El entrenamiento de armas y de combate al parecer, había pasado a un segundo plano.
Te manejabas bien con tu arma, y eso te llenaba de satisfacción. Aunque en realidad, no sabías si en algún momento la usarías, pero ya te habías convertido en toda una experta en su manejo.
Sin embargo, ahora estabas sola frente a Quiron.
El centauro te miraba con una sonrisa pícara mientras caminaba a tu alrededor, como estudiándote...
- Has luchado bien estos días, Grace. Pero aún falta que domines lo que realmente te hace especial. - Dijo con una sonrisa sin dejar de darte vueltas. - Cualquiera puede empuñar un arma o manejar un arco con soltura, pero la sangre de un Olímpico corre por tus venas, así que, vamos a hacer que aflore esa parte Divina que llevas dentro. Normalmente, para que eso suceda, tendrías que estar en un serio aprieto, pero creo que ya lo has tenido justo antes de entrar al campamento. -
El hombre caballo frunció un poco el ceño y volvió a sonreir.
- Muéstrame que sabes hacer. -
Grace se queda en su sitio, parpadeando. ¿Que demuestre qué? Lo único que había hecho antes de entrar al campamento había sido... correr. Nada más y nada menos. Bueno, y pegarse con un par de gigantes con la espada que Tylor había hecho para ella. Pero ni Tylor estaba allí ni prefería la espada antes que el bastón. Había que reconocer que le había cogido gustillo a su nueva arma. Puede que no fuera tan mortal como una espada, pero bien usado, podía ser igual de peligroso. Había querido leer algo sobre héroes que la usaban, pero poca cosa había encontrado... Lo que sí le llamó la atención desde un primer momento es que extrañamente (o quizá no tanto...) se parecía mucho al báculo que usaba su padre.
Padre que sigue sin darle un trato especial que a los demás. 15 años sin saber nada de ella y cuando la conoce, lo primero que hace es cabrearse y pasar. No podía entenderlo. Por más vueltas que le daba a su cabeza (y todos sabemos que habían sido muchas...) no había manera de que entendiera porqué su padre no podía pasar un rato más con ella que con los demás. ¡Era absurdo! ¡Hasta alguno de sus compañeros había conocido a otros dioses que se habían portado mejor! ¡Incluso algunos Dioses daban regalos a sus hijos!
Pues no... del señor D sólo había recibido una maldición, por la que el vino huirá de ella toda su vida, y desprecio. Nada más que eso.
Con un parpadeo, vuelve al momento actual. Quirón sigue observándola como si fuera a hacer fuegos artificiales o algo así, pero la triste realidad es que no tenía ni idea de qué debía hacer.
- Lo siento, pero... ¿Qué se supone que debo hacer? No entiendo lo que esperas de mí, la verdad. Ni siquiera sé porqué tengo que entrenarme con tanta prisa como los demás. ¿Se supone que vamos a buscar lo que quería ese monstruo? ¿O a esas personas? Yo no las conozco de nada y, sinceramente, creo que molestaría más que otra cosa.
Baja la cabeza y se mira los pies, aunque enseguida vuelve a levantarla para que Quirón no se preocupe por ella. Al fin y al cabo, el entrenamiento con armas no había ido nada mal. Si podía seguir aprendiendo aquella parte del entrenamiento, sacaría algo de provecho a su estancia en el campamento.
Quiron pestañeo un par de veces.
Pero allí no sucedió nada.
- A ver, supuse que teniáis una idea de vuestros poderes. ¿No os enseñan nada en la escuela? - Dijo sin enfadarse, simplemente, con tranquilidad. - Veamos, para hacer que la sangre Olímpica de un Mestizo reaccione, como ya te podrás haber dado cuenta, necesitas no un recuerdo bonito, ni uno triste, simplemente, estar en peligro. Es como un sistema de autodefensa, por lo menos al principio, después ya lo podrás utilizar a voluntad. -
El centauro se acercó a tu oído y susurró entre dientes.
- Piensa... piensa en ese momento en el que pensabas que ibas a palmarla, en esa sensación de opresión... en ese momento en el cual estabas a punto de morir... -
Fue en ese momento cuando cerraste los ojos y te concentraste a fondo...
Y fue en ese momento cuando tomaste consciencia de todo lo que te rodeaba... cada brizna de hierba, cada hoja, cada árbol, cada planta del lugar estaba en tu mente y tú estabas en ellas. Con los ojos cerrados te concentraste en una sola cosa... en Tyson.
No sabes por que se te apareció él en tu mente, pero allí estaba.
También sentías como tu mente comenzaba a volar por todo el lugar, y después, la mano de Quiron en tu hombro, que invitaba a relajarte.
Cuando abriste los ojos, Quiron sonreía.
- Eso es la Sangre Olímpica. -
Grace abre los ojos y se queda un segundo mirando a Quirón, pasmada. Todos sabemos que, en ese segundo, la mente de Grace le habrá dado mil vueltas a lo que acababa de sentir. Finalmente, cuando consigue salir del bucle infinito de sus pensamientos, su mirada se enfoca en él.
- Vale... eso ha sido la caña, pero... ¿Qué se supone que podré hacer con eso? ¿Y porqué me ha venido Tyson a la cabeza? ¿Todos los mestizos podemos hacer eso?
Ahora parece incluso más confundida que antes... aunque al menos, sabe que sí tiene algo que la diferencia de una persona normal. Al menos ahora sí tiene una prueba de que es diferente.
- ¿Qué podrás hacer con eso? - Dijo Quiron mientras comenzaba a carcajearse. - ¿Te das cuenta que, tal y como tu padre, puedes controlar la naturaleza vegetal? Tal vez ahora no le veas utilidad, sin embargo, creo que todo poder tiene su lugar en este mundo. -
Quiron sonrió.
- Tal vez Tyson ha aparecido en tu mente y por eso las plantas tomaron esa forma. Aún recuerdo cuando el Señor D utilizaba a las hiedras para atacar y defenderse en algunos combates en la antigua guerra. ¿Sabes que sus plantas se enredaron en los pies de Gaia y así pudieron controlar a esa Titán? -
El centauro se acercó a ti y dio una vuelta a tu alrededor.
- No, todos los Mestizos no pueden hacer esto que has hecho, por lo menos, no he visto a ningún hijo de Dionisio realizarlo. ¿Por qué no intentas pensar en que puedes hacer con ellas? Me gustaría mucho ver que puedes hacer. -
Grace da un salto al escuchar las palabras de Quirón.
- Que yo ¿qué? -Pregunta sin entender aquello de que podía controlar las plantas, y es entonces cuando se gira y ve lo que antes no había visto. Unos arbustos habían cogido la figura de Tyson- ¡Jo... pe! -Había logrado corregirse a tiempo. Sí, era muy rápida pensando y hablando, pero también corrigiendo los tacos que querían salir de su boca. Alguna ventaja tenía que tener...
- ¿Yo he hecho eso? ¿En serio? ¿Y mi padre hizo todo eso? Buaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaah... Verás cuando se lo cuente a Tyson... ¡va a flipar!
Pero entonces... Entonces Quirón decide despertar la bestia que quizá habría preferido dejar dormida. Aunque lo hace completamente en la ignorancia, ahora ya sería demasiado tarde para rectificar... Le había dado carta blanca a Grace para experimentar con sus recién adquiridos poderes. Cuando la joven es consciente de ello, da media vuelta y encara al bosque que tiene alrededor.
- ¿Qué puedo hacer, eh?
Pregunta en voz baja, como si fuera para sí misma. No tarda mucho en pensar lo que quiere. O a decir verdad, no tarda mucho en improvisar algo, pues a la velocidad que van sus pensamientos, cualquiera de sus planes bien podría ser una improvisación a ojos de cualquier observador.
- Jeh...
Ya lo tiene. Y ese "Jeh" no augura nada bueno. Sin comerlo ni beberlo, empieza a tararear una alegre canción...
Mientras tararea, empieza a caminar al ritmo de la música, paseándose alrededor del claro del bosque en el que se encontraba, alargando el dedo y rozando algunas de las plantas que, sin dudarlo, empiezan a moverse al ritmo de su peculiar canción. Algunas en el sitio, otras crecen arrastrándose tras ella y las más caprichosas echan flores que se desprenden de su sujeción al paso de Grace, dejando un caminito de pétalos de flor detrás de ella. Animada por el espectáculo, la joven empieza a saltar, a dar vueltas y piruetas, disfrutando de la música y de la diversión... de la vida que va entregando a las plantas a su alrededor.
Divertida, pero todavía no satisfecha su mente empieza a planear algo más... Hace que una de las enredaderas del lugar, le ceda algunas de sus semillas y, dando una vuelta de 360º consigue esparcirlas en círculo a su alrededor. Agachándose para soplar un poco a cada punto donde han ido a parar esas semillas, en un instante, a su alrededor, hay unas enredaderas que crecen y menguan su tamaño al ritmo de la música, pareciendo que la mestiza se encuentra en el centro de una fuente de aguas verdes y que alguien abre y cierra el paso de agua al ritmo de su canción. Es ella quien lo hace. Es ella quien hace crecer las enredaderas y volverlas a convertir en semilla como si de un juego se tratara. Enseguida, el resto de plantas se unen al círculo, rodeándola poco a poco hasta formar varios círculos concéntricos que se mueven al compás de su canción.
Grace no puede evitar echarse a reír un momento, al ver en que todo aquello se había convertido en una fiesta. Una fiesta en la que faltaba comida...
¡Comida!
Dicho y hecho. Con tan sólo ese pensamiento, algunos de los árboles cercanos producen frutas que tardarían semanas en crecer... pero que gracias a la ayuda de Grace, se convierten en frutas maduras y apetecibles en tan sólo unos segundos.
Así pasa el tiempo. Riendo, cantando, saltando y girando en el centro de una fiesta ¿vegetal?
Los aplausos de Quiron no tardaron en aparecer.
Mientras continuabas bailando y moviéndote al son de la música, todas las plantas giraban a tu alrededor divertidas.
Hasta un par de Driades del bosque se asomaron a ver que pasaba, y se sumaron a la fiesta.
Las dos Driades, eran bellísimas. Delgadas como un fino árbol y con hojillas y flores enredadas en sus pelos. Te diste cuenta que estaban allí desde el principio, pero transformadas en árboles y cuando escucharon la música, salieron a bailar junto a ti, dándo vueltas a tu alrededor.
Quiron te miraba fascinado mientras aplaudía.
Cuando terminaste de festejar, el rostro de Quiron se volvió serio.
- Bueno, veo que ya has comprendido de que se trataba. - Dijo tranquilamente. - Pero recuerda que no podrás hacer nada de esto frente a los humanos y sobre todo, no te pongas a bailar si te atacan los monstruos, eso sería contraproducente, la verdad. -
Aunque después de decir esas palabras, se lanzó a reir como un poseso, golpeando sus cascos en el suelo.
Cuando se calmó, continuó.
- Esto es, seguramente, algo de lo que puedes hacer, aunque nunca se sabe si puedes encontrar algún otro poder perdido entre tus neuronas. Recuerda que tienes la sangre de un Dios y de una Ninfa del Inframundo. Cualquier cosa puede pasar. -
Grace intenta recuperar la respiración, jadeando, después de dar tantas vueltas. Se despide de las driades del bosque con la mano, suponiendo que ahora se encontraría más a menudo con alguna de ellas.
- La fiesta ha terminado, ¡Gracias por venir!
Bromea mientras hace que las plantas vuelvan todas a su sitio con un par de gestos de sus manos. No sabía muy bien si los gestos ayudaban o era más cosa de su mente, pero quedaba más teatral. Su mente ya empezaba a divagar sobre lo que podría practicar para averiguarlo, cuando las palabras de Quirón vuelven a llevarla al mundo real.
- Bueno, a mí me suena a que vuestra civilización no es que tuviera mucha resistencia a las fiestas, la verdad... Quizá los malos tampoco la tengan y se unan a ella.
Bromea de nuevo, recuperando por fin el aliento y mirando a Quirón.
- ¿Y qué pueden hacer las ninfas del inframundo? Para estar preparada más que nada, por si alguno de esos poderes decide aparecer, ya sabes... -No disimula muy bien, no... se muere de ganas de saber qué más podría llegar a hacer si practicara.
Quiron sonrió.
- Todo a su debido tiempo, Grace, todo a su debido tiempo. - Dijo sin más. - Ahora toca seguir entrenando lo que ya sabes. -
Y el entrenamiento continuó...
...
Y así, los días restantes pasaron rápido.
Continuaste con el entrenamiento de tus poderes, para poder controlarlos mejor y para poder utilizarlos en cualquier situación, sin que nada te distraíga.
Quiron te atacaba mientras intentabas usarlos, también te intentaba asustar o distraerte con miles de cosas, sólo para que el entrenamiento sea efectivo.
Tras esos tres días, habías dominado casi a la perfección tus poderes...
[ Volvemos a la otra escena cuando los demás terminen también con sus Flashback ]