Partida Rol por web

Un poco más tarde un numeroso grupo de exploradores partía en la noche del interior del castillo para internarse en la tormenta: los seis soldados que conformaban la guardia personal del Duque Blanco, el propio Duque, el Confesor y los cuatro extranjeros.

Los kranks resultaron ser unas criaturas mamíferas cubiertas de pelo grueso y blanco, pero con un aspecto extraño que los asemejaba más a un avestruz que a cualquier otro animal. Contaban con unas pequeñas y atrofiadas garras en la zona superior que parecían tener una función prensil para acercar la comida. Por contra sus patas traseras eran enormes y pesadas, casi como las de un elefante. Su cabeza alargada, de aspecto reptiliano, contaba con unos enormes ojos negros y una boca llena de dientes afilados. Eran criaturas mansas y rápidas. Se movían por la nieve con una velocidad sorprendente e incluso a los recién llegados no les costó nada tomar el control de forma rápida.

Cada krank contaba con una silla de monta adaptada para portar un pequeño morral, las armas y una lámpara. La lámpara era un elemento esencial de aquella montura ya que obtenía su energía de una batería de fisión, lo cual garantizaba suministro suficiente para varios días a nivel bajo o un día a máxima potencia. Aparte de la luz - fuerte, casi un halógeno - emitía un calor regulable que facilitaba al jinete la supervivencia en aquellos entornos hostilmente fríos. Según les explicó uno de los soldados mientras salían de la fortaleza la lámpara tenía una triple función: iluminaba, daba calor y marcaba la posición de cada krank por si uno se perdía en la tormenta o la oscuridad.

Con aquellas monturas el desplazamiento alcanzaba velocidades que duplicaban las del anterior viaje. Aquellos animales se movían como si volaran casi sobre la nieve.

Llegados al punto de la avalancha la comitiva se detuvo. El Duque se giró hacia todos y habló por encima del rugido de la tormenta:

- ¡Haremos tres grupos de batida! Yo subiré con tres de mis hombres hacia aquella zona escarpada.- señaló una grieta en la montaña - Paulus y otros dos soldados se dirigirán a las cuevas de los Sin Nombre por si algún superviviente regresase allí. Vosotros descenderéis por la colina para ver si el alud ha arrastrado a alguien.

Tendió un walkie a Vicent. Era un modelo muy antiguo, del tamaño aproximado de una caja de zapatos y probablemente con una pésima calidad de audio, pero contaba con un botón para usar morse y el técnico se dio cuenta que la falta de calidad sonora iría de sobra compensada por la intensidad de la señal. Aquellos aparatos habían sido fabricados hacía mucho tiempo para permitir comunicación en situaciones realmente hostiles... Hostiles como aquella misma.

- ¡Vamos! ¡El tiempo arrecia!- concluyó el Duque mientras indicaba a su grupo que lo siguiera.

Vincent observo con detenimiento el viejo walkie , era viejo pero solido , serviría para lo que necesitasen . La lampara que portaba el extraño animal también fue objeto de estudio , eran curiosas y si pudiese llevarse alguna serían útiles .

- Curioso mundo este , con una fuerte fe y un uso común de la tecnología .- Murmuró el joven mecánico no pudiendo discernir si se refería al planeta o a la época que les ha tocado vivir .

-Momentos desesperados requieren medidas desesperadas.-Contesto a las palabras lanzadas por Vicent antes de empezar el descenso, tal y como habia ordenado aquel preocupado padre.

Descendieron por la nieve separándose de los otros. Las luces iluminaban su camino aunque la tormenta dificultaba el rastreo. Un poco después escucharon disparos a lo lejos, por encima de sus cabezas. ¿Los hombres del Duque Blanco? Antes de que pudieran tomar cualquier decisión al respecto un fogonazo los sorprendió a todos. En medio del grupo había surgido una criatura de la nada: media casi dos metros y medios y su cuerpo era de aspecto quintinoso, como el de un insecto. Contaba con unas enormes garras afiladas y un rostro alienígena acabado en pico. Sus ojos eran alargados y de ellos salían una especie de tubos o cables. Había partes de su organismo que estaban fusionadas con esos mismos cables, como si aquel monstruo fuera mitad orgánico y mitad mecánico.

Los kranks, asustados por la repentina aparición de la cosa, se encabritaron. Los aventureros todavía pensaban en que aquella pesadilla había aparecido en medio como por arte de magia cuando el krank que portaba a Elbrian cayó al suelo en medio de un charco de sangre. ¡Era imposible! ¿Cómo podía haberse movido tan rápido, aparecer de la nada y cercenar el cuello de aquella montura? Aún no lo habían asimilado cuando nuevamente la cosa lanzó otra garra que aplastó el cuello del pobre animal que portaba a Calmidorian, haciendo que éste rodase por el suelo.

Vincent no había visto nada igual , aquello desde luego no era natural , si era obra de la ingeniería , como parecía ser , era una que se desconocía por completo , pero desde luego muy interesante . Sin duda este viaje iba a ser muy provechoso caso que acabase bien .

La cosa era muy rápida , así que huir estaba descartado , pero igual era torpe sensorialmente , así que el joven mecánico hizo lo unico que le pareció lógico . Salto de la bestia intentando que esta quedase en medio de él y de la criatura y busco esconderse entre la nieve .... era mejor pasar frío que la criatura lo matase .

Elbrian lo tenía claro: huir no era una opción. Así que aprovechando la inercia de la caída rodó por la nieve mientras desenfundaba su arma. Todos quedaron sorprendidos al ver que el carroñero activaba una costosísima espada de flujo. Aquel arma debía costar más de 15.000 fénix. Había vehículos deslizadores más económicos que aquella espada luminosa hecha de pura energía.

Sorprendido por la propia criatura que ataco al grupo del albino, Calmidorian pronto se encontro en el suelo junto con su montura que habia tenido peor suerte que el.

Era un momento de terrible tension y estaba claramente en desventaja en velocidad, ademas habian sido emboscados por una unica criatura de temible poder destructivo.
Entorno los ojos y rodo por el suelo para acabar arrodillado en la fria nieve y apuntar su cañon contra la criatura esperando acertar el objetivo.

Seth desmontó con las armas y se colocó rodilla en tierra. Al mismo tiempo, azuzó a su bestia para que fuera en dirección opuesta a él, esto es, a la última posición conocida del enemigo. Daba igual si ese monstruo "volaba" entre dimensiones. Para atacar, debía materializarse. Iba primero a por las monturas, así que o atacaba a lo más grande por defecto, o simplemente no sabía decidir qué era una verdadera amenaza. En cualquier caso, su propia montura serviría de cobaya para el experimento. Mantuvo la respiración acompasada y se preparó para utilizar la escopeta. Si tenía mucha suerte, el animal picaría y dispondría de un único disparo que debía ser muy rápido.

Debía utilizar, para ello, todos sus sentidos.

Se concentró y se olvidó de lo demás. Sólo era una criatura. Errática o no, debía materializarse. Si picaba el anzuelo...

Pese a que la cosa se movía a una velocidad endemoniada y mortal los aventureros no perdieron la cabeza. Set se tiró de la montura, enviando a su cabalgadura hacia adelante con la esperanza de despistar a su enemigo. Mientras lo hacía intentó dirigir sus sentidos a su entorno: la nieve, el viento, el movimiento de los copos, los pasos... ¡La revelación de una presencia donde no debería haber nada! Para desgracia del alienígena el monstruo no tragó su anzuelo: apareció en medio de ellos. Sin embargo el ukar no desperdició la oportunidad de realizar un disparo a bocajarro. Una sangre verde y caliente le salpicó el rostro en el mismo momento que realizó su disparo.

Por su parte Calmidorian había luchado en muchas batallas y, para su desgracia, caído en emboscadas que si bien no eran tan sorprendentes como ésta tenían el mismo efecto. Rodó por el suelo y disparo con su escopeta a la criatura en el mismo momento que se abalanzaba sobre Seth. El disparo impactó en la espalda del monstruo. Las balas no parecían hacer todo el daño que debieran: era como si el monstruo contase con una especie de deflector sobre su espalda.

Los disparos habían herido al monstruo, pero seguía en medio de ellos moviéndose a una velocidad imposible. Mientras la montura de Seth descendía por la colina a gran velocidad el monstruo se abalanzó sobre el ukar con sus afiladas garras.

No sabía qué pensar. Era demasiado listo o demasiado estúpido. La bestia se abalanzaba contra ellos sin pensar en su propia supervivencia.

La tenía delante de la cara. Durante un instante, pudo ver dentro de ella, sentir el suave movimiento entre planos, el tic tac de un reloj que se ralentizaba y luego se detenía.

Muy lentamente, vio cómo una zarpa surgía de un lugar lejano y se lanzaba contra él. El ukar se apartó sin más, hacia el otro lado, olvidando la razón y la lógica, los enigmas y el reto. El instinto le daba la única solución posible. No había plan, no había idea brillante, ni rompecabezas. Sólo el zumbido en sus oídos y un arco mortal, descendente, que destrozó el aire donde él ya no estaba. Un dolor lacerante le descubrió que el arco le había alcanzado, después de todo. Apretó los dientes mientras seguía cayendo, sin saber si ese dolor se extinguiría y seguiría respirando, o si se haría insoportable antes de llevarle con él lejos, muy lejos, donde no quedarían recuerdos.

Vincent vio asustado como la bestia le atacaba pese a su inútil intento de esconderse , lo único que pudo hacer es rodar y esperar ser lo suficientemente rápido como para evitar las garras que se cernían sobre él .

El joven mecánico rodó sobre si mismo , viendo como la garra del monstruo golpeaba la nieve que un instante antes había ocupado el joven , salpicando a este de fragmentos de puro hielo en el rostro .

- Joder , es muy rápida la desgraciada .- Logró articular el joven que no era capaz de reaccionar para sacar el arma .

Todo sucedía a gran velocidad. El monstruo estuvo a punto de cortar por la mitad a Seth pero el éste reaccionó como un felino esquivando la mayor parte del ataque. No obstante la sangre tiñó la nieve cuando una de las garras atravesó el brazo del ukar. Por su parte Vicent tuvo más suerte que habilidad cuando rodó por el suelo intentando ponerse a cubierto del ataque del monstruo.

Elbrian no pensaba dar cuartel al monstruo ahora que se había olvidado de él. Su espada de flujo cortó el aire dejando una estela y un sonido brillante a su paso. No sólo eso: la espada, que casi parecía mágica debido al flujo de poder que emanaba, rebanó parte del costado del monstruo. Éste lanzó un aullido a la noche mientras se retorcía y miraba a aquel pequeño humano que le había causado tantísimo daño.

Mientras sucedía esto, en un suspiro, todos tuvieron una sensación de deja vû... ¿Cuándo habían visto a alguien moverse tan anormalmente rápido? No estaban seguros de cuando, pero lo habían visto...

Seth rodó con un gruñido mientras buscaba alejarse del engendro. Su mente se encontraba en dos lugares, uno muy alejado, emplazado en una dimensión que quizá sólo hubiera existido con ellos, y luego ya no estuviera más. El otro era un presente frío y doloroso del que intentaba apartarse.

Cuando presintió que había esquivado suficiente, recuperó el equilibrio y se colocó, rodilla en tierra, de nuevo con el arma lista. Hubo un destello mientras escapaba que hizo vacilar al monstruo. Más que eso, se retorcía. Estaba herido. Seth buscó un punto débil ahora que parecía quieto, un lugar donde un simple disparo pudiera hacer algún daño a esa bestia maldita. No era más que otro rompecabezas y ya habían destrozado una máquina parecida no hacía mucho.

Vincent solo agradeció a su suerte el haber rodado al lado correcto y de forma intuitiva , ciertos episodios de su infancia no resultaron inútiles al fin y al cabo . Sin darse tiempo busco en su equipo la escopeta que pidió en la estación , no sabia casi usarla pero al menos haria ruido y podría hacer que los demás afinasen la puntería . El ser le recordaba algo , pero no sabia bien el que .

Sin inmutarse al ver el sorpresivo ataque del monstruo que les dedico a cada uno de los miembros en la lucha y viendo que su arma apenas parecia a ver surtido efecto, tomo una rapida decisión que aunque temeraria, sabia que podia darle una rapida victoria.

Aun arrodillado dejo caer su rifle para llevar sus manos a su fiel espada desenfundando en el acto, para levantarse y dirigir un violento ataque sobre la criatura, sabia que podia ser demasiado lento para luchar cuerpo a cuerpo pero de tener exito en su empresa el final de aquella bestia llegaria despues de su actuacion.

¿Dónde habían visto aquel movimiento veloz? Eran incapaces de recordarlo... Sin embargo podrían preocuparse de pensarlo en otro momento. Seth disparó su arma en cuanto tuvo oportunidad. Sin embargo el desequilibrio sufrido por haber esquivado el anterior golpe del monstruo hizo que errara su disparo. Calmidorian sin embargo se movió con una velocidad que desmentía su enorme tamaño. En un momento su brazo diestro, cubierto totalmente por un guante de cuero que le daba una apariencia casi metálica, tenía la espada aferrada. Abrió su capa a la par que el filo trazaba un arco mortal alcanzando a la criatura en plena espina dorsal. El rostro del Hermano de Batalla ni se inmutó cuando la sangre roja del ser salpicó su rostro.

Comparado con su movimiento anterior la criatura parecía caer ahora sobre la nieve a cámara lenta. Se desplomó, enorme como era, enrojeciendo todavía más la superficie blanca.

Calmidorian lanzó un nuevo tajo cercenando la cabeza del monstruo. Demasiadas batallas como para confiarse en un enemigo caído.

El viento aulló alrededor de los héroes y la nieve pujaba ya por cubrir el cadaver del oponente.