Partida Rol por web

-Número máximo de ocupantes: 10
-Número actual de Ocupantes: 6 / 10
-Seguridad: 6
-Recursos A: 3
-Recursos B: 6

Llegáis al parque de bomberos...

¡Hombre, señora Tempel! ¡Buenos ojos la vean! ¿Qué tal está? ¿cómo les ha ido por la comisaria? ¿se ha quedado allí Kimball? -le pregunto a Tricia sorprendido por encontrarla allí sola.

¡Buof! - saluda Laguna a Serpiente, Esteban, Saúl y Carlos moviendo alegremente la cola.

-¡¡Hey, Laguna, chico!! ¿Qué tal estás para ti también? -le digo al malamute mientras sonrío por el buen recibimiento y le acaricio la cabeza y el lomo.

Entro en el parque de bomberos algo reticente, hasta que escucho la voz del Serpiente, a lo cual alegro la cara y me acerco hacia el grupo, viendo también a Carlos y a Saúl, lo cual es una gran sorpresa, además de a otro desconocido que está con ellos. Sin embargo...

-Es un placer veros a todos, pero tengo una mala noticia. Ni el agente Kimball ni John sobrevivieron al ataque de anoche. Cuando los zombis entraron, uno de ellos fue a por Simmons y éste falló con su pistola, por lo que el agente Kimball trató de ayudarlo... pero un desliz lo hizo tropezar y caer de lleno en las garras del fiambre. Cuando pude ayudarlos, ya estaba todo perdido. -Suelto un suspiro, recordando lo dantesco de la escena. -Y fue algo horrible, porque algo más tarde dos hombres de negro aparecieron en la comisaría y se llevaron a un muchacho de otro grupo que había venido. Y por si eso no fuese poco, uno de ellos volvió y se puso a dispararnos a los cuatro que quedábamos, solo Laguna y yo conseguimos salir de ahí. Horrible...

Niego con la cabeza. -¿Y vosotros, qué tal os ha ido? Tengo unas cuantas cosas que de seguro os vendrían bien. -Digo mientras empiezo a rebuscar en mi bolso.

-Siento oir eso señora Tempell, Kimball y Simons fueron de los primeros que conocí en este lugar y los apreciaba a ambos. A Simons le conocí menos, pero Kimball, a pesar de sus malas formas, era un buen tipo... al menos se podía confiar en él, que es más de lo que se puede decir de la mayoría de los que me he ido encontrando por el camino en estos días -paro un segundo para asimilar esta información y pienso que es una pena viendo la cantidad de gente inservible que me he encontrado en esta ciudad, escoria humana, que se vaya uno de los buenos. Si además llego a perder a Saúl...

-Nosotros también hemos sufrido de lo nuestro en estos días. ¿Se acuerda que volvíamos al colegio a buscar a la hija de Richard? pues cuando regresemos se habían ido. Esa noche nos atacaron zombies y al ser tan pocos no pudimos hacer nada por él, fue devorado por esos parásitos. Finalmente decidimos movernos al hospital y allí la encontramos, se volvió loca con la noticia y atacó a un hombre, aquello se convirtió en una masacre, todos contra todos. Lo mejor era largarse de allí lo antes posible. Pensamos que aquí tal vez hubiese algo útil -me sorprendo con lo que dice Tricia de que tiene algo para nosotros y le pregunto -¿tiene algo para nosotros?

-Oh... una verdadera pena, lo del hospital. Ojala se hubiesen podido reunir. Pero me alegro de que no estuvieseis vosotros en el centro comercial cuando explotó. Me preocupaba que hubiese tenido que ver... con esa cosa. ¿Os ha dado algún problema? -Digo mirando a Saúl. -Y sí, ya que me quedé sola, pensé que todo lo que habíamos encontrado antes de la masacre podía ser más útil repartido que quedándomelo para mí, que no tengo tantas manos. Así que salí a buscaros, y si no os encontraba aquí probablemente lo hubiese intentado en la iglesia o el hospital... aunque me alegro ahora de no tener que haber ido allí. Así que, aunque sea siniestro, es una especie de navidades.

Y entonces empiezo a sacar cosas del bolso y a dejarlas en el suelo. Dos piezas de ropa acolchada, un pack de herramientas, una linterna, un saco de dormir, tres pistolas con cinco balas, una ropa de abrigo, una porra y un fusil de asalto con dos balas.

-Eso es un arma de fuego para cada uno, si crees que puedes manejar una, Carlos. -Digo sonriendo al niño. Quizá no sea lo mejor, lo más apropiado o lo más inteligente. Pero ante los fiambres, prefiero tener una mano extra ayudando que no alguien desarmado. -¿Qué tal andais de provisiones? Seguro que por aquí hay algo de comer...

-No se preocupe señora Tempel, ningún problema con... lo que usted ya sabe. Saúl se lo puede corroborar -miro hacia Saúl, esperando que dé su versión sobre las piezas que tanto asustan a todo el mundo.

Miro hacia todo lo que ha depositado en el suelo Tricia y me sorprendo por la gran cantidad de cosas que lleva, no sé cómo puede cargar con todo... -pues sí que ha encontrado cosas señora Tempel, creo que nos vendrán bien sobre todo las balas y  creo que es buena idea dejarle una pistola para Carlos. Ya va siendo hora de aprender a disparar, no? nos pondremos manos a la obra -animo a Carlos.

- ¡Laguna! -Exclamo al ver al hermoso perro. Me acerco corriendo a él después de que Serpiente lo acaricie un poco y me apodero de él, abrazándome a su cuello y disfrutando de lo suave que tiene el pelo. Le acaricio el lomo y le rasco la cabeza, por detrás de las orejas.

- ¡Hola, abuelita! -Saludo a la señora Tricia con una sonrisa sin dejar de acariciar a Laguna, hasta que oigo que hay una pistola para mi. ¡Yuhu! ¡Una pistola! Me levanto y voy hacia ellos con rapidez.

- ¿De verdad? ¿Me enseñaréis ya a disparar? ¿Podré tener un arma? -Sonrío con ilusión. ¡Por fin! Me adelanto a coger una pistola y a apuntar a nuestro alrededor con ella. - Guau, pesa más de lo que esperaba. ¡Y qué bonita es! -Comento, admirándola. Me apunto con la pistola para mirar el agujero por donde salen las balas.

- ¿Qué tal pequeño? – pregunto acariciando la cabeza de Laguna – Ya veo que has cuidado bien de ella, bien hecho.

- Joder, así que Kimball y Simons también han caído… Tal vez el sargento no fuese la persona mas educada y tuviese una forma de actuar cuanto menos peculiar, pero no era mal tipo. Esperemos que por fin pueda descansar de ese turno continuo que se había autoimpuesto. Cada vez quedamos menos.

- Creo que los objetos que ha traído con usted nos pueden venir bien, toda ayuda es bien recibida para acabar con esos malditos zombies. Yo con un par de balas para la pistola me valen, y creo que el fusil y las balas deberías quedártelo tú, Serpiente. En cuanto a la ropa, es mirar a quien de todos nosotros le puede ser útil – digo echando un vistazo al material que trae consigo – Y sobre la pieza, no hemos sufrido ningún tipo de ataque, ni nada que podamos achacárselo a ella, así que creo que más bien todo ha sido fruto de casualidades. Por cierto, Señora Tempel, ha hablado usted sobre unos hombres trajeado que entraron y casi acabaron con todos vosotros, sabe si al hombre que se llevaron se llamaba Zach, por un casual – termino diciendo justo cuando veo a Carlos observando la pistola como si fuese un juguete.

- Carlos – comienzo a decirle con suavidad para evitar que se asuste y apriete el gatillo por accidente- Deja de mirar el arma por el cañón y aparta el dedo del gatillo. Lo primero que tienes que tener en cuenta es que siempre debes tener el seguro puesto y recordar que no es ningún juguete – Continuo como lo haria un abuelo con su nieto acercandome hasta donde esta él accionando el seguro a la pistola si no estaba colocado - Serpiente te enseñara a disparar con ella, pero recuerda es un arma, hay que ser una persona responsable para usarla.
 

Me acerco a Carlos y le quito el arma -Carlos, dame esa pistola, antes de que la uses tendremos que practicar con ella, pero sin balas y no vuelvas a hacer eso de apuntarte con ella nunca más, es peligroso -abro la pistola, saco las balas y la vuelvo a montar dándosela a Carlos de nuevo.

Cojo mi pistola de vuelta, enfurruñado. ¡Jo! ¡Quiero balas! ¿Qué es un arma sin balas, más que basura como la xbox?

- Ya sé que las pistolas no son juguetes, mi papá y mi mamá me lo dijeron muchas veces. Soy responsable -Le replico a Saúl, mirándole con cara de "no soy un niño pequeño!"-, es solo que nunca había cogido ninguna de verdad. Papá no me dejaba. ¿Cómo voy a practicar sin balas? -Miro a Serpiente exasperado. - ¿Hago yo el pum?

-Si quieres aprender lo harás a mi manera, primero tienes q aprender a poner y quitar el seguro, y a apuntar, para eso no necesitas balas. Y si no te gusta así, puedes seguir usando ese bonito palo -miro a Carlos con de mosqueo y le quito la pistola. -¿qué decides?

Cuando me pregunta, miro a Saúl con cara de circunstancias, casi respondiendo sin necesidad de decir nada.

-Dijo que se llamaba Zack, era uno de los miembros del otro grupo que nos encontramos. Cuando los dos hombres dijeron su nombre, decidió irse con ellos voluntariamente para "no causarnos problemas". Pero luego el menos razonable de los dos reapareció abriendo fuego y diciendo que no nos podía dejar estar porque podríamos ser un peligro para ellos más tarde. Y desde luego que si vuelvo a encontrarme al otro, voy a ser un peligro para él. -Y señalo al último de los miembros del grupo, que todavía no ha hablado. -¿Puedo preguntarle su nombre, señor? No me gusta apelar a la gente por miradas o apuntando a la gente.

Luego cuando obtengo una respuesta vuelvo a mirar las cosas que he dejado en el suelo y que nadie ha cogido.

-La ropa gruesa viene muy bien cuando hay una pelea, aunque no demasiado contra los fiambres. Y si llueve o hay que quedarse fuera, la de abrigo tiene pinta de ser útil, así que me he guardado uno para mí, por si acaso. Pero lo que creo que tendríamos que usar ahora son las herramientas para darle un poco de seguridad a este sitio. Los fiambres parece que están empeñados en no dejarnos salir de aquí cuando vengan los militares. Y la porra viene bien por si se acaban las balas, claro. Yo tengo otro paquete de herramientas, así que si alguien me echa una mano se lo agradecería, antes de que se haga tarde. -Y dicho eso, saco mis propias herramientas y empiezo a contemplar el parque, buscando materiales para hacer este sitio un poco más seguro de lo que ya es.

¡Aah! ¡La pistola!

- Vaaaaaale, lo haremos a tu manera. -Alargo mis manos para coger la pistola. - Pero ya sé quitar el seguro, ¡de verdad! Es esto de aquí al lado, ¿verdad? Y apuntar también es sencillo. Por favor, que logré una racha de 20-3 en el COD pocos días antes de todo esto.

- Gracias por la información señora Tempel - me giro para dirigirme a Serpiente - Son los hombres de los que hablaba Patrick, según parece ya han conseguido a Zach, y seguramente el proximo al que vayan a buscar sea a Frank.

- Y sobre las herramientas, yo tambien dispongo de un juego de ellas, así que la echaré una mano para fortificar el parque de bomberos. A ver si encontramos algo que pueda servirnos - termino sacando mis herramientas acercandome a la puerta principal para ver como puedo reforzarla.

Saúl y Tricia hacen un excelentísimo trabajo reforzando el parque de bomberos.

Me llamo Esteban, anciana - se limitó a decir en su tono tan habitualmente poco amigable - Un placer...