El entrenamiento de armas y de combate al parecer, había pasado a un segundo plano.
Te manejabas bien con tu arma, y eso te llenaba de satisfacción. Aunque en realidad, no sabías si en algún momento la usarías, pero ya te habías convertido en toda un experto en su manejo.
Sin embargo, ahora estabas solo frente a Quiron.
El centauro te miraba con una sonrisa pícara mientras caminaba a tu alrededor, como estudiándote...
- Has luchado bien estos días, Ángelo. Pero aún falta que domines lo que realmente te hace especial. - Dijo con una sonrisa sin dejar de darte vueltas. - Cualquiera puede empuñar un arma o manejar un arco con soltura, pero la sangre de un Olímpico corre por tus venas, así que, vamos a hacer que aflore esa parte Divina que llevas dentro. Normalmente, para que eso suceda, tendrías que estar en un serio aprieto, pero creo que ya lo has tenido justo antes de entrar al campamento. -
El hombre caballo frunció un poco el ceño y volvió a sonreir.
- Muéstrame que sabes hacer. -
Angelo se sentía sospechosamente comodo con las armas, pero todo tenía sentido si pensaba en la sangre que llevaba dentro. Aun asi el chico seguía sin tener demasiada confianza en sus posibilidades.
Cuando Quiron menciono la escena traumatica Angelo no pudo evitar recordar su huida con Cherry. Ella ahora estaba cautiva y todo este entrenamiento era para rescatarla. Lentamente recordo cada instante de la huida. Cada parte del combate buscando aquello que le hacía especial.
Maldita sea... solo me dedique a huir... no hay nada...
Cherry había hecho todo y Angelo estaba frustrado.
Un momento... en aquel momento pensé que era obra de cherry... pero ahora que se quien soy...
El joven parecía haber dado con algo. Con la mirada busco un arma cercana y un objetivo. Cualquier cosa serviría... un arbol podía ser un buen blanco.
El joven rompió el silencio en el que estaba sumido. Si hace falta un momento traumatico... yo he vivido uno... La cara de espino se dibujo de nuevo en la mente del chico allí donde estaba el arbol. y esto es lo que me enseño.
Angelo se concentró con todas sus fuerzas. El arbol tenía que recibir el ataque, pero sin que él se moviese. Lo mismo que había pasado en el hall del instituto.
Quiron pestañeo un par de veces.
Pero allí no sucedió nada.
- A ver, supuse que teniáis una idea de vuestros poderes. ¿No os enseñan nada en la escuela? - Dijo sin enfadarse, simplemente, con tranquilidad. - Veamos, para hacer que la sangre Olímpica de un Mestizo reaccione, como ya te podrás haber dado cuenta, necesitas no un recuerdo bonito, ni uno triste, simplemente, estar en peligro. Es como un sistema de autodefensa, por lo menos al principio, después ya lo podrás utilizar a voluntad. -
El centauro se acercó a tu oído y susurró entre dientes.
- Piensa... piensa en ese momento en el que pensabas que ibas a palmarla, en esa sensación de opresión... en ese momento en el cual estabas a punto de morir... -
Fue en ese momento cuando cerraste los ojos y te concentraste a fondo...
Al principio no sucedió nada, absolutamente nada... pero después si sentiste lo que Quiron estaba diciendo... lo que habías sentido esa vez en la escuela militar en la que habías ido con total tranquilidad...
La sangre comenzó a hervirte, al mismo tiempo todo lo que te rodeaba comenzaba a levantarse por los aires. Rocas pequeñas y grandes, ramitas, todo comenzaba a girar a tu alrededor, al mismo tiempo que sentías que cada una de esas cosas que flotaban eran parte de ti...
Sentías como la fuerza crecía en tu interior y después, la mano de Quiron en tu hombro, que invitaba a relajarte.
Cuando abriste los ojos, Quiron sonreía.
- Eso es la Sangre Olímpica. -
Angelo se sintió de maravilla. Por fin tenía algo con lo que salvar a Cherry. Pero necesitaba entrenarlo mas aun. Necesitaba saber cuanto podía manejar y hasta que punto podía controlarlo. Ademas tenía que conseguir hacerlo rapido, si tardaba demasiado en concentrarse no serviría de nada.
Quiron, ¿hasta donde llega este poder?, quiero hacerlo de nuevo.
El joven se separó de nuevo un poco del centauro y trató de repetirlo, esta vez con los ojos abiertos. No servía de nada utilizar su poder si no veía lo que le rodeaba.
Necesito volver a sentir el miedo, pero algun dia lo haré a voluntad
Ademas su deseo no era solo moverlas en circulo sino moverlas con sentido, tenía que intentar controlar una rama como si de una espada atacando se tratase.
Si solo me protejo no podré hacer nada contra ese monstruo.
Quiron asintió y se apartó, como sabíendo que es lo que venía ahora.
Con los ojos abiertos, comenzaste a concentrarte nuevamente, y como por arte de magia, las cosas volvieron a tomar altitud otra vez. Con el movimiento de tus manos, y también con tus pensamientos, ibas controlando el movimiento de cada una de las cosas.
El único problema era que si ibas ordenando a cada cosa una acción distinta, al final te dabas cuenta que cuando pensabas una cuarta acción, la primera se perdía.
- Sólo tres acciones distintas a la vez en distintos objetos. - Dijo Quiron en ese momento. - Supongo que ese será tu límite por ahora. No está mal, nada mal. -
Una gran rama se movía delante tuyo, como si fuera una gran espada, mientras que algunas rocas giraban en todas direcciones, al mismo tiempo que otras parecían protegerte.
- Lo haces muy bien, Ángelo. Si sigues practicando, estoy seguro que en poco tiempo podrás hacerlo a voluntad sin pensar en nada. -
Angelo respiró profundamente. Había sido mas dificil de lo que esperaba, y su poder aun era minimo, pero el joven comenzaba a sentirse satisfecho consigo mismo. Con este poder podría proteger por fin a los demas y rescatar a Cherry.
Gracias Quiron. no se como agradecerte todo esto.
El joven se limpió el sudor de la fretne con la manga. El esfuerzo mental no era agotador pero aun asi le hacía sudar un poco el concentrarse. Pero aun tenía que perfeccionar mucho.
Si no te importa seguiré entrenando esto un poco mas, a no ser que pueda aprender algo distinto.
Quiron sonrió.
- Todo a su debido tiempo, Ángelo, todo a su debido tiempo. - Dijo sin más. - Ahora toca seguir entrenando lo que ya sabes. -
Y el entrenamiento continuó...
...
Y así, los días restantes pasaron rápido.
Continuaste con el entrenamiento de tus poderes, para poder controlarlos mejor y para poder utilizarlos en cualquier situación, sin que nada te distraíga.
Quiron te atacaba mientras intentabas usarlos, también te intentaba asustar o distraerte con miles de cosas, sólo para que el entrenamiento sea efectivo.
Tras esos tres días, habías dominado casi a la perfección tus poderes...
[ Volvemos a la otra escena cuando los demás terminen también con sus Flashback ]