Miro con curiosidad a ver de quién se trata esta vez, me sorprende ver a la pobre infeliz que va siempre con el rosario a cuestas.
- Bueno, a alguien tendrás que agradecerle que te haya dado techo, cama y comida, porque creo que tu dios ése, ha hecho bien poco por ti-
Los guardias os conducen a la parte donde más se ensancha todo el recinto entre barracones. Véis que hay dispuesto una especie de escenario improvisado, rodeado por guardias. Del extremo más opuesto a vosotros, una comitiva se va acercando y parece que escoltan a alguien que se sube al escenario y se dirige a todos vosotros.
- Saludos, yo soy El Viejo. Supongo que todos tendréis muchas dudas acerca de ¿quién?, ¿por qué? y sobretodo, ¿para qué?. Voy a dejar las cosas bastante claras, así nadie tendrá más problemas que los que se busque. Esto es "El Dorado", mi casa, la de todos mis hombres y mujeres de confianza y ahora es también vuestro hogar. De vuestra anterior vida ya no queda nada, sólo cenizas, y yo os voy a dar la oportunidad de empezar de nuevo, por eso os he mantenido a salvo y os he cuidado. A cambio, tendréis que trabajar para mí, todo tiene un precio. Una vida por otra.
Soy considerado con vosotros, así que os voy a dar la oportunidad de elegir entre dos clases de tareas. Los que sean hábiles con las armas y defendiéndose por un lado y los que han trabajado la tierra por otro.
Aquí todo se hace a mi manera, bajo mis órdenes y todo llega a mis oídos. No seréis ni los primeros ni los últimos en nada, algunos lo han intentado y han fracasado, siempre lo hacen. O te matamos nosotros o lo hacen ellos- y señala en dirección a lo largo las vallas que os rodean.
Y... ahí estaba la razón de tanta hospitalidad... Todo tenía un precio.
Permití sin oponer resistencia ser guiada por los guardias hasta que nos llevaron junto al Viejo. En ese momento, tras escucharle hablar, entendí que él era el líder de los narcos y, por tanto, la figura a la que deberíamos servir si queríamos seguir en este lugar.
A decir verdad, entendía el trato que nos proponía. Era lógico...
—Yo... soy buena combatiendo y buscando cosas —dije, animándome a ser la primera en hablar.
Sin embargo, esta premura que me había tomado era fruto del miedo... Sabía que Nara elegiría combatir... por lo que temía separarme de ella... de hecho, sólo imaginarlo me daba escalofríos. Por eso me adelanté. Si había exceso de combatientes, tal vez dejaran a los que parecíamos más débiles en el refugio cuidando y trabajando la tierra. Nara era a todas vistas una chica de armas, pero yo... era pequeña y escuchimizada... tenía muchas papeletas de que me dejaran enclaustrada en el refugio si no decía nada.
—Se me da muy buen hacer equipo con mi hermana —añadí finalmente, señalando a Nara, para que lo tuvieran en cuenta en caso de agruparnos en grupos.
Sin embargo, no dije nada de Xose. Mientras que sabía al cien por cien que Nara elegiría combatir, no tenía ni idea de que querría elegir el muchacho... Sería mejor dejarle que eligiera él mismo.
Todas estas comodidades me despiertan gran inquietud, y no soy capaz de disfrutarlo del todo, fruto de mi preocupación. Agradezco mucho la ducha, pero ¿incluso jabones perfumados? ¿Agua corriente CALIENTE? Aquí hay gato encerrado sí o sí. Esta preocupación pesa sobre mi conciencia y no me deja disfrutar de aquellos momentos únicos. En este mundo hostil nadie te da nada gratis, eso está claro.
La guinda del pastel a mi preocupación la puso la increíble cena de reyes que pudimos disfrutar. No recordaba nada igual. Significa, por un lado, que nos quieren poner la miel en los labios y enseñarnos lo que hay si nos portamos bien. Esto les servirá de soborno con casi todos. Por otro lado, significa también que cuentan con un sistema perfectamente desarrollado, como antiguamente era una sociedad avanzada, para conseguir estas comodidades. Estos productos denotan comercio, especialidad, estabilidad, toda una cadena de procesos que no serían posibles si las gentes involucradas no estuvieran totalmente a salvo. No puedes preocuparte de cultivar trigo y molerlo en el molino para hacer pan blanco si estás luchando por tu supervivencia... Nos hemos perdido algo, y bien gordo.
Sin embargo, no quiero robarle esta felicidad a Sunhee e intento ocultar mi intranquilidad lo mejor que puedo. La cena me encanta y mi paladar la disfruta sinceramente, pero mis entrañas intuyen que cada bocado es un contrato que nos va a salir muy caro. Nunca he sido habladora ni extremedamente sociable así que no me cuesta disimular mi malestar, me mantengo tímida y callada durante la cena y sonriendo levemente. Cuando por fin nos vamos a la cama, decido contarle a Sunhee mis preocupaciones entre susurros.
- Sunhee, ¿no te parece muy raro todo esto? Nos van a pedir algo a cambio, estoy segura... - y le cuento en detalle mis pensamientos sobre los procesos elaborados que se necesitan para obtener jabón, vino, pan, etc.
A la mañana siguiente, mis dudas se despejan cuando nos congregan para escuchar el discurso del Viejo. Lo sabía. Somos prisioneros. Si no me matan los zombis, me matarán ellos si intento escapar, es lo que está diciendo...
Ante mi desmayo, Sunhee es la primera en hablar. Adiós a pasar desapercibidas. Tengo que hacer algo yo también por si nos separan... No puedo permitirlo.
- Yo iré con ella, somos un gran equipo. Mi especialidad es el ataque a distancia - y le hago un gesto con mi arco y mi carcaj - Gracias a su sigilo nos complementamos de maravilla. Seremos útiles. ¿Qué hay que hacer exactamente? ¿Nos podrías poner en contexto?
(Repito el post que se me borró antes para dejar constancia de lo que piensa, me ha parecido importante)
El Viejo os mira y llama a uno de sus hombres, le dice algo al oído.
Dos guardas se acercan a vosotras, os golpean en el estómago y luego os apresan y os llevan hacia una puerta en una de las vallas.
Ante la reacción de vosotras dos, todos los presentes comienzan a seguir vuestros pasos y se empieza a formar un revuelo de voces. Un disparo al aire devuelve el silencio.
- Esto no es una maldita plaza de mercado. Cuando yo me vaya, les diréis a mis guardias la ocupación y ellos se encargarán-
:( ¿Dónde estamos? ¿Nos han echado fuera?
No, estáis justo en la puerta que separa la zona de los barracones del resto del recinto. Atravesando esa puerta encontraréis las tierras y zonas de trabajo. A vosotras dos os llevan antes que al resto, por las "ganas" que habéis demostrado de empezar a trabajar.
Pero me he detenido ahí, esperando a Xose.
Nara y Sunhee se habían precipitado al hablar. Horror. Yo lo había pillado rápido con el golpe de la Faro, y tras años de hacerles trabajos. La verdad, con todo lo que luego había vivido casi se me olvidó. Pero ellas dos no, y ahora estaban en peligro.
Me apresuré a seguir a los demás, delante de todos, lo más cerca posible de las chicas, intentando pasar desapercibido, pero pronto para intervenir si las querían echar fuera o hacer algo más grave que darles un susto. Llevaba la mochila, y disimuladamente tomé la empuñadura de mi arma, aunque de modo que no se viese...
Estaba justo en ello, nos hemos pisado. Voy detrás de ellas, y espero los siguientes acontecimientos