Partida Rol por web

John se dirigió hacia el coche de Candy y abrió el maletero. Tras una breve conversación con ella, se agachó hacia el maletero, sacando el machete de su funda.

Unos instantes después, le hizo gestos a Wendy para que se acercara una vez entregada la presa al "funcionario".

Se me escapa una risita al escuchar al chico de la máscara roja. Unas monjas? Esta noche?? Desde luego la gente esta loca. Me quedo con la sonrisa mientras tanto y luego me giro con curiosidad hacia él.

- Que yo sepa no aparezco como buscada... Asi que secuestrarme solo te va a dar el premio de mi compañía, jejeje. - le sonrío divertida, llevandome un dedo a la barbilla pensativa - Tampoco me suena ningún nombre si es lo que preguntas. Yo estoy buscando a un Tony, conoces a alguno? - le pregunto, antes de ver que mi querido John me llama - Ups, dame un momentín. Enseguida vuelvo contigo, soy Wendy por cierto. 

Me presento rápidamente y le doy unas palmaditas en el hombro, antes de ir corriendo a ver qué quiere John. 

- Vas a tener que pensar en una bonita historia para tu presa, o eso me han dicho... Y una presentación no estaría mal, no crees? - me giro hacia la chica "nueva".

Me lleve la mano a la nuca, era cierto que esa historia era mía, pero tampoco se me hubiera ocurrido preguntarle al gordo la suya así que simplemente callé y chasqueé la lengua al conocer el precio.

-¿70 Dolares? Jo tío... bueno vale. -No pensaba discutir al respecto y tampoco sabia que debía traer específicamente a cierto tipo de personas, por lo que acepte la pasta y la añadí a la que ya había conseguido, pero si quería mas verde me lo pensaría de nuevo antes de traer al siguiente capullo.

-¿Tony? -Un nombre bastante común en la zona por donde me movía, pero seguramente no era ni un ratero, ni corredor de apuestas, por lo que simplemente negué con la cabeza. -Nop, no creo. -Acto seguido volvió con sus compañeros por lo que aproveche para secar el móvil y visitar la pagina, tal vez la chica aun estaba viva u otro objetivo estaría mas cerca y podría sacar algo mas que 70 pavos.

El asiático se encoge de hombros con la queja de Jo-Ming, como si estuviera acostumbrado y termina por pasarle el precio acordado. El pelirrojo manda a la presa de Wendy y John a la jaula después de terminar la inspección y se acerca para murmurarle algo al asiático, que sigue apuntando en su tablet.

- Los del coche, si necesitáis ayuda solo tenéis que decirlo. - dice en voz suficientemente alta como para que puedan oírle, señalando al pelirrojo que parece ofrecerse a ayudar. Después levanta la cabeza hacia Jo-Ming de nuevo - Lo siento, pero estaba bastante hecho polvo. Para la próxima ya sabes, gente guapa y cuanto más intacta mejor. A la gente no le mola torturar cadáveres andantes, como comprenderás.

- Podría ser... Aunque ese nombre me suena... - estiró los brazos para coger a la mujer de la axila cuando comenzó a removerse tras los zarandeos. Parecia desorientada y quizás por eso no le costó sacarla aunque mantenerla en pie era otro cantar, pues la mujer cayó arrodillada. Quizás por debilidad o entumecimiento...

Cuando Wendy llegó, Candy mantuvo una mano sobre la cabeza de su presa mientras estrechaba la otra - Candy - esperó escuchar el nombre de la novia antes de seguir hablando - Me han dicho que buscas a un tio. Creo que se donde podría estar, pero antes echa una mano aquí - puntualizó mientras señalaba con un movimiento de cabeza lo que tenía a los pies

- Antes de empezar la Purga, una amiga mia estuvo hablando de un sitio donde exponen... mujeres - sus palabras se habían ido endureciendo y alargando - Ver y tocar, pero nada de sexo. Su jefe lo monta todos los años y al parecer, el tio con el que... - carraspeó al caer con quien estaba hablando - bueno, que un tal Tony  es muy amigo de él. Quizás esté allí -

Aunque ya suponia su respuesta, le doy las gracias al chico de la máscara mientras me despido y voy a ayudar a William y a su amiguita Candy. No se si lo del nombre va por mi o no pero me presento igualmente y empiezo a ayudar 

- Wendy. Y... Vale. - me quedo callada un momento cuando dice que a lo mejor conoce a Tony y empiezo a tirar de la chica hacia arriba, esperando que se levante.

Aunque estoy sonriente, la sonrisa se me pasa al escuchar a la chica a medida que habla, hasta el puntod e quedarme paralizada mientras sigi sujetando a la presa con más fuerza. Pero qué está diciendo. Tony no estaría en un sitio así, verdad? Para qué querría otras mujeres si ya puede tenerme a mí?? Se me tuerce la sonrisa y vuelvo a mirar a Candy.

- Estás... ¿Estás segura cielo? Tony no... Uf, Tony no estaría... No debería... Él no se atrevería... No... - abro y cierro la boca un par de veces, intentando asimilar eso y al final trago saliva y tomo aire, volviendo a sonreir - Bueno pues gracias por la información, cariño. Creo que ya tengo por donde buscar. John, tu qué vas a hacer??

El Profesor va a responderle algo así como "por supuesto, a ustedes no les pasará nada", pero como el joven señor Quinn le hace callar y toma la palabra, El Profesor sólo le responde a éste:

— El señor Mendels les agradecería que fuera más pronto que tarde, señores.

El Profesor, que ha sido educado con los valores tradicionales, se queda observando cómo los jóvenes se marchan e incluso despide al señor Quinn con un movimiento de la mano que sujeta el cuchillo, siempre apuntándole con la pistola por si decidía hacer algún movimiento estúpido.

Después de que los dos se vayan, el Profesor se dirige a la puerta y la cierra, poniendo el pestillo. Apoya su espalda en la puerta, coge aire y suelta un largo suspiro. Después de unos segundos recobrando la compostura, el Profesor configura la alarma de su teléfono móvil para sonar a los cinco minutos. Comienza el juego de castigo.

Silbando una alegre canción, busca en los utensilios de la colada hasta encontrar la plancha y la enchufa a la corriente para encenderla. También pone en el fuego una sartén con bastante aceite. Después, fumándose otro puro, se dirige hacia el joven señor Mendels y le pega una patada en las costillas.

— ¡Despierta ya, joder! ¿¡Cuánto tiempo vas a seguir vagueando!? —le grita, quitándose la máscara.

Como no tiene ganas de perder más tiempo, aprieta la parte encendida de su puro en el cuello de Kenny.

-Agh que mierda la mas cercana sigue siendo la chica... Bueno supongo que si no hay suerte este tal RO... -Hablaba en alto, esperando por una buena oportunidad, mientras esperaba mis setenta triste dólares.

-Recibido colega. Si tengo suerte y encuentro alguien con mala suerte lo traeré aquí, gracias. -Ya tenia mi presa o al menos dos zonas donde buscar, porque al parecer alguna que otra persona había logrado dar con un par de ellos y eso me motivo para saber que era posible y real.

Me despedí del guardia y viendo que la chica no volvió, cuando me pidiera que esperara, decidí que la noche no esperaría eternamente así que simplemente volví a mi auto, antes de alzar la mano para que supiera que me iba y poner dirección hacia Murray Hill de nuevo por Gramercy, pero esta vez evitaría la zona de peleas y apuestas, porque conociéndome acabaría bajando y apostando esos setenta pavos para poder convertirlos en 200 y no seria mala idea, pero si perdía mas tiempo seguramente también volvería a perder a la chica.

El asiático no parece prestar mucha atención a que hables en voz alta y lo único que hace es despedirse con una sonrisa rápida y seguir atento por si los del coche necesitan ayuda. Ves que parecen muy entretenidos hablando entre ellos aunque la sonrisa de la novia te da la sensación de que algo de la conversación no le está gustando nada. 

Cuando empiezas a alejarte de la feria, vez un par de chicos adolescentes que salen rápidamente de un portal, con sus máscaras de la Purga en la mano. Uno parece que va a salir corriendo, pero el otro le detiene y empiezan a discutir sobre salvar o no a alguien.

Los chicos se marchan sin más problemas, dejándote a solas con tu alumno "favorito". Kenny tarda algo en despertarse, pero al parecer el puro encendido sirve bastante bien de despertador. Al principio es una pequeña sacudida, pero al poco tiempo tienes al muchacho sacudiéndose y temblando con un grito de dolor. 

- ¡AAAAH! ¡¿Pero qué coño haces...?! - Kenny se gira con rabia hasta que te ve la cara, poniéndose pálido de pronto - Tú... Puto Pelmasons, ¡tenías que estar muerto! - como si se acabara de dar cuenta de algo, se gira hacia el cuerpo de su padre, que aún sigue con tu chaqueta - Entonces... ¡Tú has matado a mi padre! ¡Hijo de puta, como me suelte te voy a rematar! - chilla empezando a revolverse de sus ataduras.

Mientras Candy informaba a Wendy, si  dejar de escuchar, John prosiguió con la tarea de sacar a las presas del coche. 

Viendo cómo estaban, lo más seguro era que tuviera que cargarlos, pero no le apetecía y a parte, era mejor que al entregarlos pudieran ver que por lo menos se mantenían en pie.

Sacó una de las botellas de agua de su mochila y les echó un par de chorros para que despertaran.

Sabía que Candy contaba con multitud de contactos, y no le defraudó al ver que tenía información disponible, aunque fuera algo vaga, ya que ¿Cuántos podía haber en la ciudad?

Aun así, era la única pista que tenían y sentía que le debía algo más que aquél chófer. - Gracias, Candy...-inclinó levemente la cabeza. 

Vio a Wendy más afectada por la noticia de lo que había esperado. No veía signos de rabia ni furia, sino de incredulidad, y estaba en fase de negación… ¿Realmente sería capaz de llegar hasta el final?

Apoyó la mano sobre el maletero mientras esperaba si se despertaban las presas. Miró hacia Wendy - Un trato es un trato, te acompañaré - Había que verificar si realmente aquél era el Tony que buscaban, si no, no pensaba dejar la faena a medias. -¿No llevas alguna foto del tal Tony encima?¿En el móvil... Alguna de Facebook...o algo, para confirmarlo? -También le haría falta para poder identificarlo. Probablemente llevase máscara, pero quién sabe...

Se me dibuja una sonrisa dulce en la cara al oír a John y me llevo una mano al pecho, totalmente emocionada, mientras con la otra sigo sin soltar a la chica. Vuelvo a darle un tirón para arriba para que se levante y luego le hago caso. 

- Si es que tendria que haber mas hombres en el mundo como tú... Y sí, claro que tengo fotos, tengo un montón de fotos suyas. Ay, que tonta! Si es que tendría que habertelo enseñado antes.

Rebusco en uno de los bolsillos del traje de novia y desbloqueo el móvil, poniéndo la galeria de fotos y dejando que lo mire. Seguramente encuentre un monton de fotos suyas de cuando esta enfadado porque le haga tantas fotos, muchas durmiendo que es cuando mas mono está, alguna tachada y garabateada de cuando me dejó... Oh, claro y las de Linkedin que es donde sale guapo. 

El Profesor escucha los gritos del joven Mendels con una sonrisita que se amplía con la amenaza, aunque a decir verdad ha disfrutado más de su grito de dolor. Sí, el Profesor es de esos docentes que disfrutan de los suspiros de desesperación y las caras largas de los alumnos al poner exámenes realmente complicados y odia profundamente tener que ponerlos más sencillos en recuperación para cumplir el cupo de alumnos aprobados. Siempre ha sido un puto sádico.

— Tsk, tsk, tsk. ¿Es buena idea amenazar e insultar a la persona que te tiene retenida y que tiene tu vida en sus manos, señor Mendels? —pregunta, dándole una calada al puro y tirándole el humo a la cara del rehén. Niega con la cabeza.

— Nunca ha sido muy inteligente, pero no podría estar más equivocado, señor Mendels. Como a usted, yo únicamente dejé inconsciente a su padre con un compuesto químico llamado triclorometano. Como deduzco que jamás me ha hecho caso, quizá le suene más el nombre de cloroformo. Después le puse mi disfraz (por cierto, ¿le gusta? Lo compré pensando especialmente en usted) y fue tan sencillo como dejarlo atado y usted se encargó del resto. ¿No es genial? Ni siquiera tuve que ensuciar mis manos, usted mató a su padre con sus propias manos. Déjeme decirle, además, que a pesar de estar dormido su padre pudo sentir cómo su cráneo su partía en dos. ¿No le parece maravilloso?

Bueno, sí, es una pequeña mentira piadosa, pero es cierto que el Profesor no mató al señor Mendels. Lo hizo aquella jovencita. Tampoco es cierto que el padre sintiera dolor, ¡pero qué importa! ¿Qué va a saber él?

— Dígame, señor Mendels, ¿quiere que le enseñe el bate con los restos de los sesos de su padre? Aguarde un momento...

El Profesor va a buscar el bate que había escondido en una habitación por si se ponían las cosas feas con el resto de estudiantes y vuelve hacia el salón.

— Mírelo, mírelo. —le enseña el bate antes de bajarlo con todas sus fuerzas contra una de sus piernas. — Esto es por atacarme y ser tan imbécil de no rematarme.

Con el móvil de Kenny, el Profesor graba sus gritos para usarlo más tarde.

Sin poder evitarlo me quede mirando a ese par de críos, tal vez de la edad de los otros dos que había disparado no hacia mucho y por sus gestos no estaban a buenas, pero seguramente eran colegas, lo que me hizo plantearme dos preguntas: ¿Me iría mejor la noche con un colega, como la tipa del vestido de novia? Y ¿Podría trabajar en esta noche de mercenario o guardaespaldas? Puede que eso me diera mas dinero que ir en busca de presas. Así decidí llamar a las presas de esta noche porque era psicológicamente mas fácil, solo esperaba que haciendo esta simple relación pudiera dormir tranquilo el resto del año olvidando prácticamente esta noche, si es que conseguía el suficiente dinero claro.

Sin mas reflexiones que me jodieran la psique decidí continuar mi camino hasta el coche, arrancarle y conducir hasta Gramercy

La joven enmascarada dejó que le enseñara la foto aunque sabía que no serviría para saber si era el mismo Tony, pero podría valer por si se lo encontraban de casualidad por el caos de Nueva York. Clavó su osemioculta mirada en la pantalla que Wendy le mostraba y mientras memorizaba aquellos rasgos, los hombres del maletero despertaban entre pequeños jadeos y sonidos de sorpresa por el agua fría sobre ellos.

- No puedo asegurar que sea ese Tony. Yo no lo he visto nunca, solo me han hablado de él - ayudó a que la mujer, la cual había comenzado a sollozar bajito, se incorporara sujetandola por el otro brazo - pero si quereis mi opinión, tiene toda la pinta de gustarle ese tipo de depravaciones - casi parecia escupir las palabras con rencor.

- Voy a llevar a ésta con los seguratas para que me den mi pasta. Mientras, ir pensando si quereis que vayamos a ese sitio o no. - aunque la presa parecia tener algo más de fuerza, se dejó arrastrar por el tirón de Candy hacia la fila de la feria de la carne.

Kenny aprieta los dientes, cada vez más cabreado contigo y visiblemente conteniéndose por no gritarte más gracias a tus amenazas. Sin embargo, por la forma en que respira, te das cuenta de que el chico está perfectamente al borde de un ataque de ira adolescente, como sería normal en un caso así. 

- ¡Me dan igual tus clases de física y me da igual tu puto disfraz! - escupe, mirando después el cadáver de su padre, con los labios temblándole ligeramente - ¡Y es mentira! Has sido tú... ¡TÚ ERES EL ASESINO AQUÍ! 

El chico vuelve a intentar revolverse de sus ataduras mientras buscas el bate pero sin mucho éxito. La pierna cruje con ese golpe del bate y por una vez te sorprende... A pesar de que conoces el estatus financiero de su familia, ese bate parece de bastante buena calidad. Kenny tarda un poco en volver a levantar la cabeza, con la cara roja por el dolor y la ira.

- ¡AGH! ¿Qué... ¡Qué coño quieres de mí!?

Los chicos parecen terminar yendo juntos, aunque uno casi parece estar arrastrando al otro. Luego sigues sin problemas hacia Gramercy...

John observó las fotos de Tony detenidamente, no sólo para memorizar su rostro, sino tambien fijándose en su estructura corporal, comparando su altura y complexión en las fotos en las que salía con Wendy, ya que, como probablemente llevase máscara, seguramente habría que reconocerlo mediante otros factores.

Apreció el comentario de Wendy para sus adentros, aunque si hubiera más como John tampoco marcaría una gran diferencia. La cuestión es que sobran muchos como los demás, y esa era una tarea que iba a cumplir mientras pudiera.

Parecía que Candy estaba dispuesta a acompañarlos. John notó que algo hervía en su interior. Claro que la había visto furiosa y agresiva en otras ocasiones, pero había algo que la impulsaba, algo visceral que no había visto hasta entonces.

Bajo su máscara se dibujó una sonrisa mientras observaba cómo aquella cazadora llevaba a su presa hasta la zona de entrega. La observó durante unos instantes, rememorando todas las Purgas que habían compartido. Estaba claro que le debería otra muy grande tras esa noche.

Miró a Wendy mientras agarraba al tipo del maletero, harto ya de esperar a que espabilara. -Tú decides, es tu presa... - Lo empujó contra el coche y, sin ningún miramiento, hizo lo mismo con el chaval.

Los puso espalda contra espalda, amarrando sus muñecas con bridas de plástico. Aunque despacio y a trompicones, podrían caminar, aunque no correr ni tener opción de huir de allí.

Por otra parte, se sintió aliviado al no tener que entrar en la Feria, no sabía si hubiera podido contenerse.

Siguió las indicaciones de K, a fin de cuentas, si le iba a traicionar, mejor que lo hiciera rápido a que lo hiciera mas tarde( pues le iba a necesitar para lo que venía a continuación), aparcó donde le dijo y se volvió a su colega el ex presidente.

- Seguro que pensaste que no os iba a pasar factura - Le dijo desquiciado - Seguro que pensaste que podías hacer lo que quisieras, pero ... - No completó la frase cuando un arrebato de rabia le impidió seguir hablando y le dio un puñetazo en la cara con toda su fuerza. Y rio con fuerza.

- "Parece que quiere decir algo..." - Dijo risueño parafraseando un momento de la noche de hace un año en que el dijo algo parecido cachondeandose de sus futiles intentos por zafarse o gritar pidiendo ayuda a pesar de la mordaza.

Se giró para controlar a K y le dijo.
- Tu negocio. Tus normas. - Así le indicaba que era él quien debía llevar la iniciativa esta vez. Sommerfield no sabía si había hecho bien del todo en fiarse de él viniendo a este sitio, esperaba que la promesa de mas caza y aquel gesto de momento le aplacara y lo mantuviera el resto de la noche con él. Una especie de soborno y demostración de que controlaba.
- Pero nos queda mucha noche por delante. No perdamos tiempo. Y tendrás a dos más. - Añadió metiendo prisa. Sabía que se la jugaba, pero le necesitaba, era una apuesta.
Hizo incorporarse a su colega de curro y a punta de pistola le llevaba por detrás de K

Chasqueo la lengua al ver que Candy no parece reconocerlo pero luego la miro algo mosqueada. Como que tiene pinta de que le guste eso?? Con lo guapo que es mi Tony, él nunca haría eso. Pero me callo la boca por si acaso, al final es esa chica quien me ha ayudado así que no deberia quejarme mucho. Me quedo csllada un buen rato y termino mirando a John que parece dispuesto a ir donde sea. Tomo aire y le vuelvo a sonreir.

- Si hay alguna posibilidad de que esté donde dice Candy, quiero saberlo. Aunque sea asegurarme de que NO está alli. Y luego ya veremos que hacemos con esos pervertidos.

Con gesto resuelto, vuelvo a arrastrar a la presa de Candy y esta vez voy a la cola también.