Partida Rol por web

-Un placer señor Petersen - le digo mientras le doy la mano - Llámenos ante cualquier sospecha de que el tipo haya vuelto.
Me muevo dando un paso hacia la puerta - Vamos, nos hemos ganado unas horas.
Sigo moviéndome pero cuando llego donde Leah me paro dubitativo hasta levantar un dedo - Lo siento. Solo sera un segundo.
Me giro y con ligereza y celeridad entro en el cuarto del hombre y me dirijo a su ventana abriendo la persiana del todo dejando a la luz del sol invadir el espacio a su antojo. Ni siquiera me puedo preguntar por que lo hago pero me siento mejor.
Con las manos en los bolsillos regreso hasta la entrada.
- Necesito una ducha y un ejercito de almohadas o no se que locura se me ocurrirá después -murmuro.
Cuando alcanzamos la calle le pregunto a Leah si guardamos algo de tiempo para nosotros.
La miro fijamente y envidio lo entera que parece.

Estoy tan cansada que casi le pido a Daniel que conduzca.
- Tiempo para nosotros? A que te refieres? Quieres ir a comer o algo?
Aunque soy diestra conduciendo, esta vez voy lento esperando que Daniel me diga para cambiar de ruta o a donde ir.
Sino llegaremos al hotel en poco tiempo.

- Si. Comer, dormir y ducharme. No se que orden elegiría. Vamos al Hotel - asiento levemente. Si no puedo darme cuenta de que mi compañera está tan agotada como yo es que necesitamos un tiempo muerto.
Me siento en el asiento del copiloto y aprovecho para pedir algo de comer para cuando lleguemos: algo de ensalada, Pollo con guarnición y un postre de chocolate o similar.
- Cuando lleguemos la ducha es tuya... - digo y me contengo la coletilla de compartir ducha. Si no te ves Dano. Dormir. Volver a ser el tipo serio que eres. Centrar la razón y creer en los cuentos de hadas en el grado que debo hacerlo.
Al colgar, dejo el teléfono en una mano y apoyo la mejilla en la otra para observar a Leah.
Con la guardia baja como la tengo, mi vision de ella como compañera de armas se filtra hacia derroteros mas romanticos que me cuesta el doble de siempre el volver a dejar en el lugar correcto.
Me recorre cosas tan inmediatas como la idea de besarla cuando bajemos del auto, pero tambien ensoñaciones como las de un dia en la campiña o su cara riendose mi lado en un espectaculo de comedia o en un concierto de rock.
Sueño con los ojos abiertos, lo se. Lo he experimentado tantas veces que puedo encontrar la lucidez de identificarlo. Pero aquellos eran con Lar y eran mucho mas evasivos en el sentido de que nunca iban a suceder.
Estos de hoy no lo se. Y me da miedo el enfocarlos incorrectamente. Por eso me esfurzo en dejar la puerta abierta pero estar aun al otro lado del umbral.
Solo se me escapa un pequeño tanteo.
- ¿Que música prefiere? - pregunto señalando la radio del salpicadero -¿Algo suave o algo fuerte? A mi me va todo lo alegre de los folkers irlandeses. Aunque dudo que me tope con una emisora así en París.

Mientras conduzco, voy pensando en mi relación con Daniel, porque tenemos una relación y no hallo como definirla. No hubo citas, no hubo acercamiento, no hubo cosquilleo, simplemente paso. Y allí esta.
Enamorada, yo!? Que absurda idea. Y sonreí.
Pero con Daniel me sentía mucho más calmada y segura. Lo mire de reojo como estaba pendiente de mi y sentí el cosquilleo entre mis piernas. La violenta necesidad de sentirlo en mi cuerpo, y el cansancio se disipó. Al menos por unos minutos, que me permitieron llegar al hotel más rápido.
- Música? Escucho clásica, opera e mucha electrónica como tecno y dance, que es más apropiada ahora si no quieres que me duerma, pero pon lo que quieras ya estamos por llegar.
Una vez en la habitación agradezco la inteligencia de Daniel de pedir la comida por adelantado. Es frugal y ligero, justo lo que necesito. Y cuando el agua caliente ♨ penetro mi piel en la ducha el cansancio me aplastó. Sentí nuevamente esas ganas de dormir que no sentía en mucho tiempo y estaba segura que Daniel era en parte culpable. Se lo agradeci.
Salí de la ducha con una toalla cubriendo mi torso y con otra secaba mi cabello cuando me senté en la cama y lo mande a bañar cual madre mandando a su hijo a la ducha. Encendí la televisión y me tire en la cama con un plato de ensalada.
Estoy segura de haber comido algo pero para cuando Daniel salió del baño estaba profundamente dormida aun con lo toalla a medio cubrirme.

Durante veinte minutos me instruyo sobre lo que es Tecno y Dance de verdad y lo que no y descartamos a mozart por que su requiem me parece demasiado ominoso.
Al final el ritmo de Descarga de Graves, un programa especialista del tema electrónico queda como atmósfera envolvente.

El día esta indeciso entre dejarnos contemplar el sol o seguir con su acostumbrado rostro nublado. En el trayecto a la puerta de la habitación busco algo del roce del astro rey, al fin al cabo soy un hijo de la Soleada Arizona.

Dejo la chaqueta colgada en una percha mientras Leah ataca el desayuno o almuerzo, apenas enfoco que hora puede ser y no me preocupa mirarlo en un reloj.
Es como un tiempo muerto entre dos. Un espacio propio entre la linea continua de consternación y tensión.

Vernos atacar el surtido buffet, que el camarero trae casi inmediatamente, seria el orgullo de cualquier madre. Aunque Leah por determinación, después de un par de pellizcos a la lechuga, toma el baño con merecimiento.

La veo entrar sonriendo lo que reforzó mi propia sonrisa.

Mientras el agua corría fui guardando la ropa usada en la bolsas de la colada. Prepare una para mi y otra para ella.
Sentado en la cama contemplo el goteo de mensajes de mi móvil personal y contesto frugalmente a los que las fuerzas que me quedan me permiten. Lena no cejara de atosigarme in crecendo si no la apaciguo sabiamente. Al parecer ha encontrado a alguien interesante en Londres. Me la puedo imaginar triunfando entre las británicas con sus aires de vaquera y acento acorde a su sombrero.
La pico un poco mientras corto lonchas de pollo aun caliente omitiendo los detalles jugosos sobre Leah que insiste en pedir.

Pensar en Leah en un ámbito tan familiar me hace sonreír y así me encuentra cuando guardaba el celular.
Aparece hermosamente calmada por el agua y, como si instintivamente adivinara el tono que me moverá, me manda a la ducha a lo que respondo obedientemente, dios sabe que lo necesito.

El baño huele a ella y rememoro su sabor en la mañana.

Aprovecho el calor y el frio de la lluvia artificial para ablandar las capas de pensamientos ariscos que se me han acumulado. La incertidumbre de a Que nos enfrentamos. La preocupación de que algo se nos adhiera al final sin notarlo. La búsqueda de la seguridad de que hay sinceridad en mis sentimientos por Leah.

Comúnmente te aconsejan no involucrarte sentimentalmente con tu compañero pero pienso que eso es una milonga que no se sostiene. Si al final es compañero de verdad, mujer u hombre, se crea un vinculo. Una conexión, puede que diferente pero, quizás igual de fuerte que la intima. Y te afecta.
Puede que lo sorprendente sea la velocidad con el que se ha labrado este.
Vamos a cuidarlo, me confabulo, tratando de reducir la excitación en mi bajo vientre capaz de cortocircuitar por entre el cansancio. Compañera, amiga, Ya se vera.
Me seco lentamente escuchando el sonido enlatado de la televisión. Me acicalo la barba y me peino, solo por un reflejo coqueto que se que no seria necesario, pero por el que me agrada esforzarme.

Esta dormida benditamente. Con su ligero respirar y media toalla húmeda como única concesión al pudor. Le retiro los restos de la comida y con cuidado intercambio la toalla por la sabana.
La tele se queda encendida por si dentro de este improvisado ritual es un ingrediente necesario.

La contemplo dormir y la quiero así. Deseo que esto se repita tranquilamente al menos ocho horas todos los días mas que tenerla entre mis brazos y sentirla desde dentro.

Levanto la sabana despacio para acurrucarme también desnudo con cuidado con ella. Con el ultimo aliento de concentración evito rozarle en donde imagino el toque pudiera turbar su descanso.
Me basta su calor somnoliento y la tranquilidad de su aliento para alcanzar una calma estupenda.

Que la vida te lleve a donde deba Leah Taotou pero que te lleve bien y gracias por compartirla estos dias, pienso y con la sonrisa de imaginarme la voz de mi hermana llamándome nenaza me hundo también en el sopor.

Uy que lindo. Hubiese sido lindo continuarlo. Pero la próxima noche será. Ji ji