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[D&D 3.5] El Destino de Lucarrion

Prólogo. Niren.

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24/05/2018, 14:58
Garen

Garen trató de responder a la primera de las preguntas. Ciertamente era una encomienda muy importante de la cual ni el mismo sabía demasiado. No obstante, fue inútil tratar de abrir la boca pues un “no cuela, cielo”, se la cerró de golpe. Aquel apelativo, que quizás pretendiera sonar altivo por parte de la tiefling, a Garen le sonó como música para los oídos y casi hizo que se sonrojara.

Niren prosiguió con su cháchara, pero para ese entonces aquel aspirante a paladín tan sólo veía aquellos carnosos labios de pícara sonrisa, abrirse y cerrarse elevando su libido a límites insospechados para él. Aquellos sugerentes labios estaban acompañados en todo momento por la vivacidad de los ambarinos ojos de aquella pelirroja, que refulgían con un brillo especial.

Para cuando la muchacha cerró el pico. Garen tuvo que sacudir la cabeza para retornar a tierra firme y bajar de sus lujuriosas nubes. Tragó saliva y rememoró en su cabeza a la vez que susurraba para sí mismo las últimas palabras que Niren le había dedicado. Descubrió entonces que se trataba de una petición.

- Las antigüedades son delicadas… - Si eso era cierto. – Sois muchos... – También muy cierto.

Garen se recompuso y tornó su gesto pasmado por uno mucho más serio. Adoptó de esa manera una postura que nunca debió haber abandonado, la de un recio y estirado servidor del reino en misión especial. Hizo un gesto a los hombres que le acompañaban y las Capas Blancas asintieron a la vez que relajaban la postura. Garen dio dos pasos hacia la Rosa de los Vientos y acto seguido se giró para ofrecer el paso a la dama.

Ya en el interior de la tienda, Niren escogió un rincón acogedor en la trastienda, en el que se hallaba una pequeña mesita circular y dos sillones de apariencia cómoda. Invitó al bytheño a tomar asiento y éste insistió entonces en que fuera ella quien se sentara en primer lugar. El gesto que se dibujó en el rostro de la tiefling debió bastar para que Garen se tragara su galantería y posara su trasero sobre uno de los sillones.

- Bueno… - Se rascó la barbilla y miró al suelo antes de proseguir. – Podría contarte una historia larga, pero creo que conviene ser más directo. - Comenzó diciendo el aspirante a paladín. – Verás, me han enviado en tu búsqueda porque saben que nos conocemos. Serví un tiempo aquí en Malaken y bueno, eso ya lo sabes… nos conocimos… - Para tratar de ser directo empezaba dando un rodeo. – Tu fama ha llegado a oídos del mago real. Eres una de las buscadoras más famosas de Lucarrion y Bythuador necesita tus servicios. Pagarán bien si eso es lo que te preocupa. No irás sola, tengo entendido que serán cuatro tus acompañantes. Y bueno, la cosa es que quieren que busques algo. Un artefacto antiguo y valioso.

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24/05/2018, 19:11
Niren

Antes de entrar en la Rosa de los Vientos, Niren pareció recordar algo y se asomó para dirigirse a Shaonn.

¡Por cierto! Al fin he encontrado esos canopes de arcilla irisada—dijo—. Recuerda limpiar la tercera estantería de curiosidades, quedarán bien al lado de la maza que se usó para construir las legendarias escaleras que no llevaban a ninguna parte.

Acto seguido, y como si hubiese dicho algo totalmente normal, se dirigió a la trastienda con Garen y esperó a que el paladín le explicara lo que le tuviera que explicar. Mientras lo hacía, se mantenía pensativa, incluso movía la cola lentamente como lo haría un gato reflexivo.

«Un artefacto antigüo muy valioso que probablemente también tenga un silencioso y tremendo "pero" si lo quiere el mago real y si tanto pagan» pensó, pero por las mismas razones el asunto le despertaba mucha curiosidad. Aunque no tuvo tan en cuenta eso como lo que vino después, que incluso la hizo apretar los dientes como si le hubiesen dado un pisotón invisible «¡Ugh! Y si a tanta gente contratan»

—Suelo... trabajar sola—dijo torciendo ligeramente el gesto—. Pero bueno, supongo que me puedo adaptar «Mientras no hayáis contratado a ningún zopenco con el cuidado en el culo... » En cuanto a lo que me preocupa: Siempre y cuando no se trate de ningún artefacto para tocarle las narices a la nación de al lado, está bien.

Apoyó un codo en la mesa y tendió la mano con desparpajo como si esperara que se la estrechasen.

—Si es así contad conmigo pero dame un rato que prepare la mochila—dijo con una sonrisa pícara—. Y quizá un coco helado para el camino.

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25/05/2018, 16:40
Garen

- Es un objeto valioso. – Dijo el paladín. – Por lo que sé, estamos en paz ahora y las relaciones entre ambas naciones son buenas. – Sonrió. – No en serio… - Adoptó una pose más severa. – Se trata de un artefacto antiguo. Seguramente algún tipo de reliquia. Algo importante para la nación, pero no creo que sea un artefacto de guerra, no nada por el estilo.

Garen se quedó unos momentos en silencio y pensativo. No se había planteado aquello hasta ese preciso momento. Sin duda alguna la fama de Niren no era únicamente por su cara bonita. Aquella chica pensaba bien y mucho. Lo único que le tranquilizaba era saber que de ser un artefacto peligroso para Du-Haib, no enviarían a una malakina en su búsqueda. Eso no tenía sentido.

- Además, de ser un artefacto que pudiera jugar en contra de los intereses de los territorios del sur… - Así solían llamar los bytheños a las Du-Haib. Garen tragó saliva al percatarse de que podía haber metido la pata denominando así a la nación de su interlocutora. – A las Du-Haib… - Trató de disimular. - …no te enviarían a ti, una malakina en su búsqueda. ¿No?

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25/05/2018, 19:40
Niren

A Niren no pareció molestarle que Garen empleara aquel término, o al menos mientras no pusiera cara de asco al hacerlo.

—¿Y no eso es justo lo que pensaría quien quisiera despistar?—dijo arqueando las cejas en lo que parecía una pregunta inocente. Aunque justo antes de que fuera posible determinar si realmente lo era o por el contrario lo decía en serio, volvió a adquirir la expresión pícara de siempre y soltó una risita—. Voy a por ese coco helado. En diez minutos estoy lista.

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26/05/2018, 00:23
Narrador

Le convencieran o no aquellas explicaciones a la tiefling, el caso es que decidió seguir al aspirante a paladín hasta Aventria, capital de Bythuador. Ciertamente, Garen no parecía ser más que el mensajero y los detalles que pudiera tener sobre aquella búsqueda eran ciertamente escasos. Si una vez frente a su contratista, no le convencían las explicaciones pertinentes sobre la misión, siempre podría declinar la oferta. O eso esperaba al menos.

Quinientos kilómetros eran aproximadamente los que separaban Malaken de Aventria. Tan solo unos doscientos hasta la frontera de ambas naciones. Garen y las Capas Blancas habían dispuesto un carruaje con cuatro caballos y otros cuatro corceles para algunos de los guardias que no fueran en el interior de la cabina.

El viaje a través de las Du-Haib se hizo bastante rápido. Pese a que las carreteras no se encontraban en su mejor momento, la llanura hacía que el viaje fuera más cómodo y rápido. Por ello atravesar los campos de su tierra, no fue difícil, aunque si tedioso. Las complicaciones vinieron tras atravesar la frontera.

Bythuador era un territorio con un relieve algo más complicado. A medida que se acercaban a las colinas Templadas, la velocidad disminuyó de forma ostensible. Tuvieron que atravesar terrenos accidentados, las propias montañas, bosques y carreteras completamente ocultas bajo la fronda, cuyos adoquines casi habían desaparecido por completo. No obstante, tuvieron relativa suerte, pues no fueron emboscados por ningún grupo antisistema, ni por asaltantes de otro tipo.

Tan solo tres de las quince noches que pasaron durante aquel viaje, fueron a cubierto. Las dos primeras antes de atravesar la frontera. La segunda y la quinta noche pernoctaron en varios puestos fronterizos que contaban con posadas. En la primera les costó poco alojarse, pero en la segunda, la idea de guarecer a Capas Blancas no parecía del agrado del posadero hasta que Niren intercedió. La tercera noche ya fue en territorio bytheño, en una posada en medio de ninguna parte y lo cierto fue que más les hubiera valido la pena dormir a la intemperie. El alojamiento fue horrible y el precio abusivo, por no hablar de la bazofia que les dieron para comer.

Las restantes doce noches las pasaron al raso y con el cielo estrellado como único techo. Las dos lunas de Gante presidían la danzabñ nocturno del firmamento y con escasas nubes y una temperatura temperada, típica de la primavera, daba gusto pasar las noches al descubierto. Incluso Garen resultó ser más simpático y atento de lo que parecía, incluso resultaba mono cuando no abría la boca para decir alguna tontería.

Y así como empezó, después de quince noches y dieciséis días, el viaje llegó a su final y ante ellos se materializaron las puertas de Aventria.

Notas de juego