Partida Rol por web

Vincent se apresuró a subir en silencio , poniendo cuidado en no tropezar en los viejos escalones , sintiendo que la ascensión no era mas que un paseo por el campo, no notando el esfuerzo de la subida. La cosa le extrañó ,y estaba deseando saber que clase de tecnología era capaz de perturbar las sensaciones de un ser vivo .

Al llegar arriba todos vieron lo que los guerreros habían descubierto. Se encontraban junto uno de los cuatro umbrales de piedra - uno por cada lateral - que conducían al interior de lo que parecía ser la única cámara superior de la pirámide. Pese a que no había puerta alguna el interior estaba erriblemente oscuro. Extrañamente le la luz del sol parecía detenerse en estos umbrales como si se hubiera encontrado con un muro. Por el momento no había ni rastro de tecnología.

Desde arriba se veía el horizonte e incluso la nave que los había traído hasta aquí, en lo alto de una loma, sobresaliendo por encima de la jungla. Había algunas montañas altas en zonas lejanas y en un punto determinado se vislumbraba, en la ladera de una colina, una serie de cuevas. Se encontraban al oeste de la nave, a una distancia aproximada de un par de kilómetros.

A una señal de Calmidorian todos miraron hacia el punto que momentos antes habían ocupado al linde de la jungla. Allí estaban ahoraa media docena de criaturas como la que les habían acechado en la jungla. Se movían y gruñían alzando los brazos y dejándolos caer, como inquietas, pero no avanzaban ni un paso dentro del claro.

Vincent observó lo que les indico el sacerdote de guerra y no pudo evitar que un escalofrío recorriese su columna vertebral, sin duda esos seres les harían puesto en muchas dificultades. Por otra parte no lograba entender como esos seres no se lanzaban a por ellos en la extraña estructura , algo había en este lugar que sus instintos les frenaban ... algo que ellos deberían de investigar.

Pese a sus rencillas y diferentes puntos de ver la vida, el joven era una persona agradecida .

- Gracias, sin tu aviso esos seres nos hubiesen dado muchos quebraderos de cabeza y es posible que no estuviesemos aquí para contarlo - Dijo el joven al hermano de guerra .

No te alegres demasiado - respondió muy serio Elbrian, observando a las mismas criaturas que habían provocado el comentario del mecánico - porque cuandos salgamos.... si salimos....nos tocará lidiar con ellos para conseguir llegar a la nave.

Sin embargo no era eso lo que le preocupaba realmente al piloto, por lo menos por el momento, sino que había algo en aquel lugar que pisaban que mantenía a las criaturas alejadas.
No tenía el conocimiento suficiente para saber si aquellos seres poseían algún tipo de cultura, aunque visto lo visto lo dudaba bastante.
Así que, si no era por mera superstición popular, allí había algo que les preocupaba más que su propia hambre.

Encogiendose de hombros se giró para darle la espalda al horizonte y fijarse en el umbral que tenía justo delante.
No podía ver nada más allá de la entrada, pero antes o después averiguarían qué se ocultaba en su interior, porque estaba claro que iban a entrar.

- Bueno, no hemos llegado hasta aquí solo para permanecer en el umbral.- dijo Hysteria intentando sin duda darse ánimos.

La mujer avanzó resueltamente un paso en el interior de la sala de piedra. El pasar a través del velo de oscuridad no pareció afectarle. Miró hacia fuera desde el interior.

- Que curioso... Se os ve... ¿distorsionados? Parece como si os movierais más lentamente.

Los otros observaron sorprendidos el efecto provocado por la presencia de Hysteria dentro de la sala. Escuchaban su voz acelerada, como si se tratase de una cinta puesta a doble velocidad. La cosa podría ser incluso divertida si no fuera tan desconcertante. Lo peor era ver sus movimientos... Parecía como si hubieran puesto un video a alta velocidad. Incluso a Seth le costó seguir los movimientos de la mujer, que casi de repente apareció en medio de la sala.

- Aquí hay una rueda tallada en el suelo.- dijo con la extraña vocecita provocada por la aceleración - ¿Os váis a quedar ahí fuera como estatuas? Parece que no hay peligro... todavía.

Seth sonrió. Guardó el sensor y cogió la escopeta. Miró a uno y otro lado del umbral, intentando distinguir como en un juego el punto exacto de división entre los dos mundos, o realidades...o lados del espejo. Entonces lo atravesó. Se quedó quieto, a apenas un paso más allá de la ecdisis, observando el nuevo mundo como un recién nacido, con la escopeta en las manos, pero apuntando al suelo. Luego fijó la mirada en la piedra donde estaba Hysteria.

Se acercó a ella muy lentamente, buscando en el suelo una posible trampa o cualquier irregularidad en la oscuridad. La piedra parecía tallada. Era el primer enigma, y se encontraba tan...vivo, que había dejado incluso de tararear la vieja canción de su tierra acerca del orgulloso explorador que entró un mal día en la caverna maldita del espíritu del olvido.

Al entrar Seth todos notaron nuevamente el efecto. Pese a la elegancia de sus movimientos los demás lo veían cruzar la sala a una velocidad desacompasada con su propia realidad. El Ukar, sin embargo, se sentía cómodo entre las frías piedras. Miró con curiosidad la superficie circular de la piedra: estaba toda repleta de jeroglíficos que parecían lanzar algún destello ocasional si uno los miraba por el rabillo del ojo. Pasó la mano por la superficie. Transmitía una pequeña estática... Aquello era algún tipo de dispositivo, o eso parecía.

Los demás, por el momento, aguardaban en el exterior inquietos.

Hysteria miraba las paredes de la sala. La voz, aunque sonaba clara y precisa para el Ukar, llegaba al resto del grupo con aquel absurdo tono acelerado:

- Mira... Hay jeroglíficos... Es... sorprendente, tienen una extraña belleza... ¿Crees que serán Ur?.- de pronto pareció recordar algo - ¡La comunicación! Debo intentar comunicar de nuevo con la Gilgamesh.

Sin pensárselo dos veces se dirigió hacia otra de las salidas de la sala, ya que el resto del grupo estaba reunido alrededor de la que habían usado para entrar. Seth levantó la cabeza para mirar los jeroglíficos y vio como la mujer salía de la sala. Los otros, desde fuera, también la vieron atravesar resueltamente el umbral... para desaparecer repentinamente.

Por un momento todos, incluído el ukar, pensaron que era un efecto óptico de los umbrales. Pero no era así. Hysteria simplemente había atravesado la puerta de la sala para desaparecer como un fantasma. No se veía ni rastro de ella. No había gritado ni hecho ningún gesto que denotase que había sentido algo al atravesar la puerta. Sencillamente había desaparecido.

Calmidorian quedo estupefacto, no movio un musculo solo quedo sorprendido y con los ojos totalmente abiertos un instante estaba y al siguiente habia desaparecido. Desde que entro en el umbral le parecio extraño ese comportamiento, deseaba ir a su lado, pero como soldado se regia por las ordenes y esperaba en retaguardia hasta que todos cruzaran, ya que el Ukar se habia adelantado.
Pero ahora... ella habia desaparecido de su lado una vez mas y esa vez delante de sus narices, aquella persona que le habia costado tanto sufrimiento encontrar la habia perdido de nuevo en menos de una semana.

Fue entonces cuando el labio inferior de hermano de batalla empezo a temblar y tensarse el resto de sus musculos para terminar alzando los brazos con el arma en alto y gritar agonicamente.-¡¡¡NOOOOOOOO!!!-Su grito resono en la selva espantando parte de la fauna autoctona y posiblemente atrayendo a otros muchos animales.

Tiro con rabia el arma al suelo y miro a todos los presentes con ojos colericos, fue entonces cuando con su mano derecha aferro el hombro del sacerdote Meixar empleando mas fuerza de lo normal.-Meixar, busquela intente percibir su llama, tal vez eso solo sea otra puerta, y hagalo rapido, ¡Rapido!-Lo miraba con serio semblante aunque sus ojos no dejaban de bailar entre sus cuencas, entonces tambien grito al Ukar, dirigiendose por primera vez a el personalmente.-¡TU! Dinos lo que vez, estas al otro lado, ¿Tambien a desaparecido para ti? ¡CONTESTA!-Su miraba parecia penetrar en los negros ojos del alienigena, mientras cerraba los puños enguantados dejando que sonara el crujir del cuero negro, mientras volvio la mirada a Meixar esperando una actuacion por su parte.
"¿La he vuelto a perder? ¿Ahora y para siempre? No, no puede ser, esto tiene que ser parte del macabro juego del Pancreator, ella esta cerca seguro, tal vez en otro lugar... ¡Pero cerca! El no me puede hacer esto, no otra vez".

MEixar observó la escena con gran detenimiento hasta el momento que Hysteria desapareció, en ese instante Calmidorian le cogió del hombro,

-AAAHHHHHHHHH!!!!! Contrólese que me hace daño!!!

MMmmmmmm......interesante....dejenme paso,DEJENME PASO!!!!(grito el sacerdote para poder acceder a la estructura)

Mientras entraba por la puerta con paso delicado, dirigiendose al centro de la sala donde se hallaba el artefacto de los jerogríficos le hablaba al sacerdote Calmidorian

- Por lo que parece ser.... este espacio al que estoy accediendo en un plano de conexiónespacio temporal, similar al de la Zona Oscura, será dificil determinar dónde se encuentra Hysteria si no hago un análisis intenso de la situación, la clave puede estar en ese artefacto....RUEGO SILENCIO...voy a realizar un ritual.

Seguidamente sus ojos se tornaron de un blanco inmaculado mientras realizaba pasos y danzas descoordinadas alrededor del artefacto apartardo de su camino al Ukar, y se acercaba a la piedra y los jerogrificos para tocarlos con sus manos.

-Luces que inciden...que se reflectan y reflejan entre los planos paralelos y los cainos del tiempo....ammmmm....aquello que fué y que será aparece en mis pensamientos como astros fugaces cruzando el universo mientras los soles los ven pasar en una inquietante oscuridad intangible...aammmm....

El ukar asintió ante las pregunta de la mujer y se fijó en los jeroglíficos. Como buen ukar, criado en una oscuridad mucho más espantosa que aquella, utilizó la superficie de los dedos para sentir el trazado de las líneas talladas en la piedra, recordando, haciendo del pasado un lugar al que poder regresar.

En el momento en que su mente discurría la verdad, la mujer atravesó el umbral y desapareció de la vista. No quedó difuminada en un mundo enlentecido, en un exterior parsimonioso y repentinamente aletargado. Simplemente se fue, se esfumó como el sueño de un borracho al despertar y recordar que, como siempre, estaba solo.

Sin embargo, la soledad del ukar le proporcionó luz. Vio cómo el hermano de batalla entraba lentamente en cólera y le pareció grotesco, una mala película rodada sin recursos, sin veracidad. Oyó cómo le hablaba y consiguió entenderlo.

Las palabras de Calmidonian sonaban a detenida desesperación, y lo encontró gracioso. En la oscuridad, o en la penumbra, indiferente a lo que el hermano de batalla pudiera ver desde el exterior, el ukar sonrió, sonrió ampliamente, abrió los brazos y se encogió tranquilamente de hombros, para que pudiera entenderlo. No sabía qué había sucedido, pero le parecía bien. Era adecuado, una respuesta al reto, una aclaración del lugar donde estaban. Mantuvo la sonrisa mientras volvía a leer con los dedos la escritura de la piedra. Quizá hubiera en ella alguna guía o instrucción para entender qué lugar era aquel.

Aunque pasaba los dedos por la pétrea superficie, Seth no dejó de prestar atención al mundo exterior. Sabía que el hermano de batalla era una bestia irreflexiva, pronta a la cólera y a la agresividad. En eso no eran tan diferentes, pero un buen depredador ha de saber reconocer a otro. Mantuvo bien despierta la mente atento a la reacción de Calmidonian, y a si atravesaba la "cortina de distintos sitios", y con qué intenciones lo hacía.

Para él estaba claro que ese umbral era una puerta a muchos lugares. Posiblemente para entrar dentro de la pirámide, de hecho, hubiera que hacer lo que ella. Intentó verlo en la piedra y, si los jeroglíficos se lo confirmaban, entonces la seguiría, iría tras de Hysteria por el mismo lugar que ella abandonó, esperando aparecer en el mismo sitio. ¿Por qué no? Sonaba bien, era lo que estaba buscando, la razón de que estuviera allí.

Y si el hermano de batalla entraba por el umbral con evidentes deseos de atacarle, el ukar se lanzaría hacia él para empujarle de nuevo a través del umbral. Si tenía razón, acabaría donde Hysteria, y así le dejaría en paz un rato.

Vincent permaneció observando la jungla hasta que la voz de Hysteria le devolvió a la realidad y vio como la joven entraba seguida del extraño alienigena. Justo cuando daba el primer paso para seguirlos, llegaba la descripción del extraño sello de dentro. La voz del hermano de batalla rompió la ilusión del joven que miraba fijamente el interior somo hipnotizado, despertandolo a la realidad . Al ver desaparecer de nuevo a Hysteria entro en la sala sin decir palabra, acercandose donde al lugar donde habia desaparecido Hysteria, deteniendose unos instantes para observar a los demás y atravesar la salida sin pensarlo.

Elbrian se había acercado hasta la entrada que utilizaron Seth e Hysteria para acceder al interior de la construcción, pero se resistió a entrar en un primer momento, sobretodo cuando observó la reacción de los dos componentes del grupo que ya estaban en el interior.
Parecía existir un desfase de tiempo entre uno y otro lado del portal, lo que le hubiese resultado un tanto divertido si no fuese por la situación en la que se encontraban.

Se decidió a dar el paso en el justo momento en que Hysteria desaparecía por otro de los portales, y no es que hubiera salido al exterior, es que ¡había desaparecido por completo!
Ya no lo pensó más y accedió al interior, haciendo caso omiso de la piedra que se encontraba en el centro de la estancia para posicionarse frente al lugar utilizado por la mujer.
No vió nada al otro lado fuera de lo común, únicamente el paisaje que esperaba. Sin embargo allí debía haber otra cosa, una especie de barrera dimensional, pues no encontró otra explicación para lo sucedido.

Se sintió tentado para adelantar unos pasos más y así ir al mismo lugar que ella, pero Vincent se adelantó a sus propios pensamientos.
Tan solo quedaba esperar unos segundos, y si el mecánico sufría el mismo destino que Hysteria, deberían decidir si seguirlos o no......aunque no pensó que fuese difícil adivinar el resultado.

El ukar vio pasar al mecánico, semidistraído con la lectura de las marcas en la piedra. Al ver su intención de pasar por donde salió la mujer, quitó la mano y se dirigió hacia él.

- ¡No! - gritó - No sabes si te llevará al mismo lugar. Si nos separa a todos debemos tener un plan para poder encontrarnos o nos perderemos para siempre en el interior de la pirámide.

Hizo lo posible por llegar a él e impedir que entrara. Parecía un hombre razonable, y prefería tener comunicación con él a tener que entenderse con los dos fanáticos que aún aguardaban en el exterior.

Vincent avanzó sin titubeos hacia la salida donde había desaparecido Hysteria , justo cuando iba a franquearla noto como el extraño extraterrestre le indicaba que parase y sin saber por que Vincent detuvo su marcha .

- Creo que tienes razón Seth , no sabemos como funciona y podriamos perdernos, esperaré y si quieres te ayudo a descifrar eso .- Dijo el joven con cara de arrepentimiento por lo impulsivo que podia llegar a ser .

Calmidorian estaba desesperado. Observaba a Meixar como en el interior se movía a una velocidad pasmosa. Empujó al Ukar durante su trance, haciendo que Seth se levantase furioso. Sin embargo cuando iba a devolverle el empujón al sacerdote otra cosa llamó su atención: ¡Vicent se dirigía hacia la salida por la que había desaparecido Hysteria! Ignorando al sacerdote Seth dio dos pasos rápidos evitando la salida del mecánico por aquel umbral. Elbrian estaba ya a su lado, quizás meditando la misma opción que Vicent.

De hecho solo Calmidorian permanecía fuera, viendo como los demás se movían anormalmente rápido. Su cerebro intentaba asimilar toda aquella información repentina, pero su alma ya se había hecho cargo de lo peor: ¡Hysteria acababa de desaparecer de nuevo de su vida! Sus ojos se centraron nuevamente en el sacerdote. ¡Era el único que podría ayudarle! Se sintió impotente, terriblemente impotente.

Meixar por su parte se concentró. Durante unos instantes permaneció en trance... y luego abrió los ojos. Su rostro denotaba decepción. No había podido percibir donde estaba Hysteria...