Actualmente eres uno de los jóvenes más talentosos y prometedores en el ámbito deportivo, y eso hace que te lluevan peticiones para participar en multitud de eventos.
Últimamente ha circulado que se iba a inaugurar un nuevo estadio en un Estado cercano, y hace poco te llegó oficialmente una solicitud para participar en él.
Entusiasmado de poder formar parte de algo así aceptaste sin dilación.
La semana anterior estuviste todos los días preparándote y entrenando duramente para el gran acto.
Todo iba bien, normal, sin contratiempos, pero pronto tu vida daría un giro inesperado.
Llegó el gran día. Fuiste a la estación de autobuses para coger el que te llevaría hasta allí.
Tardó un poco ya que el autobús pasa por muchas zonas recogiendo al resto de competidores también.
Ya en el autobús, charlabas con tus compañeros. Algunos conocidos, aunque observabas nuevas caras.
Inesperadamente, empezó a llover, de lo cual no teníais constancia, pero tampoco tenias ningún problema ya que para llegar al estadio aún quedaban unas pocas horas y podía cesar la lluvia.
Del resto no recuerdas mucho con claridad ya que pasó en cuestión de segundos.
El chófer tomó mal una curva debido a la lluvia, ya que los neumáticos no agarraban bien en el asfalto mojado.
El autobús salió desprendido de la carretera por pendiente y disteis varias vueltas hasta que por fin paró.
El tremendo impacto hizo que automáticamente perdieras el conocimiento. Te despertaste al cabo de un rato, podían ser horas o minutos, debido a que las gotas de lluvia caían en tu cara.
Miraste a tu alrededor y sólo podías ver a tus compañeros, todos ellos inmóviles y cubiertos de sangre, al igual que tu.
Pero tú eras el único consciente, y quien sabe si vivo. Tomaste tu bolsa, y reptabas entre los cuerpos hasta una abertura en una de las ventanas.
Conseguiste salir pero estabas dolorido y exhausto. Tenías sangre y no sabías si era tuya o de tus compañeros.
Te quedaste tirado en el suelo en mitad del bosque en el que te encontrabas, con la lluvia azotándote.
No podías moverte, no te quedaban fuerzas, no sabias donde estaba tu móvil para llamar a los servicios de emergencia, y tampoco sabias en donde te encontrabas, así que cerraste los ojos intentando asimilar la situación.
Cuando los abriste ya no llovía, ni siquiera estabas en mitad del bosque. Estabas tumbado a un lado de una carretera bastante vieja, con tu bolsa de deporte a tu lado.
Te levantaste como pudiste, ya menos dolorido, y pudiste observar un cartel cercano que decía “Bienvenidos a Silent Hill”.
Aún atontado por el accidente trato de reincorporarme, no tengo conciencia de lugar, hora o situación, estoy totalmente desorientado, mi vista todavía nublosa no me permite percibir lo que hay a mí alrededor. Inconscientemente entendía que debía estar herido o al menos adolorido, pero mi cerebro aún no logra procesarlo con claridad, tambaleante me pongo de pie trastabillando unos cuantos pasos para tropezarme con un bulto. Inmediatamente después me siento, cierro los ojos y respiro hondo, tratando de meditar para recomponerme y entender lo que había pasado, quien era, donde estaba, que llevaba, porqué estaba ahí, para qué.
Pasa un par de minutos y mi cabeza deja de zumbar, lentamente mis pensamientos se comienzan a ordenar, recuerdo el viaje, conversar con los compañeros a la competencia, la lluvia, el auto que se desbarranca, luego todo es caos, luego los cuerpos en el auto destrozado, luego yo reptando para salir, de ahí un bosque, sangre y nada más, abro los ojos y estoy en un camino en medio de la nada, solo puedo ver un letrero que dice “Bienvenido a Silent Hill”.
Bueno, al menos había llegado a un poblado, seguro en estado semi-inconsciente me aleje hasta este lugar buscando ayuda, hay que buscar a alguien, seguro hay sobrevivientes, no tengo idea como llegue aquí, pero si cuento lo sucedido, de seguro los lugareños podrán ayudar, debía darme prisa, el tiempo era limitado y preciado; reviso a mis pies, veo la maleta, le doy un rápida revisada para saber lo que llegué a rescatar, me incorporo y comienzo a caminar al pueblo, había podido sobrevivir al accidente, si yo había podido, cuantos más lo habrían hecho.
Comenzaste a acercarte al pueblo por aquella carretera, en muy mal estado por cierto.
Supones que debido a la lluvia, la niebla se habia hecho más espesa y te dejaba menos visibilidad.
Comenzaste a ver las primeras edificaciones de aquel pueblo, pero algo empezó a inquietarte al ver que todos los locales, tiendas, bares, cafeterias... estaban cerrados. Y no solo eso, sino que además no escuchabas ni siquiera un murmullo.
Para tratarse de un pueblo era demasiado raro que no hubiera nadie por la calle y que todo estuviera desierto y en silencio.
Ya más consciente de mi mismo y al tanto que al menos físicamente para mí el accidente no había representado nada más que un susto continúo caminando por la húmeda y ruinosa carretera. Podría haber sido por desprendimiento de tierra a causa de la lluvia o un camino largamente abandonado? Carecía de sentido preguntarme más eso, ya que se trataba de mi único camino a la civilización y a rescatar a mis compañeros.
La neblina era espesa, la visibilidad bastante reducida, cuando me doy cuenta ya estoy en el pueblo, pero todo está cerrado, ruinoso, oxidado, aparentemente abandonado será un pueblo fantasma más de tantos que había escuchado en estados unidos, esos que aparecieron después del boom económico del país y el cambio del modelo económico? Algo así había estudiado en clases, esperaba que no; esos pueblos son una aguja en el pajar, y éste era el peor momento para encontrar uno de ellos.
Mientras me sigo adentrando me doy cuenta de que todo está cerrado, mi primer impulso es buscar una cabina telefónica, lo cual seguro debe encontrarse en algunas esquinas, cerca de markets, comercios y la comisaría, habría que buscar esos lugares, si se trataba de un pueblo abandonado, esa era la mejor apuesta.
Mientras avanzabas decidido a encontrar una cabina telefónica, comenzaste a ver en la lejanía la silueta de una persona en mitad de la calle.
A lo lejos veo una silueta, que alivio, una sonrisa se forma en mi rostro, no estaba totalmente abandonado después de todo, había que alcanzarlo rápido antes de que se vaya a otro lado.
Comienzo a trotar hacia la persona mientras grito agitando mi mano derecha en forma de saludo.
"Hola! hola! necesito hacer unas consultas, me puedes ayudar?!" Era posible que se quedara a ayudarme o salga corriendo asustado por que no es lógico encontrar a una persona en un pueblo abandonado.
Continuas en escena conjunta