Habían pasado dos semanas desde la mortal misión en Nibana. A lo largo de los días, todas las misiones lanzadas por el comandante Doomfist como respuesta al sabotaje del tren marino habían llegado a su fin. Todas en mayor o menor medida habían sido un éxito. No se podía esperar menos de los hombres y mujeres de Befehlgard.
Sir Igul había abandonado la fortaleza cinco días atrás sin llegar a salir del arcón. Su destino era información clasificada. Las heridas tanto físicas como psicológicas de la tropa se curaban a buen ritmo ,y después de los tensos días anteriores a la escalada de misiones, el ambiente en Befehlgard era más animoso y relajado. Incluso estaba cayendo entre la tropa un pequeño goteo de reconocimientos en forma de ascensos. Aunque no fueron muchas, a fin de cuentas todo había partido de una iniciativa propia del comandante. Y todo porque tenían una mancha que limpiar.
Uno de esos reconocimientos fue para la capitana Marconi, aunque lo correcto ahora sería llamarla Comodoro Lass Marconi de la Gloriosa Armada. Ella había recibido el premio con humildad, pero entre la tropa había muchos que se habían alegrado por ella. Además era un premio justo, ella lideró al escuadrón que había conseguido dar con el caído Sir Igul.
Marconi, era una mujer agradecida, así que Tunad no se sorprendió cuando un día después de su ascenso recibió una invitación de ella para tomar el té. Sobre todo teniendo en cuenta que una de las especialidades del píscido eran las pastas de té.
Los dos marines tomaron el té de forma relajada, hasta que el rostro de Lass cambió y se puso más serio. En ese momento, el sargento se dio cuenta de que todo se trataba de una encerrona y de que la comodoro quería hablar de algo.
—Hay algo que tengo que contarte Tunad—empezó—. Abandono Befehlgard.
La mujer hizo una pausa dramática antes de seguir hablando, pero no pudo controlar su seriedad que dio paso a una alegre sonrisa.
—El almirantazgo me ha concedido mi propio regimiento. El C-711. No estará adscrito a ninguna base, sino que navegará libremente por el Mar del Anillo. Su objetivo será ayudar a aquellos que lo necesiten, para que la gente no olvide que siempre puede contar con la Armada—se la notaba orgullosa por ese honor, y no era para menos—. Necesito gente en la que confiar, y sobre todo necesito a alguien en quien apoyarme—entonces le ofreció al píscido con solemnidad—. Quiero que seas mi mano derecha. ¿Qué me dices, teniente Williams?
Dos días después del ascenso, por la mañana, la ahora comodoro Marconi llamó a su despacho a Xen. Cuando el fúrido entró en él vio que el escritorio estaba lleno de papeles y documentos. Esa mujer se tomaba realmente en serio su trabajo.
—Siéntate Xen—le invitó tratándolo con su habitual amabilidad—. Tengo que hablar contigo.
¿Que tendría que hablar alguien como Marconi con alguien como Wu?
—Abandono Befehlgard. El almirantazgo me ha concedido un regimiento, el C-711. No estará adscrito a ninguna base, sino que navegará libremente por el Mar del Anillo. Su objetivo será ayudar a aquellos que lo necesiten, para que la gente no olvide que siempre puede contar con la Armada.
Lass miró al cabo con intensidad.
—Cuando te conocí por primera vez, vi en ti todo lo que quiero erradicar en la Gloriosa. La justicia se forja con héroes, no con matones. Como tú—¿no se estaba pasando un poco?—. Pero en Nibana vi algo más en ti Xen. Debajo de esa actitud de desalmado hay un héroe. Pero va a haber que obligarlo a salir. Así que he decidido que en vez de invertir mis esfuerzos en lograr tu expulsión, vamos a sacar lo mejor de ti. Quiero que te unas a mi regimiento.
La comodoro sonrió cariñosamente. Estaba claro que todo su discurso iba dirigido a tocar su orgullo.
—¿Qué me dices Xen? ¿Te embarcas?
Dos días después del ascenso al atardecer, la ahora comodoro Marconi llamó a su despacho a Marlene. No era la primera en haber sido llamada. Xen también había visitado su despacho esa misma mañana. Empezaba a rumorearse en la fortaleza que abandonaba Befehlgard. Y la cabo Moskuri se lo confirmó. ¿La había llamado para despedirse personalmente?
—Siéntate Marlene—la invitó tratándola con su habitual amabilidad—. Quiero hablar contigo.
¿De qué querría hablar Marconi?
—Siendo amiga de la cabo Mouskouri ya te habrás enterado—le concedió con una sonrisa—. Abandono Befehlgard. El almirantazgo me ha concedido un regimiento, el C-711. No estará adscrito a ninguna base, sino que navegará libremente por el Mar del Anillo. Su objetivo será ayudar a aquellos que lo necesiten, para que la gente no olvide que siempre puede contar con la Armada.
Lass miró a la cabo con intensidad.
—He leído tu expediente a conciencia. Tenemos ideas de justicia distintas y no creo que haga falta decir que no me gusta la tuya. Si en lo que quieres conseguir, pero no en el cómo. El mundo no es blanco o negro y creo que faltaría a todo lo que creo si no intentara sacar la mejor versión de ti quitándote esos cristales con los que ves el mundo, Marlene. Pero no lo voy a hacer ni dándote órdenes ni imponiéndote lo que yo creo. Es algo que tienes que descubrir tú misma, así que quiero que te unas al regimiento.
La comodoro hizo una pausa.
—No necesito que me des una respuesta ahora. Piénsalo bien. Si aceptas pondré en cuestión todo aquello en lo que crees. Y tendrás a Lianid en todo momento como prueba de ello. Como ejemplo de que no siempre hay que seguir la ley a rajatabla.