El cabo se separó de los demás, dejando a la capitana con el fúrido y el píscido.
—Os lo explicaré todo, ¿vale?—les dijo la capitana— Por ahora recoged vuestro equipo y esperad las órdenes del comodoro. Como ya ha dicho zarparemos inmediatamente y asignará las tareas necesarias. Cuando hayamos alcanzado la velocidad de crucero, venid a verme. Nos vemos luego.
Tras despedirse, Lass se fue en busca de marlene y de Jester para hacerles la misma petición. ¿Qué estaría tramando?
Vaya, vaya, parece que la cosa se va a poner interesante.
Que Marconi quisiera hablar con ellos en privado solo hizo que la emoción de Xen se elevará ligeramente. Es cierto que ya estaba acostumbrado a que los superiores le diesen instrucciones privadas en cuanto a su función de reconocimiento del terreno, pero que se lo mandasen a ellos cuatro era en cierta manera ligeramente. ¿Para que tipo de misión iban a coger a cuatro matados como ellos? Una peligrosa sin duda. Y eso en cierta manera le alegraba el ánimo.
Quizás pueda hablar con Marconi sobre lo del despertar de Sir Igull. En cuanto a lo de la armadura, me vendría bien una ligera.
-Hey Tunad, tu una pesada y una ligera ¿que te parece?. Tu vas rompiendo filas de zombies sin subir daños mientras yo los voy rematando en el suelo sin que me atrapen, como aquella vez con los gorilas asesinos-Le dice Xen señalando a donde estaban las cajas con las armaduras, recordando aquella vez que en uno de sus viajes en busca de una tripulación pirata en retiradahabían llegado a una isla donde les atacaron unos gorilas con puñales.
¡WOAAAAAAAH! No esperaba recibir supertrajes tan pronto. Techie me vas a tener que pasar la receta para que mis muchachos del Castillo Azul puedan hacer cosas de este estilo. Ya estoy viendo el nuevo espectáculo, un grupo de aguerridos aventureros con estos trajes - Savant meditó un momento - Tendrían que hacer los trajes de diferentes colores para que la gente reconociera a los personajes. Claro, trajes de diferentes colores para que la gente reconociera los distintos personajes. ¡Ojo niño que esto puede funcionar!
Bong bong, sonó, Tunad se estaba golpeando la panza, miró a Xen y le respondió Bueno, si hay talla XXXXL voy bien con una pesada, pero ten en cuenta que mi fuerte son los ataques a distancia, aunque si, repetir lo de los gorilas no es mala idea GROGROGRO, pero prefiero que hagamos como cuando estábamos defendiendo el muro de Betchin, tú en mi retaguardia con la lanza por si acaso y yo no dejo que se acerquen GROGROGRO
Se acercó a Pugpo y lo acarició, levantó la cabeza mientras estaba agachado y le preguntó a Techie-Entonces para mi acompañante no se puede apañar algo? No me gustaría tener un octoperro zombie- Lo cogió en brazos y avanzó hacia las cajas para agarrar la armadura pesada más ancha que encontrase.
-¿Betchin? Prefiero no acordarme de ello, amigo mío. Un puñetero usuario de elixir en Betchin y tuvimos que defender aquel condenado sitio de... Inquisidores, puñeteros Inquisidores, y parecía que iba a ser una simple misiónde vigilancia hasta que volviera la guardia del pueblo de esco. Vale, esta creo que me quedará bien... no, esta de aquí-dijo Xen mientramientras revisaba aquellos trajes. El no iba a ser tan idiota como Dan, la supervivencia era lo primero, después ya uno se preocuparía de su aspecto- Aún no superó lo de que uno de ellos llevase elixir. El puto tío de la máscara de piedra ¿ de donde coño había salido?. Si no hubiera sido por que nos acompañaba Lass creo que no lo hubiera contado.
Marlene recibió las instrucciones del oficial técnico sin ningún tipo de reaccion en particular. La verdad es que no le hacía gracia llevar nada que le limitase su movimiento- como esgrimista dependía mucho de él- por ligero que fuese. Pero si lo que decían era cierto, mejor que se embutiese en una. No tenía sentido darles más facilidades a un enemigo que ya era peligroso de por sí.
Aun así, tenía que preguntarlo.
¿Estos trajes son modificables? Necesitaría ver si puedo afianzar los guantes y las botas. Si no, lo más probable es que salgan disparados en cuanto use mis cadenas.
Poco tiempo después, la capitana Marconi se acerca para pedirme que vaya a verla cuando hayamos zarpado. Aparentemente, vamos a tener instrucciones específicas. Eso en si no es demasiado raro, en algunos casos, especialmente en reconocimiento, se dan instrucciones específicas solo a algunos Marines. Cuanto menos sepan los demás, menos podrán revelar. Y no es inusual que le asignasen tareas en batalla. Aunque es muy joven, ya ha destacado en combate en un número de ocasiones- es el motivo de que la ascendiesen a Cabo aunque casi ni tiene edad para ser Marine. Aun así, no se hace ilusiones. Las misiones más peligrosas o menos conocidas puede ser porque sean más vitales, o porque necesiten a gente más prescindible. Y Marlene sabe que aún hay mucha gente en base que es infinitamente mejor y con más experiencia que ella, así que eso limita las opciones a una. Como decía el Sargento "Niggerballs" Latkovia, su instructor en Rook, "cadete, en estas islas solo hay vacas y maricones, y no vea que tenga cuernos, así que eso limita las opciones".
Eso no cambia nada, obviamente. Si un superior le ordena hacer algo, ella lo hará. Especialmente si es uno que pueda respetar, como la capitana Marconi. Su reputación la precede, y de hecho ha peleado bajo su mando un par de veces. Su técnica de esgrima es muy inspiradora, aunque desgraciadamente es inaccesible a quien no tenga sus poderes. Quizá algún día, con mi propio poder, pueda crear algo parecido.
—Lo siento sargento—dijo el teniente antes de marcharse—. Se ha fabricado lo que se ha podido.
—Así que estuvisteis en Betchin—dijo el comodoro Beheit que casualmente había escuchado la conversación entre Tunad y Xen—. Una buena operación, sí, leí los informes. Enhorabuena. Aunque lamento decirte que no eran auténticos cruzados, sólo una banda de adláteres. Una Orden Inquisitorial nunca habría actuado así. Pero no quiero restaros mérito, fue un desafío importante. Ahora preparáos para zarpar, ¿entendido?
Después de responder a algunas preguntas más, el teniente se despidió de todos y desembarcó del buque. No solía luchar en el campo de batalla, era más útil en su taller. El comodoro entonces, apoyado por la capitana Marconi, comenzó a dar órdenes a diestro y siniestro. Se desplegaron velas, se ataron cabos, se levaron anclas, soltaron amarras... ¡Todo estaba preparado para zarpar hacia el reino de Nibana!
Mientras el navío abandonaba el muelle, el comandante, acompañado por el teniente Krass y el resto de los hombres que habían trabajado cargando el navío, saludaron solemnemente a los héroes de la Gloriosa que se embarcaban en tan peligrosa aventura. La suerte estaba echada.
El grupo continúa aquí.