Partida Rol por web

Conecto el intercomunicador (si no funciona, chillo a pleno pulmón):

- Señoras y señores, bienvenidos a la nave exploradora/enlace Estacada. Hemos sido encargados por su gobierno para recatarles ante la inminente erupción volcánica del monte Salbarii. Si tienen a bien acomodarse, partiremos en seguida y serán devueltos a tierra en un lugar donde se encuentren a salvo. Gracias por su colaboración.

Y me dispongo a salir mientras busco infructuosamente con la mirada un lanzallamas que poder emplear contra la multitud.

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   Mientras agrupáis a los refugiados, apiñándolos a bordo, la montaña finalmente explota. Se libera una vasta nube de gas sobrecalentado, ceniza y fragmentos de roca, siendo expulsada desde Monte Salbarii a gran velocidad. Trozos de roca e incluso peñascos de gran tamaño son lanzados por el aire.

   El resultado es una visión realmente espectacular, bueno, sería una visión espectacular si fuerais capaz de verla. Presumiblemente hay una enorme corriente de lava detrás y debajo de la nube.

   Según el ordenador de la nave, la nube de gas y fragmentos de roca (denominada técnicamente como colada piroclástica) avanza a unos 75 km/h y está a unos cuatro o cinco minutos de distancia. Es bastante alta, lo que dificulta el ascenso para superarla en el poco tiempo con el que cuenta la nave exploradora antes de que llegue.

   Adelantarse a la corriente de lava, dirigirse hacia el mar para luego sumergirse, parece la mejor opción, desde luego.

   Pero las cosas nunca son tan fáciles ¿verdad?

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LA LLAMADA DE SOCORRO.

   Mientras que la Estacada despega de Barvinn, recibías una llamada de socorro proveniente de la limusina del dictador. La voz de la vargr está aún más sin aliento y un ruido sugiere que el parabrisas u otra ventana se ha debido de romper. También suene un terrible aullido de fondo parece una unidad repulsora agonizando. La llamada es quejumbrosa y desesperada.

   - Socorro... Socorro, aquí el «Walston Uno». El vehículo está dañado, los motores están fallando... las ventanas están rotas y no puedo ver bien... Creo que me dirijo al mar, pero estamos perdiendo velocidad y altitud. No creo que lo logremos. ¿Hay alguien ahí? ¿Por favor? -

   La voz se debilitará y después se cortará por completo.

   El radar muestra cómo la limusina renquea hacia la costa, perdiendo altura rápidamente. Se encuentra quizás, un minuto o dos por delante de la oleada piroclástica que emerge de la montaña y que por ahora deja atrás, pero que le alcanzará en unos momentos.

   El punto de accidente estimado de la limusina se encuentra a menos de dos minutos de vuelo, pero la nube les va a alcanzar tan solo uno o dos minutos más tarde.

   Hay que volver a tomar una decisión.

   Si ignoráis la llamada de socorro, una chófer vargr que nunca habéis llegado a conocer y cuyo nombre desconocéis, junto con sus padres, arderá hasta morir y será sepultada bajo la ceniza, pero vosotros y vuestro cargamento de refugiados sobreviviréis.

   Si decidís rescatarlos, la colada piroclástica os engullirá a todos con total seguridad y no existe ninguna forma de saber qué pasará después.

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Veeeenga ´ñoritu, s'noes más que una pobre pringada. Vamo'salvarla, va, veeeeeenga, por 'lemper'dor y to esa mierda. ¿Si?

La doctora observa sin palabras al resto de la tripulación, quería salvar a los pobres Varg atrapados, pero, no se sentía capaz de poner al resto de los ciudadanos en peligro, también miró a la población presente, buscaba alguna respuesta, cualquier respuesta, Manolín fue el primero en manifestarse...

Sin embargo, la cara de Hober, dejaba de manifiesto que estaba en contra de proceder con el rescate... solo faltaba el voto de Sukagra y el suyo propio... lo tenía decidido... apoyaría a su compañera, para no crear una decisión sin sentido, pues cualquiera que fuese la decisión tenía que ser ejecutada inmediatamente, no tenían tiempo de discutir.

- Ya no se trata, como antes, de salvar a la gente o salvarnos nosotros- recuerdo-. Se trata de salvar a toda la gente que llevamos en la panza ahora mismo, o arriesgarla con bastante pocas posibilidades para salvar a otro pequeño grupo más, y nadie nos asegura que luego no habrá otro pequeño grupo, con aún menos tiempo y posibilidades.

>>Hemos adquirido un deber para con nuestros pasajeros actuales, no para con toda la población del planeta, a la que sin duda no podemos salvar. ¿Pondremos en riesgo a todos los que llevamos a bordo, por tres más que además están en donde no deberían, a pesar de que nos hemos desgañitado advirtiéndoles de lo que iba a pasar? Yo voto que no, Manolín, lo siento. Que decidan nuestras compañeras.

Y miro a la doctora y a nuestra lideresa pirata instándolas a manifestarse.

Pero 'suna pobre perrilla, jooo. Ntch, miró también a las chicas poniendo ojitos...

El primer impulso de Sukagra era ir a buscar a esa persona, además era un vagr, lo que siempre era algo que contaba a su favor, además, en ese lamentable planeta no eran bien tratados. Pero una mirada a las personas que llevaban le hacia pensar que poner en riesgo a esos refugiados por un impulso era bastante egoísta. Si solo se tratara de ella no habría problema pero la carga añadida le hacía dudar mucho.

No era una decisión nada fácil para ella, pero al final se impuso la razón.

-Si por mi fuera arriesgaba nave y mi vida por intentar salvar a esos locos, pero no juego solo con lo mío. Hober tiene razón, no podemos permitírnoslo, me duele, lo intentaría por uno de vosotros, pero no voy a arriesgar a esta gente por otros que ni conozco. No puedo ser egoísta. Espero que ocurra el milagro y se salven, para estas personas el milagro somos nosotros y no vamos a convertirnos en sus verdugos tras haberlos salvados. Por mi, nos vamos a dejar a esta gente a salvo.

Con voz seca, la doctora se unió a la mayoría del equipo... Bien... nos vamos. Después se fue a dar un vistazo a los sistemas de soporte, era casi seguro que los necesitarían y que les fallarán podría significar lo peor para todos en aquella nave, una muerte tan mala como ser atrapados por el calor letal del río de magma, una lenta agonía sin oxígeno, en una oscuridad absoluta.

Hizo un enorme puchero, mordisqueó la colilla de puro que siempre fumaba, miró de reojo a los refugiados, con cara de pocos amigos.

N'stoy d'acuerdo, púeh. ¿Q'importa un, dos, tres? N'sotros arriesgamos la nuestra, ¿no? 'Partir de ahí las 'tras m'portan un carajo. Ajjjh. Palmeó la cabeza de la perrilla que habían rescatado del volcán. T'm'tiendes, perrilla.

Pero comprendía el significado de la palabra disciplina. Muy disgustado, permaneció en su puesto.

La última carrera.

   La nube de gas y fragmentos de roca avanza y está a escasos minutos cuando tomáis la decisión de salir de ahí. Aunque es bastante alta, lo que dificulta el ascenso para superarla en el poco tiempo con el que cuenta la nave exploradora antes de que llegue.

   Adelantarse a la corriente de lava, dirigirse hacia el mar para luego sumergirse, parece la mejor opción.

   Al avanzar a toda velocidad, los efectos salvo desastre deben ser bastante leves. La exploradora es agitada por un fuerte viento, empujándola por delante de la nube y el piloto lucha por mantener el control, pero no debería de suponer ningún peligro serio para la nave. 

   Al dirigiros al agua, descubrís que la corriente de lava puede recorrer una larga distancia sobre el agua, y vaporiza la superficie, pero no calienta el agua a más de unos 5 metros de profundidad de forma importante, por fortuna. Pero eso sí, precipita trozos de roca que se hunden y golpean el casco de la nave, creando una sensación similar a ser atacados con cargas de profundidad.

   La Estacada salvo desastre va a sobrevivir al vuelo y a la inmersión en el agua del mar con unas pocas abolladuras y quemaduras nuevas, que combinan con las muchas que ya tiene. Sin embargo, la valiente chófer vargr y sus padres no lo conseguirán. La limusina se vio obligada a dirigirse a la costa y fue abrumada por la colada piroclástica. No existe ninguna posibilidad de que nadie sobreviva a tal evento.

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- ¡Tranquilos, lo tengo bajo control!- exclamo, mientras hiendo las nubes, el aire y finalmente las aguas con la afilada aguja de nuestra pequeña lata de conservas voladora.

Mientras esperamos bajo las aguas a que pase la tormenta de mierda, dedico mis pensamientos más elevados al Emperador, esperando que mi noble servicio sea de su agrado y que ello traiga fortuna y gloria a mi familia.

Fortuna y gloria...

Era un momento muy oscuro, la tensión de los golpes de las rocas de lava solidificada, hacían sentir que la estructura exterior de la nave podría romperse o incluso colapsar, sin embargo, el ágil manejo de Ponyets evito casi todo impacto... aun así, la doctora no podía festejar sabiendo que había bajas que reportar.

Gracias Hober, nos has salvado a todos..., su voz reflejaba el pesar que su suave sonrisa ocultaba.

Sukagra se las había visto de todos los colores en el espacio y en tierra pero nunca se las había visto con un volcán y ciertamente no era una experiencia agradable.

Afortunadamente el buen hacer de Hober parece que sorteo el peligro y la nave aguanto bien.

-El servicio de exploración construye bien duro-pensó.

El asunto tomaba un buen cariz y si bien la segura muerte de los vagr ensombreció durante unos instantes su animo lo cierto es que en todas las misiones había bajas y si no las conocía, pues mejor.

-Mala suerte para el muchacho-dijo en voz alta por el vagr-lastima, les tenia bien puestos. La nave a aguntado admirablemente y el estirado-y le dio una palmada en la espalda- Parece que es alguien muy útil, lo que viniendo de viene es francamente sorprendente. A grandes rasgos y si esto no se complica otra vez podemos decir que la mison ha sido un éxito, nave salvada, nuestros culos a salvo y de propina los culos de unos cuantos ciudadanos de este mundo perdido de la mano de los dioses.

Se... Manolín seguía apesadumbrado, triste, por aquel vagr. Le quitó a una niña la multiherramienta con la que estaba intentando hacer una cueva para su osito en las cabinas de descontaminación, gruñendo cosas por lo bajo y volvió a su puesto.

Pero se le pasó el enfado, y comenzó a sonreír. Seguramente las cosas iban a ir a mejor.

¡Gracias, señoritu! 'S portado bien, púeh.

Y le palmeó la espalda confianzudo.