Partida Rol por web

Mientras se queda quieto en el umbral de la puerta viendo como sus compañeros avanzan frenéticamente hacía el interior del poblado y luego retrocede unos pocos pasos lentamente hacía la salida pero sin dejar de mirar hacía delante y dejando caer una flecha en el suelo por si es descubierto así tener una excusa.

Lo que queda de la horda continua su carga impetuosa a través de la calle central hasta la plaza donde los humanos están montando la barricada. La estampida provoca el clamor de la multitud que grita aterrorizada, lo cual reconforta a los goblins. Pero solo por un segundo. Los gritos de terror dan lugar a las interjecciones de desconcierto..."¿como?"..."¿que?"... una cabeza se asoma tímidamente a observar por un instante y se vuelve a agachar (los arqueros pueden disparar si quieren).

Los primeros en llegar en su carga hacia la barricada son los jinetes huargos; Trecirk y Melmak. Saltan por encima de la barricada justo para ver que los humanos estaban preparados para recibirles con sus terribles lanzas. En realidad, apenas unos palos mal pulidos con una punta de metal bastante gastada y torcida en algunos casos, pero que podían causar gran daño contra un jinete huargo en carga.

Los siguientes en llegar son los lanceros, comandados por el capucha negra: Grurl, Chiwick y Bolwock rebasaban la empalizada para verse inmersos en una maraña de lanzas. Afortunadamente, los que las portaban eran simples campesinos; pero eran muchos. Las puntas de sus lanzas comenzaron a lanzar amenazadores ataques y los pequeños goblins se vieron desbordados; víctimas de su propia trampa.

Kamtrak se quedaba algo más atrasado esperando que sus temibles arqueros les ayudaran en la ofensiva. Mas cuando miró hacia atrás, tan solo pudo ver a Yoda que se había quedado rezagado junto a la puerta.

Por un instante, Bolwock se imagina victorioso. Las cabezas de los hombres ruedan por el suelo y mujeres y niños gritan aterrorizados, a sabiendas de que pronto serán devorados.

Un escalofrío de placer recorre su cuerpo mientras salta la empalizada. Dos jinetes han llegado antes, haciendo honor a su prestigio, y a él le siguen el sargento de lanceros y uno de sus muchachos. Observa a los humanos en un segundo de respiro y sonríe. Están asustados y no saben luchar. Los superan en número, sí, pero matarán a muchos antes de morir... si es que logran matarlos.

El encapuchado alza la espada y el cielo se oscurece. El acero maligno parece susurrar cuando se dirige hacia el rostro del primer humano que se cruza en su camino. Triste destino le aguarda. Bolwock ríe dejándose poseer por el Dios de la guerra:

- ¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡¡JAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJAJA!!!!!!!!!!!!!!!

Al notar como los humanos se preparan par recibir a sus valientes compañeros, Kamtrak duda si disparar o no. Por un lado el ansia de sangre propia de su raza lo impele a disparar y por el otro, su natural cobardía le tienta a mantenerse en segundo plano.

Con todo, el ánimo de sangre es su sentimiento más poderoso, por lo que levanta su arco y dispara en dirección a los emboscados - Vamoz loz adquedoz - exclama - Dizpaden a matad! -

Muy bien, ez la hora de cambiar de eztrategia...

Dejo de intentar controlar el fuego, para pasar a tomar el control del viento. Con mi magia, intento que las flechas de los arqueros no encuentre su objetivo humano. Sino otro más verdoso... Como un goblin...

Grurkl sonríe ante los débiles ataques de los humanos, que no consiguen ni poner en serio riesgo sus sólidas defensas.

La lanza era inútil entre el gentío, así que la tiró al suelo, sacó su preciada bola-pincho, embrazó el escudo y comenzó a repartir bolazos a discreción... comenzando por los que tuvieran pinta más apetitosa, no fuera que intentaran escapar en algún momento del "arrollador" ataque de la "horda".

Como era típico siempre los recibian de la misma manera... malditas lanzas... una lástima no recordarlo de una ocasión a otra... aunque parecía que el huargo si las recordaba porque hurto el cuerpo habilmente en todos los golpes, pena que su habilidad no fuera tan buena, un pequeño corte se habría a un costado... pero aquello no era nada... pagarían sin dejar de avanzar lanzó un ataque contra el primer humano que se cruzó en el camino. MUEDDTE A LOZ HUMANOZZ!!!!

Chiwiki no tuvo dificultades en apartar los golpes con su lanza. Metido en el combate el viejo sargento lanzó un rugido en medio de aquellos campesinos:

- ¡POR LA HORDAAAAAAAAA!

Lamentaba que para aquel final sólo un puñado de goblins pudieran llevarse la gloria al más allá, pero al menos los cobardes que habían huído podrían hablar de la valentía (¿quizás locura?) de aquellos valientes que asaltaron la aldea ellos solos...

Ze ma cagido una felcha - dice torpemente yoda mientras se agacha a recoger la flecha y observa a su alrededor para volverla a colocar en su arco con el que apunta hacía los tristes humanos y dispara.

Las flechas de Yoda y Kamtrak surcan el aire, pero se desvían misteriosamente al final de su trayectoria, desviadas por una repentina ráfaga de viento, evitando que acierten en el blanco.

Seguidamente, la carga de Trecirk y Melmak termina con un granjero ensartado en la lanza de este último, mientras que el primero se pasa de largo.

Detrás vienen Chiwick, Grurlk y Bolwock, que se abren paso a espadazos entre la fila de lanzas, cortando piernas y brazos hasta llenarse por completo de sangre. Los campesinos gritan de dolor y de pánico. Tan solo el huargo de Melmak es alcanzado por una de las lanzas de los defensores, aunque sin mayores consecuencias.

La sangre humana salpica la cara del encapuchado. Está eufórico y se relame con la viscosa lengua dejando a su paso un reguero de babas viscosas e insanas. Los gritos de los campesinos son música para sus oídos y más aún cuando los ve caer como moscas.

Solo hay una cosa que lo inquieta: allí hay algo más que campesinos. Ese fuego parecía vivo y ahora las flechas carecen de efecto. Es evidente que hay un conjurador humano en retaguardia. Pero eso ahora no tiene importancia. En su cabeza hay tres conceptos bien definidos: matar, destripar y, si sigue vivo, devorar.

La espada cae de nuevo sobre un desdichado humano.

-YaaaaaaaaaaaaAHHHHHHHHHHH-Gritaba Trecirk con los ojos cerrados y su lanza en alto.
-YaaAAAAaaahhh!! YaaaaaaaaAHHHHHHHHHHH-Continuaba gritando, hasta que el ruido de la batalla se quedo a su espalda, entonces alzo su gran sombrero para ver donde estaba.

-Maldito ¡TU! Malthus nos emo pasao de sitio, vamoz vamoz... ¡¡Da la welta!!-Canthus bufo y giro su cabeza para que lo siguiera su cuerpo y tomando carrerilla volvio a donde estaba el otro jinete que presa del combate y la sangre, se le olvido dar ordenes y Trecirk no actua muy bien si no le dicen lo que hacer.

Con su lanza de nuevo en alto, sujetándola con ambas manos y con la correa de su huargo en la boca, para evitar caerse, volvio al ataque.
-GRAAAAaaaaaaJHHHHH-Gritaba mientras babeaba la correa, que curiosamente ya estaba mordisqueada de antes...

Ajeno a todo, incluso a la posible presencia de un conjurador, Grurkl se relame al tiempo que hace bailar la bola pincho a su alrededor.

Parado del lado de afuera de las puertas en llamas y aterrorizado, incapaz de saber lo que pasa adentro y preocupado viendo como hacer para cruzar esa barrera de fuego comienzo a buscar cualquier cosa que sirva para por lo menos poder apagar un sector y darme paso libre, le tiro agua, tierra, arena, pasto (despues de ver que este ultimo aviva mas el fuego lo evito)     Tengo que apagar este maldito fuego, sis este valdo con agua servira, nononono pasto no se hace mas grande el fuego con el pasto. 

- Que dado! - Kamtrak se preguntaba porque sus flechas no parecían acertar, pero su posición, lejos del contrataque le parecía espléndida, por lo que volvió a insistir, tomando otra flecha de su aljaba y volviendo a disparar - Vamoz, vamoz loz adquedoz - su cántico, tipico de un cancha de fut-goblin, ese divertido entretenimiento donde 11 goblins de cada lado intentaban meter la cabeza de uno de su compañeros en el arco rival antes de que sus rivales se la despegaran del cuerpo resonó en la retaguardia

- Vamoz, vamoz a dizpadad! - insistó con su arenga mientras dejaba salir la flecha de su arma en dirección al montón de defensores humanos, sin preocuparse de la ubicación de sus compañeros de horda

Yoda se enfada al ver que su flecha se desvía así que toma otra y aprieta la cuerda poniéndola muy tensa. Tanto que la flecha sale algo desviada...

Sigo intentando que las flechas se claven en los goblins. Con suerte los goblins se pegarán entre nosotros sin que tenga que hacer nada.

Las flechas siguen desviándose extrañamente de su trayectoria desviadas por oportunas ráfagas de viento.

En primera linea de combate, parece que los goblins están ganando a pesar de la inferioridad numérica. Y es que sus rivales, un grupo de campesinos que apenas sabía como golpear con sus aperos de labranza, no estaban a la altura. Sin embargo, cada vez que caia uno, había otro que ocupaba su puesto y por primera vez, los goblins temieron no poder ganar aquella batalla.

SHSHSH se afana por encontrar algo con lo que repeler el fuego, pero se da cuenta de que está tan extendido y lleva tanta fuerza que cualquier intento parecería inútil. El fuego está engullendo literalmente la ciudad o al menos gran parte de ella.

Esta vez me concentro al máximo, intentando que las flechas se claven el los goblins. Sobretodo en nuestro "querido y amble" lider.

Esos campesinos deben ganar. No debe de quedar ni uno solo de esos goblins. Esta misión debe fracasar...