Partida Rol por web

Miras el reloj y un sitio de la consola de mandos te llama la atención.

Es un GPS e indica que para llegar al campamento mestizo te quedan alrededor de unos veinte minutos. Ahora mismo ibas a pasar por encima de Inglaterra para darle la luz.

Suspiras aliviado aunque en ese momento, un indicador, que parece ser un altímetro pero en vez de metros la escala se encuentra en grados Farenheit, comienza a parpadear en rojo mientras la flecha comienza a ascender.

Una leyenda aparece en la pantalla dónde habías visto a la chica: "Temperatura demasiado alta".

¿Qué te había dicho la chica? ¿Que controles la temperatura?

Poco a poco, el parpadedo da lugar a una alarma sonora, que innunda la cabina dónde estás sentado...

Angelo se quedó palido de golpe. Que demonios pasa. ¡¡¡¡ APOLO!!!! Angelo comenzó a gritar Despierta, esto no va bien. ¡¡¡¡APOLO!!!! Angelo comenzó a zarandear al Dios mientras seguía gritando. ¿Que mas podía hacer?

Apolo me dijo que tenía el sueño pesado.. espero que no se enfade

Angelo se preparó apra la bronca pero era mejor un Dios enfadado por despertarle que un Dios enfadado porque has estropeado el sol... Perdoname por lo que voy a hacer Angelo comenzó a abofetear a Apolo, si eso no le despertaba nada lo haría. Aun asi el joven buscó algo apra tirarle encima como una botella de agua o similar para usarlo en el peor caso.

- ¡Eh! ¡Eh! - Dijo Apolo despertándose algo desconcertado mientras una mano se eleva para cogerte de la muñeca. - Deja de golpearme ya que estoy despierto, hombre. ¿Qué pasa? - Continuó sin saber la que se estaba gestando fuera.

Un pitido de la alarma lo hizo salir de su sopor, y abrió los ojos grandes como platos.

- Mierda, por Zeus... ¡Vamos a provocar un incendio! Salte, déjame pilotar. -

Apolo saltó de la litera hacia el asiento del conductor justo cuando tu te apartabas. Comenzó a tocar botones mientras en una pantalla que acababa de aparecer por el techo se veía un incendio de grandes proporciones en un pueblo de las afueras de alguna ciudad bastante grande. El Dios tocó botones y más botones hasta que la alarma desapareció y volvió todo a la normalidad.

- Por los Olímpicos, creía que iba a pasar lo mismo que en Chicago hace unas décadas... - Se secó el sudor con la mano. - ¿Qué ha pasado? ¿Estamos encima de Inglaterra? ¿Se ha salido esto de rumbo? -

Que he hecho, un incendio... he causado problemas a esa gente de ahí abajo...

Angelo seguía palido en el asiento del copiloto. Sus ojos se perdían en la pantalla que mostraba el incendio y apenas se dió cuenta de lo que estaba pasando. Con la voz temblorosa y movimientos muy rigidos Angelo señalo la pantalla donde había visto a la mujer.

Esa pantalla se encendió... Tu hermanastra dijo que inglaterra estaba sin sol... las frases parecían inconexas como si el miedo impidiese salir la mitad de las palabras. Me dijo que girase cuatro grados... yo obedecí, no sabía que hacer... Y de pronto todo empezó a ir mal.

Angelo seguía temblando en su sillon, no se atrevía a moverse. Enfrentarse a la manticora le parecía mucho mas facil que tener que responder ante un Dios de porque había arrasado un pueblo.

- ¿Atenea? ¿Has hablado con Atenea? Santo Zeus... - Dijo Apolo mientras se llevaba ambas manos a la cabeza. - La próxima vez no le hagas mucho caso, verás, Inglaterra tiene una hora más por lo que tengo que pasar por allí dentro de un rato. Mira, seguro que estaba por allí, quería leer algo bajo la luz del sol y por eso ha dicho lo que ha dicho, pero no te preocupes, no ha pasado nada más que un poco de casas chamuscadas. Eso no es nada. Si vieras Chicago hace unos años... eso sí que fue un error... -

Apolo te palmeó un par de veces la espalda de manera conciliadora y con una sonrisa, volvió a poner el curso correcto de su nave.

- Oye, por lo menos has conducido un poco este trasto. Ya sé a quién dejárselo si por una de esas casualidades me pasara algo. Tú tenlo en cuenta. -

Angelo se tranquilizó un poco. Apolo trataba de animarle y poco a poco lo estaba consiguiendo. Recuperando un poco la compostura se giró hacia Apolo.

Gracias por no enfadarte. Si algun dia necesitas que te vuelva a ayudar prometo que no destrozare nada.

De nuevo miro la pantalla en la que había visto a la diosa. Apolo había dicho que era Atenea... en un solo día acababa de hablar con dos dioses, pero no sabía ni el nombre de sus padres... Angelo volvía a tener preguntas y el tiempo para hacerlas se acababa.

Apolo, ¿el resto de mestizos tampoco conocen a sus padres? ¿Si mi padre o mi madre es un dios por que no me protegió de espino?

- Has dado en el clavo, Ángelo. - Dijo Apolo mientras se ponía el cinturón.

Se acomodó el pelo tras las orejas para que no le cayera en la cara y mientras conducía, comenzó a responderte.

Parece que iba ser una respuesta larga.

- Verás, Zeus, el más grande de los Dioses, el mejor, mi padre, por cierto, hace unos años, prohibió a todos los Olímpicos engendrar hijos. Eso quiere decir que si tu estás aquí, has sido "engendrado" por un Dios Olímpico después de lo que Zeus ha reglado, por lo tanto, intentan no ponerse en contacto con sus hijos por dos cosas, la primera, por que en cuanto te reconocen, la Ira de Zeus pende sobre su cabeza y segundo, bueno, es para que los monstruos no vayan a por ti más de lo que lo hacen ahora. -

Apolo se encogió de hombros.

- Aunque no te preocupes, tu padre o tu madre aparecerán tarde o temprano... en el Campamento te explicarán más cosas. Eso sí, puedo decirte que mío no eres, pero puedes llamarme tío si lo deseas. -

Angelo se sintió un poco aliviado, siempre había querido sabr porque estaba solo en el mundo, ahora tenía la respuesta. Acomodandose de nuevo en el asiento miró hacia delante y se preparó para el comienzo de su nueva vida.

No importa, tarde o temprano yo sabre quien es.

Uno de ellos tiene escusa pero y el otro...

Sabre quienes eran...

La espera se le estaba haciendo eterna. Quería llegar ya al campamento. Cuanto antes llegase antes podría averiguar mas sobre Cherry y comenzar su busqueda. Ella ahora mismo estaba por encima de todo, tenía que devolverla el favor.

El automovil o lo que fuera eso descendió y ambos bajastéis tranquilamente.

Caminasteis un par de cientos de metros por entre los árboles, hasta que un gran claro apareció de la nada.

Allí, lo primero que puedes ver es un gran arco de madera, en cuya parte más alta, cuelga un cartel con unas letras. Agudizas la vista para poder ver bien y las letras parecen bailar en tus ojos. Te das cuenta que es griego, griego clásico, y tras el movimiento, se forman dos palabras que comprendes perfectamente.

"Campamento Mestizo"

- Lo siento, Angelo, pero no soy el indicado para responderte a esa frase, ya sabes que no lo sé. - Dijo Apolo mientras avanzaba a tu lado. - Mira, en el Campamento seguro que alguien te puede responder esa pregunta a la que buscas respuesta, yo, si lo hiciera, te mentiría. -

Atravezastéis el arco que separaba el bosque normal del Campamento y sentíste un suave escalofrío que te recorría el cuerpo cuando tu cuerpo pasó al otro lado.

A pocos metros de allí, pudiste ver un gran árbol con flores blancas que se movía con el viento como dándote la bienvenida.

Apolo se dio la vuelta para mirarte con una sonrisa.

- Te está saludando. Parece contenta. -

Angelo se sintió aliviado al entrar en el refugio mestizo, por fin encontraba un lugar al que verdaderamente pertenecía. Se giró a apolo y con una sonrisa un tanto vergonzosa empezó a hablar.

Muchas gracias... "tio" la palabra le resultaba extraña, y a la vez divertida. Si no fuera por ti estaría muerto. Ademas te he causado algun problema. Esperó que nos volvamos a ver y pueda ayudarte sin causar tantos destrozos.

De pronto vió el arbol saludandole y a Apolo sonriendo.

Esto no tiene sentido, nadie me conoce en este lugar... la unica persona que podría conocerme es...

Angelo cambió su cara a una mezcla entre alegria y duda. ¿Podría ser ese arbol su amiga? Bueno Espino era una manticora asique por que no iba a ser Cherry... un arbol.

¿Eres tu Cherry? Por favor dime que eres tu...

Una chica se acercó cuando Apolo se giró y desapareció en su coche fantástico.

- Encantada, Ángelo, mi nombre es Clarissa, hija de Ares. - Dijo la chica mientras miraba con ternura el árbol.

Clarissa le sonrió a Ángelo mientras continuaba caminando hacia el interior.

- El Árbol... no es Cherry, pero no estás muy desencaminado. Bueno, ese árbol tiene una larga historia, tal vez, si te quedas con nosotros puede ser que sepas por qué está allí. Sin embargo, hay una cosa que puedes saber, ese árbol es el que mantiene a raya a los enemigos y no les permite entrar al Campamento. -

La muchacha señaló con su mano el campamento y movió la mano de lado a lado.

- Ángelo, bienvenida al Campamento Mestizo. -

Angelo recibió un duro mazazo de realidad... Por supuesto que no podía ser tan facil encontrar a Cherry. Pero aun tenía esperanza.

Se giró a Clarissa y se presentó.

Hola mi nombre es Angelo, y no se de quien soy hijo... Gracias por la bienvenida. Angelo se rascó la cabeza. Para serte sincero hoy es mi primer dia como mestizo... Una sonrisa timida se escapó. Hasta hoy no sabía nada sobre nosotros asique espero que tengais paciencia conmigo.

Angelo se perdió de nuevo en sus ensoñaciones. Hacía mucho que no se despistaba pero aquel sitio era tremendamente nuevo y atrayente. Sin darse cuenta de si Clarissa le seguía comenzó a andar mirando todo a su alrededor.

- Saber de quién eres hijo es sencillo y la vez complicado. Es tu padre o tu madre la que te "marca" como su hijo. No te preocupes, hay gente aquí que hace años que viene y todavía no sabe quién es su padre. Ese no es el más grande de los problemas. - Dijo Clarissa mientras entrabais al campamento.

En ese momento, un montón de chicos y chicas salen a recibirte, algunos lo hacen felices, otros parecen más parcos, pero todos salen a tu encuentro.

Ves gente con armaduras, gente con túnicas, algunos con el torso desnudo y además, varios faunos que se acercan a ti.

- Creo que será un verano interesante. - Concluyó la rubia con una sonrisa.

Tantas cosas tenían desconcertado a Angelo, sus sentidos estaban siendo bombardeados por cosas nuevas y no estaba seguro de a cual prestar mas atencion. Estaba viendo seres que jamas creyo exisitieran, gente ocn multiples ropajes, pero sobretodo estaba viendo un lugar en el que no le miraban mal ni la gente le temía.

Angelo se acordó de que Clarissa le estaba hablando. Se giró al tiempo que decia "Creo que será un verano interesante."

Angelo sonrió. Sin duda sera el mejor de mi vida.