Partida Rol por web

En cuanto Therinya me dio las instrucciones, corrí al encuentro de mis compañeros con la esperanza de que aún no se hubiesen separado.
- Therinya me ha dado las órdenes, debemos defender el sendero del barranco, me ha dicho que por allí os llevó el guia- les digo a Blür ghun Dhür y a Caledan - No sé dónde está, pero Caledan y Blür ghun Dhür sí, por ello os acompañaré a uno de los dos para que me indiqueis el camino- les digo rápidamente - Ah, Blür, Therinya te manda recuerdos - le digo guiñandole un ojo al bárbaro.
Rápidamente agarro mi bolsa y me encamino para acompañar a uno de los dos grupos

En la armería os facilitan dos jabalinas y un barril con veinte flechas. También os pueden dar un barrilete de brea, con el podéis hacer arder dos barricadas de un par de metros de ancho.

Las trampas, os llevará unos treinta minutos montar unas trampas rudimentarias (Tirada de INT OCULTA con +2 por ser de noche).

Antes de marcharse, el explorador escuchó las noticias del mago y no pudo evitar sonreír ante su comentario final, pero centrándose en la tarea que les ocupa, le dijo rápidamente, justo antes de salir por la puerta:

- Ven con nosotros Baern, yo os llevaré hacia el sendero, cuantos más seamos colocando trampas mejor.

Tras ello fueron a la armería, llenó su carcaj de flechas y con la ayuda de sus amigos llevaron el barril de brea para colocarlo en la entrada del camino. Seguramente que esas criaturas saliesen ardiendo no les afectaría mucho, e incluso pueden que les resultara perjudicial si algún engendro se acercaba demasiado a ellos envuelto en llamas. Lo mejor sería usar el material inflamable para hacerlo explotar, aunque tampoco estaba muy seguro del tema, por lo que mientras iba de camino, le dijo a sus compañeros:

- No creo que sirva de mucho que esos monstruos ardan ya que no sienten el dolor, y sólo serviría para quemarnos a nosotros si nos alcanzan. Creo que lo mejor será usar el barril para que explote y que el impacto destruya a cuantos pueda, aunque a diferencia de ti Baern no soy un experto en sustancias inflamables, ¿sabes si la brea explota? - preguntó con cierto tono gracioso, pero realmente interesado en conocer la respuesta, y si allí había alguien que supiera de fuego, ese era el mago, sin duda.

Una vez llegaron al lugar, se pusieron a colocar estacas en el suelo, volvió a colocar su cuerda ocultandola y afianzándola en un lateral mientras le decía a algún pueblerino que tirara de la cuerda en el momento oportuno (más bien mostrándoselo porque no lo entendía muy bien, pero pareció que le quedó claro), tras la cual puso más estacas puntiagudas para que tras tropezar con la cuerda se quedaran clavados en ellas.

el vissirtaní toma lo que es necesario y se dispone a preparar la trampa lo mejor que puede teniendo en cuenta la escasa luz. Sin detenerse se dispone concienzudamente a trabajar duro durante todo el tiempo que puedan disponer.
- Vamos chicos manos a la obra no hay tiempo.

Fui detrás del grupo de Caledan para que me guíasen hasta el sendero del barranco. Al parecer iban a preparar trampas en el paso, para mermar en lo posible a los enemigos que viniesen por ese lado.
No pude disimular una sonrisa cuando me preguntó por la brea.
- No explota, pero arde muy bien. Cuanta más brea haya, más grande será la bola de fuego y más quemará.- aunque hubiese sido accidentalmente, se había convertido en una eminencia en el fuego, y realmente no empezaba a molestarle, al contrario, quizás algún día diese pie a tener algún nombre legendario por ese motivo.
Clavé algunas estacas y ayudé a mis compañeros a preparar la dudosa trampa.
Miré a ambos mientras pensaba.
- Esta trampa es rematadamente sencilla, y quizás por ello falle, pero se me ocurre un modo de mejorarla- los miro sonriente esperando sus reacciones - voy a crear un cebo que pase por la trampa, para que al verlo lo sigan y se vean obligados a pasar por aquí.- esperé con autosuficiencia los comentarios a mi magnífica idea.

Cáledan asintió al mago como si de una eminencia en la materia se tratara, pero eso significaba que la brea quizás no les sirviera para mucho, por lo que sería preferible colocarla lejos de la entrada, para que calcinara a las criaturas a cierta distancia y cuando llegaran, ya se encontraran bastante deterioradas. Por ello cogió el barril y lo extendió todo junto por el sendero, tal y como le dijo Baern para que fuera más incinerante y llevó un pequeño reguero hasta su posición para prenderlo allí. 

Una vez termino, pudo comprobar que su amigo tenía una idea para mejorar la trampa, por lo que le dijo:

- Me parece perfecto Baern todo lo que sea mejorar la trampa es bien recibido, aunque no sé que cebo pensáis usar ... - dijo un tanto intrigado.

Una vez que todo estuvo listo, el explorador se subió a una zona elevada en la que gozara de una buena posición de tiro, encordó su flecha y se puso a escrutar el horizonte, presto a disparar a la primera cosa humanoide que viera.

- A mí mismo- dije con una sonrisa de satisfacción - crearé una imagen falsa de mí mismo y los conduciré hasta aquí acto seguido me empecé a concentrar para cuando fuese necesario, no tardar mucho en lanzar el hechizo. Me escondí a una distancia prudencial para que mi imagen se proyectase en el sitio correcto.

- Sería interesante encontrar una sustancia que explotase, ¿conoce alguna Baern?

De todas maneras cualquier cosa era bienvenido y si tenían que hacer arder esas viles criaturas tanto mejor, pero efectivamente una trampa explosiva sería mejor pero había que adaptarse a lo que hay.

- Buena idea Baern, yo igualmente estaré cerca por si falla el invento de la doble imagen que no creo.

El talante del paladín nos proporcionó flechas, jabalinas y algo de brea para formar una brecha entre la empalizada y esas criaturas.

_ Erik, no perdamos mas tiempo y reunámonos lo antes posible con nuestros compañeros. Estos barriles de brea podrían resultarles muy útiles para las trampas.

Cargados con un barril cada uno, fueron tan rápido como se lo permitieron sus músculos. El interior del campamento era una locura, gente de un lado a otro portando armas, tablones para reforzar las puertas.

_ Parece increíble que hayan resistido todo este tiempo sin ninguna ayuda. Sin duda los dioses les bendicen, espero que esta noche no sea distinta. Comentó el bárbaro en el trayecto a la puerta del Barranco.

El rubio caballero se mantenía callado, perdido en sus pensamientos. Sin duda, para alguien entrenado en el sistema militar no estaba acostumbrado a tal desorden. O quizás, estuviera repasando distintas estrategia con las que defender el paso. Pero durante el trayecto no dijo nada. Pronto llegaron al camino que por la mañana recorrieran Blür y Cáledan, el bárbaro guió la marcha y no tuvieron que recorrer mucho camino hasta encontrarse con el resto del grupo.