Temi se disculpó educadamente pero todo esto no iba con ella. Presentó sus respetos al Marqués, se despidió de vosotras y se marchó.
Najla y Sabine pusieron rumbo al coche de la primera. Cuando Najla terminó de hablar por teléfono, Smahane se le acercó para preguntarle si podía acompañarlas y subió al coche con ellas.
Alba tomó a Rebeca y a Bianca y las llevó a uno de los coches que había traído Sanz.
Alexandrie se dirigió al otro, junto con el Marqués y Arthur, que lo seguía sin decir palabra. Delante subió Sanz y arrancó.
Los tres coches salieron de la propiedad de Madame Lafont uno detrás de otro, con más preguntas que respuestas. Smahane interrogó a Najla y Sabine sobre las fotos que habían tomado, quiénes aparecían o si había algo fuera de lo corriente.
Alba, Rebeca y Bianca discutían sobre la identidad del verdadero atacante, por qué mandar a Arthur en un intento tan burdo y qué sacaba Smahane de todo eso.
Alexandrie mantenía una tranquila charla con el Marqués sobre cómo solían él y Eugènie asistir a los bailes de la corte en París antes de la Revolución, cuánto habían cambiado las cosas desde entonces, pero también lo poco que habían cambiado.
Y de pronto BUM.
El coche del Marqués saltó por los aires. La llamarada iluminó la estrecha carretera y os hizo frenar en seco. Smahane angustiada bajó del coche corriendo e intentó acercarse, pero el fuego era demasiado intenso. En apenas unos minutos, el coche del Marqués quedó completamente carbonizado, junto con sus ocupantes.
Smahane regresó al coche y os instó a que os marchárais de allí lo más rápido posible. Ya daríais parte en otro momento. Después de lo sucedido esta noche, algo así iba a conmocionar la ciudad hasta los cimientos.
—Preparaos. La guerra va a empezar.
FIN...