Partida Rol por web

Kaos acaba accediendo a tu proposición que acaba por ser una especie de término medio entre su trato y el tuyo. Ninguno sale perdiendo ni ganando totalmente.
Observa en silencio y con una sonrisa de diversión como te desprendes de la ropa, pero sobretodo como la doblas y la colocas con total perfección en el rincón más limpio del mostrador.

-Claro, puedes coger los pantalones que quieras...- te señala un lateral del local lleno de perchas en las cuáles se encuentran colgadas diferentes faldas y pantalones de chicas y otros pocos para chicos. Mal cosidos, incómodos y sobretodo con mal gusto, pero será mejor que ir en ropa interior.
-Me temo que no me quedan camisetas de tu talla- dice cuando ya te has semi-vestido con una sonrisa amplia, dejando tu valioso traje bajo sus pies para después prestarte más atención. Los negocios son los negocios, eso sí le interesa de verdad.

-No hay problema, si tienes la suficiente pasta...- se encoge ligeramente de hombros y aguarda tu demanda. Le gustan las peticiones rebuscadas y peligrosas.

Baal miró con total desaprobación los pantalones que resultaron de su talla. Más cutres no podían ser. Y lo peor de todo es que ni siquiera tenía una camiseta...Se suponía que después de esa visita tenía que hacer otras dos de una importancia y una categoría mayor...y tendría que ir como un maldito vagabundo o dejarlo para otra noche...pero el tiempo era absoluto oro. Finalmente se los puso e intentó acomodarse lo máximo posible a ellos, para después taparse todo lo que podía con la gabardina negra que tenía. Si alguien no se fijaba demasiado no se notaba que iba sin camisa...pero lo de los pantalones era bastante más difícil de ocultar.

- Bien necesito: Una UMP de H&K del calibre 45 ACP con cargador para 25 cartuchos. Versión compacta. Después quiero una escopeta "Red Box" de cañón recortado y culata recortada, con modo winchester de recarga. Calibre 12. Después una Desert Eagle .50 calibre Action Express. Capacidad de 7 balas. Y finalmente una katana de tamaño medio.- comenta con cierto tono de profesionalidad. Sólo faltaba que las tuviera.- Si el precio es demasiado alto supongo que desecharía la UMP, aunque no creo que estos artículos sean muy caros...en todo caso la desert eagle si...-

Kaos emite un agudo y largo silbido de impresión. No es que le sorprenda realmente viniendo de ti, podría esperar incluso una bomba atómica, pero sin duda es un buen arsenal el que acabas de pedirle.
-No sé en qué líos anda últimamente pero joder... menuda nochecita animada vas a tener. Sígueme- te invita con un gesto de su mano a la trastienda, en la cuál se encuentras apiladas muchas cajas cerradas y otras con la tapa descubierta. En su mayoría éstas contienen munición de diferente tipo ya que las armas se encuentran expuestas en armarios, vitrinas o colgadas en sus respectivos soportes. Dentro del desastre que es Kaos podría decirse que están bastante ordenadas y cuidadas.

-A ver, a ver... la escopeta no es problema, ahí tengo una de esas- te señala el rincón de las mismas y puedes ver exactamente la que acabas de pedirle, ni más ni menos -Me temo que no tengo fusiles de asalto ahora mismo pero puedo facilitarle subfusiles pequeños, las uzi siempre son manejables...- explica mientras camina entre el almacén mesándose la barbilla.

-La Eagle la tengo también, pero te advierto que es bastante cara... y katanas no. Esas pijadas a quién le interese, aquí puedo darte cuchillos de caza o machetes serrados- sonríe de manera ladeada y espera a que tomes tu propia decisión al respecto.

Como había sospechado Baal la desert eagle era el arma que de verdad salía cara, pero era un buen arma y no quería desecharla. Por otro lado le fastidia que todas las armas blancas que le muestra no dejen de ser más que rudos machetes y cosas todavía menos manejables, así que decide casi desde el principio que no se quedará con el arma blanca. Y la decepción final llega con la UZI...¿Un arma de pandillero del Bronx?. Ni loco. Así que al final toquetea la escopeta y comprueba que esté bien calibrada para al final asentir.

-Está bien me quedo con la escopeta y la desert eagle. Lo demás lo dejaré para otra ocasión.- dice con su actitud de negociador.-Ya que estamos dame algo de munición extra de las dos armas si puede ser.- añade volviendo al mostrador y sacando su billetera.
Una vez finalizada la transacción Baal le dedica una sonrisa y mete la escopeta en la bolsa de viaje junto con las municiones. La Desert Eagle la guarda junto con su Beretta en un bolsillo interior de la gabardina.- Bueno, un placer hacer negocios contigo. Espero que cuando nos volvamos a ver pueda traerte tu premio.- bromea forzosamente a modo de despedida.

Al salir se dirige directamente al taxi que lo estaba esperando. Una vez dentro mira su reloj y le dice al taxista.- A la calle Madison. Sigue así y hoy te llevarás una buena propina.-

Kaos te cede un cargador para la desert y un total de 10 cartuchos más para la escopeta. Debería ser munición suficiente para un periodo de tiempo más que prolongado, a no ser que tengas en mente quebrantar por completo la Mascarada o dedicarte de pleno en un faceta de asesino en serie. Aunque en tal caso probablemente no usarías armas de fuego, demasiado "impersonales".

Así pues abandonas la tienducha, y en cuanto el taxista te ve entrar te sigue con la mirada muy sorprendido al principio para después contener una risa que disimula con una tos falsa mientras arranca el vehículo obedientemente dejándote justo al lado de la amplia y ostentosa mansión de Anastasia tras apenas quince minutos de conducción.
-¿Le espero de nuevo...?- pregunta intentando mantenerse educado a pesar de tu nuevo aspecto, pues la tarifa sigue aumentando a cada minuto que pasa por mucho aspecto de mafioso venido a menos que tengas.

23:34

Tras responderle abandonas el coche y te acercas a las amplias vallas de entrada al jardín de los dominios de Anastasia, que evidentemente permanecen cerradas y te superan por un metro de altura.
En una esquina una cámara de vigilancia te graba y en un lateral hay uno de esos telefonillos para ponerse en contacto con vete-a-saber-quién, porque estás seguro que ella no recibirá a todos los cotillas que se acercan a la zona directamente.

Cuando aún estás dudando si pulsar el botón, un tipo con uniforme de guardia de seguridad se aproxima desde el jardín a la verja y te mira de arriba a abajo con una ceja arqueada.
-Está en una propiedad privada, apártese, no le van a recibir- te espeta con rudeza antes de girarse para volver a su puesto, una caseta de vigilancia bastante cercana.

Baal se baja del coche arreglándose bien la gabardina para que no se noten tanto sus pintas. Con un leve asentimiento con la cabeza indica al taxista que si, tiene que esperar por él. A Baal le parecía una pregunta estúpida, pero decide ahorrarse la contestación para no fastidiar su medio de transporte.

Una vez delante de la valla que delimita el terreno de Anastasia busca con la mirada alguna manera por la cual podría comunicarse, descubriendo así un impersonal telefonillo. No le gustaban los telefonillos...demasiado fríos, y en ellos no se puede mostrar ciertas cualidades de la persona. Por no decir que la cámara que le observaba enviaría su patético aspecto a algún vigilante, lo cual no era demasiado bueno. Cuando todavía estaba pensando que hacer se le hacerca uno de los lacayos de Anastasia para decirle una bordería que no se le hubiera ocurrido si de verdad supiera con quién estaba hablando. A Baal se le pasa por la cabeza sacar una de sus nuevas flamantes armas para pegarle un  tiro y enseñarle modales, pero decide pasar. Al fin y al cabo ni él se dejaría entrar en su habitación con esas pintas.

Maldito Kaos, por su culpa voy a tener que dejar lo que tenía pensado para otra noche...

Con una clara expresión de cabreo se mete de nuevo en el taxi y le indica a su conductor que lo lleve de nuevo al refugio. Con un poco de suerte sus incompetentes compañeros habrían descubierto algo...

23:57

El taxista asiente obedientemente y con una sonrisa de complacencia, dejándote en la oscura calle que conduce a vuestro Refugio.
-Esto sí que es nuevo... No tiene salida- comenta extrañado mientras detiene el vehículo frente al gran caserón y lo observa con curiosidad, pero lo que de verdad le llama la atención es la tarifa, cuya pantalla toquetea para llamar tu atención.

-Lleva ya 102 dólares, jefe- te informa claramente satisfecho, es probable que te conviertas en su cliente de la noche, incluso de todo el día, si la cosa continúa así con idas y venidas. Lo mejor que tiene, sin duda alguna, es el hecho de que todavía no te ha hehco ninguna pregunta. Mientras le pagues en cada parada él parece tener suficiente y de sobras.

Desde el vehículo puedes comprobar que las luces del interior del refugio siguen apagadas, al menos por la parte delantera, y el silencio en el lugar es absoluto. Podrías oír incluso a los gatos callejeros si te esforzaras en ello.

Baal llega al refugio con un cabreo de narices. La pantomima de Kaos le había costado la noche, pero al menos había "arreglado" lo del pago, y ya de paso pilló unas cuantas armas. Nada más plantarse el taxi en la entrada Ball se fija en que el refugio está completamente a oscuras, y como es habitual no hay ni un alma en la calle. Además comenzaba a sentir sed.  Se fijó en su próxima victima: el taxista. El problema es que había ciertos detalles que pulir. Para empezar tendría que ocuparse del cuerpo, y por otra parte del coche.

Bueno el cuerpo no será una cosa muy difícil,  aunque queda noche y no me llevará demasiado tiempo. Ya estoy acostumbrado a estas cosas...con el coche...bueno ya improvisaré.

Baal sonrie al taxista cuando este le dice la tarifa del viaje.-Claro jefe. Desgraciadamente para usted esta ya es mi última parada.- bromea mientras se quita la gabardina para buscar la cartera un uno de los múlyiples bolsillos.-Dónde demonios está...-hace el paripé durante unos segundos pero al final mete la mano en un bolsillo y sonrie de nuevo.- Aqui está.- dice enseñándole la cartera.-Como ya le he dicho por seguir así se va a llevar una buena propina así que aqui tiene. 209 dólares. Cuéntelos, que no estoy seguro de si están justos.- dice entregandole un pequeño fajo de billetes doblado y compuesto de varios billetes pequeños. Entonces espera a que el pobre hombre comience a contar los dólares desde el asiento delantero del coche para lanzarse sobre él. Con el brazo izquierdo le eleva la cabeza y de paso le tapa la boca mientras que con el derecho le rodea el pecho para que no pueda escapar. Entonces lanza sus colmillos sobre el expuesto cuello de su víctima para succionar su vida. Disfruta cada gota de sangre como la que más, envolviéndose con el éxtasis de la alimentación. Siempre es mejor que el sexo. Una vez ha terminado se pasa la lengo por los labios para limpiar y saborear los últimos restos de sangre y se dispone a hacer desaparecer todas las pruebas...

Al pobre infeliz se le abren los ojos como platos cuando le tiendes tamaño fajo de billetes. Asiente con energía y empieza a pasar billete tras billete, contabilizándolo con entusiasmo, con lo cuál cuando te abalanzas sobre él le coges totalmente por sorpresa.
Da un respingo mayúsculo y el dinero vuela por su asiento mientras intenta revolverse... pero eso sólo dura unos segundos, enseguida se relaja ante el placer del Beso y poco después su sistema carece de la suficiente sangre como para moverse y reaccionar con normalidad, así que sencillamente permanece ahí como un muñeco de trapo mientras acabas con su vida libremente. Ni siquiera necesitas matarlo para sentirte saciado por completo... pero eso da igual, probablemente acabes haciéndolo de todos modos.

Una vez saciada su sed tocaba la parte, en teoría desagradable, pero con la que Baal personalmente disfrutaría en exceso: deshacerse del cadaver. Sale del coche sólo con los pantalones y con la bolsa con las armas y se dirige al refugio. No está seguro de si habrá alguien pero la verdad es que le da igual, así que entra arrastrando al pobre taxista y lo deja tirado en la entrada. Entonces sube un momento a su habitación para dejar la bolsa y vuelve abajo para transportar al muerto a su cámara de torturas. Una vez allí se coloca unos guantes de látex y empieza a recopilar herramientas como sierras para huesos, una pequeña hacha, un cuchillo de carnicero y demás. Se hace con bolsas de plástico no demasiado grandes y con bolsas de basura y comienza su ritual de limpieza. Empieza a cercenar los miembros del muerto y a hacerlos pedacitos, tampoco excesivamente pequeños, pues no tiene toda la noche. Las partes las va metiendo en bolsas de plástico individuales y cuando ya tiene unas cuantas las mete en una bolsa de basura. La verdad es que tenía cierta experiencia con esa forma de deshacerse de un cadáver así que no tarda demasiado, pero al menos se permite unos minutos para disfrutar del momento. Una vez está todo hecho sube para dárse una ducha rápida y quitarse así el olor a muerte y la sangre. Al final los asquerosos pantalones de Kaos le habían servido, pues no tenía que gastar uno de los suyos. Después de la ducha vuelve a acicalarse y a vestirse con su habitual elegancia, aunque esta vez no se pone un traje tan sofisticado como su favorito. Antes de salir de su habitación guarda la bolsa lo más escondida que puede en su armario de ropa y se hace con la desert eagle. Entonces vuelve a la cámara de torturas para llevars elas bolsas de basura con cuidado. Las mete en el taxi, se pone la gabardina y va a tirarlos a distintos contenedores más o menos cercanos en la zona. Ahora tocaba deshacerse del taxi...

Tenía por delante anda menos que 3 aburridas horas antes de que amaneciera. Una de las cosas que tenía que hacer era librarse del taxi, pero no quería precipitarse con ese asunto porque si tenía que volver a salir a la ciudad no le apetecía volver a pillar un taxi. Por otro lado no parecía haber nadie en el refugio, así que era posible que la "banda del patio" hubiera descubierto algo sobre los asaltantes. Unirse a ellos era una idea más apetecible, así que buscó su móvil y marcó el número de...¿de quién?.

Uhm...Odin ni siquiera lleva móvil. Esa vieja reliquia de nosferatu es alérgico a la tecnología. Cariñitos Quincey seguro que ni me hace caso...Así que se reduce a Bastian y Toxic...Uhm...está claro...Al menos uno de esos dos tiene elegancia.

Sin pensárselo más marcó el número de Bastian y esperó a que lo cogiera....

1: 49

Cuando al fin regresas al Refugio tras toda la "faena" hecha, distingues sin problemas el vehículo de Bastian en su sitio habitual, aunque aprecias que las ruedas y toda la zona baja ha sido lavada recientemente ya que todavía está algo mojada.

Entras hasta el recibidor y desde ahí distingues la voz de Odín y del resto en la sala de reuniones, parece que han llegado y ya se están poniendo de acuerdo para algo más. Incluso les dio tiempo a limpiar la sala que estás pisando antes de salir a... dónde sea. El caso es que ahora los zapatos ya no se te van a manchar de sangre y eso es de agradecer.

Al llegar de nuevo al refugio Baal distingue el coche de Bastian en la entrada. Al parecer la tropa de boy scouts había vuelto a casa.

Bueno, ¿habrán sido capaces de descubrir algo?... Yo apostaría que no, pero bueno...nunca se sabe. A veces incluso te sorprenden.

Sin darle muchas vueltas al asunto y aparentemente sin estar preocupado de que todavía estuvieran cabreados con él entra en  refugio dejando para más tarde la necesidad de deshacerse del taxi. Al entrar observa con satisfacción que al menos se les da bien fregar el suelo. Al menos tenían una cualidad. Tras avanzar un poco descubre que mantinene otra reunión. Por un momento se siente tentado de quedarse ahí, espiando sus palabras para saber que comentan, pero al final decide dejarse de tonterías. Al fin y al cabo le importaba bien poco de qué estuvieran hablando, así que entra en la sala de reuniones.