Jajajaja !Prfffff
No he marcado oculta, no sé por qué sale "sólo director"
En fin: ese 1 guapo en el dado jajaja
Motivo: Veo o no veo
Tirada: 1d8
Dificultad: 7+
Resultado: 1(+2)=3 (Fracaso) [1]
Ay jajajjajaja. Dejo la tirada para que no se me olvide el turno pero no se si voy a poder hacer mucho, ays
Estaba preparada al otro lado del coche por si acaso junto a Candy cuando se vuelve a oir la voz. Ah, así que aun no está muerta... Cojo con más fuerza mi escopeta y me quedo a cierta distancia apuntando a la puerta mientras John ordena que abran el coche. Y luego... ZAS, en toda la cara!
- Menos mal que ha dicho sin tonterías, zorra!! ¡AY! - levanto la escopeta pero sin tener muy claro por donde apuntar, simplemente me quedo con ella, preparada para atizarle al primero que me toque - ¿¡John!? ¿¿Candy?? ¿Seguís ahí, verdad? - pregunto nerviosa.
No disparo porque no quiero darle a nadie (amigo claro)! :(
Al acercarse y verle mejor, el Profesor ve perfectamente a la espalda del encapuchado la misma mochila que llevaba Jill al principio de la noche. Pero no le da tiempo a ver mucho más, pues cuando se da cuenta, la máscara le está mirando directamente. Hay unos segundos de pausa entre ambos, hasta que el enmascarado empieza a retroceder lentamente y luego echa a correr. La zona alrededor del ring está bastante más llena de gente, por lo que el chico choca y tropieza con varias personas en su huida, sin conseguir alejarse demasiado.
Tirada oculta
Motivo: Percepción
Tirada: 1d8
Dificultad: 5+
Resultado: 5(+2)=7 (Exito) [5]
Motivo: Velocidad
Tirada: 1d8
Resultado: 1(+2)=3 [1]
Si tiras Velocidad y sacas más que él, le pillas... Y te vale con no pifiar xD
Con todos cegados tras la explosión de luz, los pasos siguen alejándose por la calle hasta casi perderse mientras los demás recuperan poco a poco la vista. No parece que haya llegado a atacar a nadie. Pero tanto vuestro coche como el de la Sádica están bastante destrozados después del impacto.
Os dejo post cortito porque como habéis fallado todos... mal xD
Podéis elegir para dónde ir o si queréis intentar perseguirla, aunque os lleva algo de ventaja.
Había escuchado dos ruidos metálicos caer al suelo, pensó que serían sus armas, aunque uno parecía rodar…
""¡Mierda, una granada!" Dispuesto a disparar nada más se asomase, no tuvo tiempo para darse cuenta de su error. Y cuando iba a gritar para alertar a Wendy y Candy, la cegadora lo inundó todo con un brillante y molesto fogonazo, que le dejó sin visión unos instantes… Lo justo para escuchar unos pasos a la carrera que se alejaban… y juraría que también una risita macabra...
Inclinó la cabeza, apretando los ojos para recuperar lo antes posible la visión. Estaba en clara desventaja y eso no le hacía ninguna gracia.
Las imágenes y formas fueron ganando nitidez a los pocos segundos. Escuchó la voz de Wendy, que tenía un tono de preocupación. -Aquí bien... ¿Candy?- No habían habido disparos a parte de los suyos, y ella tenía suficientes tablas como para no tener que preocuparse, sabía que estaría bien.
Una vez recuperó la visión, miró hacia el fondo de la calle. Allí estaba, corriendo a la fuga. Calculó la distancia, todavía estaba en rango de disparo. Se apoyó en un contenedor para tomar posición de disparo, colocó la culata contra su hombro, con las rodillas algo flexionadas y el torso ligeramente inclinado para absorber la fuerza del retroceso.
La chica estaba alineada con su mirilla, el dedo rozaba el gatillo…
Levantó la mirada y la miró correr. Tenía cosas que hacer, eso sólo era una distracción. No creía que volviera, por lo menos durante un buen rato.
Comprobó que sus dos compañeras estuvieran bien y observó los vehículos, ambos inservibles. Maldijo el haber obedecido al impulso que le dijo que parase al ver a la pareja. Sabía que de todas maneras estaban perdidos.
Entonces "¿Por qué cojones te has parado, John?¿No tienes un trabajo que hacer?"
Quizá estaba harto de tanta muerte, tanta sangre inútil... Y total ¿ De qué servía? Daba lo mismo que muriera una persona al día durante el año, que 365 en una noche. La Purga era una farsa, eso lo había sabido desde siempre… Quizá había llegado el momento de colgar la máscara.
Pero todavía no. -No os acerquéis al coche, podría haber otra sorpresa - Le vino a la cabeza la trampa explosiva del depósito del Interceptor de Mad Max.
El balance de esa situación resultaba en un gasto de recursos totalmente inútil… - tendremos que buscar otro transporte - Intentaba, sin éxito, disimular la rabia en su tono de voz, la irritación que le producía aquella pérdida de tiempo.
Miró alrededor, buscando algún vehículo que pudieran utilizar. Aunque, por lo que llevaba visto durante la noche, parecía que a las chicas se les daba mejor esa faena. Así que comprobó su munición y se mantuvo en guardia por si aparecían más sorpresas.
Los pasos se alejaban y yo sentía la imperiosa necesidad de frotarme los ojos con fuerza. Me quité la máscara con rabia mientras sentía a "la novia a la fuga" respirar y moverse a mi lado.
- Estoy bien - dije al escuchar la pregunta de John mientras me incorporaba. La pistola inservible en mi diestra mientras que la zurda sostenía los led que ocultaban mi rostro en aquellas noches. Nunca había usado aquello porque no quisiera que me reconocieran, sino porque a mi hermano le parecia divertido, y ahora... ya que más daba.
Me acerqué a John sintiendo la tirantez del apósito en mi costado y el aire en la cara. Le sonrei cuando estuve justo delante
- No me seas nenazas. Podemos encontrar otro coche. Tú solo dime cual quieres y yo te lo consigo - alcé mi ceja en actitud algo chulesca y divertida y pinté un arco con mi mano para abarcar la gran cantidad de vehículos que había aparcados en la acera. Mucha gente no tenia garajes ni podia costearse uno público.
Suspiro mas tranquila al escuchar la voz de John y Candy mientras me froto los ojos, como si eso pudiera hacer que se vayan las lucecitas de colores. Ay ay ay... Aun parpadeando abro los ojos volviendo a ver la oscuridad de la noche y miro hacia la calle por la que se van los pasos. Pero John no termina de disparar así que yo me voy a quedar quietecita.
- No vamos a... ¿no? Vale... - confirmo con que no vamos a disparar. Miro al coche y suspiro - Vaya, pues era muy bonito como para dejarlo aquí. Pero nada, tienes razón. Yo te ayudo, maja. Tu elige John, cariño mío.
Descargando la escopeta, me acerco al coche que señale John lejos del que hemos empotrado. Me acerco a la ventanilla con la culata preparada para romper la ventanilla si hace falta, esperando por si Candy tiene alguna idea mejor.
Tiro algo?
Ayyyy Candy me ha pisado :,(
Vaya. Al parecer al Profesor no se le da tan bien ser discreto como torturar y matar a simples adolescentes algo psicópatas.
Pero al menos sigue siendo mil veces más inteligente que ellos. Mientras Jill se choca con gente en su intento desesperado por huir, lo que provoca que alguno le empuje y le increpe, el Profesor se limita a dirigirse al punto por donde Jill va a salir y de la manera más civilizada posible, como docente y adulto que es, detiene al muchacho de la mejor forma posible: le tira al suelo de una zancadilla.
— Señor Houston... —le dice el Profesor, con cierta frialdad. — Ciertamente estoy decepcionado con usted, le creía más centrado en los estudios. ¿Qué hace aquí? Levántese.
Jill era un buen estudiante, lo suficiente inteligente como para que el Profesor sintiera cierto aprecio por el único que no parecía ser una bestia salvaje. Y, míralo ahora, no es tan diferente del señor Mendels...
Ignorando el momentáneo deseo de mutilar a Jill Houston, el Profesor le dice:
— Si me dice el motivo por el cual está participando en la Purga junto al grupito del señor Mendels, haré todo lo posible porque no cuente en su expediente estudiantil, señor Houston. ¿Fue usted amenazado, tal vez? ¿Obligado a ello?
Motivo: Velocidad
Tirada: 1d8
Dificultad: 4+
Resultado: 8(+2)=10 (Exito) [8]
Después de oír el chillido provocado por el enmascarado cuando se tropieza con la zancadilla, al Profesor no le queda ninguna duda de que ese es efectivamente Jill Houston. El muchacho retrocede por el suelo, hasta quedarse casi congelado en el sitio. A la orden de levantarse, hace su mejor esfuerzo por levantarse lentamente, e incluso se levanta la máscara de Scream con algo de educación.
- L-l-l-lo s-siento, señor... - tartamudea nervioso, aunque no parece que se vaya a mear encima por el momento - Está... está vivo... Menos mal. - suspira aliviado.
Antes de que pueda tranquilizarse, ves cómo se pone tieso de pronto y palidece al oír mencionar su expediente. Baja la mirada y toma aire antes de volver a hablar con gesto culpable.
- Pues... No... La verdad es que no exactamente. Me gustaría decir que sí, señor Parsons, p-pero... Permítame explicarme, señor Parsons. - le pide al Profesor, todavía nervioso pero más analítico que antes - Como estaban castigados, me pidieron que les llevara sus mochilas con las cosas que tenían preparadas y luego pensaba q-que si iba con ellos esta noche dejarían de molestarme en clase... Fue estúpido por mi parte, lo sé. - reconoce rascándose la nuca - Y luego quisieron entrar al colegio a por usted... Yo les dije que ya no estaría pero no me hicieron caso. Empezaron a intentar colarse por la puerta y yo fui a buscar la de atrás, donde las basuras, que normalmente está abierta. Cuando llegué solo oí gritos y disparos y-y me asusté y salí corriendo. Después me dijeron que había muerto y luego Kenny dijo que no y al llegar a su casa estaban que se iban y venían... No sabía qué iba a pasar, y no podía volver a casa a esa hora por el cierre automático, así que me fui a buscar un lugar seguro... Y c-curiosamente éste está bastante bien. - reconoce Jill mirando hacia el ring un momento- Pero no se lo d-diga a mis padres, p-por favor...
Los pasos terminan de alejarse por la primera esquina que pilla y no parecen volver. Por su parte, Wendy acaba con la ventana de uno de los coches cercanos, suficientemente grande para que quepáis todos. Candy se cuela dentro a trastear hasta que el motor arranca con un rugido.
El otro coche no parece que vaya a explotar ni nada por el estilo, por lo que parece que de momento estáis a salvo...
Me subo al coche en el asiento de atras, con la escopeta preparada cerca de la ventanilla, por si alguien más decide aparecer. Dejo que John o Candy se queden el asiento del conductor y luego les miro a ambos, dirigiendo miradas al coche y a la sádica que se ha ido corriendo.
- Pues... Seguimos hacia la "fiesta"? O quereis ir a por la loca esa?
Sabía que no tenía motivo de preocupación, pero sintió un alivio cuando Candy respondió.
Hacía mucho tiempo que no la veía sin la máscara. Una oleada de recuerdos invadió sus pensamientos. Cómo se conocieron, aquél momento en que les perseguían y él tendió la mano, para sacarla de aquél apartamento donde se había refugiado y habían coincidido por casualidad, la vez que ella le atendió las heridas que le habían producido unos disparos en la espalda, también cuando John la tuvo que sacar de un coche en el que ella había quedado con las piernas atrapadas por el salpicadero después de haberse estrellado... Habían sido muchos momentos de sangre, muerte y miedo, pero en realidad, sintió que sólo se conocían de aquello, aun habiendo esa complicidad que adquirieron cuando ambos se salvaron mutuamente de una muerte segura...
Pocas veces habían coincidido fuera de la Purga, y ese escaso contacto, al igual que con el resto del mundo, era el que lo frenaba a la hora de intimar... Por eso no habia sabido qué decirle sobre la muerte de su hermano, no encontraba las palabras.
Igual otra cosa que tenía que mejorar fuera su manera de relacionarse con la gente...
Volvió a la realidad cuando Candy se le acercó y le habló con su tono socarrón habitual. Hizo un gesto con la mano, señalando un todoterreno aparcado unos metros más allá, respondiendo también a Wendy.
Dejó que las chicas se encargaran del vehículo, sin duda era algo que se les daba mejor, y aprovechó, viendo que el monovolumen todavía parecía seguro, para recoger el resto del equipo que habían dejado en su interior. Aún así, no quiso mirar dentro del coche de la loca, no se fiaba de que hubiera alguna trampa o algo.
Candy le hizo el puente al todoterreno y Wendy se sentó detrás, por lo que él se colocó en el asiento del copiloto. Se giró para contestar a Wendy: - Lo que prefieras, aunque ya hemos perdido mucho tiempo, y no creo que quieras que Tony se escape esta noche -
Bueno, ahí van unos guiños para una de las sádicas ;)
Wendy abrió el coche y la joven no perdió tiempo en sentarse al volante y correr el asiento hacia atrás para poder inclinarse y trastear. Se mordió el lado derecho de su labio inferior mientras estaba concentrada en aquella tarea. Cuando lo consiguió sonrió triunfal mientras se secaba el sudor de la frente con el envés de la muñeca.
- ¿Soy una maquina o no lo soy? - su risa llenó el espacio como si no hubiera estado cerca de morir varias veces aquella noche.
- Agarrate bonita - le dijo a Wendy por encima de su hombro mientras le guiñaba un ojo a John. No había tiempo que perder y aquello se estaba alargando demasiado
Ya sabeis como funciona el movimiento entre escenas. Podeis postear en la siguiente a la que accedeis. Para ser justos con todos teneis que pasar escena por escena y se que es un rollo porque estais lejos... podeis llenarlo con conversaciones o con pensamientos hasta que yo os meta chicha
COMO NO ME VOY A ACORDAR BONITO MIOOOOOOOOOOOOOOOO
...oh...
El Profesor guarda silencio observando fijamente a Jill Houston. Al verle levantarse patéticamente después de la zancadilla, el Profesor no puede evitar sentir vergüenza ajena y, por qué no decirlo, cualquier intención de matar a su alumno se ha esfumado entre sus balbuceos.
Sí, Jill Houston es un buen estudiante y tiene futuro por delante siempre y cuando no se descarrile. Y sí, por un momento el Profesor pensaba que Jill Houston se había vuelto otro salvaje. Pero es que entre el punto A y el punto B hay mucha diferencia. ¿Tanto le costaría al chico ser un punto intermedio entre ser un bestia y ser un... "flojo"?
"¿Cómo has sobrevivido toda la noche?" le va a preguntar, pero se calla. No es de su incumbencia.
- Bien, lo entiendo, puede calmarse ahora, señor Houston. Y bien... ¿qué piensa hacer? No puede volver a su casa, pero tampoco puede quedarse aquí por toda la noche... tarde o temprano, esta multitud se desvanecerá. ¿O si comienza una batalla campal? ¿Es que quiere quedarse en medio del fuego cruzado de unos retorcidos enfermos mentales?
Después de acabar de hablar, al Profesor se le ocurre una idea.
- Está bien, señor Houston. Tranquilícese. No le diré nada a sus padres ni mancharé su expediente académico... es más, le diré a sus padres que hubo problemas y se nos echó el tiempo encima, así que usted vino a pasar la noche a mi casa. ¿Le parece bien?
- A cambio... quiero que usted haga algo por mí. ¿Tiene teléfono móvil? Por supuesto que tiene, todos los jóvenes tienen y aunque usted no lo saque en clase, seguro que lo tiene. Déjemelo, le grabaré mi número de móvil. Después, quiero que vaya hasta la casa del señor Mendels. Averigüe si el señor Mendels sigue en su casa haciendo el trabajo que le encomendé, tal y como me prometió y llámeme para decírmelo. ¡Y más le vale no mentirme ni encubrir a su "amigo"!
Mil perdones, he debido entrar en un agujero negro y de repente han pasado dos semanas! Flipo...
Jill se queda pensando con la cabeza gacha, como si no hubiera caído, o no hubiera pensado en la posibilidad de que su grupo de "protección" se convirtiese en una masacre sin querer. Niega con la cabeza, casi avergonzado y finalmente levanta la cabeza hacia el Profesor.
- ¿D-de verdad? - pregunta asombrado por tu amabilidad, aunque termina asintiendo rápidamente - S-sí, claro, por supuesto. ¡Oh, y p-por supuesto yo no diré nada de usted! - añade totalmente seguro.
Ante tu petición, saca el móvil obedientemente sin pensárselo dos veces y te lo da ya desbloqueado para que puedas guardar tu número. Asiente un poco confundido y lo recoge cuando terminas.
- ¡N-no, señor! Tampoco es que sea mi amigo... - dice finalmente, mirando hacia las calles, dándose cuenta de que el plan implica que salga de su "zona segura" - Está bien... Le llamaré tan pronto como pueda.
Si le vas a decir algo más adelante, y si no puedes postear en la siguiente zona a la que vayas ;)
Mientras estás hablando con el joven, por el rabillo del ojo ves que algo brilla en la distancia y se aproxima a ti a velocidad de vértigo. Parece que es un hacha lanzada dentro del ring y que al ser esquivada por su destinatario inicial, tiene vía libre hasta ti.
Motivo: PUNTERIA HACHA
Tirada: 1d8
Resultado: 5(+2)=7 [5]
Tira Suerte para ver si la esquivas tú también
Solo te da tiempo a ver el filo centelleante de algo, antes de notar un golpe en la cabeza. Te da la sensación de que no ha sido para tanto hasta que el frío te invade por completo, todos los sentidos se te empiezan a nublar y el cuerpo deja de responderte. Lo último que oyes son los chillidos amortiguados de Jill y un murmullo de voces más al fondo.
- ¡Profesor...! Profesor...
Yyy por poco que me guste, has muerto. Demasiados turnos sin postear y ya sabes lo que pasa, lo siento u.u