Partida Rol por web

Mientras corría podías paladear el sabor de la victoria pues tus pies, rápidos, iban comiendo terreno, como si una fuerza sobrenatural te diera la velocidad y el impulso que necesitaras para que llevaras a cabo tu venganza.

Una zancada más y ya sentías que si estirabas la mano podrías tocarlo, pero querías asegurarte... otra más y... cogiste impulso para poder saltar sobre él. Ambos acabasteis rodando quedando muy cerca del borde del muelle, solo que ésta vez, tu tenias la ventaja. Tu eras el cazador y no la presa.

Él pataleaba con desesperación pero se detuvo de golpe cuando sus ojos se clavaron en los tuyos, reconociendote al fin

- So...¿Sommerfield? -

Mientras hababa Sommerfield no perdió tiempo, le puso el cuchillo al cuello sin demasiada delicadeza y los ojos mirándole de forma claramente psicótica. Y cogiéndole la mano cercana al arma la golpeó contra el suelo para que la soltara.

- Dime donde están nuestros amigos y yo no te haré nada. - Rio al decir aquello mientras notaba el cuchillo sobre su yugular.
Estaba deseando que se revolviera para rajarle de arriba a abajo y no lo disimulaba.
- Esta oferta se la queda el primero que la acepte y no hay mas existencias. - Dijo aquello entonando como si fuera un tele vendedor de los años 60, a pesar de eso, en el timbre de su voz había un trasfondo de rabia a duras penas contenida.

Skull va a ir avanzando hacia el norte, alejándose del Soho.

Segundos enteros. Inspiraciones forzadas. Un leve chasquido de su lengua separandose del paladar para luego solo obtener silencio... y justo cuando ibas a ejercer más presión con el arma decidió hablar

- Chase Bank -

Sabías donde se encontraba ese banco. En Financial District. Y recordaste que el director de aquel banco no le caía muy en gracia a tus ex-compañeros. Quizás era una forma de conseguir pasta y a la par joder bien a aquel tipo, aunque tenían que ir muy preparados, pues los bancos solían reforzar su seguridad en la Purga

Lo tenía desarmado y a su merced y sabía lo que quería l atentación de abrirle como un pescado era diferente, pero le dio la vuelta y con unas bridas de plástico apresó sus manos tras su espalda, luego le hizo andar hacia la furgoneta tras recoger su arma abandonada en el suelo y le apuntaba.
"Venga, es el momento de un poco de justicia" Dijo Kevin en su cabeza mirando como un depredador a Brown "Oh... si... tienees razón, imaginate lo que le harán ¿Nos lo podrán grabar en video? El bueno de Ludge vendiendo gente como si fueran ovejas en un matadero" La voz en su cabeza se carcajeó.
Por un instante Kevin casi gana pero Ludge le recordó el destino que le quería dar K a ese infeliz por lo que en un punto intermedio, por motivos diferentes ambos los dos encontraron un punto de encuentro, cumplir una promesa, castigar a un criminal y hacer que ese hijo de puta pasara las de Caín.

- Camina! - Le dijo - ¿Qué hacíais aquí? ¿Qué hay en la furgoneta? - Quiso saber.
No veía ahora mismo a K, esperaba que no hubiera habido mas problemas, pero al mismo tiempo estaba con su presa. Quería comprobar quien era el otro presidente, necesitaba mirar la cara del cadáver, quería cercionarse de que el otro monstruo estaba muerto y sino... soltó una risilla descontrolada solo de pensarlo, no sabía si quería que estuviera vivo o si estuviera muerto.

Mientras se acercaba a la furgo usaba a Brown como cobertura, tanto desde la furgo por si el cadáver no estaba tan muerto, como desde el corredor de tiro que era el muelle.

- Nada... nada importante... - balbuceaba Brown totalmente confuso y aliviado a la par al ver que no pensabas matarlo. - pero puedes coger lo que quieras... solo sueltame... y te deberé una, tio. DE VERDAD -

Viste a K salir de detrás del arbusto donde se había parapetado, despacio, sin prisa, y con aquella máscara realmente imponía.

Tú y "tu amigo" llegasteis a la furgo. El otro tipo era Holland. Comprobaste que estaba muerto y aquello te dejó un regusto amargo. Una muerte demasiado benévola. Dentro de la furgo pudiste ver algunos papeles y cartones de comida basura.  Unos prismaticos nocturnos sobre uno de los asientos y poco más.

Como mucho podías rapiñar las berettas que tenían ellos. La de Holland estaba a escasos centrimetros de su mano, sobre el suelo ensangrentado. La de Brown la habiais dejado atrás, cuando le obligaste a tirarla.

A Sommerfield le interesaba dos cosas: ¿Qué era lo que estaban cargando? Y si encontraba ese mapa donde les había visto elucubrar en el video. Eso le podía dar una pista de aquello en lo que estaban metido y de ese modo poder hacerles aún más daño. O tomarles la delantera.
Recogió los prismáticos, las pipas y las balas.
Cuando llegó K le dijo
- ¿Tienes una mordaza para nuestro amigo? - Le preguntó con una sonrisilla. - Se viene con nosotros. - Y le guiñó un ojo divertido.

Rebuscaste pero no encontraste mapa alguno. Si restos de un polvillo blanco que podría haberse caido de los paquetes que habían transportado. No había que ser un genio para deducir que podría ser. Blanco y en botella.

K apareció de un lateral de forma tan sigilosa y espontánea que te sorprendió. Asintió a tu petición y rebuscó entre sus bolsillos, sacando un pañuelo que podría servir como tal.

- ¿Que piensas hacer con él? - su voz ronca rebotó contra el metal de su máscara, otorgándole un cierto tono lúgubre bañado por un poco de sadismo, mientras os dirigiais a su vehículo de nuevo.

Ludge hizo una llave sobre el cuello de su prisionero para que cayera inconsciente* y hablar libremente una vez callera inconsciente mientras le amordazaba con mordaza. No pudo reprimir un par de puñetazos en la cara del prisionero en esto moemnto, se relamió mientras un amirada febril se dejaba entreveeer en su rostro.
Respiro pesadamente para controlarse y serenarse, le costo tomar un tono más serio para decir:
- Dijiste que los querías - Dijo Ludge  - Y me parece bien que esta escoria reciba su merecido, de acuerdo a la ley y esta noche todo es legal. - Sonrió tan lugubre como K había sonado, mientras ocultaba que por dentro Kevin le pedía que le arrancara la piel a tiras.
- Quedan dos más, por desgracia no les hemos jodido el negocio, han entregado la mercancía así que si quiero que las cosas se hagan, me queda trabajo ¿Qué vas a hacer tu? ¿Te conformas solo con uno?-  Preguntó - Ha mencionado el chasebank, se a que sucursal se pueden referir, está en el soho. Podemos dejarle donde necesites de camino. - Dijo calmadamente, para decir a continuación de forma atropellada.
- Cuando los entreguemos ¿Me puedes conseguir una cinta de video con lo que le pase? - Preguntó con un timbre y tono de voz muy diferente, ansioso e histérico.
Mientras hablaba recogió las caretas, una del suelo, otra del otro fiambre, para corroborar su víctima y los abrigos de ambos, buscó móviles, en especial buscaba los cutres de prepago, para ver si estaban en contacto de algún modo.
Durante la inspoección de los cuerpos no pudo dejar de patear al otro muerto que llevaba careta de presidente. No podía seguir conteniendo aquella rabia y sino la dejaba salir iba a estallar, rió nervioso, sus otros dos compañeros iban a estar preparados, los muy hijos de puta.
Esperó que K decidiera, entregaban el primer paquete o iban a por mas presas para llenar la bodega.