Partida Rol por web

Steve notó el peso de la mano de la chica en su hombro. la miró y preocupado le agarró la mano acompañando la situación con sinceras palabras: Saldremos de aquí, no te preocupes. No dejaré que te pase nada. Steve revolvió la mirada a Samuel y preguntó: ¿Encontraste a alguien más, aparte de nosotros? Aquella situación se iba de las manos. Un pueblo fantasma, repleto de criaturas horrendas. Gente atrapada en él, entre ellos Steve, Monique y el nuevo tipo, Samuel. nunca fue partidario de usar demasiado las armas, pero ahora pensaba que aquella pistola no era suficiente para sobrevivir en aquel lugar. Además, según las palabras de Samuel, la cordura debía estar centrada o el mismo pueblo te volvería loco.

Si os dijera todo lo que se de este lugar me tomaríais por un chiflado... Y sinceramente, pongo ya en duda mi cordura a veces.

En el extremo norte del pueblo hay una iglesia. Allí se refugian unos pocos supervivientes, pero por alguna razón últimamente no han dejado pasar a nadie a través de sus puertas.

Y respecto a si me he topado con más gente... Vosotros sois los primeros en mucho tiempo.

-Bueno...espera...un momento...-digo en voz alta, seguidamente le doy la espalda a Samuel y le hago señas a Steve para que se acerque -vamos a pensar un momento...- le susurro a Steve cerca del oído -parece que no tiene nada que ver con el monstruo...pero nos trata con demasiada confianza...y acabó con el monstruo...cuando tu no pudiste...- hecho una ojeada rápida hacia atrás y me acerco más al oido de Steve -No se si fiarnos de este hombre... ¿tu que crees?- me quedé mirando la cara de Steve un rato pero esperé a que me respondiera antes de alejar mi cara de la suya.

De momento solo me fío de ti, y si, todo esto es muy extraño, no se que podemos hacer... después, Steve, miró a Samuel, analizándolo de arriba abajo toda su ropa, por si había algo que pudiera distinguirle, luego siguió hablando con él sin apartarse mucho de su compañera. No te ofendas, pero todo esto es muy extraño y no acabo de fiarme de ti. ¿Como has podido acabar con la criatura? Yo le disparé y ni se inmutó. ¿Como es que has sobrevivido tanto tiempo tú solo? Después, Steve agachó la mirada y añadió una última frase: He venido a buscar a alguien aquí...

La ropa de aquel hombre era totalmente normal. Llevaba una camisa azul y unos pantalones vaqueros. Ambas prendas desgastadas, algo rasgadas y con manchas de sangre reseca.

En respuesta a lo que Steve le habló contesta:

-Creo habertelo dicho ya. Una bala no es suficiente para acabar con esas criaturas. Y siceramente, vas a necesitar todas las balas que tienes, así que procura usar otros medios para acabar con ellos, a menos que sea totalmente necesario.

Samuel veía como hablabais entre vosotros y lo contemplabais.

-Se que no confiais en mi, y no os culpo por ello, es totalmente comprensible, pero no soy vuestro enemigo.

Yo me encuentro en la misma situación que vosotros, solo que yo llevo aquí encerrado mucho más tiempo.

Mientras tanto, todos escuchasteis un estruendo proveniente del principio de la calle.

Mientras Estábamos hablando en la calle se escucha otro estruendo -Oh.. no me digas que...- digo mirando horrorizada a Steve. Agarro con fuerza la mano de Steve casi inconscientemente sin saber muy bien la razón, bien por si le daba por escapar sin mi o bien por ayudarle a salir de allí. Ya no sabía controlar bien mis emociones -¿Otro monstruo?- digo en voz alta agarrando de nuevo con fuerza mi navaja.

Steve giró la cabeza cuando escuchó el estruendo. Frunció el ceño y notó como la mano de Monique le agarraba fuertemente en su propia mano. Él hizo lo propio, la agarró con fuerza mientras desenfundaba su pistola con la mano libre. ¿Que sugieres? Ese ruido no ha sonado muy bien... Steve miró al hombre, a Samuel, esperando su respuesta. Luego miró al horizonte de la calle desde donde provenía dicho ruido. La neblina cubría toda la calle pero intentó vislumbrar algo entre la cortina... 

La verdad... no creo que ese ruido sea nada bueno. Probablemente esas cosas se estén volviendo más activas por vuestra presencia.

Mientras hablabais, una persona apareció de entre la niebla. Estaba corriendo como un poseso, huía de algo, ya que no paraba de mirar detrás suya.