Partida Rol por web

En el ajetreo dentro de la fortaleza, Ciara y Gareth habían intercambiado información y pensamientos sobre lo sucedido; cada una se mostraba ahora tranquilo de el otro se encontrase bien y habían coincidido en ir tras Vargad, quien presumiblemente había acompañado a unos hombres del Manor que llevaban a los prisioneros para ser interrogados.
Desde lejos se podía ver que la seguridad del edificio central de la fortaleza, la casa del Manor Krole, había sido reforzado de sobre manera. 4 guardias custodiaban ahora la entrada principal, que es por donde Ciara perdió de vista a Vargad y donde ahora intentaba llevar a Gareth.
Sin embargo al parecer los hombres del Manor tenían ordenes de no dejar entrar a nadie no autorizado y se lo hicieron saber de inmediato a los legionarios apenas estos se acercaron demasiado al lugar.

El bandido se mostró en un principio obstinado y desafiante, incluso osó escupir al suelo de forma despectiva llamando brujo a Vargad cuando este le insinúo que le quemaría.
Sin embargo en cuanto sintió el calor del fuego generado por Vargad en su rostro, su actitud cambio drásticamente. Claramente intimidado y preocupado por la cercanía de la llama, el hombre empezó a hablar.
-No se cuantos somos, no se contar. Nuestro líder siempre ha sido Waldric mano sangrienta (Gore-hand)-.

Mientras torturo al pobre desgraciado mi mente se ve apoderada de pensamientos contradictorios. Por un lado me siento mal por el daño que le estoy ejerciendo al pobre desgraciado. Por otro siento el poder, la fuerza que tengo para que responda lo que deseo.

Dejando de lado tales debates escucho atentamente la respuesta del reo y me apresuro a seguir preguntando -Bien, dime ¿donde os escondéis? ¿donde naciste? ¿por que atacasteis la fortaleza? ¿cuando llegasteis al lugar? ¿que sabes del Manor Krole? ¿y del nuevo Manor? ¿cómo te uniste a Waldric? ¿cómo es él?

Ya más tranquilo al saber más o menos lo que había ocurrido en el ataque, y que Vargad se encontraba bien, me dirigí hacia la fortaleza junto con Ciara, para encontrarnos con Vargad y ver que había averiguado del prisionero... por desgracia, las cosas no eran tan fáciles, pues tras el ataque habían mejorado la seguridad y un grupo de soldados nos impedía entrar en la fortaleza.

Maldita sea, lo que faltaba- pensé -¿Por qué no pueden ser las cosas sencillas alguna vez?- me dije, algo cansado tras todo lo que había pasado.

Mi nombre es Gareth, y acabo de llegar del lugar donde los bandidos emboscaron la caravana- les dije, tratando de sonar todo lo serio que pudiese -He de informar a vuestro señor de la situación lo antes posible- les dije, esperando convencerlos para que nos dejasen pasar -Además uno de mis hombres está dentro y me gustaría comprobar si está bien- añadí.

Es mejor decir la verdad, aunque no sea toda la verdad- pensé, pues no les había dicho nada que no fuese cierto.

Ciara, segura de si misma conduce a Gareth haci donde sabe que ha entrado Vargad con anterioridad, deseando que lo que reciban de su parte sean buenas noticias.

Divaga un poco en su mundo mientras caminan, pausadamente, hacia el lugar. Haciendo un poco de recuento de todo lo que había pasado en ese día y pensando en lo que les quedará por recorrer. Sabiendo que eso solo era el principio del camino que habían iniciado.

Al llegar hasta la puerta, algo soprendete ocurre. Les cierran el paso, les prohiben la entrada.

Pero que...

Piensa, intentando recapacitar el porque también había sido vetada su entrada en el complejo. Vale que estuvieran molestos y se mostraran precavidos después del ataque que acababan de sufrir pero esto era por demás.

Gareth se le adelantó, después de que estos dieran el alto intentando mostrar nuestras intenciones, para nada perjudiciales para con el Manor o el campamento.

Sus palabras no me suenan, suponiendo que había improvisado en ellas para ver si eso hacía que los guardias cesaran en su ferreo bloqueo.

Cuando termina, intento dirigirme yo a ellos. Esperando al menos apoyar la exposición de nuestro nuevo lider.

- Si no se nos permite la entrada, al menos hagan saber a nuestro compañero que estamos esperandolé aquí para que pueda volver con nosotros lo más rápido posible.

Los guardias allí presentes parecían indecisos sobre como actuar y se demoraron conversando largo rato para molestia de los legionarios. Al final, según lo que lograron escuchar, los dejarían entrar, aunque escoltados y no hasta donde se encontraba Vargad. Por lo que lograron entender, esté estaba en las catacumbas, el porque? era un misterio.
Sin embargo Ciara y Gareth tuvieron que esperar mas hasta que llegará alguien a escoltarlos por exigencia de los guardias de las puertas, y en esos momentos no había en realidad mucha gente desocupada. Así tras una larga espera, fueron escoltados por uno de los hombres del Mannor mientras un sirviente se adelantaba a prisa para avisar al Mannor.
Avanzando en la penumbra, iluminados solo por viejas antorchas los legionarios se adentraban en las profundidades de la fortaleza del Manor. Al parecer esta se adentraba en las montañas y justo bajo esta se encontraban las prisiones.
El escolta no había comentado gran cosa durante el trayecto y simplemente mantenía un paso constante rumbo a un destino que ellos desconocían por completo. No tardaron en llagar a las prisiones que oscuras y húmedas generaban un olor desagradable y una sensación aterradora; muchas almas habían deambulado por allí sin duda a lo largo de los años.

La metodología de Vargad podría verse cruel para algunos o certera para otros; sin embargo al antiguo Bann no parecía impresionarle en lo absoluto y solo permanecía recargado en las paredes con su característica cara de enfado esperando por que Vargad se diera prisa y se marchara de allí. Era claro que el Mannor no los quería allí y mas claro era para Vargad que esté no tardaría en correrlo de aquel lugar.
Balbuceando por momentos de forma inteligible, aquel bandido fue soltando poco a poco cierta información que buscaba Vargad. Para sorpresa de este, el Manor no parecía sorprendido en lo absoluto; es que no le importaba?, es que fingía?, o es que en el fondo ya sabia todo eso?
Para Vargad era imperativo continuar averiguando mas cosas, al costo que fuera incluso. Sin embargo una vez que el prisionero le indico a Vargad como era Waldric, el Mannor lo detuvo.
-Se acabo el tiempo, ya los he ayudado demasiado y estoy cansado de todos ustedes. Les pido que se marchen ahora y no deseo discutirlo, simplemente márchense.-

Tras escucharnos los guardas se pusieron a hablar entre ellos durante un buen rato, mientras nosotros esperábamos allí plantados, y cuando ya pensaba que no nos dejarían pasar, nos dijeron que entraríamos escoltados, aunque no hasta donde estaba Vargad -¿Qué estará haciendo en las catacumbas?- me dije... en fin sabía que no iba a obtener respuesta por mucho que preguntase. Por si fuera poco, nos toco esperar aun más hasta que llegasen los escoltas, por lo que sin otra cosa que poder hacer mientras tanto, me puse a pensar en lo que había pasado.

Todo esto ha estado muy bien preparado- me dije -No parece ser obra de simples bandidos, normalmente no se arriesgarían tanto atacando una fortaleza- pensé -La Legión estuvo acertada en mandar aquí a alguien, esto es algo más serio que un simple problema con una banda de bandidos- me dije, pero el mero hecho de pensar en la Legión me hizo recordar a mis compañeros -Espero que estén bien- pensé, deseando que no les hubiese pasado nada, aunque sabía que podían valerse por sí mismos -Deben estar preocupados, ya deberíamos haber vuelto, y además, deben haber visto la columna de humo, supondrán que algo malo ha pasado- me dije. Por suerte, antes de que pudiese seguir dando le vueltas al asunto, y seguramente empezar a culparme por ello, llegó por fin nuestra escolta.

Ya era hora- le susurre a Ciara, y junto a ella, nos introducimos en la fortaleza, escoltados por varios de los hombres del manor, los cuales nos conducirían hasta su señor, o al menos eso esperaba. A la luz de las antorchas parecía distinto a como lo había visto cuando hablamos con el manor por primera vez, más sombrío y amenazante, sensación que se acrecentaba conforme más nos adentrábamos en él.

Parece que el edificio es más de lo que se ve a simple vista- pensé al darme cuenta que nos estábamos adentrando en las montañas -Escapar de aquí debe ser imposible- me dije, viendo la profundidad a la que debían encontrarse las prisiones, mientras me preguntaba como de antiguo debía ser todo aquello... y por qué se habían esforzado tanto excavando al construir las mazmorras. Pude darme cuenta de cuando llegamos a las prisiones, no solo por el olor, que era casi insoportable, sino por la sensación que emitían. A lo lejos podían escucharse gritos, seguramente de alguien a quien torturaban -Espero que no lo maten- me dije, mientras un escalofrío recorría mi espalda... comprendía la necesidad de sacarle la información a los prisioneros, pero no por ello aprobaba la tortura.

¿Falta mucho para llegar?- le pregunté a nuestra escolta, intentando apartar esos pensamientos de mi cabeza mientras me preguntaba si realmente el manor estaría allí abajo.

Agache la mirada perdiéndome en mis pensamientos y maldiciéndome por dentro ante una aparición tan poco certera.

Menos mal que habías dicho que tus habilidades para hablar estaban mejor que otras habilidades, así Gareth se pensará que no valgo para demasiado. Me verá como una maga más, útil solo cuando hay que matar a algo que se interponga en nuestro camino.

Los hombres después de hablar entre ellos acceden a dejarnos pasar a la fortaleza, aunque escoltados.

Menos es nada...

Esperamos hasta que llega otro para entrar. El camino es angosto y bastante mal iluminado, realmente no me sentía demasiado cómoda entrando en ese lugar. Nos podrían estar conduciendo a cualquier lado, incluso a un sitio apartado para acabar con nosotros, pero no... el Mannor debía confiar en ellos, le habían ayudado en todo momento.

El aire enrarecido denotaba que nos estábamos metiendo en algún lugar con poca ventilación, quizás debajo de la montaña, realmente tenían una fortaleza bastante bien preparada ahí, aunque seguramente también podría ser una trampa mortal si consiguieran atraparles ahí dentro.

Los gritos comienzan a sentirse a lo lejos, la tortura, la sangre y la desesperación de quien es herido para conseguir una confesión era algo que no le gustaba escuchar. No obstante, si quería pertenecer a la legión tendría que acostumbrarse a ese tipo de cosas. No a la tortura, pero si a la dureza de la vida de alguien que tiene capacidad para la guerra.

Aun con este pensamiento, un escalofrío recorrió su espalda mientras seguían caminando. Vargad no aparecía a la vista, estaría aún más lejos... pensó en como lo debería estar pasando y que seguramente tampoco le gustara ese tipo de actos.

Escuché a Gareth preguntar al escolta y me mantuve en silencio, solo dedicándole una mirada. No quería volver a estropear la comunicación diciendo alguna tontería.

Satisfecho tras las respuestas obtenidas busco en el rostro del Manor una nota de sorpresa o incredulidad ante la respuesta del bandido.
Sin embargo su respuesta me deja frío durante unos segundos y furioso los siguientes -Con todo lo que acaba usted de oír y aún así nos expulsa como a perros. No es un buen aliado ni un buen protector para los ciudadanos del valle -le respondo notablemente enfadado antes de marcharme del lugar. Si lo que dice el bandido es verdad está dejando a los ciudadanos del lugar en manos de su propio asesino, del nuevo Bann. No se donde está su honor y su valentía -añado tras mirarlo una última vez.

Ante las palabras de Vargad uno de los hombres del Mannor amago con desenfundar su espada corta ante lo que al parecer le parecían serias afrentas. Sin embargo una mano en lo alto de Krole fue suficiente para disuadirlo de continuar y obligarlo a guardar su arma de nuevo.
-Protector?- Pregunto sarcásticamente el Manor Krole sin mirar a Vargad directamente, -Ve esta pierna?- le indicó señalando su pierna amputada –Por supuesto que no soy un protector. Que honor y que valor se puede ver en mi.- Concluyo el Mannor guardando un sumo silencio que por unos momentos amenazo con terminar y sin embargo no habló mas de lo podría haber hablado.
Y quizá como mera casualidad para romper el frío, uno de los hombres del Mannor surgió súbitamente desde fuera de aquella sala de torturas para comunicarle algo importante al oído que al parecer no le gusto.
-Sus compañeros están aquí, han venido a buscarlo. Les agradezco la ayuda realmente, sin embargo he de ser claro en que hay dos y solo dos formas de que salgan de aquí, escoltados hasta la puerta o arrastrados hasta ella-

No hubo respuesta para Vargad, aquel hombre simplemente lo ignoro. Y sin embargo no tardaron mucho en detenerse; si por un momento la idea de preguntar si ya habían llegado se cruzo por sus mentes, esta se difumino casi al instante en que escucharon la fuerte voz de Vargad. No lograron entender lo que decía, sin embargo era claro que discutía, y al parecer lo hacia con el propio Manor.
Los sonidos de tortura que habían estado escuchando a lo largo del último tramo del camino habían acallado ya, casi al instante en que se habían detenido en aquel lugar. Fuera lo que fuera por lo que Vargad discutía con el Manor, era algo sin duda importante pues los escoltas no les dejaron avanzar mas, esto a pesar de que se encontraban a tan solo unos 10 metros de la puerta a la sala donde aparentemente se encontraba su compañero.
Tras unos pocos e interminables segundos, el escolta que se hubiera adelantado un momento atrás, salio de la habitación acercándose a ellos e informándoles de forma indiferente lo que se le había indicado.
-El Manor ordena que esperen, su compañero saldrá en unos momentos para que juntos se han escoltados fuera de esta fortaleza-.

Un protector no sólo se mide por sus habilidades en el combate -respondo antes de salir del lugar para reunirme con mis compañeros -también se mide por el coraje que imbuye a sus hombres, la esperanza que les da y los lazos de lealtad que crea en ellos. Algo que usted hace más que de sobra -continuo señalando al guardia que ha tratado de desenvainar el arma para defender el honor de su Manor -usted aún es un protector ¿porque si no estos hombres le han seguido? ¿porque si no lo obedecen con honor? ¿porque si no luchan con valor bajo sus órdenes? No se subestime Manor, usted aún es una figura muy importante en este lugar.

No contestaron a Gareth, hicieron caso omiso de sus palabras mientras seguíamos caminando hacía el destino que los guardias nos marcaban.

La voz de Vargad más adelante me devolvió a la realidad, estaba gritando... y al parecer lo hacía directamente con el Mannor.

Como habrán llegado a esos límites... seguro que hay una explicación... pero hablar así al Mannor no es demasiado inteligente, puede ser que selle nuestro destino debajo de estos muros de piedra...

Nos mantienen ahí, a distancia. Quiero continuar, me gustaría poder ayudar a Vargad, hacer presión en su posición y intentar salir bien de allí. Seguro que luego no era para tanto, que sería una tontería que se le había ido de las manos a mi compañero después de torturar, como al parecer había hecho, al bandido que habían atrapado.

No obstante, doy un paso hacia delante como decidida a seguir el camino, aunque nos hayan dado el alto, pero me paro al instante.

No seas tan impulsiva... no es bueno.

Miro a Gareth, buscando alguna reacción en el, buscando el consejo del líder sobre que paso es el siguiente a dar.

Las palabras del guardia avisándonos que saldría Vargad en breve y nos sacarían de allí hacen que se me escape un suspiro sin querer.

El escolta que nos guiaba simplemente ignoro mi pregunta y siguió caminando, y dada su actitud, preferí no insistir... de todas formas no iba a obtener nada, por lo que callado, continué andando junto a Ciara por el camino que nos marcaban.

Hay que ver cómo ha cambiado su actitud desde que llegamos- pensé -Aunque, bueno, es comprensible después del ataque- me dije, aunque sospechaba que debía haber algo más... aunque no sabía que podía ser. Al poco rato  de seguir andando llegamos a lo que parecía ser nuestro destino. En ese momento, los gritos del pobre infeliz al que torturaban ya habían cesado, y habían sido sustituidos por otros mucho más preocupantes a mi entender -Esa es la voz de Vargad, y la otra parece la del manor- pensé, sin saber que podía haberles hecho empezar a gritarse, ya que ni siquiera alcanzaba a entender lo que decían, pero preocupado por lo que eso podía suponer para nosotros. El hombre que se había adelantado antes, salió de la habitación indicándonos que esperásemos fuera, mientras los que nos habían acompañado nos impedían pasar a la habitación.

Cálmate, no te dejes llevar- me dije, mientras intentaba calmarme, pues no me gustaba que pudiesen estar arremetiendo contra uno de mis compañeros sin que me permitiesen ayudarle, Por el rabillo del ojo veo como Ciara da un paso para luego detenerse y mirarme, esperando mi decisión, aunque estaba claro que a ella tampoco le gustaba la situación.

El que está ahí dentro es uno de mis hombres- les dije a los hombres del manor que nos cortaban el paso, algo más alto de lo que había sido mi intención inicial -Si vuestro señor tiene algo en su contra me lo puede decir a mi- continué diciéndoles -No me gusta que ataquen a mis hombres aprovechando que están solo, aunque solo sea  verbalmente- les dije -Yo defiendo a los míos- añadí, en un tono que no dejaba dudas de que hablaba en seria, y conforme lo decía, comencé a andar hacia la habitación, a paso lento, pero firme.

Debería haberme callado y haber esperado a que saliesen- me dije, aunque sabía que de darse la misma situación habría actuado igual, no me gustaba como nos estaban tratando a pesar de haberles ayudado en todo lo que habíamos podido... esperaba que mi decisión de actuar así no nos perjudicase a todos en un futuro.

Para Vargad fue claro que por un momento y el Manor iba a hablar, sobre todo por que noto una clara expresión de rabieta en su rostro. Y sin embargo esta desapareció rápidamente mientras el Manor tomaba aire y miraba fijamente al prisionero.
-No te confundas mago, tus palabras no servirán de nada, te lo diré una y solo una vez mas, márchate con tus compañeros. No quiero tener problemas con ustedes, pero no dudare en arrojarlos por sobre la muralla de ser necesario.- Y tras sus palabras hizo un gesto a sus guardias los cuales se pararon a los costados de Vargad con sus manos en la empuñadura de sus espadas en señal de amenaza.

El Guardia que acababa de llegar y que había fungido como mensajero hasta ahora escucho con atención lo que Gareth decía y respondió con una clara cordialidad. –Escucha hombre, no se tu nombre y disculpa que en estos momentos no considere importante preguntártelo. Ustedes nos han ayudado y les estamos agradecidos, pero eso no quiere decir que tengan que estar aquí, no les hemos pedido ayuda, no necesitamos a gente del Bann Trumphall aquí. Eso es lo que el Manor este tratando de decirle a tu amigo, que claro el Manor Krole tiene un carácter fuerte y no le gusta perder el tiempo por lo que la necedad de su amigo esta apunto de obligarlo a que nos ordene que los saquemos por la fuerza. Yo les aconsejo que simplemente se marchen, el Manor no es su enemigo y les esta agradecido; pero eso no quiere decir que tengan que atenderlos. Quizá en algún momento las cosas cambien y haya que trabajar juntos, pero forzar las cosas solo hará que las cosas salgan mal.-

Bueno, al menos ahora habían reaccionado, pues a pesar de que no me habían dejado avanzar, al menos me habían contestado para explicarme la situación.

Ya podían haber actuado así desde un principio- pensé, algo más calmado.

Lo entiendo, pero entiéndanos a nosotros- le dije a quien me había respondido -Os hemos ayudado a pesar de que no estábamos obligados a ello, y a cambio nos habéis dado a entender que ni os gustamos ni nos queréis aquí- continué diciéndole -Y después de traernos aquí casi como si fuésemos prisioneros me encuentro que tu señor está gritando a uno de mis hombres- le dije, molesto, intentando explicar mi punto de vista -Entiende que no me guste la situación- terminé diciéndole, esperando calmar de esta forma la situación.

Aunque conociéndole, lo de los gritos del manor debe ser culpa de Vargad... pero una cosa no quita la otra- me dije.

Si me dejáis entrar, hablare con mi hombre y nos iremos, ya que es lo que queréis- le dije -y otra cosa, no somos hombres del bann ni de nadie, estamos aquí para ayudar con los bandidos, así nos ganamos la vida, pero nada más- les dije para sacarles de su error, pues lo que había dicho era verdad... al menos en parte.

La falta de respeto que esos hombres demostraban para con nosotros era cuanto menos cuestionable. Nosotros nos habiamos desvivido por aquellos soldados y aquellas personas, habiamos arriesgado nuestra vida por su pequeño campamento, cuando aun habiendo sido tratados como habíamos sido, sin ningún tipo de acercamiento por parte del Mannor yo, incluso yo, me había ofrecido a curarle y paliarle su dolor más allá de mi estado de animo o mi cansancio personal.

Desagradecido...

Noté como la ira se generaba en mi estomago y se aferraba a mis entrañas, luchando por ascender en la escalera de mi cuerpo, para llegar a la boca y soltar toda clase de improperios que se merecian por simplemente mirarnos por encima del hombro como lo estaban haciendo, como si nos perdonaran la vida.

Bueno y si a eso le añadimos el tono despectivo... Ese tono... Acababa con mi paciencia, agarrotaba mis musculos y hacía que mis tendones se pusieran rectos y duros mientras mis puños se arqueaban cerrandosé después y aprentando con fuerza debajo de la túnica. Evidentemente, la tela tapaba la visión, aunque seguramente mi cara denotaría mi falta de conformidad con la situación y mi deseo ferviente de irme de allí.

Solo hemos perdido el tiempo, las manos vacías y la tensión por las nubes...

Pensaba en las praderas, en el viento recorriendolas, haciendo ondear y contornearse las briznas de hierba a su paso, desprendiendo ese sonido caracteristico y tranquilizador.

Suspiró profundamente y la voz de Gareth se unió en cuanto se hubiera terminado las sandeces de los guardias.

Un último intento por acelerar la salida de ese lugar, muy bien...

Me acerqué a él, esperando que notara que si por alguna casualidad de la vida le dejaban pasar, entraría con él. No me quedaría con esos guardias yo sola más que nada por que.

No respondo...

Sea como fuere solo quería cruzar las puertas hacia fuera y salir de aquel infierno enterrado al que nos habían llevado.

Sabiendo que no soy bien recibido en la fortaleza de este arisco e iracundo Manor decido salir por mi propio pie antes de que sus guardias me obliguen.

Espero que mis compañeros esten bien. Ciara tras pensar en la elfa apóstata acelero el paso, sin saber bien si llevado por mi preocupación hacia los que la rodean o hacia ella.