Partida Rol por web

Habia sido un viaje bastante movido en aquel barco, pero jamás pensaste que meterte en el ataud de madera fuese tan mala idea; al acercarte a tierra una grandisima tormenta azoto el barco y las ordenes del capitan te hicieron meterte en los camarotes, a lo lejos vistes una cadena montañosa y un golfo lleno de varios barcos naufragados...Parece ser que el capitan no sabia muy bien por donde se movia por que tu ultimo recuerdo fue el de varios gritos y un gran temblor, seguido de un estruendo...

Estás boca arriba, con cierta humedad sobre las ropas y el rostro, en una pequeña costa que da a un valle bastante generoso, mas allá hay un bosque virgen de pinos...Y el ligero recuerdo de las montañas te hace pensar que las que ves al este son las mismas. El verano aqui no parece ser muy tórrido, es hasta agradable en parte por la brisa del mar, cosa que agradeces pues durante el viaje no tuviste oportunidad de satisfacer ningun deseo sexual, todos los tripulantes eran hombres. Cuando piensas en ello, te giras para ver el ancho mar, hay esqueletos de barcos contra rocas, pero no te suena ver el que te transportó hasta aquí, y a parte del equipo que llevas a tus espaldas no hay rastro de un naufragio reciente.

Me incorporo con esfuerzo y la boca pastosa, como si hubiera estado inconsciente un buen rato. Miro a mi alrededor con los ojos entrecerrados, ya que la luz del sol me molesta, buscando algún rastro de la nuez flotante en la que viajaba o algún tripulante de ésta. No veo a nadie. Por contra, hay una gran cantidad de cosas esparcidas por toda la costa -"¿Pero qué coño ha pasado aquí?"- digo para mi misma, volviendo a dejar caer mi cuerpo encima de la arena en la posición inicial.

Mientras estoy tumbada, pienso de nuevo en la decepción que ha sido tener sólo copañeros de viaje y ninguna mujer, por fea que fuera. Por suerte, al ser una semiorca, todo y que estoy como un queso de buena ;), los tíos no se han acercado mucho a mi. Supongo que mi posado fiero y la espada que llevo colgada a un costado en todo momento a persuadido a más de uno. -"Cómo me hubiera gustado que hubiera habido alguna mujer a bordo, hubiera sido toda una satisfacción disfrutar su cuerpo delante de la cara de tontos del resto de la tripulación"- digo con una carcajada acabada en un exceso de tos.

Al cabo de unos minutos, vuelvo a incorporarme y echo otro vistazo a ver si tengo más suerte en esta ocasión, pero veo que todo está igual que la última vez que miré a mi alrededor. Me incorporo con gemidos de dolor e inspencciono mi cuerpo por si hay alguna herida que pueda ser grave o algún hueso roto -"No, todo parece estar bién". Compruebo con satisfacción que mis pertenencias más preciadas siguen con migo, una vieja camisota de mallas y una espada larga, -"Es increhible que haya podido flotar hasta aquí con todo este metal que llevo encima"- digo sonriendo con ironía y me pongo a inspeccionar los objetos que hay tirados por todas partes, a ver qué se puede salvar.

Tras estar un rato buscando y removiendo la basura que hay por todas partes, la cual deduzco que pertenece tanto al barco en el que vine como al resto de esqueletos de madera que hay sembrando el mar, consigo salvar unas cuantas cosas que me pueden ser de utilidad, un petate con una tienda de campaña y los utensilios necesarios para montarla (4 estacas y un pequeño martillo), todo bien recogido y conservado, el cual me cuelgo del hombro. Tirada por ahí encuentro también una mochila en la que pongo lo que me sea útil (unas raciones de viaje y Yesca y Pedernal) -"Fantástico"- digo mientras lo voy guardando y catalogando cuidadosamente. Al final me cuelgo la mochila también del hombro.

Siguiendo reconociendo el terreno, vaya suerte la mía, encuentro un escudo pesado de madera, el cual cojo y sopeso con satisfacción -"Un buen compañero para mi espada"- me digo mientras me lo cuelgo también a la espalda, y un par de jabalinas cerca de éste. Una hacha de mano y una capa, la cual me calo, ahora no es que haga frío, pero no conozco estas tierras e igual por la noche refresca o me coje una tormenta de aquí te espero.

Una vez con todo bien colocado, una de las jabalinas la dejo en mi mano y la otra me la cuelgo a la espalda, anudada al petate, miro a mi alrededor, ahora intentando ver más allá de la playa donde me encuentro. Un valle junto a la cala que conduce a un bosque de pinos, montañas al Este y mar a mi espalda. Trás pensarlo unos segundos, decido que el camino que me ofrece la mayor posibilidad de encontrar civilización és cruzar el valle hasta el bosque. Si más no, agua y comida seguro que encuentro con más facilidad que en las montañas rocosas.

Cargada con mis pertenencias me pongo en marcha, jabalina en mano y ojo avizor, ya que me encuentro en unas tierras desconocidas que pueden alvergar cualquier tipo de animal.

Shirish emprende el viaje por una pradera bastante poblada de una planta algo extraña, que tiene unas flores de color violaceo y multitud de abejas parecen ocupadas recogiendo el preciado nectar de estas.

Lo que mas llama la atención de la planta en si son sus raices, de vez en cuando se puede ver una planta desenraizarse y hacerlo metros mas adelante, en un lugar donde el agua de la lluvia se ha acumulado.

Caminando al final cae la noche, las flores parecen cerrarse y las abejas marchan a descansar a sus colmenas, luciernagas pueblan el lugar, bailando en el aire y dando a esta pradera una hermosa visión, casi de cuento. El hambre aprieta un poco a estas horas, despues de la larga caminata.

Las copas de algunos pinos se pueden ver a lo lejos y se puede apreciar el sonido de algo moverse entre los rastrojos y las hierbas bajas en dirección a Shirish, de vez en cuando chapoteando entre el agua de lluvia en forma de charcos, pero sin llegar a ser visto por la semiorca.

Después de pasar todo el día caminando hacia el bosque y admirando la flora y la fauna de la zona, cae la noche y me preparo para acampar y tomar algo.

-"No imaginaba que el bosque estsubiera tan lejos"-, digo para mi mientras busco un buen lugar para dejar los bártulos y poder descansar (sin encender un fuego, ya que no conozco lo fauna nocturna que puede habitar por estos lares).

Al localizar una pequeña zona con unas piedras dispuestas de forma más o menos cómoda, me descuelgo la mochila y el petate de la espalda y, al poco rato, unos arbustos que se mueve cerca de mi y unos ruidos de algo que se acerca -"Pero qué coño..."- digo mientras me descuelgo rápidamente el escudo y desenvaino mi espada larga.

Dejando mis pertenencias amontonadas, me preparo para defenderme de un posible ataque situando el escudo delante de mi por debajo de la línea de visión, la espada preparada y las rodillas semiflexionadas, preparada para moverme con rapidez si la ocasión lo requiere.

Fijo la vista donde he visto el movimiento de la maleza y me concentro en cualquier ruido que pueda haber a mi alrededor que no sea el de los insectos.

De entre la maleza asoma algo reflectante y oscuro, que ascience subitamente hasta tomar la forma de un rostro humanoide, coronado por un par de cuernos y unas gafas que Shirish no ha visto en su vida, el resto del cuerpo le sigue y ante ella se presenta una figura humanoide de un metro setenta de altura, con escamas aqui y alli y una piel oscura, a la par que brillante. Un par de ojos rojizos la examinan de arriba a abajo y la mujer termina por alzar ambas manos.

-¿Glirk ARk-tosh sin Parh?-Articula con unos labios pintados de violeta, su rostro parece algo cansado y de vez en cuando mira hacia atrás, con la sombra de la preocupacion en su rostro. Sus botas manchadas de barro y humedas parecen ser lo que chapoteaban por las zonas mas encharcadas de este lugar. Lo mas parecido que lleva a un arma es algo a la cintura, con un mango de madera, quiza algun tipo de cuchillo envainado.

-" ¡Joder! "-, digo cuando veo aparecer de pronto una cabeza provista de cuernos que me mira con ojos rojos.

Mi cuerpo se tensa por la adrenalina y un hormigueo producido por un miedo ancestral a lo desconocido me recorre la columna vertebral obligándome a dar un paso atrás instintivamente.

La forma sigue poniéndose de pie hasta completar la figura femenina de una raza humanoide que no he visto nunca. La examino de arriba abajo sin perder la postura defensiva.

Al ver que va desprovista de armas, al menos convencionales, me relajo un poco, pero sin bajar la el escudo , y me pongo derecha. No parece que vaya nadie con ella pero me inquieta la forma con la que mira hacia atrás de vez en cuando.

Cuando veo que alza las manos, señal inequívoca de "rendición" en el lugar de donde procedo, me doy por satisfecha y apartó un poco el escudo a un lado, pero son bajarlo, y alargo la espada con la punta hacia ella - "No entiendo lo que dices" -, digo acercándome despacio a ella hasta tocar suavemente su pecho con la punta de la espada, - ¿Tú me entiendes a mi? "-

Mientras espero una respuesta, que deduzco será incomprensible, ya que apostaría a que me entiende igual que yo a ella, miro de nuevo hacia la lejanía para ver si puedo detectar más movimiento. Su cara de preocupación me hace pensar que huye de algo o alguien - "¿Estás sola?" -  digo a continuación son dejar que conteste.

Tras preguntar ésto último repaso su cuerpo femenino de forma inconsciente. Hace bastante tiempo que no he podido satisfacer mis deseos sexuals y eso hace que la mirada se me vaya hacia otros derroteros de forma casual.

-Glark In-oha askit ...Sapra...¡SAPRA!.- Dice mientras señala detras suya varias veces, mirando de reojillo la espada apuntando a su pecho.

Tras la mujer se oye el chapoteo que se habia oido antes y un estruendo parece tomar lugar en los oidos de todo el mundo en la zona, varios patos salen volando en muchas direcciones. El estruendo va acompañado de un silbido y unos metros mas atrás de Shiris la corteza de un arbol es arrancada por algo que ni si quiera consigue identificar.

-¡SAPRA!.-Dice la extraña mujer que se aparta a un lado de esa espada y echa a correr, plantandose las curiosas gafas sobre los ojos al hacerlo. Es casi un espectaculo verla, puesto que tiene un generoso trasero coronado por una cola reptiliana y el generoso busto bota al correr...¡pero está huyendo de algo y a saber que es eso que repite varias veces!

-"Calma, más despacio, que no te entien..."-, estoy diciendo cuando un estruendo nada disimulado se oye detrás de la desconocida.

Un montón de aves, deduzco que son patos por el graznido que hacen, sale volando en desbandada a causa de un estruendo en el agua y, acto seguido un ruido que reconozco como la corteza al ser arrancaba de un árbol suena detrás de mi haciéndome girar la cabeza.

-"Però que coño..."- digo intentando ver qué lo ha llamado mi atención de forma tan indiscutible.

Al no poder identificar al autor del suceso, me giro de nuevo hacia la otra "chica" justo cuando sale corriendo - " wow..."- digo mientras miro esa belleza de curvas exuberantes que se mueven con cada zancada.

Ok, algo ha pasado cerca de mi cara y ha impactado en un árbol de atrás destrozándolo. Alguien nos está lanzando algo, y ese algo es muy, pero que muy peligroso.

Instantáneamente miro de soslayo mi escudo -"¿Si eso ha destrozado un árbol, qué hará con mi escudo y conmigo?"- pienso mientras salgo corriendo zigzagueando detrás de la tipa rara, buscando una cobertura un poco más sólida que un árbol.

Se detiene el momento justo para agarrar a Shirish del brazo y tirar de ella, con una fuerza mas bien motivada por la adrenalina del momento consigue desviar a la semiorca de su trayectoria y ambas acaban en un terraplen que desciende, la mujer atrae a Shirish casi contra su pecho cuando ambas van descendiendo y hace lo posible por que sea su pantalon y perneras de cuero las que absorban todo el deslizamiento por la rampa de tierra, en vez de la piel de la semiorca.

-¡SAPRA!.- Vuelve a decir y tras ponerse en pie y sacudirse un poco las ropas sigue corriendo lejos del lugar de aquel estruendo, su voluptuoso cuerpo parece lo suficientemente agil como para sortear los charcos y lodazales de la humeda y fertil pradera.

Mas arriba se escucha el sonido de algo metalico ser raspado contra algo metalico tambien, pero parece ser que lo que sea que esta detrás no esta precisamente corriendo tras ellos.

Estoy corriendo detrás de ese ser desconocido con cuerpo de mujer, sin poder evitar fijarme en su bamboleo para seguir el ritmo cuando, de repente, ésta se detiene sin previo aviso, se gira y casi en el mismo instante me coge con una fuerza inesperada y me arrastra con ella hacia un terraplén. Ambas resbalamos por éste y, al llegar abajo, sorprendéntemente mi cuerpo casi no a sufrido ningún rasguño, ella me ha protegido con su propio cuerpo.

De repente ella se incorpora y sale de nuevo corriendo tras volver a pronunciar esa palabra que repite tanto, la cual, a estas alturas, deduzco que quiere decir ¡Corre! ó ¡Huye!.

-"¡Cómo corre la tipa esta!"- digo al ver como se desenvuelve corriendo con gracia y agilidad por una tierra llena de accidentes.

En éstas, el sonido del roce entre metales atraer mi atención hacia la parte de arriba del terraplén, justo de donde hemos caído, y eso hace que vuelva a ponerme en marcha.

Cojo rápidamente el escudo y la espada y salgo disparada detrás de ella intentando seguir sus pasos. Parece autóctona de la zona, desconocida para mi, y seguro que sabe dónde y cómo esconderse, se la ve preocupada pero no histérica.

Mientras corro, sigo buscando algún lugar que pueda escondernos, so no lo hay, espero poder llegar al bosque y allí aumentar mis posibilidades.