Partida Rol por web

Recibo el golpe de Grimrak, me tambaleo un poco y a continuación le lanzo un golpe con la parte sin cuchilla del arranca-craneos

Rimmar escanea con la mirada, primero de arriba a abajo, luego de abajo a arriba, al lider de los capuchas Bolwock, con gesto de tufillo. - ¿ Pero a ti quien te ha llamado para que vengaz, Bolwock? Cuando dije lider de faccionez no quize dezir patanez, lo ziento. Ademáz, no queríaz dar un discurzito a tus capull...-¡Oh!¡Oh!. Por el rabillo del ojo llega a ver una sombra abalanzándose sobre otra a sus espaldas. Ningún buen augurio dentro de una cueva llena de goblins hambrientos, si eres el que ha de dirigirlos, claro. A Rimmar no le hace falta mirar para saber lo que ha pasado. Doz zegundoz zin eztar detráz de elloz y ya me la han liado. . Era la situación clásica goblin. Dos se hostian, todos miran. En otra época no se hubiera preocupado por un asunto de tal intrascendencia, pero ahora todo es distinto.

-¡FIIIIIIIIIIIIIIIIRMEZ!- El capitán Rimmar se desgañita por intentar poner un poco orden, y no solo entre los que se peleaban precisamente. Hecho un basilisco intenta abrirse paso a codazos hasta los responsables de la pelea, y se planta delante de ellos, tapándoles la luz con su enorme sombra. – Zeparaoz – Advierte con tono severo y seco – ¡YAA! – Esta vez gritando a pleno pulmón - ¡Y VOSOTROS! - señala al resto de personajes que contemplan divertidos la escena - Dejad todo lo que habéiz cogido. Y ni ze oz ocurra haceroz los liztoz. – advierte - Ze todo lo que había. -

- Ufa! Me había guztado eza cota de mallas... y eza ezpada - murmura por lo bajo Kamtrak mientras procede lentamente a sacarse la armadura de su torso y la espada de su cintura.

- Pedo... no zon pada nozotroz? - pregunta con tono lastimero, olvidándose momentáneamente de la pelea.

Meneando la cabeza, con un gesto de tristeza dibujado en su semblante, cambia de plan. En realidad, ahora espera que el capitan decida premiarlo por su obediencia. Poniéndose en posición de firmes asegura - Acá eztán. Zolo me laz eztaba pdobando, por zi tenía que elegid alguna -

Tras golpear a Melmak, este se tambaleaba y de repente se volvio para mi intentandome golear, pero lo consigo esquivar con un ágil movimiento (raro en mí).
Erez rápdo pada robar, pero lento pada pegar! Jajajajaja
Tras mis risas el capitán se pone entre nosotros y nos obliga a parar.
Mi Zeñod, eze me keria kitad mi adma, yo zolo kiero lo mio!

-Te vaz a enterar mierda verde, voy a hazer que zean los huargoz loz que ze zuban encima de ti y no al revez

Chiwik, que hasta el momento miraba divertido la escena, se echa a un lado cuando oye gritar a Rimmar. No se quita la coraza, pero deja el resto de las cosas en el montón. Mascullando para si mismo rumia:

- Zi total al final vamoz a tener que coger laz cozaz de nuevo... Zolo ez por mandar...

Empezais a escuchar jaleo al otro lado de la puerta. Parece que está habiendo una discusión bastante acalorada.

De pronto parece que se oye jaleo fuera de la armería y, antes de que tengais tiempo de averiguar de qué se trata, veis que tres goblins entran en la armería enredados entre sí formando un curioso ovillo de color verde.

Tras de sí, entran cuatro capuchas negras armados con lanzas. Parecen dispuestos a hacerse cargo de los tres intrusos.

Al entrar tropezais entre vosotros y caeis por el suelo a rolos, formando un ovillo.

Dentro de la habitación, están los mandos de la horda. Por su actitud, diríais que Grimrak y Melmak se han peleado y que el segundo se ha llevado la peor parte. Ahora se miran desafiantemente el uno al otro mientras que Rimmar intenta poner paz.

Todo está bastante revuelto, como si hubieran estado haciendo un registro sin mucho cuidado.

Pero no teneis mucho tiempo para fijaros en eso, ya que detrás vuestra aparecen los cuatro capuchas negras que os seguían.

Grurkl se puso en pie y se situó rápidamente al lado de su sargento poniendo la lanza en posición defensiva:

- ¡Zegnod! He oido que había una pelea y he conzeguido venid a pdeztadoz mi ayuda pod zi edan muchoz cobaddez intentando atacadle. - con dedo acusador Grurkl apuntó a los capuchas negras - Ezoz capuchaz negdaz han intentado impedid que vinieda a pdeztad ayuda. -

-¡Jiz, jiz, jiz...!

Detrás de los tres garrapatos, Irmak, que no ha soltado aún su maza ni se ha quitado su cota de mallas, sigue observando la pelea y la intromisión de los nuevos goblins, riéndose entre dientes, tremendamente divertido.

-Padezen un moco grandote, azí enzadz... entrdaba... ¡liadoz!

- Pedo... Que ez ezto? - todavía amoscado por no haber podido hacerse con esa bonita armadura y su correspondiente espada, el Sgto Kamtrak se siente ofendido ante la intromisión de estos nuevos goblins - Ezta ez una deunión del eztado mayor - exclama ofendido - O ezo penzé. Zi no ez azi, también llamo a miz adquedoz -

-¡Ezo!¡Ezo!¡Ezo!¡Ezo! ¡Ezto ez el eztado mayod! ¿O ez que no veiz que eztoy yo aquí?

El capitán se lleva los dedos, rígidos y encorvados, a la cara. Por la frente, vuelve a sudar esa mezcla de grasa y ceniza con la que se cuida el pelo, y su expresión facial solo se podría describir en términos médicos “criziz nervioza”. - TZZZZZZZ - Azpira - UFFFFFFFFF - Expira - TZZZZZZZZ - Azpira... - UFFFFFFFFF - Expi... - ¡HE DICHO QUE DEJÉIZ TODO EN ZU ZITIO! ¡COJONEZ! ¡AL QUE LE VEA CON ALGO QUE HAYA COGIDO AQUÍ ME LO COMO VIVO! - Dando firmes y precisos pasos se acerca a Irmak, le da tremendo guantazo en la cara, luego a la maza que sostiene, con el fin de que se le caiga, y por última le intenta quitar la armadura ¡A mordizcoz!.- Bien, ezplico muy bre-ve-men-te. Quiero que zalgan TODOZ a loz que no he llamado. Bolwock, como no quierez nada aquí, te recomiendo que vayaz y ayudez a tuz capuchaz, pareze que tienen mucho trabajo ahí fueda. A loz que ZI he llamado pa que vengan, quiedo que ze pongan uno detráz de otro en ezte orden. ZARGENTO CHIWIK el primero. ZARGENTO MELMAK el zegundo. CUIDADODEZ DE GADAPATOZ los tedzedos. ZARGENTO KAMTRAK el quinto. ZARGENTO GRIMRAK el último.- Antes de pegar una patada en el culo a Grurkl para echarle de ahí se acerca a su oido y le susurra algo.

Tú, encuentra al armero Tugin y tráelo aquí, te doy un regalito zi lo conziguez.

Grurkl se puso firmes y dijo bien algo para que le escucharan los capuchas negras

-Zí mi capitán, padto ahoda mizmo en ezta mizión ezpecial. -

Dicho esto salió como una exhalación de la armería, no sin antes apartar a los capuchas negras de su camino de un empujón mientras les decía:

- Apadta, eztoy en mizión ezpecial del capitán. -