Partida Rol por web

¿Qué demonios haces aún aquí? Tenemos 5 minutos más que antes. ¡No los desperdicies! - Le dice a X con impaciencia. - Está muy bien toda esa historia del caballero andante que salva a la chica, pero te recuerdo que entre nosotros yo soy ese caballero andante y tú la chica, así que si no quieres tener muy pronto una oportunidad de devolverme el favor... ¡Encuentra a la chica!

Será posible... ni en una sociedad como esta hay manera de librarse de la caballerosidad misógina.

Blue Velvet dirigió unas últimas palabras a la megafonista de afuera.

¡No hay problema, cariño! ¡Para todo eso, primero tendría que querer engañarte!

Y engañarle era exactamente lo que quería. Pero teniendo en cuenta que sus posibilidades de morir en esa situación ya ganaban 90 a 1, ¿Qué necesidad había de irse a la tumba siendo una hijadeputa? Prefería morir intentando ayudar a una compañera.

Terminó de cerrar la puerta de la sinagoga sin esperar respuesta (después de todo, la respuesta le llegaría igualmente con la puerta cerrada), y se puso manos a la obra.

¿Buscar una salida o a la chica? - Se debatió por un instante. Acto seguido pensó que al menos ya había una persona buscando una salida y eso suponía que había más del doble que las que en aquellos momentos buscaban a la chica. Así que las matemáticas eran claras, como no había podido despejar a X, se encargaría ella misma.

Miró alrededor buscando un posible escondite o puerta oculta.

Siendo una sinagoga... ¿Dónde estará el despacho del rabino? - Dijo para sí pero en voz audible.

Aquello le recordaba a un hormiguero, muchas emociones en el aire. "Pocas ideas productivas" Pensó notando como muchos parecían más dispuestos a matarse entre ellos que a buscar una verdadera salida. Esperaba que encontraran a la chica y la pusieran a salvo antes de que alguno de esa masa lo hiciera. Prefería no tener que matar a nadie solo por que estaba desesperado. Deslizándose entre las personas, y empujando a alguno que otro fuera de su camino, llegó rápidamente a la puerta del fondo. La voz de fuera lo hizo estremecer ligeramente, y una ola de rabia le tenso la garganta. No soportaba a los imbéciles que usaban el mismo sadismo que el de los Padres Fundadores. Tenía claro que si Blue Velvet salía, en el segundo que alguien se acercara lo iba a bajar de un tiro.

Pasó del despacho al baño sin detenerse. "Bien y ahora...." Sus pensamientos se vieron interrumpidos por el medio cuerpo humano que colgaba de la ventana. Alzó una ceja y sin miramientos lo tomó de ambas piernas y lo jaló de vuelta abajo. -¿Quien demonios eres? - Preguntó con rudeza preparado para golpearlo o dispararle si intentaba algo estúpido. No tenía mucho tiempo que perder, y quería sortear eso rápido. -¿Conoces otra salida de aquí? - No era lo más probable considerando que se había atascado en la ventana pero quizás solo había tomado el escape rápido. 

- Aaaaaaaaahhhhhhhhhhhhhhhhh - el grito mientras tirabas de aquellas piernas duró hasta que la metiste de nuevo en el baño y durante todo ese trayecto, el sonido reverberó en el callejón hacia donde daba esa ventana . Parecia que daba a la parte de atrás y no creias que aquella loca del megafono pudiera haberlo oido debido al albaroto del interior de la sinagoga pero tampoco podias estar seguro 100%.

Ahora podias fijarte que era una adolescente. Y parecia una con dinero.  - Dejame ir, porfavor - suplicó asustada sin volverse siquiera a mirarte, despesperada por conseguir aferrarse de nuevo al quicio de la ventana  - Esas locas quieren matarmeeeeee - se notaba la angustia y el terror. No parecia herida de gravedad pero si algo magullada y sus carisimas ropas algo sucias.

Los ojos de X mantuvieron los tuyos unos segundos mientras le reprendias, y sin previo aviso te dió un fugaz beso en los labios. Uno efímero. Apenas un roce. Y al apartarse te sonrió fuera cual fuera tu reacción - A sus órdenes mi caballero - dijo sin un ápice de burla antes de volverse para seguir tus instrucciones.

Una lucecita se te encendió, y así como pensaste en el despacho del rabino, te percataste que seguramente seria la puerta por donde habias mandado a Nicolás. También que era bastante probable que la chica y la salida alternativa fueran por ahí. Pero justo antes de echar a andar, viste la bolsa de deporte a un lado de donde tu estabas, muy pegada al quicio de una de las grandes puertas y recordaste que X habia estado intentando averiguar que habia dentro pero la explosión que sufristeis se lo impidió

Lo que menos se había esperado es que fuera una niña -Shhhh! - La apuró con el ceño fruncido llevándose un dedo a los labios para que se callara y lo dejara escuchar a ver si algún ruido afuera indicaba que la habían descubierto. Intentó centrar su atención afuera un par de segundos pero entre todo el caos no firmaría con su vida que ahora no hubiera nadie en esa salida. Chasqueó la lengua molesto volteando a ver a la muchacha -Mierda - Musito para sí al reconocer de quien se trataba -Eres a la que buscan - "Mierda, mierda, mierda" Bueno al menos podía estar tranquilo que no iban a encontrarla en la sinagoga, la sujetó suavemente con la ropa para que no se fuera aún. -Shhh! Deja de gritar, nadie te va a matar, pero si sales fuera, hay muchas posibilidades de que alguien te atrape - Explicó en voz baja mirando alrededor del lavabo por alguna apertura que permitiera pasar la gente hacia las alcantarillas -Te guste o no, tu mejor oportunidad es con nosotros, y ya murió una persona por protegerte aconsejaría que la honres - Dijo agachándose a medias sin soltar a la chica, aquello tenía que ser viejo, se negaba a creer que no había paso directo a las cloacas de algún modo. -Así que haz una cosa, ven y ayudame a buscar como sacar a la gente de aquí, antes que las locas que quieren matarte nos maten a todos los demás por protegerte - Pidió con amabilidad y calma mirando a la muchacha por sobre su hombro.

X le había robado un beso, pero no se había quedado a esperar una respuesta. Aquello fue casi un alivio, porque Sandy se había quedado sin una reacción clara. Por un lado no había sido algo malo, pero por otro ya había pasado por aquello de ser besada sin pedirlo demasiadas veces como para sacarle un regusto positivo. Al final las psiquiatras de las películas iban a tener razón y ser utilizada como un paquete de kleenex en la mesilla de noche para limpiarse el "desperdicio" de unos asquerosos pajeros acababa convirtiéndose en un lastre para la vida normal... ¡Quién lo iba a decir!

Intentó centrarse en lo inmediato. Tenían a alguien buscando una salida y a otro alguien buscando a la chica, aunque algo le decía que iba a tener que ayudar a ambos. Pero aquello le daba un breve respiro para ordenar sus ideas. Pensó que quizás el despacho del rabino estuviese en la misma dirección que el baño, así que era probable que el chico maquillado pasase por uno para llegar al otro. También pensó que había un riesgo que no había evaluado correctamente: Si el chico maquillado encontraba una salida, ¿quién le garantizaba que no fuera a salir por ella sin decírselo a nadie? Aquello suponía que ella tendría que buscar aquella salida. De pronto toda la confianza que había depositado en los hombres se había evaporado.

Pero antes de ir ella misma a buscar aquella salida, algo llamó su atención. Era la bolsa de deporte que estaba allí, amenazando silenciosamente con explotar. Sandy maldijo y se acercó a aquella bolsa para averiguar qué contenía.

Buscas y buscas pero no encuentras nada. Parece que ese paso a las alcantarillas no existe. Y durante todo el proceso te han acompañado los sollozos de aquella joven

- Ahi fue...fuera no... no hay nadie... podriamos sa-sa-salir por ahí....- se abraza a si misma mientras te observa temiendo cual será tu siguiente paso... - ¿Quien.. quien...? - en sus ojos brilla una lucecita que se enciende al pensar en el médico y oculta su rostro entre sus manos para seguir llorando desconsolada.

Te das por vencida apoyando la espalda en el frio enlosado del baño, mirando la ventana... y reecordando que en el despacho del rabino también hay ventanas. Ninguna tiene la persiana echada y se puede ver el piso de enfrente y el estrecho callejón que separa un edificio de otro...

Los llantos, quejidos y gritos que aún llenaban el espacio del interior de la sinagoga eran todavia ensordecedores y aún así, podias "oir" con nitida claridad los latidos ligeramente acelerados de tu corazón. Marcaban cada paso con el que acortabas la distancia hacia aquella bolsa colocada ahí como si nada. Gracias a que estaba pegada al quicio de la puerta nadie la habia pateado o movido.

La cremallera estaba medio abierta, permitiendote ver cierto brillo rojizo. Te arrodillaste para averiguar que habia dentro. Era una bomba. Tenia un temporizador y parecia que aún quedaban unos quince minutos. Pero si la pirada decia la verdad, quizás pudiera adelantar la detonación ¿Eso era posible? No lo sabías.

Un silbido desde las alturas te hizo volver el rostro. Era X, que se habia inclinado sobre la barandilla de la planta de arriba. Te señaló atrás suyo y mostró dos dedos que se movian como si fueran dos piernas caminando y bajando...

"Pista en falso" Pensó frustrado sacudiéndose el cabello al ver que no había ningún paso para salir por debajo. Recargó la espalda contra la pared, intentando ordenar sus pensamientos. Tenía que haber alguna forma de salir de allí. Levantó la mirada hacia la chica. -¿Estas segura?- Preguntó apartándose de la pared con una mano y parándose sobre sus pies, para ver con atención la ventana. Recordando las que también había visto en el despacho antes de entrar. "Idiota" Se recriminó dándose un golpe en la frente con la palma de la mano. Se planteó un momento responderle a la chica, pero pronto decidió en contra, no quería que se pusiera aún peor. -Escucha - Pidió con amabilidad tomándola de los hombros y esperando un par de segundos para hablar hasta estar seguro de tener su atención -Voy a traer a la gente para sacarla por las ventanas del despacho, no quiero que te vean, así que te vas a quedar aquí en silencio y salir con nosotros al final, ¿de acuerdo? - Preguntó soltándola y yendo hacia la puerta - Si aún quieres seguir con tu plan original e irte sola, puedes hacerlo, no voy a detenerte pero si te quedas te protegeremos, solo no hagas ruido - Pidió guiñándole un ojo al salir antes de cerrar la puerta del baño tras de sí, y correr de vuelta hacia sus compañeros.

Sandy cerró la cremallera y se cargó la bolsa al hombro.

Acabo de colgarme una bomba al hombro, ¿verdad? Sí... vale. Eso pensaba. ME CAGO EN TODO

Por dentro, gritaba, por fuera, era puro hielo.

Caminó hasta las escaleras adelantándose a que quien fuera que estuviese bajando llegase abajo. Quería interceptar a quien suponía que estaba bajando para volver a subir.

Si quien bajaba era la chica, como suponía, dejarla llegar abajo con cientos de personas nerviosas por ver su muerte próxima por culpa de una chica, no era una buena forma de garantizar su seguridad.

Al callejón llegaba bastante luz de las farolas por lo que cuando te asomaste te dió la misma impresión, que no habia nadie. La chica te miró entre la cortina de lágrimas que bañaban su rostro mientras la sujetabas mientras sus manos se apoyaban sobre tu pecho como si necesitara sostén. Asintió entre pequeños hipidos y sollozos y cuando te dirigiste hacia la puerta se apresuró a pegarse contra la esquina de la habitación como si asi pudiera desaparecer mientras esperaba tu vuelta...

Mientras Blue intentaba subir las escaleras varios bajaban, alguno incluso saltando los escalones de dos en dos. Sintió varios empujones sin miramientos de gente que queria adelantarla. X le hacia aspavientos desde arriba señalando la bolsa de deporte que llevaba colgada. Su rostro desencajado era indicativo del temor que sentia.

Nicolás apareció por la puerta del despacho del rabino y vió todo eso, pero también se encontró que habia gente que intentaba ahora entrar por ahí buscando desesperados una salida, intentando apartarlo a la fuerza.

Bueno, bien, se sentía mejor teniendo al menos un miserable plan entre todo el caos que era aquello. No un plan demasiado estable, pero tampoco iba a quejarse, era lo que había. "Mejor que nada". Salió esperando encontrarse más o menos lo que había dejado atrás. "Nah, eso hubiera sido tener demasiada suerte" Pensó cuando vió la cara de X y a la gente como ratones huyendo de un barco hundido amontonandose contra sí. Trabando la puerta con su relativamente pequeño cuerpo, dio un silbido, intentando llamar la atención sobre sí, y a la vez captar la de Blue y sus compañeros. -¡Duke ven aquí! - Sabía que su amigo con semejante herida no iba a poder hacer mucho pero servía para poner su cuerpo y bloquear las puertas. Necesitaba alguien que lo ayudara a organizar esa gente o al menos bloquear la puerta del baño discretamente mientras todos se dirigían afuera. Blue parecía tener sus propios problemas en ese momento. 

Justo cuando Duke y Mike se abren paso a empujones hasta ti tras tu llamada, las grandes puertas de la sinagoga se abren, delineando una figura en ella. Sus coletas rubias, su cuerpo menudo enfundado en un chaleco antibalas con un megáfono en la mano y otra cosa de menor tamaño en la otra. Su rostro está oculto tras una máscara sonriente pero la voz que brota de ella no suena feliz

- ¿DE VERDAD PENSASTEIS QUE PODEIS TOMARME POR IDIOTA? - su rostro inmutable se alzó para enfocarlo en Blue, que subía con la bolsa de deporte ya apunto de alcanzar el piso de arriba. Sin pensarlo mucho alzó su diestra para presionar lo que ahora se veia claramente como un detonador y lo presionó.

El ruido ensordeció el grito que profirió X un momento mientras el suelo tembló unos segundos. Esquirlas de madera, carne y otras cosas cayeron desde lo alto. Las cargas parecian no ser muy potentes, afectando solo a los más cercanos, por lo que aún tenias tiempo de reacción.

- ¡¿DONDE COÑO ESTÁ LA CHICA?! -

-¡Mierda! - Masculló volteando hacia las puertas al oírlas abrirse, imaginaba quien estaría del otro lado. "No tenemos tiempo para esto" Al menos suponía que iba a captar la atención de la gente lo suficiente para organizarla, abrió la puerta y empujo a Duke a dentro contra la puerta del baño cerrada -Que no entren o se quedaran encerrados - Le dijo alzando una ceja para darle a entender que había algo más, y señalando hacia las ventanas del sacerdote -¡Por allí! - Indicó a la gente que tenía detrás, su voz quedando seguramente oculta para los más lejanos debido al megáfono de la chica. Se volvió hacia las puertas y hacia Blue, esperando que sus compañeros pudieran encargarse de eso, cuando vio la explosión. 

Su corazón debía de haberse detenido o algo. De otra forma no se explicaba esa sensación de irrealidad que lo había bañado por completo. Gritó el nombre de la chica o creyó que lo hacia porque no escuchaba nada, ni siquiera a si mismo, un pitido le cubría los oídos que no sabía si se debía a la explosión o a la sangre corriendo a toda velocidad por su cuerpo. Sin pensarlo dos veces alzó el arma y apunto a la cabeza de la mujer. -Mike pide refuerzos, que saquen a la gente de aquí - Pidió en voz baja cuando recobró la voz sin apartar la vista ni un milímetro de su blanco. Apenas sentía las lagrimas caer por su rostro, estaba harto de esa noche. Harto de perder gente.  

La gente seguía corriendo desesperada. El miedo se palpaba en el aire. Teñía los gritos y las voces de todos, ahora amortiguados por las reminiscencias de la explosión. Podias ver a Duke y Mike apremiando a la gente, guiandolos y ayudandolos aunque ellos quedaran más expuestos. Pero eran de la banda de Carmelo. Siempre velarían por los inocentes y los protegerian de toda aquella locura que La Purga generaba.

La boca de Duke se abrió por la sorpresa al ver como alzabas el arma. El estallido del arma reverberó en tus manos y te recorrió entero, generando un seismo en tu pecho de sensaciones. Aquella rubia sádica, dió un paso atrás. Fué la única reacción que pudiste apreciar pues aquella máscara hierática te impedia ver el verdadero rostro. Lo que se escondía detrás.

Tu bala entró directa. Entre ceja y ceja. Se desplomó sin emitir sonido alguno, ni siquiera de dolor o sorpresa, solo su cuerpo habló al impactar contra el suelo. De sus manos laxas cayeron rodando el megafono y el detonador. Y un recorte de periódico donde se mostraba la imagen de una niña de unos tres años. Dos coletas rubias enmarcaban el regordete rostro que parecia dormido. Si no fuera porque la sangre empapaba su vestido azul...

Se podia apreciar que alguien habia tachado con saña las siglas del partido, la NFFA (los Nuevos Padres Fundadores), pues en el texto se hablaba de lo sucedido y mostraban sus condolencias pues no era lo habitual que alguien tan pequeño muriera la noche de la Purga.

Sentiste la mano de tu compañero sobre tu hombro. El caos seguía rodeandoos, pues solo unos pocos se habían percatado de que ya no había peligro

- Hay otras formas de acabar con este maldito día - Lo decía para evitar que te culparas, porque te conocia, pero también porque lo creía firmemente - Si no es hoy, será el año que viene. Pero lo haremos -

Casi ni era consciente de la gente a su alrededor. Su dedo apretó el gatillo antes de que pudiera pensarlo de nuevo, y el estallido lo sacudió de arriba a abajo, agitando lo poco de sí que quedaba en pie. "Odio esta noche.... odio esta noche..." -Odio esta noche - Dijo ahora en voz baja, siguiendo la trayectoria de la bala. Se le hizo eterna. Vio la máscara y se le asemejo a un muñeco, y el pensamiento fue lo suficiente para acabar de quebrarlo. Empezó a respirar agitado intentando contener el llanto, aún cuando las lágrimas ya le corrían libremente por el rostro. Sintió la mano de alguien, no supo reconocer quien, pero con considerable esfuerzo pudo entender las palabras. -Quizás ella tenía razón - Dijo en un murmullo sin apartar sus ojos del cadáver sin saber si deseaba que se levantara o no. Que todo eso no fuera más que un juego. -Pero no podía matarla... -Susurró apretando los dientes, pensando en la niña que seguía escondida en el baño. Con suavidad quito la mano de su compañero de encima suyo, y empezó a caminar hacia el cadáver de la mujer, hasta detenerse a su lado. Se arrodilló a su lado, apartando la máscara de su rostro solo lo suficiente para verla, regresándola de inmediato a su lugar para mantener su anonimato para el resto. Recién entonces el recorte de periódico llamó su atención.

El corazón se le retorció tan bruscamente, que se aferró el pecho, ahogado. La imagen del asesinato de Sean reemplazó por un instante a la de la niña, antes de desaparecer tan rápidamente como había aparecido. Jadeando aún por aire tomó el recorte, y con sumo cuidado lo guardo en su bolsillo antes de tomar una decisión que en ese momento se le hacía completamente clara. Tomó el detonador y lo metió también entre su ropa. Se levantó con esfuerzo y regresó lentamente con sus compañeros, viendo como iban ya saliendo las últimas personas. Esperó a que definitivamente no quedara nadie, ni se escuchara cerca antes de abrir la puerta del baño y presentarles con un gesto a todos a la niña en cuestión. 

-Toma - Dijo entregándole el recorte para que lo viera - Por eso te buscaba, porque esta niña, y tanto otros, y tanto más por venir están muertos gracias a los nuevos padres fundadores, y a la gente que los apoya y les permite mantenerse en el poder - Explicó con voz firme aunque se notaba el agotamiento. -Ella solo quería devolver un poco de todo el dolor que nos causaron, y no la culpo por eso - Admitió tambaleándose ligeramente por el cansancio, y recargándose un poco en uno de sus compañeros. -Mientras todos los ricos cazan personas y disfrutan del espectáculo, los demás pasamos todos los años por el terror que tu pasaste esta noche, con la diferencia que la mayoría no vive para contarlo - "Necesito una cama" El shock emocional había sido lo bastante fuerte para dejarlo exhausto. -Ahora salgamos de aquí, voy a volar este sitio - Declaró como si nada, ajeno a la sorpresa de sus compañeros y señalando las ventanas como si fuera lo obvio. Precisó de ayuda para salir el también, pero una vez estuvieron todos fuera a una distancia segura, presionó el botón del detonador. A una explosión, le siguió una siguiente , y otra, y otra, hasta que vieron como el edificio se sacudía en sus cimientos empezando a colapsarse por completo en una nube de polvo que duro varios segundos. 

Al menos satisfecho con eso, arrojó al suelo el pedazo de plástico ya inútil del detonador. -Al menos tienen una sepultura - Comentó mirando los escombros del edificio. Al menos nadie usaría sus rostros e historias para fomentar la purga. Le hubiera gustado decir alguna plegaria de ser religioso, frunció el ceño incómodo con eso, y recordando que su compañero lo era, golpeó con el codo a Duke -Di una plegaria o algo - Instó señalando los resto de la sinagoga como si no fuera bastante obvia la razón. 

La escuchó con atención, asintiendo conforme cuando acabó. "¿Y ahora?" Pero sabía exactamente lo que iba a hacer. -Duke quiero mis galletas - Le recordó acusadoramente, había aprendido rápido que por frívolo que pareciera de afuera, aferrarte justamente a esas cosas frívolas era lo que te había mantenerte "cuerdo"... "Funcional" Corrigió para sí porque no era como si la cordura fuera una posibilidad. -Vamos, quedan un par de horas y aún queda gente afuera - Dijo con firmeza para que se pusieran en movimiento, después de aquello, estaba convencido que se necesitaba más que nunca lo que ellos hacían. Volteó a mirar a la chica mientras sus compañeros iban a conseguir un vehículo para todos. "Y si la del megáfono tenía razón..." Su mano descansaba como siempre sobre la correa de la escopeta. -Escucha, no podemos llevarte a tu casa ahora, así que tienes dos opciones... -Lo pensó -... o más supongo pero estas son las que se me ocurren - Dijo encogiéndose de hombros -Puedes volverte a tu casa por tus medios o buscar refugio el resto de la noche, podemos acercarte a uno si quieres, mientras nadie sepa quien eres estarás bien - Pensó un par de segundos más la otra idea, frunciendo el ceño por lo estúpida que hasta a él le resultaba y era él que la había pensado "Si tenía razón no hubiera muerto tanta gente para proteger a esta niña" - O puedes quedarte con nosotros; el resto de la noche, mientras trabajamos - Ofreció rascándose la cabeza. En su opinión lo debía, pero pagar las deudas tenía que salir de uno. -Como sea, decide antes que nos vayamos - Indicó, dándole espacio mientras seguía el camino por el que habían ido sus compañeros, y donde escuchaba ya un motor y voces, lo que le aseguraba que tenían transporte. "Yo también tengo una deuda nueva que pagar..." Pensó recordando la foto de la niña en el recorte acercándose a paso largo a sus compañeros y preparándose para salir a trabajar de nuevo -¡Ey Duke! ¡Más te vale que tengas mis galletas! -