Partida Rol por web

WEno aquí aremos tu intro XD

Llevabas tiempo harto de como van las cosas en Kordava, hace dos días asististe con tu padre Ricario al magistrado, los nobles de la ciudad se habían reunido allí para pedir explicaciones al Duque Villagro. Acerca de la mala gestión de los abusivos impuestos que se le están poniendo a todos en esta ciudad, tanto a trabajadores como a propietarios.

El comercio marítimo, tradicionalmente en manos de los hidalgos que no reviven tierras, y pueden permitirse no servir a su Duque como caballeros; y de comerciantes plebeyos que manejan con ingenio y picardía las relaciones; ahora muchos barcos no se atreven ni a zarpar por los Barachanos que infestan los mares. La marina Zínara ahora ya no cuenta con los Filibusteros, declarados proscritos por Villagro tras la guerra civil.

El ejercito de la ciudad está atosigando a los civiles que retrasan sus pagos, y la ejecuciones en la Plaza Central son cada vez mas frecuentes. Las celdas de la prisión mas llenas y muchos hombres libres son convertidos en esclavos al no poder pagar las deudas.

En el Magistrado, cerca de doscientos de los mas poderosos de la ciudad esperaba la comparecencia de Villagro. Señores del Mar*, Señores de las minas de hierro, al norte, Dueños de plantaciones, algunos comerciantes burgueses, que compraron su título nobiliario a algún noble caído en desgracia, Caballeros hijos de otros nobles, como tú, Caballeros plebeyos (si, los hay, gente con el suficiente dinero como para comprar un caballo y una armadura, para jurar vasallaje a algún noble local)....

Tras casi media hora de espera, un hombre apareció en el centro del magistrado, rodeado por los palcos en los que estaban todos los privilegiados espectantes, ese hombre era Hernandez, supuéstamente, hombre a las órdenes de Villagro.

-Señores de Kordava. El Duque Villagro no ha podído compadecer hoy.

EN ese momento las gradas se llenaron de bullicio.

-Señores, Por Favor!

cuando se vuelve a hacer un poco el silencio

-El Duque Villagro de Kordava, se encuentra en estos momento solucionando uno de los grandes problemas de esta ciudad. La piratería. Nuestro señor se ha tomado esto como algo personal.

Tanto los Barachanos como los Filibusteros desaparecerán pronto. Y para ello, se empieza limpiando nuestros propios puertos.

Seguro que no volveremos a tener nunca mas a piratas en nuestra hermosa ciudad.

Villagro volverá a compadecer pronto. Dentro de unos días. Por favor, vuelvan a sus casas.

Parece que el bullicio se a calmado por unos instantes, y ahora, se juntan pequeños grupos de la "élite" de la ciudad chismorreando, conspirando y haciendo hipótesis sobre que demonios es lo que debe de estar pasando *2

Tras discutir un poco con los parroquianos. Tu padre decide partir de nuevo a su gran casa a las afueras, en la plantación familiar de tabaco, a algunos kilómetros al norte. (Si, en Zíngara se cultiva tabaco, importado de los Yermos Pictos)

Que decides hacer?

La estupidez de Villagro sólo era comparable con su avaricia. Limpiar las costas propias de piratas significaba matar a buena parte de la mejor juventud de Zingara. Esto estaba siendo excesivo.

Meditaba en tales cuestiones cuando mi padre, tras salir de la burla de reunión, me indicó que regresaba a las plantaciones. Asentí. Era lo mejor.

- Teneis razón, padre. Cuidad de la familia y de sus negocios. Si os parece veré qué se puede hacer por aquí, puesto que deseo saber qué exactamente está haciendo Villagro para dejarnos al borde del desastre. Me quedaré en la ciudad. Y si hay cualquier cosa te avisaré

-Bien hijo, pero ten cuidado...quieres que te acerquemos a algún sitio?, tengo el carruaje fuera.

Elijas lo que elijas, mientras vais saliendo del magistrado.

-Hijo, los piratas siempre han sido un problema en este pais. Y no se puede tratar con ellos, son como barbaros!, solo que viven en el mar en vez de en las montañas. Y para algo pagamos impuestos, no? Para que la marina haga su trabajo... Y cuando estaban esos Filibusteros... Tan poco profesionales...

Tu padre siempre fué mas conservador que tú.

- No digo que no, padre. No digo que no. Pero eran zingarios. Y ahora son otros piratas los que nos provocan cada vez mayores pérdidas económicas. Nuestra nación se está llenando de muertos. Solo es cuestión de tiempo que seamos invadidos por cualquier nación cercana. Algo se debe hacer, y destruir a la mitad de los jóvenes con experiencia en armas de este país no parece la mejor de las opciones, precisamente. Acercadme a la casa del puerto. De allí ya veremos a donde me dirijo, si os place

Durante el viaje en carruaje tu y tu padre discuiis sofisticadamente. Al llegar a tu direción del puerto, tu padre se despude amistosamente de ti, y se dirige a su Mansión en el campo.

-Ten cuidado hijo.

Es cerca de medio día y estás delante de las escaleras de piedra, que llevan a tu pequeña casa en el segundo piso.