La muchedumbre está demasiado ocupada para fijarse en ti y parecen más preocupados en golpearse entre ellos o buscar armas por el suelo para hacerlo con más fuerza. La monja se mantiene rezando hasta que tocas su hombro. Es entonces cuando levanta la mirada, con los ojos llorosos y la cara enrojecida de haber estado llorando. Y sin embargo, por un momento se vuelve completamente pálida.
- Lucifer... - susurra con verdadero temor, mirándote. Descruza las manos y se las lleva temblorosamente a la boca, intentando contener un grito que no llega a salir.
Sin ser capaz de moverse del sitio, la monja te sigue mirando mientras te internas entre la multitud sin problemas. Por supuesto, es complicado pasar sin que llegue a caerte ningún golpe por error, pero herir a alguien en esas circunstancias es sorprendentemente fácil. La primera es una mujer cincuentona, con un gesto de pura agresividad que se deshace igual que su yugular con el corte que le das, tal vez más mortal de lo que esperabas. La mujer cae al suelo entre espasmos pero nadie excepto el hombre con el que se estaba pegando a puñetazos parece darse cuenta. Este apenas mira el cuerpo un segundo, antes de lanzarse con sus puños contra ti, seguramente sin llegar a ser consciente del todo de lo que ha pasado.
Motivo: Velocidad
Tirada: 1d8
Dificultad: 7+
Resultado: 3(+2)=5 (Fracaso) [3]
Motivo: Esquiva
Tirada: 1d8
Dificultad: 5+
Resultado: 2(+2)=4 (Fracaso) [2]
Sin duda el terror que despertaba a su paso le resultaba adictivo, un gran contraste con la adoración y devoción que generaba en su otra vida, ya muy lejana, en la que salvaba vidas a diario. Todo esto le permitía darse cuenta del duro trabajo que realizaba a diario, pues salvar una vida era dificultoso… aunque acabar con ella era muy, muy fácil. Solo un corte y esa persona que no conocía caía al suelo agarrándose el cuello, intentando evitar que la cálida sangre bullera furiosa. Curioso fue que el sujeto con el que luchara esa mujer, ahora se le enfrentaba. ¡Pero si le acaba de ayudar! El Doc solo le sonrió con entusiasmo, adelantando con rapidez la mano con el bisturí, imitando el ataque relampagueante de una serpiente.
-¿Por qué luchan?- se preguntó su lado más racional, mientras que esa nueva personalidad que cobraba fuerza queria empaparse en esa sangre y participar en esa locura.
Aquí no primaria su arte, solo era una experiencia nueva que quería vivir. No tenía mucho sentido matar por matar, pero participar en esa pelea era excitante. Quería dispersar el miedo que vio en los ojos de la monja entre esas personas y luego se marcharía. Era su forma de “mantener la paz”, evitando que se sugieran matando.
Motivo: Velocidad
Tirada: 1d8
Resultado: 7(+2)=9 [7]
Motivo: Fuerza
Tirada: 1d8
Resultado: 8(+4)=12 [8]
Que buenas tiradas XD