Partida Rol por web

Bien, Zíngaro, no necesito saber mas de ti. Yo ya he cumplido con todo lo que tenía que hacer aquí ahora tengo que ir a buscar a alguien. Lástima no haber matado a Hernandez con mis propias manos. Pero si no estás con él, yo no tengo nada en contra de ti.

Puedes irte con tus compañeros.

Dicho esto, si no lo impides de algún modo, Amra recupera su espadón y sale por la puerta por la que ha venido.

A la pregunta de si ha venido solo solo responde.

No hay nadie lo bastante loco como para venir conmigo.

- Hay dos cuestiones mas Amra, de las que quisiera hablarte. Ya sabes que no estoy con Villagro, pero no se si tu estás o no con él. Y si no lo estás pudiéramos compartir objetivos... siempre que no odies a mi gente, ni pretendas llegar al trono o subyugar Zingaria. También he oido hablar de ti, y con respeto y miedo. ¿Sabes donde se encuentra la hija de Villagro, Sancha? Tal vez ella pudiera lograr que se terminase con el poder de su padre... Y un último detalle. Había una joven prisionera. ¿La has visto en tu paseo por las celdas?

SU hija??

JAJAJAJA Veo que no entiendes de lo que estás hablando.

Su modo de reír recuerda mucho al de los dos bárbaros que han venido contigo, exagerado y brutal.

No he venido aquí a cargar con nadie y no voy a hacerlo. Pero si quieres ver a Sancha puedes venir conmigo, si tienes valor para ello.

Miro a Amra a los ojos sin dudar.

- He matado a monstruos, luchado con Hernandez, y me quedé contra los monstruos solo para dar a mis compañeros la posibilidad de huir. No dudes de mi valor. Sin embargo no puedo ir contigo. Los míos me esperan. ¿Podríamos vernos después de hoy? Creo que podemos tener intereses comunes

-Como quieras. No creo que volvamos a vernos, Zíngaro. Adiós.

Sale por la puerta. Ahora estás totalmente solo en la prisión. Tus compañeros hace ya mucho rato que se fueron.

Al diablo

Y sin decir nada más sigo a Amra. Quiero saber.

- Acabo de cambiar de opinión - digo por toda explicacion

-JAJAJA!! Valiente, entonces.

Grita Amra al ver que le sigues sin mas. No te mira, ni presta atención. Solo corre en una dirección.

El pirata sale a los pasillos que recorriste junto a los demás hace un rato pero el se encamina a un lugar por el que no habéis pasado, aunque todos los pasillos son bastante iguales.

Cualquier intento de los guardias de detener al terrible pirata acaba igual, con un tremendo tajo de su espadón que parte por la mitad a soldados, armaduras y armas, llenándolo todo de sangre y vísceras.

Te preguntas si piensa salir así de este lugar mientras lamentas la muerte de todos esos hombres que únicamente hacen su trabajo, sirviendo a Ramirez. Crees que podría acabar con casi toda la población antes de que le detengan.

Por suerte, no es así. El miedo hace huir a la gran parte de los soldados y Amra no se dirige a las puertas.

En uno de los pasillos Amra saca una llave y abre una de las puertas, no es una puerta de celda como las demás. Pues dentro hay una sala adornada, decorada con cuadros, alfombras y otros lujos. En una de las mesas hay una fuente con frutas exóticas de los Yermos Pictos.

Si os seguían, parece que por ahora os han dado una tregua mientras se reúnen mas refuerzos.

Amra abre cuidadosamente una de las puertas de dentro de esta sala, que deja ver un sofisticado pozo interior. No tiene nada que ver con el foso anterior. Este es un pozo con un pequeño muro, y una cuerda anudada al arco que lo sobrepasa. Supones que al otro extremo de la cuerda habrá un cubo.

-No es bonito, pero es el mejor sitio para salir sin tener que luchar contra todos los tuyos. Baja tu primero, Yo te cubro.

Nadie tiene que saber que se puede salir por aquí.

Dice mientras vuelve a cerrar con llave la puerta que da al pasillo

Sigo a Amra, y cuando me lo dice bajo por la cadena. Simplemente no quiero pensar en lo que ha ocurrido, y tan solo me consuelo en que hubiera sido igual le siguiera o no

Desciendes sin mucho problema por la cadena introduciéndote en la mas profunda oscuridad. No sabes como de lejos estás del sulo, o si habrá suelo siquiera.

Poco después notas que la cadena se zarandea, señal de que Amra también esta bajando por ella.

Suavemente susurra.

-Cuando llegues al agua, busca un hueco en la pared.

Así cuando notas la fía agua del final del pozo que se filtra a través de tu bota, estiras la mano en busca de un recodo en la pared cilíndrica.

Cuando lo encuentras, recorres con los dedos de una mano la pared en busca de algo a lo que agarrarte mientras con la otra te sostienes haciendo un gran esfuerzo a la cadena, soportando tu peso, el de tu armadura y tus armas.

Logras colarte al agujero, que no es mas que una grieta en la pared, que por suerte, comunica con una de las cuevas subterranias que atestan el subsuelo de la ciudad.

Avanzas un poco a tientas y escuchas como detrás de ti Amra sube al saliente sin dificultades.

-Camina.

Caminas encorvado y sobre tus rodillas, con una mano en la pared y otra en el suelo para no chocarte con nada y saber que camino debes seguir. Inquieto por tener a tus espaldas al GRAN AMRA. Aquel que ha saqueado naciones, hundido flotas y arrasado todo el mar accidental, desde los Reinos Negros, hasta los Yermos Pictos. Pero que hace en Zíngara? Tras tantos años desaparecido, como puede venir a un lugar como este. Así?

A tus dudas se le suma un nuevo interrogante pronto. Un tenue fulgor verdoso se percibe entre la oscuridad absoluta, pero pararte a contemplarlo no es buena idea, y sigues avanzando para descubrir que es.

El fulgor se hace cada vez mas intenso, hasta que por fin logras ver con claridad a esta luz verdosa.

El Pasillo en la grieta conduce a una de las cuevas subterraneas, y en sus paredes, docenas de enormes piedras verdes de toneladas de peso seguramente se incrustan y salen de la roca erosionada y fragmentada, como en una falla de extraño mineral.

Estas rocas verdes tienen esta asombrosa cualidad, brillan de forma natural, pero no por eso dejan de ser inquietantes.

Cuando desciendes cuidadosamente por las rocas hasta el suelo, otro detalle mas te estremece. Las paredes de la cueva están talladas sobre la roca viva, esculpiendo extrañas estatuas con forma vagamente humanoide y algunos grabados, pero están muy envejecidos para poder identificar nada mas. Tampoco eres ningún experto en arqueología y a Amra poco le importa.

-Es curioso que los tuyos hicieseis esta ciudad encima de todas estas ruinas y cuevas.

Vamos, mi gente está por aquí.

Continuáis andando por la cueva hasta una salida, ahora Amra lidera la marcha. Ya hace rato que salisteis de la prisión y tener tanta tierra encima te está agobiando muchísimo.

La siguiente sala, poco tiene que ver con una cueva. Es mas, tiene todos los signos de haber sido construida manualmente, seguramente antes de algún gran cataclismo que la sepultara debajo de lo que ahora es Kordava.

Las paredes son de ladrillos que aun se mantienen unos sobre los otros, el suelo, losas quebrantadas y desquebrajadas lo atestan, entre polvo y telarañas en la mas profunda oscuridad.

De pronto una luz roja se enciende a lo lejos, de una antorcha por su tintineo.

Murmullos de alguien hablando junto a la luz, muy lejanos y bajos como para poder entenderlos, pero serán dos personas o tres.

-CHSSSS!

Esos no son de los míos. Escóndete.

No tendría que haber nadie aquí...

Amra se agazapa tras una de las rocas que hace eónes formó parte de esta estructura, como si fuera una bestia acechando.

Que haces tu?

La sensación de clautrofobia produjo en Valenso un extraño mutismo, y perló su frente de sudor. Era sencillamente excesivo todo lo que estaba ocurriendo, y las heridas pronfudas que había recibido le causaban una permanente sensación de nausea.

El noble ni siquiera respondió a las palabras de Amra. Poco le importaba ahora mismo como el bárbaro sabía que su gente había construido la ciudad sobre cavernas, o la cantidad de error o ficción de su afirmación, solo era consciente de su punzante dolor de cabeza.

Las palabras de Amra, y la luz de la lejana antorcha, hacen que el noble reaccione, cargando su ballesta y colocándose detrás de una de las rocas, mientras trata de aguzar vista y oido para ver quien anda ahí

Una voz fuerte y pesada grita desde la lejanía, desde el lugar de la antorcha.

- Eh! seas lo que seas, muéstrate!

Amra no hace nada.

Pasa un poco mas de tiempo...

- Es que no sabes hablar? Da la cara de una vez!

Amra se dispone a salir con su espadón bien alto, a quitar lo que séa que tenga delante. A no ser que tu digas o hagas algo al respeto.

-Si no es de los míos, no está conmigo, así que poco me importa quien sea!

Antes que Amra pueda actuar, y deseando evitar un derramamiento de sangre, salgo a la luz y observo lo que ocurre.

- Aqui estoy - digo con voz clara- ¿Quienes sois?