¡Un infarto! ¡Sin duda un infarto!
Katharina Smith había caído fulminada y su rostro había comenzado a tornar en una tonalidad púrpura que presagiaba lo peor. ¡Había que hacer algo de inmediato! ¡De lo contrario podía morir!
¡Maldita sea! El doctor no se hallaba entre los presentes. Quizás hubiese debido atender una emergencia entre los pescadores o las familias de color, pero el caso es que nadie lo había visto entre los invitados tras el funeral.
Sí se hallaba allí el antiguo doctor del pueblo, Alan Ettringer, quien tardó solamente un segundo en salir corriendo hacia su propia casa, sita a poca distancia de la de Ennis, para buscar su viejo y apolillado maletín, ese que ya solamente empleaba para visitar a sus más antiguos pacientes y amigos, fieles y testarudos.
Podría haberle hecho él los primeros auxilios, pero no lo pensó. No con Vivien allí, arrodillada junto a la mujer. Ella podría hacerlo igual de bien que él. Pero solamente él poseía los medios para tratar de estabilizar a la paciente. Y los tenía a apenas minuto y medio de allí.
Así que allí os encontrabais los dos, Richard y Vivien, junto con Mary Stone y Edward Rook, el párroco del pueblo -preparado por si debía emitir la extremaunción a la dama-, cuatro almas ayudando a la más desvalida de todas.
Dos Passos estaba también capacitado para colaborar con la reanimación de la mujer, pero se hallaba tratando de retener a todos los presentes dentro de la mansión, en donde se había desatado el caos. Corría el peligro de que los asistentes, entre la noticia del asesinato y el infarto que habían presenciado, organizasen una avalancha a causa de la excitación nerviosa y el pavor. Y en medio de la única vía de huída se hallaba el cuerpo casi sin vida de Katharina.
Tampoco podía consentir que se escapasen para acudir al cementerio en masa. ¡Arruinarían la escena de un crimen! ¡Quién sabe cuántas pruebas podrían destrozar!
Y luego estaban los desmayos. Hubo de abrirse paso para recoger del suelo a la apocada maestra, Georgette, quien se había desvanecido por el impacto de la espeluznante visión del ataque de su maestra. La joven había caído al suelo sin sentido y, en medio del caos, había sufrido varios pisotones por todo el cuerpo de vecinos cegados por el caos. No fue sino gracias a la ayuda de Charles que pudo apartar a la muchedumbre para cerrar la puerta y recoger a la muchacha.
Ahora los dos policías del pueblo se habian marchado al cementerio, y Dos Passos y Charles se las apañaron para encerrar a todos en la casa hasta que se tranquilizasen. De dentro se percibían alaridos y exclamaciones de horror, y por encima de ellas la voz de Dos Passos clamando por la vuelta a la tranquilidad.
Pero no podíais preocuparos por lo que sucediese en el cementerio o el interior de la vivienda. Lo que importaba era el aquí y el ahora. Y ese momento y ese lugar confluían en la figura de una Katharina Smith al borde de la muerte.
Evidentemente deduzco que vais a tratar de realizarle primeros auxilios hasta que vuelva el doctor con medios con los que reanimarla. Quiero que me narréis qué tratáis de hacer y que, si le realizáis lo que sea para tratar de mantenerla con vida, que hagáis una tirada de PRIMEROS AUXILIOS. ¡Y por vuestro bien, que no sea una pifia!!!! ;)
Evidentemente no tenéis por qué tener la menor idea de lo que se hace en un caso así (yo, por desgracia, tampoco la tengo), pero si no se os ocurre, recuerdo que tengo un librillo de primeros auxilios y os puedo mirar del tema si queréis darle mayor realismo a la escena. ¡Solamente tenéis que pedir y se os dará! :)
Richard Miró a Vivien -- Dime que tengo que hacer- Le dijo algo asustado. Rivchard no se había encontrado nunca con algo parecido, así que esperaba que ella le pudiera indicar que tenía que hacer
Cualquier ayuda era bienvenida en aquella situación, la "suerte" de que le ocurriera en un funeral tenía la ventaja de cantidad de personas alrededor a quienes poder pedir ayuda.
Vivien tenía que hacer algo rápido, Katharina había caido inconsciente y tenía a Richard esperando instrucciones.
Hay que ponerla cómoda, busca algo para calzarle la cabeza, rápido.
Vivien se apresuraba en aflojarle la vestimenta que lucía, sobre todo para que sus pulmones tuviesen libertad para respirar porque ya estaba adquiriendo un color no muy agradable medicamente. No podía hacer mucho, pues al venir al funeral salió de casa sin instrumental medico alguno pero, de todas formas, si lo que se disponía a hcer no funcionaba, ella no podría hacer mucho más por Katharina, necesitaban un médico y pronto.
Juntando los dedos índice y corazón los colocó frente a lols orificios nazales de Katharina, la estaban perdiendo, !habría que reanimarla!
Motivo: Primeros auxhilios
Tirada: 1d100
Dificultad: 65-
Resultado: 31 (Exito)
Cuando por fin gracias a Vivien supo como empezar a ayudar, se dirigió presto hacia una de las sillas que había visto que tenían un pequeño cojín, se hizo con el y volvíó con Vivien
Espero que esto sirva-Dijo mientras lo colocaba con delicadeza bajo la cabeza de ella
Las manos de Vivien obraron milagros en la debilitada mano de Katharina Smith. ¿Había sido realmente un infarto o algo más suave? ¿Todo había sido fruto del inmenso shock que había sufrido la dama?
El corazón seguía latiendo de forma completamente irregular. La arritmia era patente hasta para un profano en la materia. A Dios gracias que tenía a cuatro personas rodeándola, ayudándola, y a que Dos Passos había logrado retener a la muchedumbre alocada en el interior de la casa. Lo que menos necesitaba Katharina en aquellos momentos era una avalancha de gente aterrorizada pisoteando la zona y a los presentes sin control.
Gemidos, suspiros y resoplidos. Alan Ettringer venía corriendo como alma que lleva el diablo. Portaba un maletín en cada mano. Su rostro, enrojecido por el esfuerzo realizado en el sprint, mostraba que estaba actuando al límite de sus mermadas capacidades físicas. Ya no tenía edad para tales trotes. Al instante se puso de rodillas a su lado, empujando a Richard Ambler y a la posadera Mary Stone sin miramientos. Había una vida que salvar, así que por una vez, si debía saltarse las normas de cortesía, lo haría.
Mary rodó por el suelo tras el empujón, y cuando cesó el movimiento, se puso en pie con bastante agilidad, al tiempo que se llevaba la mano al bolsillo y extraía su pitillera. Dio un par de pasos atrás para dejar sitio al doctor, la comadrona y el cura, y encendió el cigarrillo. Le ofreció uno a Richard, al tiempo que le susurraba al oído unas palabras.
-Lo que nosotros podíamos hacer por la buena mujer ya está hecho. Ahora descansa en manos más doctas. ¿Qué te parecería continuar con tu plan inicial? A fin de cuentas, parece que se cuece algo serio.
Dicho esto, te indicó con un gesto de cabeza la senda que conducía hacia el cementerio. A lo lejos se veía a Rupert Gallagher buscando algo por el camino. A juzgar por su cara, daba la impresión de que dicha búsqueda estaba resultando un tanto infructuosa.
-Sujeta el brazo de Katharina mientras le inyecto...- sacó un frasquito de uno de sus maletines y comenzó a introducir la solución en el tubo de la jeringuilla. Evidentemente corriste a obedecer la orden del doctor. Él sabía qué hacer, y necesitaba a una persona capaz, útil en aquellas circunstancias. Y desde luego, en ausencia del doctor, sin duda eras la persona más idónea para tales menesteres.
Con profesionalidad y sin titubeo alguno, asiste el brazo de la mujer y comenzaste a elevar la manga de su chaqueta, mostrando el brazo desnudo. Katharina no estaba consciente, pero su rostro ya no se veía morado, cambiando la tonalidad a una rojiza espantosa, pero más humana, menos preocupante. Era el primer paso. La sangre estaba corriendo por sus venas, el aire entraba en los pulmones, aunque ambas operaciones se estuviesen llevando a cabo de forma tan absurdamente irregular.
De pronto, al sujetar el brazo de la mujer, y mientras Alan inyectaba la solución en el debilitado cuerpo de la antigua maestra, te percataste de que el puño cerrado de Katharina sujetaba algo, algo blanco y rojo. Parecía un pañuelo de tela empapado en sangre.
Se acercó a Mary para ayudarla a levantarse, pero antes de pudiera tenderle la mano ella ya se estaba levantando.
Hay que reconocer que está en forma
Gracias-dijo mientras aceptaba el pitillo y escuchaque ella le susurraba al oído.
Me parece una buena idea - le contestó con una picara sonrisa asomando de sus labios
Vivien suspiró aliviada pues Katharina había reaccionado aunque tenia un pulso algo irregular todavía. Habían logrado reanimarla y por suerte ya había llegado el antiguo medico que a falta del que tenían ahora, bien les servía dotado de muchos años de experiencia.
Ayudó al doctor sin dilación y con precisión como sólo Vivien sabía hacer, las manos de una comadrona no tiemblan ante situaciones desesperadas.
Pero al agarrar el brazo de Kathrina enseguida destacaba un paño rojo que agarraba fuerte con la mano, lo mas seguro que lo estuviera agarrando ya inconscientemente con la mano engarrotada por el shock.
Señor Ettringer, tiene algo en la mano. - Vivien esperaría a que Alan terminase de inyectarle la solución a Katharina para poder abrirle la mano y ver meor cómo era aquel pañuelo ensangrentado, pues podría darles alguna pista del asesino.
Os voy a separar por escenas.
Vivien, tú continuarás en ésta sin marcar a Richard.
Richard, a ti te voy a abrir la escena 3D.
-Tengo estable a Katharina. Es posible que salga con vida de ésta.
El doctor le tomaba el pulso a su amiga de toda la vida. Parecía que, efectivamente, la respiración de la mujer parecía algo más relajada.
A lo lejos pudiste ver cómo el ex-agente Gallagher buscaba algo por el suelo para luego regresar al cementerio.
Y la posadera Mary y el detective aficionado Ambler habían desaparecido de escena como por arte de magia.
Con suma cautela abriste la mano de la difunta. Dedo a dedo, intentando no forzar la mano de la aún horriblemente debilitada dama.
Era un paño común y corriente. Parecía que le habían arrastrado algo ensangrentado por la blanca tela. Mostraba rastros rojizos de punta a punta, como si lo hubiesen utilizado para limpiar algo.
Después e la intervención del doctor podrían respirar más aliviados; aunque su recuperación no era del todo segura, las palabras del doctor dejaban entreveer que había eperanza para la anciana profesora.
Por otro lado, a Vivien, el pañelo que agarraba Catharina en la mano se le antojaba una prueba significante para descubrir al asesino que rodaba entre ellos. Sin coger el pañuelo para no alterar la prueba, habló con el doctor de ella.
Dr. Sttringer, mire esto - dijo alzando un poco la mano abierta de Catharina dejando ver el pañuelo. - Puede ser una prueba, lo tenía muy bien egarrado y parece lleno de sangre, hay que dárselo a alguno de los policías...
Antes de hablar con el Dr Sttinger ya había divisado por la sala a Rupert Gallagher.
El ex-agente Gallagher esta allí, ¡llamémosle!
¡Ex-agente Gallagher! - dijo Vivien alzando la voz a esperas de que Rupert la oyera.
El agente no te escuchó, enfrascado como estaba en la búsqueda desesperada de algo, posiblemente una pista de importancia vital. Lo viste regresar al cementerio, absorto en su tarea.
Alan Ettringer se revolvió en su posición, arrodillado como estaba ante Katharina. De su maletín extrajo un frasquito de plástico y unas pinzas y, con sumo cuidado, tomó el pañuelo, introduciéndolo en él, cerrándolo con firmeza a continuación.
Lo situó en el suelo, pasando después a trasladar varias cosas de uno a otro de sus maletines.
-Ahora mismo no te necesito aquí, Vivien. Toma- te ofreció el maletín que había dejado prácticamente vacío. Antes de pasártelo, introdujo en él el frasquito con el paño ensangrentado- Dentro de este maletín hay varios frascos vacíos y unas pinzas, así como el que contiene el paño, que a bien seguro es una pieza fundamental de esta trama, no me cabe duda alguna. ¿Te importaría llevárselo al cementerio a Talbott y Gallagher? Hasta que llegue el forense quizás les pueda venir bien para recoger pruebas. Debemos hacer todo lo que esté en nuestra mano para que el crimen no quede impune. Diles a su vez que voy a tomar mi vehículo y llevarme a Katharina al sanatorio más cercano, en el pueblo de al lado. Necesita atención médica más sofisticada que la que yo puedo proporcionarle aquí- asió su otro maletín, pasándose el asa por la muñeca, y luego tomó a Katharina en brazos, presto a tomar rumbo a su garage- Si necesitan cualquier cosa, me encontrarán en el sanatorio. Supongo que volveré antes del anochecer, ¿de acuerdo?
Si señor Ettringer - dijl o Vivien mientras cogia el maletín y el botito con el pañuelo.
Observó el contenido del maletin antes de guardar el pañuelo dentro,tras lo cual, salió de la ansn en dirección al cementerio tal como le habia orenado Ettringer; no era su jefe como para acatar sus órdenes pero tenia razón,habia que llevar el pañuelo cuanto antes a Gallagher y Talbott.