Partida Rol por web

 Escena para acciones aisladas de Nívea Selen Telq

             Zoquejo, si las ciudades del Reino ya son malas de por sí, ese lugar al que en el Círculo preferís referiros con un humorístico ‘Estercolejo’, es lo peor, casi humano en su concepción y en su diseño.

            Pocos destinos puede haber peores que éste, pero cuando conociste lo que, esperabas, debía ser una Leyenda sobre sagrados unicornios tomando amazonas periódicamente en ese pozo de inmundicia no podías dejar pasar la oportunidad.

            El Círculo no hacía caso de los rumores, simplemente era imposible, y como era imposible la explicación era muy sencilla o era mentira o era un timo de los que los civilizados tanto gustan hacer. Ninguno de los dos era problema del Círculo, eso lo engendra la civilización y es lo que la civilización merece.

            Pero a ti eso no te bastaba, ¿y si había algo de verdad? ¿Y si los unicornios van allí realmente? ¿Y si necesitan ayuda? No podías dejar pasar la ocasión y no lo hiciste, te autoadjudicaste la misión de investigar Estercolejo – quieres decir, Zoquejo.

            Ahora después de meses de soportar vivir cerca de un sitio que huele a enano, mañana será el Festival y podrás averiguar si hay algo turbio o interesante en todo esto. Eso esperas. Has invertido en esta apuesta de misión todo tu (aún escaso) prestigio y si lo pierdes… Tal vez nunca recuperes el respeto del Círculo si vuelves sin nada.

            Ensimismada en tus pensamientos, entre esperanzados y sombríos, das un fuerte respingo cuando escuchas un sonido atronador, corres a asomarte a la linde para descubrir una ruidosa caravana de carros, caballos y caminantes que acude al Festival, tan absorta estás con tu descubrimiento que estás a punto de irte al suelo del susto cuando una figura emerge entre la espesura, que se lleva un susto tan grande como el tuyo; tras un momento entre el pánico y la autodefensa sientes una suave unión con la jovencísima elfa con la que te has sobresaltado mutuamente, una comunión natural; aunque no pertenece al Círculo es, obviamente, una hermana druida de otra orden.

            Estáis disculpándoos e intercambiando presentaciones cuando otra joven medio elfa, una muchacha preciosa de aspecto montaraz pero sin la exaltación natural que detectaste en tu compañera, os sorprende al acercarse, sigilosa como una gata, a curiosear la caravana desde los matorrales.