Partida Rol por web

La bala de Rosen rebota sobre uno de los muros, sin llegar a darle a Ezy. Tal vez no sea un corredor experto, pero por lo menos consigue ganar distancia con el coche. Y a pesar de que justo en el centro de Manhattan es complicado encontrar callejones, Ezy consigue meterse por debajo de unos andamios de las obras, haciendo incluso más complicado apuntar para Rosen

"El tipo tiene suerte" pensó Rosen. Encontrar un callejón por esta parte de la ciudad no era nada fácil. Recién vio a Ezy entrar en callejón detuvo el auto en seco, abrió la puerta y salió en persecución del sujeto. Cuando estuvo en la boca del callejón disparo nuevamente, esta vez sin tanta sacudidera por el auto.

En el momento Rosen no se dio cuenta pero, cuando detuvo el auto la Beratta se le salió de las manos y callo al suelo del veiculo. Y como salió del auto con tal apuro, se le olvido recojerla.

Tras el impacto, no perdió ni un segundo, sabía que debía aprovechar esos momentos de confusión. Saliendo rápidamente del vehículo, envainó el machete en su funda y, preparando la escopeta, apuntó en dirección hacia donde debía ir el pasajero, Colton.

Rodeó rápidamente el coche estrellado en busca de su objetivo, controlando de reojo los movimientos del chófer. Si no era estúpido, quizá pudiera salir de allí con vida.

Se centró en su presa, atento a cualquier movimiento. Si notaba una amenaza directa, no dudaría en disparar.

Mis zapatillas de deporte resonaban sobre el pavimento y mi corazón latia desaforado en mi pecho, cuando encontré un hueco en una de las obras de la calle. Intentaba correr semiagachado, pero era inevitable semi incorporarme en algún momento para poder coger mayor velocidad, aunque sería dificil ganar a una bala en aquella carrera.

El grito estridente del arma de aquel tipo sádico, y como no, blanco, paralizó mi corazón un segundo, obligandome a agacharme y concentrandome en si algún síntoma de dolor me indicaba que habia sido alcanzado. Si no habia sido así seguiria corriendo, pero buscando alguna puerta o ventana sin tapiar que me permitiera entrar al edificio en obras

Aquel desgraciado se bajaba a rastras del coche, con la frente teñida de rojo por un pequeño corte sufrido durante el impacto, mientras tú  lo rodeabas sin dudar para encontrarte con los despojos de aquel hombre adinerado que no habia cambiado un ápice con los años. En sus temblorosas manos sostenia una escopeta pero el miedo no le dejaba atinar siquiera para apuntarte. ¿Cómo sería posible que hubiera salido aquella noche de caceria si parecia estar a punto de mearse encima?

- Te pagaré si no me matas!! Incluso te puedo llevar a un lugar donde podrás matar de forma fácil y sencilla! Hablaré por ti y te dejarán pasar. Habrá bebida y drogas gratis. - intentaba forzar una sonrisa para intentar convencerte mientra escuchabas como el chofer lograba soltarse del cinturón y abría su puerta.

Algo pasó por la mente de Chris Colton que le infundió un ínfimo ápice de valor para elevar el cañón de su arma hacia ti. Era eso lo único que necesitaba. La tenias. Tu dulce y hermosa venganza. Apretaste el gatillo, destrozando el hermoso rostro de aquella sabandija y aceptando con gusto la sangre que ahora salpicaba tus ropas.

El otro tipo ya comenzaba a correr enloquecido en otra dirección, pero aún podias pillarlo.

El disparo de Rosen pasa rozando la mejilla de Ezy, sin más daño que un fino corte sobre ella. Para fortuna de Ezy y maldición de Rosen, entre las obras hay un edificio vacío, con la entrada cubierta por una capa de plástico blanco protector. 

Mientras tanto, acercándose a la velocidad de un coche por el lugar de la persecución empieza a escucharse una más que conocida canción.

<Demasiado rápido...> pasó por su cabeza.

El comportamiento de Colton le pareció patético, aunque nada inesperado. Le hubiera gustado verlo sufrir a manos de algún otro depravado en la Feria de la Carne, pero bueno, las cosas vienen como vienen…

Ahora tendría que buscar otra ofrenda para Candy.

El chófer huía, aunque se notaba que no era un atleta precisamente… Igualmente, sería bien aceptado en la Feria, muchos buscaban presas fáciles.

Rápidamente, cogió la escopeta de Colton y su móvil. La penosa "oferta" que le había hecho antes de morir le había dado una idea.

Montó en su todoterreno a la caza del chófer quien, al fin y al cabo, si había accedido a llevar a aquél malnacido, no sería tampoco tan inocente y tenía pinta de acabar muerto de todas maneras.

Pues para que lo hiciera cualquier idiota que se le cruzara, ya apovecharía él mismo la ocasión.

Le cerraría el paso, no parecía que fuera difícil retenerlo. Esperaba no tener que cargárselo tambien.

Mientras arrancaba el vehículo, vio que un perro callejero, que parecía un saco de pulgas, se acercaba al cadáver de Colton tímidamente y le lanzó una mirada…

Sentía en su interior que había hecho justicia.

El muy desgraciado todavía tiene mas suerte. Bueno, a Rosen tampoco le importa mucho. Corrió detrás del objetivo arma en mano. Encontró el edificio al que entro Ezy y después de disparar otras tres balas a través del plástico transparente, siguió al sujeto dentro del edificio, esta vez con cautela, la situación ya no estaba tan a su favor.

A lo lejos sonaba una canción fuera de lugar. Algún sádico imbécil. Siempre y cuando no interfiriera con Rosen, no le podría importar menos.

Mi única intención es buscar una sálida, pero debo medir los tiempos y las oportunidades. Una vez dentro voy moviendome por las zonas de los pilares y de las paredes que ya estén construidas. Nada de pisar tablones que pueden ser traicioneros. En algún momento dado, me intentaré quedar en una esquina a esperarlo y poder golpearle en la nuca o en la cabeza. Lo que más a mano me pille.

Mi intención es dejarle inconsciente y seguir adelante. Tengo otras presas en mente, pero si me obliga....

Wendy se para al lado del vehículo de Rosen y apaga la radio. Coge sus cosas, comprueba que las llaves siguen dentro del coche y se lo lleva, dejando a cambio su coche con las latas aún atadas en la parte de atrás y un par de ramos de flores encima.

  Mientras te montabas en tu coche pudiste ver como otro coche te adelantaba, acompañando al aroma a goma quemada, los angustiados gritos de quienes decoraban el capó.

 No tuviste problemas en interceptar al chófer, que al ser lento de reflejos impactó contra la chapa de tu vehículo, cayendo de culo. El ruido del impacto resonó en el ambiente, aunándose a la tétrica melodia que ya se alejaba en dirección a Chelsea*

Bajaste por él, y ni siquiera se habia incorporado, si no que se retorcia de dolor, con una mano en el abdomen. Si te fijabas mucho podias ver que una de sus piernas estaba algo acortada respecto a la otra. ¿Cadera rota quizás?

En cuanto entráis en el edificio, notáis un olor a cerrado en la planta y veis a varios vagabundos sentados en cualquier rincón de la planta. Está claro que han usado ese lugar para esconderse, porque muchos se asustan al ver la persecución y se encogen más en su esquina o agarran lo que tienen más a mano, en un intento de defenderse por si alguno de los dos decide atacar. La entrada del edificio es bastante amplia y no hay muchos recovecos, pero se pueden ver algunas escaleras firmes que llevan al piso superior.

Los megáfonos por los que ha sonado el anuncio del inicio de la Purga empiezan a emitir de nuevo, esta vez como una radio que no termina de coger la señal. Finalmente se oye una voz femenina, calmada y con cierto tono de superioridad, rota de vez en cuando por la estática. Al mismo tiempo que empieza la transmisión, un ligero zumbido se escucha por el cielo, entre los edificios de Manhattan.

- ¿Qué tal estáis, Purgadores? Sé que apenas hemos avanzado en la noche, pero estoy segura de que ha empezado fuerte para muchos. Sólo quiero recordaros que si alguno tiene algo especial que decirnos, puede hacerlo saludando a cámara. Estamos recibiendo llamadas y es posible que os dejemos caer algún encargo extra. Por supuesto, no olvidéis pasarlo en grande... Porque esta va a ser una noche inolvidable para mu... - la estática inunda del todo la transmisión y entre ella se consigue escuchar un gruñido junto a una frase entrecortada antes de que los altavoces se apaguen del todo - Mal...ta...NSA...

Los megáfonos por los que ha sonado el anuncio del inicio de la Purga empiezan a emitir de nuevo, esta vez como una radio que no termina de coger la señal. Finalmente se oye una voz femenina, calmada y con cierto tono de superioridad, rota de vez en cuando por la estática. Al mismo tiempo que empieza la transmisión, un ligero zumbido se escucha por el cielo, entre los edificios de Manhattan.

- ¿Qué tal estáis, Purgadores? Sé que apenas hemos avanzado en la noche, pero estoy segura de que ha empezado fuerte para muchos. Sólo quiero recordaros que si alguno tiene algo especial que decirnos, puede hacerlo saludando a cámara. Estamos recibiendo llamadas y es posible que os dejemos caer algún encargo extra. Por supuesto, no olvidéis pasarlo en grande... Porque esta va a ser una noche inolvidable para mu... - la estática inunda del todo la transmisión y entre ella se consigue escuchar un gruñido junto a una frase entrecortada antes de que los altavoces se apaguen del todo - Mal...ta...NSA...

Habia gente inocente en medio. Aquello no podia permitirlo. La noche de la Purga solo deberían morir los depravados y los psicopatas. Y toda la puta NFFA junta. Aceleré más para poder alcanzar la escalera y subi. Así al menos alejaria a ese cabrón de los mendigos, pues estaba seguro que no tendria miramientos a la hora de dispararle.

Una vez arriba busqué un hueco por el que colarme, algo que me ocultara a su vista y que me dejara prepararme para golpearle en caso de que me encontrara. Saqué mi pistola y la sujeté de forma que pudiera darle con la culata para intentar dejarlo inconsciente si me alcanzaba.