Partida Rol por web

Vivien llegaba corriendo al cementerio donde tras percatarse de la presencia del forence y algunos de los asistentes al funeral, les saludó escuetamente mientras la mirada se le desviaba hacia el cuerpo apuñalado de Ethel... ojalá encontrasen pronto al responsable. Luego fue directa a presentarse frente a Talbott y Gallagher.

Disculpen la intrrupción pero les traigo algo que puede ser de interés para el caso. - Abriendo el maletín que le entregó Ettringer sacó el botecito donde Ettringer había metido el pañuelo ensangrentado. Con la palma de la mano abierta manteniendo el bote lo ofreció a Talbott y Gallagher.

Katharina lo tenía muy bien agarrado en su  mano cuando regresó del cementerio a la mansión de los Ennis, lo encontramos cuando sufrió el ataque, la pobre mujer se aferraba a él. - Despues hizo una pausa antes de proseguir, suponiendo que cualquier policía le preguntaría por lo mismo sobre el pañuelo y Katharina. - Nos ha costado pero hemos podido estabilizarla, aunque estaba demasiado débil para contarnos como llegó el pañuelo ensangrentado a sus manos, no les puedo dar más información, lo siento.

Talbott se apresuró a agarrar el frasquito de cristal en el que Vivien traía el paño ensangrentado.

-Es pronto para afirmar nada...- abrió el tarrito y con unas pinzas que le pasó el forense, extrajo el paño, extendiéndolo sin tocar la tela- Pero que me aspen si este pañuelo no ha sido utilizado para limpiar el arma del crimen. Estas manchas rojizas...- os mostró la tela, en donde aparecían unos rastros rojizos alargados, como si alguien hubiese extendido la sangre sobre ellos. Ciertamente, podría darse perfectamente que fuesen marcas de haber limpiado el paño- Claro que tendremos que llevárnoslo para someterlo a algunas pruebas. Nada es concluyente sin ellas.

Introdujo de nuevo el pañuelo en el frasco, enroscando después la tapa y guardándolo en el maletín.

-Le devolveré a Ettringer su maletín más tarde. Ahora puede sernos útil para guardar pruebas.

Por fin, percatándose de las palabras de Vivien, acertó a centrarse en el otro tema importante. Estaba tan absorto en el crimen que por un momento las había pasado por alto.

-Celebro que Katharina se esté recuperando. Es una mujer muy dura, mucho más de lo que podría parecer a simple vista. Y la creía poseedora de una mente más firme. Aunque supongo que es lógico que hasta la más fría mente se haga añicos ante un crimen como éste.

El forense carraspeó con cautela, tratando de no parecer descortés.

-No es por fastidiar, Talbott, pero con tanta gente a mi alrededor me resulta imposible concentrarme para trabajar. ¿Sería posible que todos los presentes se alejasen a una distancia prudente para poder trabajar a placer?

El forense se arrodilló al lado del cadáver. En cuanto se puso a examinar el cadáver, uno de sus ayudantes, sito en el camino, se aproximó libreta en mano dispuesto a tomar nota de todo cuando expresase el forense.

-De todos modos, hay algunas cosas que puedo decirte. Esta puñalada es mortal de necesidad. La furia con que fue asestada me indica que tras este crimen se encuentra una mano poderosa, posiblemente la mano de un hombre, aunque quizás una mujer presa de la cólera podría ejecutar una puñalada tal, aunque requiere de cierta fuerza. Y la mujer no lleva mucho tiempo muerta. Una hora, dos a lo sumo, aunque me inclino más por una hora- tocó el cadáver- O menos incluso. Su cuerpo no está totalmente frío. Podré ser más concluyente cuando haya tomado la temperatura del cadáver. Pero ahora, alejaos todos, necesito espacio y tranquilidad para maniobrar.
 

-Que lleva menos de una hora muerta podría habérselo dicho yo, Talbott- dijo Mary, alejándose junto al resto mientras fumaba un cigarrillo- Salía de la casa cuando yo aproveché para escaquearme al porche a echar un cigarro. Y de eso no hace más de media hora.

Mary echó otra profunda calada al pitillo, aspirando su aroma con ansia. Parecía que la escena presenciada en el cementerio no la había alterado lo más mínimo, como si llevara toda la vida viendo un cadáver tras otro. Ni siquiera se había puesto nerviosa ni pálida como le había sucedido al resto. No, Mary parecía hecha de otra pasta diferente.
 

-Menos de media hora... Eso nos facilita mucho las cosas. Rupert, no me hallo en disposición de exigirte que me ayudes, pero necesito comprobar las coartadas de todos los vecinos del pueblo para la media hora desde que Mary la vio salir al cementerio hasta el momento en que Katharina apareció gritando como una loca. ¿Sería mucho pedir que me echases un cable? Confío más en tus habilidades que en las de ese novato de Dos Passos... Y a fin de cuentas, este es el caso más peliagudo que tenemos en el pueblo desde el de Sophia...

Talbott no dijo nada más. Se quedó callado, pensando, meditando.

-Sí, debemos comenzar cuanto antes. ¿Me ayudarás? Deberíamos regresar a la casa y comenzar con ello cuanto antes. Dos Passos puede ocuparse de vigilar aquí con los hombres de Chapman hasta que el forense acabe.

Bueno parece que aquí ya no tenemos nada más qué hacer ¿qué te parece si nos marchamos?
Entonces acercándose al oído de Mary le susurró muy bajito - podríamos ir a ver aDwight y acompañarle a casa , asi podríamos echar un vistazo a la habitación de Ethel.
Me gustaría saber cual es el motivo del asesino

Sobra decir que puedes contar con mi ayuda.

Dice el viejo policía retirado. De todos era conocido que si los médicos no hubieran insistido de manera tan activa seguiría ejerciendo su profesión.

Pero nada más verlo se notaba que aunque no llevara una placa, seguía siendo un agente de la ley, y además un buen amigo de Talbott.

Y tienes razón, es el momento de ir a la casa, y hacer nuestro trabajo, porque cuanto más tiempo pase, menos fresca y fiable será la información.

Luego se giro hacia el resto, la partera y demás personas, y mirando para Liberty pronuncio.

Y ustedes deben acompañarnos y de hechos, deberían de ser las primeras personas en hablar con nosotros. Quisiera descartarlos cuanto antes.

Aunque se guardo para sí la suspicacia típica de los agentes experimentados,  estaba casi seguro de que al menos la mayoría de ellos estaban localizados en su mente cuando se estaba cometiendo el asesinato.

Pero a ojos de todos, nadie podía evitar ser interrogado, porque eso generaría una reacción rápida y contraria por parte de todos los interrogados, y había más de uno, de dos, y también de tres, que por ser un funeral, y por estar en casa de una hombre acaudalado intentarían negarse a ser “tachados” de sospechosos.

Pero eso era el pan de cada día.  

-Eso teniendo en cuenta que lo dejen marchar, amigo- Mary aplastó la colilla con el pie tras deshacerse de su enésimo cigarrillo del día- Pero si aún está en la casa Ennis y se va a ir a la suya, es una buena idea. A fin de cuentas, siempre podemos sugerir ser nosotros unos de los primeros interrogados.

Charles siempre había sido un hombre pacífico salvo cuando había que defenderse e incluso en esas circunstancias solía sentirse mal despues, por el hecho de hacer daño a la gente, siempre había creído que con los motivos adecuados el podría ser igual de despiadado como los demás, implacable de la misma manera, pero al ver el cadáver comprendió su error, habían personas que llevaban un monstruo en su interior, para hacerle algo así a una persona era necesario carecer de alma y de conciencia.

Apenas podía decir nada ni dejar de mirar el cadáver, sólo podía pensar que la había isto con vida hace poco y que  esa casa hasta hace unos días era una fuente de felicidad y de risas y de amistad y ahora... 

La verdad es que la visión del cadáver le dejó bastante trastocado, era una de esas cosas no se olvidan nunca en la vida, al menos para Charles, observo la frivolidad del forense y de la sorpresa paso al enfado, quiso decirle algo, pero no le pareció oportuno delante de todos y nos e le ocurrió que decirle al blanquito petulante. Así que se pasó el resto del tiempo callado conteniendo sus ganas de descargar su furia contra ese hombre y de controlar sus nauseas y sus nervios.

Cuando los demás sugirieron marcharse lo hizo gustoso.