El entrenamiento de armas y de combate al parecer, había pasado a un segundo plano.
Te manejabas bien con tu arma, y eso te llenaba de satisfacción. Aunque en realidad, no sabías si en algún momento la usarías, pero ya te habías convertido en toda una experta en su manejo.
Sin embargo, ahora estabas sola frente a Quiron.
El centauro te miraba con una sonrisa pícara mientras caminaba a tu alrededor, como estudiándote...
- Has luchado bien estos días, Brianna. Pero aún falta que domines lo que realmente te hace especial. - Dijo con una sonrisa sin dejar de darte vueltas. - Cualquiera puede empuñar un arma o manejar un arco con soltura, pero la sangre de un Olímpico corre por tus venas, así que, vamos a hacer que aflore esa parte Divina que llevas dentro. Normalmente, para que eso suceda, tendrías que estar en un serio aprieto, pero creo que ya lo has tenido justo antes de entrar al campamento. -
El hombre caballo frunció un poco el ceño y volvió a sonreir.
- Muéstrame que sabes hacer. -
Brianna miró confundida al centauro. ¿Qué qué se hacer? Esa sí que es buena... la joven meneaba la cabeza, incapaz de dar una respuesta coherente, de modo que su ira comenzó a apoderarse de ella ¡pues parece que sólo se correr, y dejar que los demás luchen por mí! exclamoó enfadada. Ocurrió en la escuela, dónde Anna tuvo que dar la cara por mí, y ocurrió al huir hacia aquí, cuando dos bueno... bueno, lo que demonios fueran, dieron sus vidas por mí... ¡eso es lo que se hacer! gritaba ya, las lágrimas corriendo por sus mejillas ¿Y qué pude hacer yo para ayudarles? ¡Nada! Ni siquiera fui capaz de sacar esos malditos guantes que surgieron en mis manos en el insti... exclamó ya alterada, cerrando los puños con fuerza...
Quiron pestañeo un par de veces.
Pero allí no sucedió nada.
- A ver, supuse que teniáis una idea de vuestros poderes. ¿No os enseñan nada en la escuela? - Dijo sin enfadarse, simplemente, con tranquilidad. - Veamos, para hacer que la sangre Olímpica de un Mestizo reaccione, como ya te podrás haber dado cuenta, necesitas no un recuerdo bonito, ni uno triste, simplemente, estar en peligro. Es como un sistema de autodefensa, por lo menos al principio, después ya lo podrás utilizar a voluntad. -
El centauro se acercó a tu oído y susurró entre dientes.
- Piensa... piensa en ese momento en el que pensabas que ibas a palmarla, en esa sensación de opresión... en ese momento en el cual estabas a punto de morir... -
Fue en ese momento cuando cerraste los ojos y te concentraste a fondo...
Y fue en ese momento cuando tomaste consciencia de todo lo que te rodeaba...
Abriste los ojos y nada había cambiado... nada salvo tus manos.
En ellas no había nada raro, eran manos normales... pero no eran las tuyas.
El centauro sonrió al ver tu cara cuando miraste hacia abajo... y viste que tus piernas no eran "tus piernas", sino más bien las de un caballo... Quirón se metió la mano en los bolsillos y sacó un espejo, que te colocó delante de tu cara, para que te veas...
¡Eras igual a Quiron!
Cuando te pasó la emoción, Quiron sonreía.
- Eso es la Sangre Olímpica. -
¡AY MADRE! exclamó medio asustada medio divertida la muchacha ¿Cómo has hecho eso? ¿O he sido yo? Sólo me he concentrado como me has dicho... pero ésto no es lo que se suponía que tenía que pasar... la confusión era evidente en su rostro, no entendía bien cómo por el mero hehco de tener la sangre de los Olímpicos corriendo por sus venas, había podido transformarse en una copia perfecta de Quirón.
Espera... ¿así es cómo te haces pasar por humano en el mundo exterior?
- No, no. Lo mío es menos mágico. - Dijo con una sonrisa. - ¿No ves que soy medio humano? Lo único que tengo que hacer es ocultar mis cuartos traseros en una silla de ruedas mágica y se acabó lo que se daba. Y por supuesto, no te olvides de la niebla. Un humano común y corriente puede tenerme delante y pensar que soy un tío grandote nada más. -
Quiron te miró de arriba abajo, guardando el espejo y se encogió de hombros.
- Ahora has pasado de ser una chica a un chico y a un chico mitad caballo. La verdad es que no está mal. Ahora, ¿por qué no intentas transformate en otra cosa? Vamos, algo que no sea tan cantoso. -
Ah,bueno, claro, una silla de ruedas mágica lo explica todo... replicó con sonra Brianna ante las palabras del centauro. No obstante, la sorpresa iba dando paso a la excitación. Si era capaz de transformase ella misma en un centauro sin saber cómo lo había hecho, qué no podría hacer sabiéndolo.
Vale, a ver si funciona dijo concentrándose, cerrando los ojos y pensando en la imagen que tenía en mente: ella misma vestida como si fuera una superestrella del rock, magníficamente maquillada y vestida con extravagantes prendas minúsculas...
XD
Al cabo de unos segundos, te diste cuenta que la transformación había dado sus frutos.
Primero, por que el aire frío comenzó a helarte partes del cuerpo que antes estaban calentitas.
Segundo, por la cara de Quiron de confundido, inclinando la cabeza hacia un lado.
Y tercero, por que del lago cercano habían salido tres Sirenos que aplaudian y te silbaban mientras alababan lo guapa que eras y te invitaban a visitarlos debajo del agua.
Pero bueno, eran mitad pez.
La parte de abajo.
Así que saludaste por compromiso y miraste a Quiron, el cual sonreía.
- Bueno, veo que ya lo has comprendido. - Dijo con una sonrisa. - Pero recuerda que estas cosas, en el mundo mortal, son mucho más complicadas. La niebla no les permitirá ver a un Centauro, pero si a una chica vestida como tú. Lo que quiero decir es que ten cuidado en lo que te transformas. -
hehehe rió Brianna sprprendida por el espectáculo que acababa de dar casi sin proponérselo. Enseguida procuró recuperar su forma y vestimenta original, pues ni deseaba pillar un resfriado, ni quería dar a aquellos sirenos más cosas en las que pensar... de noche.
Vale, ¿y ahora qué sigue? preguntó ansiosa por seguir aprendiendo acerca de sus nueos poderes.
Quiron sonrió.
Ahora toca seguir entrenando.
...
Y así, los días restantes pasaron rápido.
Continuaste con el entrenamiento de tus poderes, para poder controlarlos mejor y para poder utilizarlos en cualquier situación, sin que nada te distraíga.
Quiron te atacaba mientras intentabas usarlos, también te intentaba asustar o distraerte con miles de cosas, sólo para que el entrenamiento sea efectivo.
Tras esos tres días, habías dominado casi a la perfección tus poderes...
[ Volvemos a la otra escena cuando los demás terminen también con sus Flashback ]
Vale, pero... ¿cuales son mis poderes al final? :P
Cansina, ahora te quedas sin ellos xD