Partida Rol por web

 Aunque sentía curiosidad por saber quien era esa guerrera, decidí mantenerme alejado de ella, ya que no quería que malinterpretara mi curiosidad. Además, seguramente ella no querría luego tener que hablar de lo que le hablase el oráculo, de la misma manera que yo no quería hacer lo propio...

Ya estabas en el templo y en poco llegaría tu oportunidad para hablar con los Dioses.¿Sabías ya bien lo que querías preguntar?

En tu mente se agolpaba esad duda pues puede que en ello esté tu futuro y destino.

 Lo principal era saber si lograría la gloria y honor que ambicionaba... Pero también deseaba saber sobre la dama de cabellos dorados que aparecía en mis sueños...*

Entraste al Templo.Era un lugar lujoso comparado con el resto de casas y pequeños templos que ya conocías.Una pequeña sala conducía a la sala del oráculo pero un sacerdote te recondujo hacia el lado contrario.Entraste en una sala amplia,con una pequeña fuente en su centro y donde había una bella mujer.

Te acercaste y viste como su cuerpo estaba completamente empapado con el agua y que su fino vestido dejaba ver todo atributo femenino que podía tener.

Algo descentrado formulaste tus preguntas y ella te respondió como mecánicamente,sin mirarte apenas.

- La gloria llegará a tu casa pero a la vez una gran desgracia que deberás superar junto a tus hermanos y hermanas Asgardianos.

La mujer bebió de un líquido que no pudiste ver y se mojó de nuevo el cuerpo.

- Esa mujer que ansiáis en los sueños no es más que el mero deseo de tu hombría joven.Pero los deseos a veces se hacen carne y puede que no esté lejos de ti,aunque creo que no eres el único que aspira a ella.

Tras esto la mujer se desmayó y un sacerdote te saca de la sala.

 Tras asegurarme de que la joven estaba bien, volví a la aldea, meditando sobre todo lo que me habían dicho... Lo primero era obvio, pero sobre la mujer tampoco me pillaba de sorpresa, una mujer de semejante belleza y esplendor sin duda tendría una legión de pretendientes...

El día tocaba a su fin y la noche comenzaba a apoderarse de las más altas montañas.El día había sido duro y con este frío no era aconsejable quedarse por la calle durante mucho tiempo por lo que podrías hacer dos cosas.Irte con tu padre a casa o ir por tu cuenta.

Echaste un leve vistazo pero esa mujer,pese a el deber de estar cerca,no aparecía.

 Decidí volver con mi padre, mañana sería otro día y no era cuestión de meterme en problemas el primer día de mu juramento de lealtad. Aunque una parte de mí lamentaba no haber visto a esa mujer, esperaba que, hasta la vuelta de nuestro señor, tuviera tiempo, en los próximos días, de tener la oportunidad de verla...

 Pronto me reúno con mi padre y nos encaminamos en casa. Por el camino charlamos sobre lo que ha pasado y los planes que vamos a segur según sea la respuesta del rey a la petición de nuestro señor de ir a la guerra.

 Finalmente llegamos a casa, donde nos esperaba mi madre y nuestros siervo. Recogiendo agua de un pozo pude vislumbrar, bajo la luz de unas antorchas, a Agnes, mi esclava personal, llenado un cubo del pozo, cuando se giro al escuchar a los demás al oír que llegábamos...

 Ella era una verdadera belleza del sur, de ojos verdes, piel morena y pelo castaño. Fue un botín de uno de los saqueos de mi padre y un regalo de este a mi persona, cuando estaba claro que mi interés hacia las chicas era más que manifiesto. Yo era él único hombre que la había tocado. Mi padre, aunque como patriarca estaba en su derecho de tomarla, él había manifestado que era un regalo y como tal era solo mía en ese sentido, aunque se esperaba que, por lo demás, desempeñara los mismos deberes que alguien de su condición, como era el caso que estaba haciendo en ese momento...

Tu familia os saludó enérgicamente a la vez que los aldeanos próximos al veros.La esclava,más reticente os saludó con menos energía,pero finalmente se acercó a vosotros para saber que había ocurrido.Portaba con ella un cubo rebosante de agua y una cesta con alimentos.Sus ropas estaban manchadas de algún verdor de los vegetales de la huerta.

Llegó ante vosotros y se mantuvo en silencio.

 Dejé que mi padre, como patriarca de la familia, diera la noticia de lo que había pasado y la inminente guerra que había desencadenado el sangriento hecho. Miré a Agnes y me acerqué a ella, disimuladamente, con intención de ayudarla con el cubo, en cuanto mi padre terminase de hablar y todos pudieran seguir, cada uno con sus tareas...

La joven se movía gracilmente con todos sus bartulos hasta que alcanzaste su posición.Tu familia ya se guardaba en el interior de la casa y tan solo quedábais fuera los animales,la muchacha y tú.

 Sin más dilación cogí el cubo, con el fin de ayudarla y que terminara cuanto antes:

 - Déjame ayudarte. Luego quiero que me sirvas algo ligero para cenar y luego, más tarde, duermas conmigo esta noche...

 Acaricié su mejilla con ternura, antes de transportar el cubo hacia donde ella debía de llevarlo...

La muchacha no contestó pero siguió con sus tareas afirmando así que aceptaba tus órdenes.

Tras la cena la muchacha acudió a tu pequeño aposento callada y seria.

 Tras cerrar la puerta con llave, le pregunté, preocupado, mientras acariciaba su mejilla con cariño, mientras nos sentábamos sobre la cama:

 - ¿Ocurre algo?. Pareces preocupada...

-Es...solo...que...no tengo buen presentimiento hacia ti y tu padre,no veo más que oscuridad cuando debería haber luz.

La joven miraba al suelo mientras jugaba con la punta del pelo.

- No quiero que os pase nada,por eso me preocupa.

 Suspiré, no me gustaba que la gente se preocupase por mí, puse mi mano debajo de su barbilla, con ternura, haciendo que me mirase suavemente, y le dije dulcemente, con una sonrisa tranquilizadora:

 - No temas, volveremos sanos y salvos, ya verás. Mientras tanto... Disfrutemos de la noche...

 La besé tiernamente en los labios, aunque si quisiera podría tomarla con brusquedad si quisiera, me gustaba ser gentil con ella, ser cariñoso, aunque apasionado. Puede que fuera mi esclava, pero también la veía como una mujer...