El jadeo de Renata se impuso casi a cualquier otro sonido cuando se vio golpeada y firmemente atada a aquella columna quebrada, un jadeo al que siguió otro cuando la figura de un mundo extinto se dirigió a ella. Su voz, hermosa y articulada, resonó en medio de aquel paraje.
-Tú no puedes estar vivo. No. Y tampcoo estoy aquí paar saquear nada. No he venido a ello. No... no... no creo que esa sea mi misión aquí. Aunque en lo que dices, hay algo que puede ser cierto. Estoy aquí por algo -Renata frunció el ceño y resopló, tratando de alejar el mechón que ahora caía sobre su cara y que se obstinaba en meterse en su boca-. Pero no tus tumbas o las de tus ancestros. Aunque sí de valor. Quizá el mío propio. Mi valor, mi coraje.
El espigado Eldar manipula los controles de su guantelete, mostrando en el aire la imagen hololítica de un lejano sector del espacio. La imagen se centra y se amplía, mostrando un solitario planeta azul salpicado de islas. En una de las islas hay un antiguo zigurat, bordeado por altas y esbeltas estatuas.
- "Puedo mostrarte la ruta hasta un tesoro de incalculable valor. Riquezas suficientes para comprar tu propia astronave. A cambio, tan sólo nos deberás algunos favores. Te pediremos cosas pequeñas, transportar una carga, o algunos pasajeros. Un poco de información aquí y allá. Nada más allá de tus capacidades." -
Todo era demasiado real, demasiado vívido. Demasiado peligroso.
-¿Podrías ser más preciso? Me pides algo poco importante en apariencia y estás dispuesto a pagar mucho por ello. ¿Un tesoro que me permitiría comprar una nave a cambio de transporte o información? No sé por qué, pero no me parece un buen negocio. Nadie da tanto por poco. ¿Dónde está la trampa?
El Eldar guarda silencio, pero sabes que lo que te está pidiendo realmente es que trabajes para xenos. Si alguna vez llegas a tener poder e influencia, eso sería una importante ventaja para ellos.
- Tirada Oculta de Fuerza de Voluntad +10.
Tirada oculta
Motivo: Voluntad
Tirada: 1d100
Dificultad: 47-
Resultado: 48 (Fracaso)
RENATA:
- Tienes al alcance de la mano, si acaso pudieras mover las manos, todo cuanto siempre anhelaste. Poder, influencia, riqueza, una nave propia como Capitana...
- Y para ello, tan sólo tienes que hacer una cosa, una sola cosa: convertirte en recadera de la raza de los Eldar, enemigos del Imperio del Hombre.
RENATA:
- Compruebas que no hay forma humana de que puedas liberarte por tus propios medios, estás inmovilizada hasta el extremo de que respirar requiere un cierto esfuerzo.
- Te das cuenta de que si te niegas a servir a los Eldar, tu negativa probablemente lleve aparejada el tormento y la muerte...
La sensación de peligro y la de estar completamente expuesta se superpusieron. Frente a ella aquel ser con su extraña oferta y su silenciada contraoferta en caso de que se negara. Renata se concentró en su propia y costosa respiración, ignorando qué hacer. Se le tendía una mano con una prropuesta de lo más sugerente. Dinero y con él, la posibilidad de cumplir su sueño. De otra parte, y aun cuando nada se decía y quizá solo fuera su propio miedo quien gobernaba sus pensamientos, la sensación de que rechazar lo que se le estaba ofreciendo no sería bien recibido. Pero, ¿por qué ella? ¿Qué sentido tenía todo aquello?
Y de igual modo, mientras dejaba caer la cabeza y dejaba de forcejear con sus ataduras, ¿estaba ella dispuesta a venderse? Siempre había aspirado a ser capitana de su propia nave, mas si aceptaba el regalo venenoso del Eldar, ¿no se convertiría en su esclava de facto? Renata aspiraba a la libertad total. El mero hecho de servir a la Inquisición seguía revolviéndole el estómago, consciente de que aquella cadena era muy probable que nunca se aflojara. ¿Una nueva cadena? ¿Un nuevo amo? ¿Le pondrían también un collar explosivo?
-Lo siento. No me parece un buen negocio. Y menos cuando viene acompañado de unas más que innecesarias ataduras y las condiciones no son satisfactorias. Como decía mi querida abuela, donde no hay beneficio, pérdida segura -señaló retadora pese a todo, alzando la cabeza y tratando de mostrarse lo más erguida posible pese a hallarse como se hallaba-. Y que sea lo que el Emperador quiera -murmuró como remate final.
RENATA:
- El Eldar se retira con gesto de desprecio. Escuchas un leve siseo cuando su sigilosa nave se aleja, dejándote atada y abandonada.
- Pronto oscurece y la jungla se llena de sonidos desagradables.
- Varias criaturas saurianas se acercan, olisqueando por si es una trampa. No es habitual encontrar un cebo apetitoso que no se mueve ni escapa.
- Finalmente, se envalentonan y te devoran...
El crujir de tus propios huesos y los sonidos de masticación es lo último que alcanzas a escuchar.
RENATA:
- Despiertas en una pequeña sala apenas iluminada.
- Ante ti hay un Vidente ciego de la Inquisición sujetando tus manos.
- Te sientes increíblemente dolorida y entumecida, apenas puedes moverte.
- Y entonces llegan ante ti claramente las palabras del Vidente, aunque no han sido pronunciadas en voz alta, es tu Predestinación Imperial...
Sueños siniestros penden sobre tu corazón.
123.811M41.
HORA LOCAL: PRIMERAS HORAS DE LA TARDE.
- El ascensor abre sus negras puertas metálicas al llegar al subnivel donde se encuentran las celdas de los Acólitos y Aspirantes.
- Vladymir y Kurt ya se encuentran esperando en la cámara circular que antecede al ascensor.
- Renata sale del interior del ascensor, obviamente aturdida y confusa. Parece muy cansada.
Finalmente, los dos habían logrado salir con vida de la prueba. La espera había sido algo larga, pero solía pasar con estas cosas, al menos según la experiencia que había tenido Vladymir. Los rostros cansados y confusos le hicieron recordar a la situación en la que fue él el que se encontraba en esa posición, recién convertido en acólito y sin empezar a ser consciente aún de las tareas que tendría que afrontar. Casi parecían haber pasado siglos de aquello...
-Enhorabuena a los dos. Que hayáis salido con vida es una buena noticia, y supongo que ahora ya sois miembros de pleno derecho de la célula. Bienvenidos a nuestro grupo.
- "Así es, Acólito Ostrogov. Ambos han superado la última prueba por lo que desde este momento los dos son considerados Acólitos al servicio del Inquisidor Globus Vaarak, y del Sagrado Ordo Hereticus.
Renata, tiene unas horas para descansar.
Esta noche, la lanzadera negra les recogerá a los tres y les llevará a la estación espacial Tarsus-1, el principal puerto orbital de Escintila. Desde allí viajarán primero a Tarsus, después a Sibellus, y finalmente a la Finca Specula Maris, donde aguardarán a que les sea asignada su siguiente misión. Mientras aguardan, podrán descansar, pero no deberán descuidar su entrenamiento y deberán de estar dispuestos para partir tan pronto como les sea requerido, en cualquier momento." -
El ex legionario contempla a los dos hombres con el rostro imperturbable, y luego se acerca a Renata. La toma del brazo, acercándola a uno de los bancos libres, y le ayuda a tomar asiento.
-Nunca será lo bastante pronto como para salir de aquí.
CONCESION DE RANGO INQUISITORIAL:
- De Aspirante a Acólito recién reclutado:
1- Kurt Brokenbone: 121.811M41.
2- Renata Canaglia Garibaldi: 123.811M41.
Agradeció la felicitación de Ostrogov con una cansada sonrisa y escuchó al Erudito de igual modo a como había escuchado al Eldar. Solo el contacto suave y cálido de Kurt al hizo sentirse en verdad viva y de nuevo en la realidad.
-Gracias, Kurt -dijo sentándose para luego apoyar la cabeza en el hombro del hombre-. Estoy agotada y no termino de entender qué ha ocurrido. Cuando vi a aquel hombre, con mis manos entre las suyas, sabiendo que había entrado en mi cabeza y... Me siento sucia, Kurt. Pero al menos, estamos vivos -dijo. Sin duda hubiera querido decir más cosas que decir por la mirada dirigida a Kurt, pero sin duda la presencia de los otros la había cohibido.
123.811M41.
HORA LOCAL: POR LA NOCHE (SOBRE LA COLMENA TARSUS).
- La lanzadera negra del Bastión Serpentis se lleva a los tres Acólitos a la Estación espacial Tarsus-01, en órbita geoestacionaria sobre la Colmena Tarsus del planeta Escintila.
- Dos días después, los tres arriban a la Finca Specula Maris tras un descenso orbital al espaciopuerto de Tarsus en una lanzadera civil de pasajeros, un largo vuelo en nave atmosférica hasta la Colmena Sibellus y un viaje desde allí en aerodeslizador hasta la Finca.
// Salen de escena: Kurt, Renata, Vladymir. - Siguen en: Finca Specula Maris.