirar al guapetón.

- Y adonde vas a ir después? Tienes algún plan o buscas a alguien en específico??

La rubia habia terminado su conversación con el segurata oriental y cuando se dió la vuelta saludó con una suave inclinación de cabeza al hombre con la máscara de hierro. Él le devolvió el saludo, dejando claro que se conocían.

- Buenas, señor K. No se pierde ningua, ¿verdad? - habia puesto una mano en su cadera derecha, cerca del apósito que cubria su costado y que ya mostraba signos de un leve sangrado debajo de éste. Él tipo rió bajito pero no dijo nada, sino que esperó paciente al lado de Sommerfield

Candy se deslizó hasta colcoarse al lado de John y tuvo que alzar la cabeza de nuevo para hablarle - ¿Os queda mucho?¿Vamos a ir al sitio ese? - posó una mano en el brazo de su amigo antes de mirar a Wendy - Porque pienso traerme a aquí a unos cuantos de esos cerdos -

El segurata, lleno de esteroides hasta las cejas, hizo una seña para que el siguiente fuera pasando para hacer los intercambios. Cuando os ibas acercando se veía através de la puerta algunas de las atracciones que aguardaban en el interior de la feria.

Pronto, a los chillidos que a veces surgían del interior, se juntó un rico olor a barbacoa que os recordaba a la carne tostadita al calor del carbón, pero el aroma a pelo chamuscado que parecia sumarse dejaba bastante claro de donde procedia...

A los pocos segundos de haber mandado el vídeo, el móvil de Kenny empieza a vibrar con el número de Abed Quinn en la llamada. Al coger, escuchas la respiración agitada del chico y los gritos de su compañero un poco más lejos. 

- Quedaba un minuto... - dice el chico entre jadeos - Estamos en el Lower East Side y creo que ya he visto eso de las muñecas que nos dijo... 

Como si estuvieran sincronizadas, escuchas el ruido de una explosión al otro lado del móvil, justo al mismo tiempo que la vivienda de los Mendels entra en combustión, provocando un pequeño temblor en la zona y dejando un buen reguero de cristales rotos de las ventanas. Al otro lado del teléfono oyes algunos chillidos histéricos y maldiciones por parte del joven McCorville.

- ¡Joder, Mason! Mierda... Vale, por asegurar, de los que nos tenemos que encargar son... ¿Unas viejas con unos muñecos que explotan? - dice, claramente confundido por la situación - ¿Y Kenny aún sigue con vida?

Mientras avanzas hacia el Times Square, te das cuenta de que podrías ir por el Greenwich Village o por Gramercy...

- Tengo más amigos que buscar, 2 más y sería muy grosero por mi parte desatenderlos... - Dijo a Wendy. - Fiesta en el soho, no es que sea tribeca pero no podemos hacerle ascos al soho ¿No cree...? - 
El grito de dentro le hizo reirse nervioso.
- Oh...  menuda fiesta hay ahí dentro. Tranquilito - Dijo Sommerfield atento por si su reo intentaba algo y con un gesto serio. Pero una parte de si mismo también miró a K por el rabillo del ojo, medio segundo antes de volver hacia el reo. 
- ¿Esto es siempre así de divertido? - Preguntó con aquel tono de voz melodioso con aquella cadencia que indicaba que se relamía por lo que podría pasarle a su "amigo" ahí dentro. Soimmerfield pasaba de cierta incomodidad a regodearse del ambiente rápidamente, incluso a veces reía de forma apenas contenida para pasar a estar serio, era un comportamiento extraño.