Partida Rol por web

Mientras la gente sale huyendo de la ciudad yoda da saltos de alegría y se dedica a cazarlos sin piedad mientras se ríe histéricamente.

Ja, ja, ja. Modid, humanoz.

Grurkl había entrado en modo matar... y seguiría así hasta que alguien le dijera lo contrario (o puede que incluso entonces siguiera así). Alcanzó las puertas de la ciudad junto con sus perseguidos y una vez en campo abierto se lanzó a por aquellos que le quedaban más a mano.

Habían logrado salir de la ciudad victoriosos, aunque no todo había salido según lo previsto. No encontraba al Duque por ninguna parte, el muy cobarde habría huido a las primeras de cambio y, además, la ciudad era pasto de las llamas y se hacía imposible encontrar sus reservas de comida de momento.

Todo esto rondaba la cabeza del encapuchado mientras seguía matando a diestro y siniestro y sin hacer distinciones de edad o sexo.

Usando mis poderes, me dirijo al fuego, e intentento atravesarlo sin más, como si conmigo no fuesen las llamas.

Vale, describe públicamente tu acción para que la pueda tener en cuenta.

La ciudad de Hewick ha quedado reducida a un infierno de llamas, sangre y cadáveres. Algunos goblins se afanan en acabar con la vida de los pocos humanos que quedaban a la vista. Pero mientras la horda se deleita dando rienda suelta a su sed de sangre, el botín de guerra se sigue consumiendo bajo las llamas.

Sin preocuparse por las llamas que siguen qumando el pueblo a sus espaldas, Kamtrak se mantiene firme en la puerta, buscando blancos para su arco y feliz de hacer lo que más le gusta... matar seres indefensos que no pueden devolver el ataque

Yoda hace lo mismo que el sargento kamtrak disparando las pocas flechas que le quedan sobre los supervivientes que intentan huír pero bajo ningún concepto dispara a los aldeanos que salen huyendo en llamas.

En realidad yoda vuelve a disparar sobre Grurkl intentando que las culpas caigan sobre kamtrak. Para ello se sitúa cerca de su posición girándose hacía otro lado nada más disparar él su flecha de forma que Grurkl solo vea al cobarde sargento apuntando hacia su posición.

Bolwock se frena un instante dando un respiro a su espada ensangrentada. ¿Dónde diablos, nunca mejor dicho, está Zangog? El hechicero quizás puediera acabar con el incendio. Pero mientras no aparezca, lo mejor será ni acercarse a la ciudad en llamas.

-¡¡¡ZANGOG!!! ¡¡¡¿¿¿ALGUIEN HA VISTO AL INVOCADOR???!!! - grita mientras rebana el pescuezo a un crío que pasa llorando desconsolado a su lado.

Trecirk abandonado por su sargento y dado que tenia hambre, habia vuelto a por una pierna bien churruscadita para masticar y recoger "en parte" el botin que le tocaba.
-¡BEHJ! Si tuviera algunas especiaz... Zi Drerick siguiera vivo... echo de menoz zu comida... zi.-Mascullaba mientras mordisqueaba la pierna aun con bota de cuero en su pie.

El grito del nuevo jefe, el cual esperaba que muriera pronto para proclamarse a si mismo jefe y no tener asi que escuchar a famelicos empollones y chupatintas... que...-¡BEJH!! Esto sabe muy a pollo!

-¡Jefote!-Dijo dejando detras de su espalda la pierna de humano.
-Yo zi lo vi antes de entrar a masacrar humanos, muchos e matado con estos brazotez y...-La mirada de su superior le recordó para que lo habia molestado.
-Azi, zi... Yo lo vi antes de entrar, como dije, ese de la llama eterna o no ze que chorradas suyas, sin duda mi mote en mejor que...-Una nueva mirada del capucha negra aun mas salvaje.
-Azi, yo lo vi cuando entre en la ciudad... SI! le tire mi camtimplora en un jesto de fe, porque pedia agua para apagar el fuego o no se que... Pedo cuandoze la di ze quedo callado y tiezo, asi que vine a matar humanos. Ezta al otro lado, con... el arquero mudo creo.-Termino Trecirk señalando donde dejo a Grumg, lider de la Llama de Udún, antes de entrar en busca de comida.

Camino hacia las llamas bastante tranquilo. Los demonios me protegen, y no puedo ser quemado, por lo que después de atravesarlas, salgo sin una sola quemadura- ¡Loz demonioz zon mucho máz poderozoz que cualquier eztúpido fuego!

Cuando las he atravesado, me dirijo hacia donde está el resto de goblins, en especial Bolwock, que despotrica sobre Zangog. Así pues, lo único que le digo es- Ya te dije que era un traidor. En cuanto la coza se puzo chunga, ha dezaparezido. Yo no lo he vizto, pero quizás alla alguien que zí...

¿Dónde ze habrá metido eze hechizero?

Bolwock asiente al pequeño jinete y lo deja continuar la cacería. Tenía planes oscuros para él, pero ha demostrado valor en la batalla y eso atenúa en gran medida el daño que su huargo hizo a su plan. De repente, entre las llamas, aparece Grumg. El conjurador de demonios había intentado retener las llamas pero no pudo hacer nada.

Quizás ahora, con la ciudad vacía, pueda apaciguar el fuego:

- Encárgate de laz llamaz... no quiero que la ciudad quede reducida a cenizaz...

A mandar...

Dicho esto, empiezo a controlar las llamas, intentando ver que se puede hacer.

Los últimos humanos caen. Nada parece quedar vivo a parte de un puñado de goblins en el poblado. Una flecha perdida cae sobre Grurlk, proveniente de la retaguardia, cogiéndolo por completo por sorpresa.

Mientras Grumg pronuncia algunos cánticos y las llamas van aplacando su fuerza a su alrededor por un momento. Sin embargo, este fuego es demasiado para él. Todo lo que puede hacer es contenerlo un poco.

Bolwock trata de apaciguar a sus tropas y grita a los arqueros, o lo que queda de ellos:

- ¡¡KAMTRAK!! ¡¡EL ENEMIGO HA HUIDO!! ¡¡DEJAD DE DIZPARAR!!