Agradecido y siguiendo las indicaciones del mercader llegué al establo para elegirme un animal. Todos parecían gozar de buena salud y poderosas patas, los complementos estaban incluidos y las ventajas de llevar alforjas eran grandes.
Me fijé en especial en un bonito animal de color negro, me acerqué y parecía prestarme atención, y el hecho de que fuese negro como pequeño simbolismo por la muerte de mi hermana
– Este – Afirmé tras verlo, si el hombre me decía que no había problema pensaría en darle un nombre a tan bella montura.
De acuerdo, dame el dinero y es tuyo. Contestó el hombre. Espera aquí un momento mientras le pongo las riendas y lo ensillo.
Unos instantes después el caballo ya estaba completamente listo para Emyr.
TE descuento el dinero.
Pagué al hombre, estaba contento por mi adquisición pero ya no había más tiempo que perder, me despedí amablemente del hombre y monté mi caballo le llamaría… “viento” por ser ligero y rápido.
Salí despacio por las calles de la ciudad para emprender un trote ligero por el camino que llevó la caravana, esperada darles alcance cuanto antes.
Cambiamos a la escena El convoy de mercancias a Ilmaryen